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Será en Octubre
¿Es posible que una niña de 14 años 'abuse' de su padrastro? Una sentencia lo certifica
Un tribunal exculpa a un padre después de que su hijastra tuviera un hijo suyo. Ella dijo que él estaba inconsciente
Detalle de la sentencia.EL MUNDO
PREMIUM
¿Puede una niña haber abusado de su padrastro? En España cualquier intercambio sensual entre un adulto y un/a menor de 16 años es considerado delito. Aunque haya consentimiento, siempre se considera que el adulto tiene una posición de superioridad ante el/la menor.
El 15 de marzo la Sección Segunda de la Audiencia de Navarra absolvió a un acusado de haber abusado sexualmente de una hijastra de 14 años en Pamplona. La prueba de que existió el contacto sensual era irrefutable. Un bebé con el ADN del padrastro de la menor.
Nadie en la familia se había dado cuenta de que la niña estaba embarazada hasta que... [Nota: La sentencia publicada oculta los datos (los nombres son ficticios) del padrastro (Paco), de la niña (Sara), su progenitora (Laura), así como los de los dos hijos nacidos de la pareja y el país de origen de la niña y la progenitora].
El 1 de diciembre, reza la sentencia, Sara acudió "... a urgencias de pediatría por dolor abdominal, informa su desconocimiento de encontrarse gestante. Refiere haber sido víctima de abuso sensual hace unos meses y no haberlo narrado a nadie, que podría corresponder con el tiempo de embarazo. Dice que salió de paseo con el perro y una o varias personas (no sabe determinar), le vendaron los ojos y la durmieron. Y dice que le amenazaron con apiolar a sus padres si contaba algo. Laura acepta no interponer denuncia puesto que Sara no desea hacerlo".
Desde el punto de vista clínico, en la exploración médica se confirmó que la niña se encontraba en "trabajo de parto", dando a luz el propio día 1 de diciembre, a través de un parto eutócico el mismo día, al niño Tomás".
Cuatro días después, la Sección de Valoración de las Situaciones de Desprotección citó a Sara, a su progenitora (Laura) y al padrastro (Paco) que "mantuvieron la versión relatada por Sara en el hospital y desde la unidad del sistema de protección de menores, se les instó a que interpusieran una denuncia como medida protectora de la menor".
En un primer momento las responsables del servicio, "entre quienes se encontraba la jefa del negociado de valoración de las situaciones de desprotección y una psicóloga, entrevistaron -sin la presencia de su progenitora ni del padrastro- a Sara".
La niña relató que un día su progenitora y Paco habían salido a cenar, su progenitora volvió a casa y posteriormente llegó la pareja. Se despertó y fue al salón y al ver el torso de su padrastro desnudo se excitó y mantuvo su primera y única relación sensual con él. Que en ningún caso éste se despertó, que estaba "bien borracho"; y "no se enteró de nada".
Y le tras*mitieron a la progenitora que "era importante que protegiera a la hija por un posible abuso sensual ejercido por su pareja hacia su hija, que era necesario que o bien la menor fuera con algún pariente o fuera su pareja la que saliera del domicilio".
Paco, el padrastro, se desvaneció al escuchar la nueva versión de la menor. Él mismo les dijo que en caso de que hubiese ocurrido lo que la menor relata él no se enteró de nada. También especificó las copas de más y que quedó inconsciente en el salón mientras su mujer que había vuelto a la casa antes que él, dormía en el cuarto.
Para demostrar su inocencia se ofreció a hacerse las pruebas de paternidad. Dieron positivo (la probabilidad era de 99,999999987%), evidencia irrefutable de que Paco y su hijastra de 14 años habían mantenido una relación sensual.
El lunes de 10 de diciembre de 2018, por el dispositivo público de protección de menores se citó nuevamente a la familia para realizar el seguimiento del caso y ctivar el Programa Especializado de Intervención Familiar -PEIF-, a fin de "valorar el nivel de protección de la progenitora hacia su hija e implementar recursos de apoyo".
A la entrevista acudió Laura con su hija y el bebé. Aquella relató que había solicitado a Paco que saliera del domicilio hasta que se esclareciera lo ocurrido. A las 12.16 horas del día 11 de diciembre de 2016 en dependencias de la Policía Foral en Pamplona, las trabajadoras sociales presentaron una denuncia por un presunto delito contra la libertad e indemnidad sensual de persona menor de edad y dieron poca credibilidad a lo que contaba la niña respecto a su apremio al ver el torso desnudo de su padre.
