Manoliko
Será en Octubre
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Suelo hacer pedidos a una tienda especializada en cervezas artesanas y de importación que cuenta en su página web con servicio de compra online y entrega a domicilio. Me he gastado cientos de euros allí, pues cada pedido es cercano a los cien euros y llevo unos cuantos. Hace semana y media pedí 20 cervezas. Son cervezas caras, el pedido ascendía a los noventa y tantos euros.
Pues cuando recibí el pedido faltaba una cerveza y obviamente llamé a la tienda para avisar de ello. Me responde que hay dos opciones, que me devuelven el dinero de esa cerveza o que me la envían si hago otro pedido. A mi ninguna de las opciones me parece satisfactoria, pues si prefiriese el dinero a la cerveza no habría hecho el pedido, y mucho menos sería justo pagar de nuevo los gastos de envío para poder recibir la cerveza. Así que les respondo que me parecería bien hacer otro pedido, pagando otras cervezas y que me traigan de paso la que falta, pero siempre y cuando los gastos de envío fuesen gratis. Realmente lo propuse así con buena intención, así ellos también venden más. Caro error, porque debieron interpretar que yo tenía interés en comprar más cerveza y entonces comenzaron a tocar los huevones para cobrarme los gastos de envío.
"Es que no, porque nos cobran por peso y si no te cobramos los gastos de envío no nos compensa". Bueno, les respondo, pues no me traigan ninguna otra cerveza, pero la que me falta del pedido anterior si la quiero, porque he pagado por ella y para que me la traigan a casa. Me responden entonces que a ellos no les consta, que su stock les cuadra... Al final les digo que voy a poner una queja en consumo y ahora me dicen que si, que me la envían gratis, veremos.
Me tocan mucho los huevones este tipo de nuevo empresario. Seguro que son mujeres o urbanitas afeminados. Gente acomplejada incapaz de reconocer un error. No tiene sentido empresarial ni económico tanta pega. No les sale a cuenta perder un buen cliente por rapiñar unos pocos euros en gastos de envío. Es ralea con complejo de inferioridad que cree que reconocer un error es una especie de humillación y que lo importante es quedar siempre por encima de los demás y tener la razón. Porque yo puedo ser muy cabezón si creo llevar razón, pero si sé que me he equivocado lo reconozco y no pasa nada.
Pues cuando recibí el pedido faltaba una cerveza y obviamente llamé a la tienda para avisar de ello. Me responde que hay dos opciones, que me devuelven el dinero de esa cerveza o que me la envían si hago otro pedido. A mi ninguna de las opciones me parece satisfactoria, pues si prefiriese el dinero a la cerveza no habría hecho el pedido, y mucho menos sería justo pagar de nuevo los gastos de envío para poder recibir la cerveza. Así que les respondo que me parecería bien hacer otro pedido, pagando otras cervezas y que me traigan de paso la que falta, pero siempre y cuando los gastos de envío fuesen gratis. Realmente lo propuse así con buena intención, así ellos también venden más. Caro error, porque debieron interpretar que yo tenía interés en comprar más cerveza y entonces comenzaron a tocar los huevones para cobrarme los gastos de envío.
"Es que no, porque nos cobran por peso y si no te cobramos los gastos de envío no nos compensa". Bueno, les respondo, pues no me traigan ninguna otra cerveza, pero la que me falta del pedido anterior si la quiero, porque he pagado por ella y para que me la traigan a casa. Me responden entonces que a ellos no les consta, que su stock les cuadra... Al final les digo que voy a poner una queja en consumo y ahora me dicen que si, que me la envían gratis, veremos.
Me tocan mucho los huevones este tipo de nuevo empresario. Seguro que son mujeres o urbanitas afeminados. Gente acomplejada incapaz de reconocer un error. No tiene sentido empresarial ni económico tanta pega. No les sale a cuenta perder un buen cliente por rapiñar unos pocos euros en gastos de envío. Es ralea con complejo de inferioridad que cree que reconocer un error es una especie de humillación y que lo importante es quedar siempre por encima de los demás y tener la razón. Porque yo puedo ser muy cabezón si creo llevar razón, pero si sé que me he equivocado lo reconozco y no pasa nada.
