Bogdanoff
Madmaxista
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Estos días hemos visto muchos dirigentes de la derecha y manifestantes posicionarse en contra de los que ellos llaman los violentos, llegando hasta el punto de decir a veces que son disidencia controlada o que sin saberlo están ayudando a la izquierda.
¿Cuándo fue la última vez que visteis a la izquierda hacer lo mismo? Efectivamente, nunca. Porque ellos saben que cuando tienen un objetivo común lo peor que puedes hacer es sembrar discordia entre tus propias filas. En las innumerables muestras de violencia ejercida en manifestaciones de carácter izquierdista a lo largo de los años, los dirigentes de izquierdas siempre han hecho lo mismo: fingir que no ocurrían y atacar en la misma dirección. Mientras tanto, los peperos y los voxeros no paran de rasgarse las vestiduras porque a la sede de la organización criminal PSOE le han tirado bengalas y bemoles. Esta actitud da una imágen de poca convicción en tus ideas, de que te mueves en el marco ideológico de tu enemigo y no quieres provocarle demasiado.
Cuando radicales de izquierda emplean la violencia y todos los partidos de su ideología la ningunean o la blanquean, el mensaje que están mandando a toda la sociedad, aunque ésta no se de cuenta, es el siguiente: nuestra causa es la más justa y por lo tanto la defenderemos de cualquier manera. Al contrario, cuando la derecha sale en bloque a condenar a "los violentos", lo que están mostrando es una profunda debilidad jovenlandesal, como si tuvieran miedo de luchar por lo que creen porque le han comprado el discurso a la izquierda y piensan que en el fondo son sus enemigos quienes tienen razón.
Haciendo una analogía: la derecha quiere ganar una partida de ajedrez siguiendo las reglas, y la izquierda se dedica a meterle peones en el ojo y tirarle el rey mientras no ve.
¿Cuándo fue la última vez que visteis a la izquierda hacer lo mismo? Efectivamente, nunca. Porque ellos saben que cuando tienen un objetivo común lo peor que puedes hacer es sembrar discordia entre tus propias filas. En las innumerables muestras de violencia ejercida en manifestaciones de carácter izquierdista a lo largo de los años, los dirigentes de izquierdas siempre han hecho lo mismo: fingir que no ocurrían y atacar en la misma dirección. Mientras tanto, los peperos y los voxeros no paran de rasgarse las vestiduras porque a la sede de la organización criminal PSOE le han tirado bengalas y bemoles. Esta actitud da una imágen de poca convicción en tus ideas, de que te mueves en el marco ideológico de tu enemigo y no quieres provocarle demasiado.
Cuando radicales de izquierda emplean la violencia y todos los partidos de su ideología la ningunean o la blanquean, el mensaje que están mandando a toda la sociedad, aunque ésta no se de cuenta, es el siguiente: nuestra causa es la más justa y por lo tanto la defenderemos de cualquier manera. Al contrario, cuando la derecha sale en bloque a condenar a "los violentos", lo que están mostrando es una profunda debilidad jovenlandesal, como si tuvieran miedo de luchar por lo que creen porque le han comprado el discurso a la izquierda y piensan que en el fondo son sus enemigos quienes tienen razón.
Haciendo una analogía: la derecha quiere ganar una partida de ajedrez siguiendo las reglas, y la izquierda se dedica a meterle peones en el ojo y tirarle el rey mientras no ve.