"Él no se enteró de esto porque estaba muy borracho. Su padrastro estaba tumbado boca arriba y ella se colocó a horcajadas sobre su cintura, cogió el miembro viril de él y se lo introdujo en su vagina. A continuación, ella comenzó a moverse hasta que de repente sintió algo húmedo. No sintió dolor al introducir el miembro viril en su vagina. Su padrastro estaba inconsciente en todo momento, no se movió, no habló, él estaba como dormido. La menor indica que anteriormente no había mantenido relaciones sensuales (...) Su padrastro nunca había intentado nada con ella, ni había tenido ningún comentario ni comportamiento que le hiciese sentir mal. Es la única vez que ha mantenido una relación sensual con su padrastro".
Se puso en marcha el Programa Especializado de Intervención Familiar "con el objetivo de valorar el daño emocional de la niña y el grado de protección de la progenitora hacia su hija". Se adoptó una medida de protección con respecto a Sara y su hijo consistente en asumir la guarda de la menor autorizando su ingreso en el Centro de Observación y Acogida y delegando la guarda de su hijo en una familia de urgencia.
La niña causó baja en el Centro de Observación y Acogida gestionado con fecha 23 de mayo de 2019 por reintegración familiar. En todo ese tiempo alejada de su progenitora, Sara no varió la versión que había dado desde el principio a las trabajadoras sociales. Tampoco expresó enamoramiento alguno del padrastro, algo habitual en casos de abuso.
Ese mismo año, Laura se trajo a la niña a España. En ese tiempo ya había conocido a Paco y había tenido un hijo, Antoñito, que hoy tiene 10 años. Luego Sara también traería a su padre, que había sufrido un ictus y al que Paco también acompañaba a rehabilitación.
Los psicólogos también recogieron las inseguridades de Sara, su conformidad respecto al mundo de los adultos. "Destaca que con la figura masculina se relacionó desde la seducción, intentando en todo momento agradar y gustar. Con la figura femenina interactuó de otro modo, mostrándose más natural, permitiéndose en muchas ocasiones enfadarse con la misma. A su vez, es con quien pudo expresar en ocasiones cómo se sentía y lo que pensaba. Es una menor que discrimina en las relaciones, siendo capaz de poder establecer vínculos diferenciados".
Según informe médico forense aportado en la causa, la posibilidad fisiológica de tener una rigidez* del miembro viril en estado de impregnación alcohólica, en dosis moderadas de alcohol con cifras de alcoholemia medias (1,54 g/l de alcohol en sangre), no se puede descartar la tumescencia nocturna 21 peneana. De modo que el expresado nivel de alcoholemia no impide esta actividad/función fisiológica".
¿Les suena esto algo improbable? Por ejemplo, existen casos de sexsomnia (tener sesso dormido), una dolencia que se ve potenciada por el consumo de alcohol. De hecho, estudios neurológicos revelan la existencia de un "amplio rango de trastornos del sueño asociados con conductas sensuales".
"En efecto, en el juicio histórico que verificamos en nuestro Antecedente de Hechos Probados, no describimos ninguna secuencia fáctica sobre las que podamos construir el juicio de subsunción, que nos lleve a considerar los hechos como constitutivos de un delito de abusos sensuales a menor de dieciséis años con penetración del artículo 183. 1, 3 y 4 d) del Código Penal".
En estos dos años y medio, la vida de Paco se ha roto. Su mujer se divorció de él presionada, según la sentencia, por los responsables del Departamento de Derechos Sociales del Gobierno de Navarra, para que la administración de protección de menores no le retirara la custodia de sus hijos. Ahora tiene un hijo con su hijastra que sigue bajo la tutela de otra familia.
Su mujer también inició los trámites de divorcio porque las trabajadoras sociales le dijeron que así sería más fácil iniciar el protocolo de protección de menores.
Para el catedrático de Derecho Penal Josep María Tamarit Sumalla, el embarazo es suficiente prueba para que el abuso quede demostrado pese a que los dos testimonios (el del padrastro y el de la niña) nieguen que hubiera un acto delictivo.
Reconoce que, en efecto, si el padre estaba inconsciente, no había conducta humana punible porque el hombre no despertó y por tanto no podía actuar. "Pero está mal argumentada la sentencia. Es flojo". Tamarit Sumalla recalca que el relato de la niña puede ser fruto de la manipulación de un padre abusador.
Otros como la catedrática de Derecho Penal Alicia Gil y el profesor José Núñez creen que la incredulidad de algunas voces respecto a los testimonios de la niña y del padrastro deviene de la resistencia de ciertos sectores sociales a reconocer que un hombre pueda ser víctima de un delito sensual, y a aceptar la complejidad fisiológica y afectiva del ser humano.
