La inmi gración, según Podemos: Un programa incompetente

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La inmi gración, según Podemos: Un programa incompetente

Francisco López

Sábado, 18 de junio de 2016

La inmi gración, según Podemos: Un programa incompetente

Parafraseando a Marx, un fantasma recorre Europa: la política de inmi gración. En la actualidad es uno de los ejes centrales de discusión política y social, en especial durante los procesos electorales. Con distintos puntos de vista, niveles de polémica y efectos, cómo gestionar las crecientes presiones migratorias de ciudadanos procedentes del Tercer Mundo es motivo de análisis cara a afrontar un futuro lleno de incertidumbres y dificultades. Bueno, todos los países, no. Una vieja nación poblada por irreductibles lelos, resiste ahora y siempre al sentido común: España.

Para aquellos que conocemos la realidad europea y que debemos ser muchos menos de los esperados, el espectáculo que vimos durante el “debate de los cuatro candidatos”, fue penoso, viéndoles pasar de puntillas sobre la crisis de los refugiados y literalmente ignorando el problema migratorio en sus múltiples vertientes. Ha sido la tónica de toda la compaña electoral. Silencio. En especial, sorprende esto cuando una coalición con posibilidades de llegar a la Moncloa, Unidos Podemos, presenta un completo programa en la materia, que de llevarse a cabo, tendría un importante impacto social, económico y de convivencia en nuestra nación.

Desde el momento en que se constituyó Podemos, hizo suyo el discurso multicultural y ajeno a la realidad, canónico en la izquierda europea. Sus propuestas en lo esencial no han cambiado aunque paulatinamente su tono, su expresión e incluso en algún aspecto trascendente, han evolucionado. Como paciente lector no puedo menos que agradecer la retirada de algunas frases que por su nivel de enrevesamiento dejaban a los contratos de preferentes como un ejemplo de claridad y concisión. Así mismo para el 27-J ha desaparecido una de las propuestas más indignantes, teniendo en cuenta que las expulsiones en la actualidad se concentran en delincuentes: poner y pagar con nuestro dinero letrados a disposición del infractor a expulsar con el único objetivo de frustrarla. Tampoco figura la exigencia de desmantelar los operativos de Frontex en los países jovenlandeses, en especial el exitoso despliegue de Mauritania.

A pesar de todo, en el largo camino a lo que algunos llaman moderación y otros llamamos, simple y evidente sentido común, a Podemos le queda en esta materia muchísimo, dado que como veremos en este artículo siguen optando por la falta de realismo, cuando no por la incompetencia.

Un análisis a sus propuestas, numeradas en el famoso “programa IKEA” del 309 a 316, nos indica que la fuerza liderada por Pablo Iglesias sigue aferrada a tópicos arcaicos y sobre todo, en absoluto son conscientes de la situación real de nuestro país. En sus planteamientos pasan por alto que hay más de un 20% de paro, lo que está suponiendo un inmenso esfuerzo económico. Por otro lado, cierran los ojos a cómo, de sopetón, hemos entrado en el huracán de una revolución tecnológica que está devorando puestos de trabajo a un ritmo inusitado y sin que esté claro cuándo y cómo se crearán otros empleos que compensen esa destrucción. Es decir, en el peor momento posible, cuando lo poco que se crea es en sectores como turismo y servicios, con salarios bajos, a Podemos no se le ocurre otra cosa que plantear una completa y total relajación de las barreras inmigratorias, que amén de otros efectos colaterales, al inundar de trabajadores no cualificados nuestro mercado de trabajo, terminen por hundir los sueldos.

¿De verdad Unidos Podemos practica la igualdad de trato?

Este programa además de tener un fondo preocupante, tiene una presentación formal que es un insulto a los ciudadanos. En los ocho puntos citados, única y exclusivamente se habla de derechos para los pagapensiones. Las obligaciones brillan por su ausencia. Ni tan siquiera los “sucesos de Colonia” han servido para moverles su conciencia, de modo que se recoja expresamente que quien venga a vivir entre nosotros debe respetar nuestras culturas, nuestras costumbres, nuestras formas de ver la vida, nuestras religiones y nuestro laicismo/ateísmo, nuestras mujeres, nuestra libertad sensual, etc., en resumen, respetar nuestras leyes… incluidas las fiscales. Un programa donde brillan por su ausencia las propuestas de vigilancia y control de comportamientos y donde se avise expresamente que el que la haga, la pague.

