La Makhnotchina

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Hoy en día se habla mucho de lo que está pasando en la zona del Donbás, zona que actualmente se disputan nacionalistas rusos y nacionalistas ucranianos.

Pero se conoce poco un fenómeno que hubo allí a principios del siglo XX, de 1917 a 1921, que tiene pocos paralelos en otras partes de la Tierra. El único paralelo que se me ocurre en éste momento es el experimento anarquista o libertario que se dió en Catalunya y Aragón en 1936-37, también en enmarcado en un contexto de Guerra Civil.

Es la Makhnotchina, protagonizado por campesinos y obreros de la zona del Donbás. El nombre se deriva del de su líder, Nestor Makhno.

Pero antes conviene hablar de cosas que estaban pasando en Petrogrado y en Moscú.

En febrero-marzo de 1917 se derroca la monarquía zarista y hay una revolución burguesa, cuyo objetivo era formar una república parlamentaria constitucional al estilo occidental. La encabezan Partidos de izquierda pero dispuestos a colaborar con los sectores progresistas de la burguesía.

En octubre-noviembre de 1917 un grupo relativamente pequeño--los bolcheviques, dirigidos por Lenin y Trotsky-- pero muy bien organizado da un golpe de Estado. No quieren una república parlamentaria sino que dicen todo el poder a los soviets de obreros, soldados y campesinos.

Los soviets habían surgido como un intento de autoorganización durante la fallida revuelta antizarista de 1905. Consistía simplemente en asambleas o foros donde cualquiera de los presentes podía decir su opinión, surgidas de abajo arriba, que a su vez se relacionaban con otras asambleas o foros similares.

Eso era también lo que Makhno y sus seguidores, campesinos y obreros del Donbás estaban intentando llevar a cabo. Buscándo una relaciones humanas basadas en la horizontalidad, es decir, aboliendo las jerarquías que ponían a los terratenientes que se consideraban propietarios en exclusiva por encima de los trabajadores de la tierra en principio no propietarios.

Simultáneamente los independentistas-nacionalistas ucranianos de Petliura trataban de llevar a cabo su plan de limpieza étnica, Ucrania exclusivamente para los ucranianos, purgando a rusos y judíos de lo que entendían como su territorio. Y los blancos zaristas de Denikin y Wrangel intentaban restaurar el Antiguo Orden feudal, anacrónico en la Europa del siglo XX.

Los seguidores de Makhno se organizaron en lo que se llamó el Ejército neցro, que se alió en con gente de izquierdas bolcheviques durante la Guerra Civil. Se les prometió por estos últimos que se permitiría una zona anarquista dentro de la URSS si se ganaba la guerra a los reaccionarios. En ese sentido significaba algo único en la Historia (el apogeo del anarquismo ibérico sería posterior).

Lo triste fue que una vez derrotados los reaccionarios el Ejército Rojo, dirigido por el ucraniano-ruso-judío Trotsky (nacido en Jersón), incumplió su palabra, se volvió contra ellos y los aniquiló.

He simplificado bastante en aras de no embrollar demasiado el tema.
En éste enlace anterior hay algunos datos más sobre el tema:


 
Hagiografía perfumada. Makhno no era ningún santo. Más que un estado, lo que controlaba era una banda mercenaria que vivía de la rapiña y el saqueo, con bombachanas tanto con gente de izquierdas como con blancos. Si se pueden hacer paralelismos modernos, es más bien como kadirov (padre)
 
Hagiografía perfumada. Makhno no era ningún santo. Más que un estado, lo que controlaba era una banda mercenaria que vivía de la rapiña y el saqueo, con bombachanas tanto con gente de izquierdas como con blancos. Si se pueden hacer paralelismos modernos, es más bien como kadirov (padre)


Reducir a Makhno y a su seguidores a bandidos es una tergiversación interesada.

Se puede estar de acuerdo o en desacuerdo con Makhno pero había una ideología tras la Makhnovtchina.

Makhno había sido encarcelado por motivos políticos antes de la revolución, había apiolado a un policía y fue enviado a Siberia.
Antes de volver a Ucrania, tras ser amnistiado tras la revolución, pasó por Moscú y allí se había entrevistado con Piort Kropotkin y con Lenin.