Asimismo, sorprende la intromisión de los servicios sociales, que no sólo fuerzan a la niña a denunciar, sino también a la progenitora a divorciarse. "Otra cosa son los prejuicios respecto a los hombres que son siempre vistos como depredadores, pero también pueden ser víctimas. También hay un claro dislate con la realidad en la edad de consentimiento. Los niños hasta los 16 años no son ángeles sin sesso. Hay que afrontar que hay chicos de 20 que son poco o nada sensuales. Y niños de 13 que ya saben...".
Según Alicia Gil, sería preferible una legislación que entre los 14 y los 16 años permitiera distinguir en cada caso si verdaderamente ha existido o no un prevalimiento.
La pregunta sigue en el aire. ¿Puede una niña de 14 años abusar de su padrastro inconsciente?
Un tribunal exculpa a un padre después de que su hijastra tuviera un hijo suyo. Ella dijo que él estaba inconsciente
Detalle de la sentencia.EL MUNDO
PREMIUM
- EMILIA LANDALUCE
Madrid
¿Puede una niña haber abusado de su padrastro? En España cualquier intercambio sensual entre un adulto y un/a menor de 16 años es considerado delito. Aunque haya consentimiento, siempre se considera que el adulto tiene una posición de superioridad ante el/la menor.
El 15 de marzo la Sección Segunda de la Audiencia de Navarra absolvió a un acusado de haber abusado sexualmente de una hijastra de 14 años en Pamplona. La prueba de que existió el contacto sensual era irrefutable. Un bebé con el ADN del padrastro de la menor.
Nadie en la familia se había dado cuenta de que la niña estaba embarazada hasta que... [Nota: La sentencia publicada oculta los datos (los nombres son ficticios) del padrastro (Paco), de la niña (Sara), su progenitora (Laura), así como los de los dos hijos nacidos de la pareja y el país de origen de la niña y la progenitora].
El 1 de diciembre, reza la sentencia, Sara acudió "... a urgencias de pediatría por dolor abdominal, informa su desconocimiento de encontrarse gestante. Refiere haber sido víctima de abuso sensual hace unos meses y no haberlo narrado a nadie, que podría corresponder con el tiempo de embarazo. Dice que salió de paseo con el perro y una o varias personas (no sabe determinar), le vendaron los ojos y la durmieron. Y dice que le amenazaron con apiolar a sus padres si contaba algo. Laura acepta no interponer denuncia puesto que Sara no desea hacerlo".
Desde el punto de vista clínico, en la exploración médica se confirmó que la niña se encontraba en "trabajo de parto", dando a luz el propio día 1 de diciembre, a través de un parto eutócico el mismo día, al niño Tomás".
Cuatro días después, la Sección de Valoración de las Situaciones de Desprotección citó a Sara, a su progenitora (Laura) y al padrastro (Paco) que "mantuvieron la versión relatada por Sara en el hospital y desde la unidad del sistema de protección de menores, se les instó a que interpusieran una denuncia como medida protectora de la menor".
En un primer momento las responsables del servicio, "entre quienes se encontraba la jefa del negociado de valoración de las situaciones de desprotección y una psicóloga, entrevistaron -sin la presencia de su progenitora ni del padrastro- a Sara".
La niña relató que un día su progenitora y Paco habían salido a cenar, su progenitora volvió a casa y posteriormente llegó la pareja. Se despertó y fue al salón y al ver el torso de su padrastro desnudo se excitó y mantuvo su primera y única relación sensual con él. Que en ningún caso éste se despertó, que estaba "bien borracho"; y "no se enteró de nada".
Las "expresadas responsables", se pusieron en alerta y dada su experiencia dudaron del relato de la niña, apreciando las personas antes señaladas que: "...el tono emocional de la menor era bajo, su tono de voz, su expresión corporal indicaba el impacto emocional que este suceso le había producido (mantuvo la cabeza baja y no paraba de llorar)".
Y le tras*mitieron a la progenitora que "era importante que protegiera a la hija por un posible abuso sensual ejercido por su pareja hacia su hija, que era necesario que o bien la menor fuera con algún pariente o fuera su pareja la que saliera del domicilio".
Paco, el padrastro, se desvaneció al escuchar la nueva versión de la menor. Él mismo les dijo que en caso de que hubiese ocurrido lo que la menor relata él no se enteró de nada. También especificó las copas de más y que quedó inconsciente en el salón mientras su mujer que había vuelto a la casa antes que él, dormía en el cuarto.