Algunos dirán que es obvio, que es algo que se sobreentiende, que no es necesario indicar que hay que cumplir las leyes y estos avisos pueden crear estigmatización. Y efectivamente así tendría que ser, pero siempre y en todos los ámbitos. Sin embargo, Unidos Podemos y la paleoizquierda que representa, usa un doble rasero según qué casos. Por ejemplo, en la ideología de género, donde de forma reiterada, constante, tiene un discurso plagado de avisos y amenazas para aquellos que tengan comportamientos inadecuados. En la “memoria histórica”, donde los sobrentendidos se evaporan y obligan literalmente a que cada vez que nos refiramos a sucesos del pasado a que incluir una condena expresa del franquismo. La obsesión con los “ricos” y cómo se les señala, a pesar del riesgo de estigmatización, a fin de que paguen más impuestos. Y así prácticamente en todos los campos, donde la mínima desviación de lo que consideran correcto es denunciada explícitamente junto el correspondiente aviso de acción punitiva. Ahí sí nos dicen y reiteran hasta el aburrimiento de que el que lo haga, lo paga. En casos no tienen el menor escrúpulo de generar “estigmatización” de colectivos ni se da por sobreentendido que hay que cumplir las leyes.

Así nos encontramos que a los pagapensiones ni se les recuerda ni se les puede recordar sus obligaciones. Pero respecto a los indígenas hispanos, no contentos con las ya duras medidas antirracistas felizmente vigentes, en el punto 313 nos amenazan con dar otra vuelta de tuerca, mediante la “ley 14”. Como nos deben de considerar poco menos que unos salvajes mal educados, nos van “civilizar” con un plan de lucha contra el racismo, la xenofobia y cualquier forma de discriminación. Aunque algún inocente crea que este contenido implícitamente también incluye de los comportamientos incorrectos de los pagapensiones, la lectura global de todo el punto, coronado con la reveladora propuesta de la descolonización simbólica, deja perfectamente claro que los destinatarios de ese plan, somos los todos aquellos “blanquitos” que nos hemos criado en esta “sociedad heteropatriarcal" (1).

La frontera sur abierta de par en par

La medida 316 es un torpedo en la línea de flotación del control fronterizo en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. Se arrogan el papel de jueces, calificando de ilegal lo que no es más que una interpretación respetable pero subjetiva de la actual normativa, por cierto respaldada por la Unión Europea.

Van a quitar lo que llaman elementos lesivos con que cuentan las vallas de las ciudades. Traducido del “idioma políticamente correcto” quiere decir que van a retirar aquello que hace eficaces los vallados frente a las intenciones de ciudadanos de otros países de saltarse la legalidad española. Si se ha llegado a esta solución, es porque previamente los otros modelos resultaron fallidos, dado que en contra de lo que parecen opinar los políticos de Unidos Podemos, estas personas no son fulastres y siempre encuentran métodos para franquearlas. Si de resultas de su actividad ilegal esos elementos lesivos ocasionan heridas, los infractores serán los únicos responsables. Con sus propuestas, más vale que directamente quitáramos los vallados: al menos nos ahorraríamos mantener algo inútil.

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Una vez deslizados por la pendiente del apoyo a la inmi gración irregular, lo coronan con la anulación de la llamada devolución en caliente, medida que desde su implantación ha reducido enormemente la presión en la frontera y los flujos migratorios por esta vía. ¿Qué es la devolución en caliente? Es sencillo de explicar: los agentes de frontera pillan in fragranti a alguien cometiendo la infracción de entrada sin permiso en territorio, y en vez de premiarlos como quiere Unidos Podemos, frustran la ilegalidad. Como es habitual, utilizan el caso de los “refugiados” como excusa: el agente no sabe si es un refugiado o perseguido y si lo devuelve no podría hacer la solicitud de asilo. Y como es habitual, ocultan que en los puestos fronterizos de las ciudades autónomas ya hay medios legales para presentar dicha solicitud y jovenlandia no es un país en guerra donde sus vidas corran peligro inminente.

