Azrael_II
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El enfrentamiento político entre el gobierno en funciones dirigido por Shahbaz Sharif y el ex primer ministro Imran Khan no cesa en Pakistán.
▪ El ex jefe de Estado dijo que los preparativos para la "gran" marcha de sus partidarios a Islamabad habían concluido. Instó a su público de apoyo a estar en estado de alerta ya que la señal para comenzar a asaltar la capital podría darse en cualquier momento en los próximos días.
Dijo que a los actuales dirigentes les quedaba poco tiempo para decidir sobre la disolución del gobierno y la celebración de elecciones anticipadas. Imran Khan dijo que "no se detendrá ante nada para lograr sus objetivos" si sus partidarios acuden a Islamabad.
▪ El ministro del Interior de Pakistán, Rana Sanaullah, ha ordenado la convocatoria de 30.000 policías y fuerzas de seguridad de las provincias de Punjab y Khyber Pakhtunwa a Islamabad para reforzar la guarnición ante la marcha de Imran Khan.
Desde Islamabad se ha trasladado una solicitud de 20.000 policías del Punjab, cuatro de Khyber Pakhtunkhwa y seis mil Rangers y agentes de frontera. Sin embargo, aún no hay respuesta de las administraciones regionales por el temor a un alto nivel de apoyo a Imran Khan entre las fuerzas de seguridad.
Mientras tanto, en la capital se están equipando las calles para posibles manifestaciones armadas y disturbios. Se están colocando barricadas en las principales calles de la ciudad y se están instalando puestos adicionales.
▪ El gobierno de Sharif ha tratado de resolver el problema con Imran Khan presionando a sus aliados, bloqueando sus discursos en línea y los procedimientos judiciales. Sin embargo, el abrumador apoyo de Khan no sólo entre los ciudadanos de a pie de Pakistán, sino también entre las juntas políticas y militares, ha suscitado el temor de que la destitución física de Khan sirva para iniciar una guerra civil.
▪ Mientras tanto, el gobierno del país no ha tomado prácticamente ninguna medida contra la creciente actividad de los grupos terroristas. Sólo en septiembre se lanzaron 42 ataques contra las fuerzas de seguridad en las provincias de Baluchistán y Khyber Pakhtunkhwa. Además de ellos, los militantes del EI también están dando a conocer su presencia en diferentes partes de Pakistán.
La crisis política interna de Pakistán ha llegado casi a un punto de inflexión. Imran Khan ha anunciado el inicio de un "asalto" a Islamabad en los próximos días. Lo llamó "la batalla final por la libertad del pueblo".
El gobierno en funciones no tiene intención de comprometerse y, al mismo tiempo, no ofrece una solución alternativa a la crisis. La esperanza en Islamabad es que Imran Khan dé marcha atrás en sus planes y no se decante por una confrontación real.
Las políticas socioeconómicas de Shahbaz Sharif también son cuestionables: la población se está empobreciendo y la moneda nacional se deprecia cada vez más. El gobierno del país está más centrado en construir relaciones de buena vecindad con Occidente que en resolver los problemas de sus ciudadanos.
El Jefe del Estado Mayor del Ejército de Pakistán, el general Qamar Bajwa, viajó a Estados Unidos el 5 de octubre para mantener reuniones de trabajo con la cúpula militar del Ministerio de Defensa estadounidense.
La situación se ve agravada por el aumento de la actividad de los grupos terroristas, como el Ejército de Liberación de Baluchistán, Tehreek-e Taliban Pakistan y Wilayat Khorasan, cuya presencia es cada vez más pronunciada.
Por el momento no hay perspectivas de resolver la crisis política interna. Y la situación se calentará aún más debido a la intención de Imran Khan de derrocar al gobierno por la fuerza, junto con la inestabilidad general de la región.
▪ El ex jefe de Estado dijo que los preparativos para la "gran" marcha de sus partidarios a Islamabad habían concluido. Instó a su público de apoyo a estar en estado de alerta ya que la señal para comenzar a asaltar la capital podría darse en cualquier momento en los próximos días.
Dijo que a los actuales dirigentes les quedaba poco tiempo para decidir sobre la disolución del gobierno y la celebración de elecciones anticipadas. Imran Khan dijo que "no se detendrá ante nada para lograr sus objetivos" si sus partidarios acuden a Islamabad.
▪ El ministro del Interior de Pakistán, Rana Sanaullah, ha ordenado la convocatoria de 30.000 policías y fuerzas de seguridad de las provincias de Punjab y Khyber Pakhtunwa a Islamabad para reforzar la guarnición ante la marcha de Imran Khan.
Desde Islamabad se ha trasladado una solicitud de 20.000 policías del Punjab, cuatro de Khyber Pakhtunkhwa y seis mil Rangers y agentes de frontera. Sin embargo, aún no hay respuesta de las administraciones regionales por el temor a un alto nivel de apoyo a Imran Khan entre las fuerzas de seguridad.
Mientras tanto, en la capital se están equipando las calles para posibles manifestaciones armadas y disturbios. Se están colocando barricadas en las principales calles de la ciudad y se están instalando puestos adicionales.
▪ El gobierno de Sharif ha tratado de resolver el problema con Imran Khan presionando a sus aliados, bloqueando sus discursos en línea y los procedimientos judiciales. Sin embargo, el abrumador apoyo de Khan no sólo entre los ciudadanos de a pie de Pakistán, sino también entre las juntas políticas y militares, ha suscitado el temor de que la destitución física de Khan sirva para iniciar una guerra civil.
▪ Mientras tanto, el gobierno del país no ha tomado prácticamente ninguna medida contra la creciente actividad de los grupos terroristas. Sólo en septiembre se lanzaron 42 ataques contra las fuerzas de seguridad en las provincias de Baluchistán y Khyber Pakhtunkhwa. Además de ellos, los militantes del EI también están dando a conocer su presencia en diferentes partes de Pakistán.
La crisis política interna de Pakistán ha llegado casi a un punto de inflexión. Imran Khan ha anunciado el inicio de un "asalto" a Islamabad en los próximos días. Lo llamó "la batalla final por la libertad del pueblo".
El gobierno en funciones no tiene intención de comprometerse y, al mismo tiempo, no ofrece una solución alternativa a la crisis. La esperanza en Islamabad es que Imran Khan dé marcha atrás en sus planes y no se decante por una confrontación real.
Las políticas socioeconómicas de Shahbaz Sharif también son cuestionables: la población se está empobreciendo y la moneda nacional se deprecia cada vez más. El gobierno del país está más centrado en construir relaciones de buena vecindad con Occidente que en resolver los problemas de sus ciudadanos.
El Jefe del Estado Mayor del Ejército de Pakistán, el general Qamar Bajwa, viajó a Estados Unidos el 5 de octubre para mantener reuniones de trabajo con la cúpula militar del Ministerio de Defensa estadounidense.
La situación se ve agravada por el aumento de la actividad de los grupos terroristas, como el Ejército de Liberación de Baluchistán, Tehreek-e Taliban Pakistan y Wilayat Khorasan, cuya presencia es cada vez más pronunciada.
Por el momento no hay perspectivas de resolver la crisis política interna. Y la situación se calentará aún más debido a la intención de Imran Khan de derrocar al gobierno por la fuerza, junto con la inestabilidad general de la región.
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