Para demostrar su inocencia se ofreció a hacerse las pruebas de paternidad. Dieron positivo (la probabilidad era de 99,999999987%), evidencia irrefutable de que Paco y su hijastra de 14 años habían mantenido una relación sensual.
El hombre alucinó. Aunque la niña reconocería a la progenitora el 7 de diciembre de 2018 que "... Lo hizo porque le gustaba un chico y al chico le gustaba que no fueran vírgenes".
El lunes de 10 de diciembre de 2018, por el dispositivo público de protección de menores se citó nuevamente a la familia para realizar el seguimiento del caso y ctivar el Programa Especializado de Intervención Familiar -PEIF-, a fin de "valorar el nivel de protección de la progenitora hacia su hija e implementar recursos de apoyo".
A la entrevista acudió Laura con su hija y el bebé. Aquella relató que había solicitado a Paco que saliera del domicilio hasta que se esclareciera lo ocurrido. A las 12.16 horas del día 11 de diciembre de 2016 en dependencias de la Policía Foral en Pamplona, las trabajadoras sociales presentaron una denuncia por un presunto delito contra la libertad e indemnidad sensual de persona menor de edad y dieron poca credibilidad a lo que contaba la niña respecto a su apremio al ver el torso desnudo de su padre.
"Él no se enteró de esto porque estaba muy borracho. Su padrastro estaba tumbado boca arriba y ella se colocó a horcajadas sobre su cintura, cogió el miembro viril de él y se lo introdujo en su vagina. A continuación, ella comenzó a moverse hasta que de repente sintió algo húmedo. No sintió dolor al introducir el miembro viril en su vagina. Su padrastro estaba inconsciente en todo momento, no se movió, no habló, él estaba como dormido. La menor indica que anteriormente no había mantenido relaciones sensuales (...) Su padrastro nunca había intentado nada con ella, ni había tenido ningún comentario ni comportamiento que le hiciese sentir mal. Es la única vez que ha mantenido una relación sensual con su padrastro".
El 13 de diciembre, Paco fue detenido. En su declaración dijo que siempre había tratado a Sara como si fuera su hija y ella me ha tratado a mí como a un padre. "Que ese día estaba borracho y lo que cuenta su hijastra, el no recuerda nada. Que él continuó la noche sin su mujer. Que bebió cerveza y cubatas. Que habitualmente suele perder la conciencia por el alcohol. Que suele llegar a casa así. Que no recuerda haber podido eyacular. Que no ha abusado nunca de su hijastra y que jamás le ha tocado. Que él no le ha dicho a la niña qué versión tiene que dar para no perjudicar a la familia. Que su mujer trabaja en limpiezas en una empresa. Que gana alrededor de 500 euros. Que él trabaja en dos empresas de limpieza, y gana mil y pico euros al mes. Que su suegro vive con ellos desde marzo o abril. Que su suegro no trabaja...".
Se puso en marcha el Programa Especializado de Intervención Familiar "con el objetivo de valorar el daño emocional de la niña y el grado de protección de la progenitora hacia su hija". Se adoptó una medida de protección con respecto a Sara y su hijo consistente en asumir la guarda de la menor autorizando su ingreso en el Centro de Observación y Acogida y delegando la guarda de su hijo en una familia de urgencia.
La niña causó baja en el Centro de Observación y Acogida gestionado con fecha 23 de mayo de 2019 por reintegración familiar. En todo ese tiempo alejada de su progenitora, Sara no varió la versión que había dado desde el principio a las trabajadoras sociales. Tampoco expresó enamoramiento alguno del padrastro, algo habitual en casos de abuso.
Los psicólogos encargados de evaluarla sin embargo encontraron varios episodios en su vida que fueron aportados a la causa porque se consideraron relevantes. La progenitora la tuvo a los 18 años en su país de origen. Al año y medio, dejó a la niña con su abuela y sus tías. Una de ellas murió asesinada por su novio. Cuando la otra contrajo matrimonio, Sara se quedó a cargo de su abuelo y de su tío.
Ese mismo año, Laura se trajo a la niña a España. En ese tiempo ya había conocido a Paco y había tenido un hijo, Antoñito, que hoy tiene 10 años. Luego Sara también traería a su padre, que había sufrido un ictus y al que Paco también acompañaba a rehabilitación.
Los psicólogos también recogieron las inseguridades de Sara, su conformidad respecto al mundo de los adultos. "Destaca que con la figura masculina se relacionó desde la seducción, intentando en todo momento agradar y gustar. Con la figura femenina interactuó de otro modo, mostrándose más natural, permitiéndose en muchas ocasiones enfadarse con la misma. A su vez, es con quien pudo expresar en ocasiones cómo se sentía y lo que pensaba. Es una menor que discrimina en las relaciones, siendo capaz de poder establecer vínculos diferenciados".
