La interfaz Neuralink de Musk causó un "sufrimiento extremo" a los monos, según los médicos

El controvertido implante cerebral hizo que los monos sufrieran y murieran, según un nuevo informe

La empresa de chips cerebrales de Elon Musk, Neuralink, ha causado daños horribles a monos de prueba, según una denuncia presentada por el Comité de Médicos por una Medicina Responsable (PCRM) el jueves y vista por el New York Post. La denuncia, presentada ante el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), se refiere a las pruebas de Neuralink en los monos realizadas en la Universidad de California en Davis entre 2017 y 2020.

El grupo ha acusado a Neuralink y a su universidad anfitriona de nueve violaciones de la Ley Federal de Bienestar Animal de los Estados Unidos, señalando en su denuncia que "muchos, si no todos, los monos experimentaron un sufrimiento extremo como resultado del cuidado inadecuado de los animales y de los implantes de cabeza altamente invasivos durante los experimentos." También se afirma que el procedimiento de implante Neuralink "produjo infecciones recurrentes en los animales, comprometiendo significativamente su salud, así como la integridad de la investigación."

También han demandado a la UC Davis para obtener más fotos, vídeos e información sobre los monos de prueba, diciendo que el único material de este tipo que se ha hecho público ha sido muy curado por la empresa de Musk, mostrando un mono de aspecto saludable jugando a un videojuego, supuestamente con la mente. La universidad ha negado haber actuado mal.

Aparte de hacer público el clip del mono jugador, Musk ha guardado silencio sobre los resultados de los ensayos con animales de Neuralink. En diciembre, sugirió que los ensayos con humanos comenzarían este año, e incluso llegó a publicar una oferta de empleo buscando un director de ensayos clínicos el mes pasado. Sin embargo, el proyecto ya ha sufrido retrasos: Musk declaró el pasado mes de marzo que los ensayos con humanos comenzarían en unos meses, aunque el magnate de Tesla aún no ha pasado de los cerdos y los primates (no humanos).

Aunque no está claro si el sufrimiento que supuestamente experimentaron los monos está relacionado con el retraso en la fase de pruebas con humanos, el grado de traumatismo citado en la denuncia sugiere que Musk y sus investigadores podrían tener que hacer algunas mejoras en el diseño antes de probar su invento en humanos.

A uno de los monos descritos en la denuncia le faltaron extremidades "posiblemente por automutilación u otro traumatismo no especificado", y posteriormente fue sacrificado durante un "procedimiento terminal." A otro mono se le perforaron agujeros en el cráneo para implantarle los electrodos Neuralink directamente en el cerebro, pero desarrolló una "infección cutánea sangrante" y fue sacrificado. Y un tercero pareció sobrevivir a la implantación de los electrodos, sólo para ser vencido con "vómitos, arcadas y jadeos". Días después, supuestamente "pareció colapsar por agotamiento/fatiga" y finalmente murió, revelando que había sufrido una hemorragia cerebral.

Los primates descritos por el Post eran sólo tres de los 15 sujetos experimentales -de un total de 23 monos de prueba- que murieron o fueron sometidos a eutanasia durante el periodo de tres años que abarca la denuncia.

Musk vendió inicialmente la idea de Neuralink como un implante para potenciar el cerebro y ayudar a la humanidad a seguir el ritmo del desarrollo de la inteligencia artificial, advirtiendo que, de lo contrario, nos veríamos relegados a la condición de "gatos domésticos" gobernados por ordenadores.

Sin embargo, más recientemente ha rebajado esa retórica, afirmando que su uso principal será ayudar a las personas paralizadas y a otras con lesiones cerebrales a mejorar su calidad de vida.

No obstante, no ha dejado de promocionar la facilidad con la que supuestamente se puede implantar un Neuralink en el cerebro del usuario, insistiendo en que puede hacerse en una hora sin anestesia general. También ha descrito un futuro en el que los centros de implantación de Neuralink sean tan omnipresentes como los quioscos de perforación de orejas en los centros comerciales estadounidenses.

¿Llevan el sello de bienestar animal,no?