Para que no quede ninguna duda de que mafias e irregulares tienen barra libre para sus objetivos, lo refrendan planteando a jovenlandia la modificación del actual convenio. Por supuesto, jovenlandia estará feliz de firmar un acuerdo que provocará grandes gastos económicos y múltiples problemas a su viejo enemigo.

El panorama que se dibuja en la frontera sur es pavoroso. En el peor momento, cuando las amenazas yihaidistas se multiplican, dejarán una valla, que no impide el paso y donde tal como sugieren, los agentes de los Cuerpos y Fuerzas de la Seguridad del Estado serán poco menos que unos criados al servicio de infractores. Los cortacabezas, homófobos y machistas lo tendrán mucho más fácil para infiltrarse en España.

El fin de las expulsiones

Una de los deberes de un Gobierno que quiera evitar la estigmatización de los pagapensiones es el control de aquellos que delinquen y/o tienen otros comportamientos inaceptables en una sociedad occidental moderna, amén de que un país no tiene la obligación de responsabilizarse a delincuentes foráneos. Para ello, entre las medidas a aplicar, hay una fundamental, la expulsión del territorio nacional. Unidos Podemos, no dice expresamente que vaya a prohibir las expulsiones, pero propone una serie de cambios, que en la práctica las harán difíciles cuando no imposibles.

Primero hay que señalar que su número cuantitativamente no es muy grande. En 2014, fueron 2.400 pero cualitativamente son importantes, porque se concentran en esos colectivos que popularmente se suelen llamar “lo mejor de cada casa”. Alrededor del 20% de ellos eran personas con penas de prisión de un año o más y reincidentes. Por cada delincuente expulsado, se ahorra un subsidio de excarcelamiento de 18 meses a 426 euros/mes, se evita la comisión de nuevos delitos y lo más importante, se reduce la posibilidad de que la población vea a los extranjeros como delincuentes.

Para frustrar esto, Podemos incluye dos iniciativas en la medida 314. La primera es el cierre de los CIE (Centro Internamiento de Extranjeros). Que estos no funcionan bien es algo que hay que asumir. A veces hay colectivos que no deben ser ingresados en ellos, hay que modificar plazos, mejorar condiciones materiales, etc. Pero cumplen una misión importante. Una expulsión no se puede hacer automáticamente. Se necesitan días para preparar billetes, agentes de escolta, preparar las comisiones de servicio, trámites judiciales, etc. Con estos centros se agiliza el procedimiento y sobre todo se evita la fuga. ¿Alternativa? No ofrecen ninguna.

La otra iniciativa consiste en acabar con los vuelos colectivos. Aquí nos encontramos con una interpretación torticera y falsaria, ya que afirman que la legislación internacional prohíbe las deportaciones masivas. Asimilar éstas a fletar un avión para facilitar el regreso a países con los que en la mayoría de los casos no existen vuelos directos, sólo se puede calificar de una forma: mala fe.

Otra cosa en la que inciden es la no devolución a países donde puedan ser perseguidos. La inmensa mayoría son devueltos a Estados, que si bien son corruptos e ineficaces, incluso con enfrentamientos armados, no implica que vayan a sufrir persecución y su vida esté en peligro. En todo caso, será algo a estudiar caso por caso.

El sistema de expulsiones habrá que analizarlo, mejorarlo, hacerlo más eficaz y sobre todo justo, pero es un mecanismo que, recordemos, lo primero que protege es la imagen de tantos pagapensiones honrados que están entre nosotros y no puede ser eliminado de un plumazo porque puntualmente hubo errores. Si queremos acabar con la estigmatización, las expulsiones son imprescindibles. ¿A qué juega Unidos Podemos? ¿Incompetencia u otra cosa?