Todo voló por los aires con el análisis de paternidad. El padrastro insistía que no tenía recuerdo de esa eyaculación en la noche en la que durmió en el sofá. ¿Pero es posible que no recordara eyacular? ¿O que no se despertara al hacerlo? ¿O estamos ante el relato de un depredador a través de su víctima manipulada? ¿Cómo va a permanecer dormido un hombre que acaba de sentir un orgasmo?
Según informe médico forense aportado en la causa, la posibilidad fisiológica de tener una rigidez* del miembro viril en estado de impregnación alcohólica, en dosis moderadas de alcohol con cifras de alcoholemia medias (1,54 g/l de alcohol en sangre), no se puede descartar la tumescencia nocturna 21 peneana. De modo que el expresado nivel de alcoholemia no impide esta actividad/función fisiológica".
¿Les suena esto algo improbable? Por ejemplo, existen casos de sexsomnia (tener sesso dormido), una dolencia que se ve potenciada por el consumo de alcohol. De hecho, estudios neurológicos revelan la existencia de un "amplio rango de trastornos del sueño asociados con conductas sensuales".
El tribunal falló que no estaba probado que "en fecha sin determinar del mes de marzo de 2018 D. Paco, al que la menor trataba como un padre y aprovechándose de esta condición, mantuvo relaciones sensuales completas con penetración con la menor SARA, quedando la menor embarazada".
"En efecto, en el juicio histórico que verificamos en nuestro Antecedente de Hechos Probados, no describimos ninguna secuencia fáctica sobre las que podamos construir el juicio de subsunción, que nos lleve a considerar los hechos como constitutivos de un delito de abusos sensuales a menor de dieciséis años con penetración del artículo 183. 1, 3 y 4 d) del Código Penal".
En estos dos años y medio, la vida de Paco se ha roto. Su mujer se divorció de él presionada, según la sentencia, por los responsables del Departamento de Derechos Sociales del Gobierno de Navarra, para que la administración de protección de menores no le retirara la custodia de sus hijos. Ahora tiene un hijo con su hijastra que sigue bajo la tutela de otra familia.
Su mujer también inició los trámites de divorcio porque las trabajadoras sociales le dijeron que así sería más fácil iniciar el protocolo de protección de menores.
La conclusión de la sentencia es atroz, si bien cuando se produjeron los hechos la menor tenía menos de 13 años y por tanto no se le podía considerar responsable. La sentencia ha levantado ciertas ampollas pese a que tampoco ha trascendido su contenido.
Para el catedrático de Derecho Penal Josep María Tamarit Sumalla, el embarazo es suficiente prueba para que el abuso quede demostrado pese a que los dos testimonios (el del padrastro y el de la niña) nieguen que hubiera un acto delictivo.
Reconoce que, en efecto, si el padre estaba inconsciente, no había conducta humana punible porque el hombre no despertó y por tanto no podía actuar. "Pero está mal argumentada la sentencia. Es flojo". Tamarit Sumalla recalca que el relato de la niña puede ser fruto de la manipulación de un padre abusador.
Otros como la catedrática de Derecho Penal Alicia Gil y el profesor José Núñez creen que la incredulidad de algunas voces respecto a los testimonios de la niña y del padrastro deviene de la resistencia de ciertos sectores sociales a reconocer que un hombre pueda ser víctima de un delito sensual, y a aceptar la complejidad fisiológica y afectiva del ser humano.
"Es un claro ejemplo de In dubio pro reo. Los dos testimonios son persistentes, no se ha podido demostrar que sean falsos, y no se contradicen y, aunque sea una excepción, la ciencia deja claro que en algunos casos se puede eyacular sin despertar", dice Núñez.
Asimismo, sorprende la intromisión de los servicios sociales, que no sólo fuerzan a la niña a denunciar, sino también a la progenitora a divorciarse. "Otra cosa son los prejuicios respecto a los hombres que son siempre vistos como depredadores, pero también pueden ser víctimas. También hay un claro dislate con la realidad en la edad de consentimiento. Los niños hasta los 16 años no son ángeles sin sesso. Hay que afrontar que hay chicos de 20 que son poco o nada sensuales. Y niños de 13 que ya saben...".
Según Alicia Gil, sería preferible una legislación que entre los 14 y los 16 años permitiera distinguir en cada caso si verdaderamente ha existido o no un prevalimiento.
La pregunta sigue en el aire. ¿Puede una niña de 14 años abusar de su padrastro inconsciente?