En junio de 1918 Majnó viajó hasta Moscú para entrevistarse con los militantes anarquistas y aprender sobre sus métodos de organización. Allí se reunió con Piotr Archinov, antiguo compañero anarquista que había conocido en la prisión de Butyrki, en Moscú, antes de ser liberados por la amnistía concedida por el Gobierno provisional tras la Revolución de Febrero. También se entrevistó con el teórico Piotr Kropotkin, que un año después expresó: “Digan de mi parte al camarada Majnó que tenga cuidado consigo mismo, porque no hay muchos hombres como él en Rusia”.

https://elordenmundial.com/la-bandera-de color-de-los-hijos-de-octubre/

En la entrevista con Lenin, Makhno le manifestó discrepancias políticas.

- Sus afirmaciones, compañero Lenin, de que los anarquistas no comprenden el presente y que no tienen ninguna relación con él, son equivocadas. Los anarcocomunistas de Ucrania o del sur de Rusia, como decís vosotros los comunistas bolcheviques, han dado ya demasiadas pruebas que demuestran su compenetración con el presente. Toda la lucha revolucionaria del pueblo ucraniano contra la Rada Central de Ucrania se ha llevado bajo la dirección de las ideas anarcocomunistas y también, en parte, bajo la influencia de los socialistas revolucionarios, los cuales –hay que decir la verdad- al luchar contra la Rada Central, tenían finalidades muy distintas a las nuestras. En los pueblos de Ucrania casi no existen bolcheviques, y allí donde hay algunos, su influencia es nula. Casi todas las Comunas Agrícolas han sido creadas por iniciativa de los anarcocomunistas. La lucha armada del pueblo de Ucrania contra la reacción y, muy especialmente, contra los ejércitos expedicionarios de austriacos, alemanes y húngaros, fue iniciada y organizada bajo la ideología y dirección de los anarcocomunistas. La verdad es que vosotros, teniendo en cuenta los intereses de vuestro partido, encontráis inconvenientes para reconocerlo; pero todo esto son hechos innegables. Vosotros sabéis muy bien la calidad y capacidad combativa de todos los destacamentos revolucionarios de Ucrania. No en vano habéis subrayado el valor con que aquellos destacamentos han defendido nuestras conquistas revolucionarias. Pues bien: más de la mitad de ellos iban a la lucha bajo la bandera anarquista. Los jefes de destacamento Makrousov, Nikiforoba, Cheredniak, Garen, Cherñak, Luñev y muchos otros cuya relación sería demasiado prolija, son anarquistas comunistas. No hablo de mí personalmente, como tampoco del grupo al que pertenezco, sino de aquellos destacamentos y batallones voluntarios para la defensa de la revolución, los cuales han sido creados por nosotros y no pueden ser desconocidos por vuestros altos mandos de la Guardia Roja. Todo esto demuestra lo equivocadas que son las manifestaciones de usted, compañero Lenin, de que nosotros, los anarquistas, somos incorregibles y débiles en el “presente”, a pesar de que nos gusta mucho pensar en el porvenir. Lo dicho demuestra a todos, y también a usted, que nosotros, los anarcocomunistas, estamos compenetrados con el presente, trabajamos en él, y precisamente en la lucha buscamos el acercamiento al futuro, sobre el cual pensamos mucho y seriamente. Sobre ello no puede caber duda. Esto es, precisamente, todo lo contrario de la opinión que tienen ustedes de nosotros.



Makhno, por otro lado, es verdad que no era un santo. Era alcohólico y a veces, bajo el efecto de la bebida, se comportaba de un modo autoritario, como un militarote. Cosa que entraba en contradicción con su supuesta ideología y que le reprochaban alguno de sus compañeros anarquistas, yo creo que con toda la razón.

Decir que era un bandido que capitaneaba una banda de mercenarios dedicados al saqueo es calumnia.

Con sus luces y sus sombras, Makhno representaba a un proyecto político e ideológico singular discutible u objetable pero que, de haberse llevado a cabo, hubiese resultado novedoso en la Historia.
 
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