Derecho al asilo y refugio

Recogido en el punto 315, es uno de los más completos. Muy buenas intenciones a la hora de mejorar un derecho que tradicionalmente, ya desde tiempos de Felipe González, se ha aplicado de un modo especialmente cicatero. Pero es sospechoso que no se parta del principio de que frecuentemente pagapensiones económicos se han presentado como perseguidos políticos. Por tanto, si hubiera buena fe, una medida fundamental que hay que incluir es asegurar que habrá mecanismos para garantizar que un refugiado es alguien realmente perseguido de modo individual. Pero aquí nos topamos con la realidad de los “mundos de Yupi” donde viven estos señores: el fraude sólo existe entre los ricos porque los “pobres” ni mienten ni engañan.

Especialmente preocupante es convertir embajadas y consulados en lugares donde solicitar asilo, dado que puede provocar el colapso de algunas de estas instalaciones. ¿Tendríamos que asumir el coste de traerlos desde allí? O que se hable de “países en conflicto” en vez de “zonas en conflicto”. La mayoría de los estados con conflicto tienen enfrentamientos armados en zonas muy limitadas de su territorio. Un ejemplo, Nigeria, donde los choques se producen una reducida zona del norte y tal como lo plantea Unidos Podemos daría derecho a solicitar refugio a sus 177 millones de habitantes.

Buenas intenciones, pero brillan por su ausencia las matizaciones y controles para que de verdad sea eficaz, sostenible y de acuerdo con lo que ellos mismos proclaman sea un compromiso de España en función de su población y sus recursos.

Vías legales, seguras y fáciles para entrar en España

Mucho se habla de las pateras, pero la inmensa mayoría de los pagapensiones han entrado por los aeropuertos y, en el caso de los europeos, por la frontera francesa. No está mal recordar que los ciudadanos hispanoamericanos empezaron a llegar cuando el Gobierno Aznar ordenó que se hiciera la vista subida de peso en Barajas. Es irónico, pero los que más odian a Aznar, en esta materia plantean tácitamente un regreso a su política.

La medida que se ocupa de esta faceta del problema es la 312. Hablan de articular vías legales y seguras amén de facilitar la reagrupación familiar. ¿Es que no hay ahora vías legales y seguras? ¿Es que no hay reagrupación familiar? La hay, lo que ocurre es que su aplicación se hace en función de un “pequeño detalle” que parece han olvidado los redactores: tenemos más de un 20% de paro. Con mucho desempleo, unas cuentas públicas con un pesado déficit, con crecientes gastos en asistencia social y ayudas a los más necesitados, es obvio que habrá que actuar de una forma diferente a cuando el paro era del 8%. Entre otras razones, para proteger y a ayudar a los más vulnerables y débiles, los trabajadores no cualificados y los pagapensiones regularizados en España, que serán los primeros afectados por la afluencia que de legal y segura, está patrocinando Unidos Podemos.

Una propuesta novedosa es proporcionar a ciudadanos que están fuera de España un permiso de trabajo de tres meses, con el compromiso de volver. Unos conseguirán trabajo, pero, ¿y los que no? Si les da la gana, se quedarán y gracias a la medida 314, no se podrá obligarles a volver. Como ya se ha proclamado que se “flexibilizarán” los procedimientos de legalización mediante arraigo, Unidos Podemos volverá a premiar el fraude.

La nacionalidad española regalada

Los españoles y los extranjeros legalizados tenemos prácticamente los mismos derechos y las mismas obligaciones. La nacionalidad es más que nada un elemento simbólico, donde una persona muestra su compromiso con el país que le ha acogido. Ese compromiso se plasma en el voto y algunos derechos políticos.

El programa de Unidos Podemos incluye dos puntos, 309 y 310, que son de un calado y unos efectos colaterales lo suficientemente graves como para que hubieran sido objeto de un intenso debate.

Posiblemente el más peligroso es suprimir la prohibición de crear partidos políticos a extranjeros. Es decir, personas que no se han comprometido con este país podrán interferir políticamente en él. Al margen de disquisiciones teóricas, por la práctica sabemos quién se va a organizarse para obtener sus objetivos comunitarios: los islamistas. Ellos van a ser los máximos beneficiarios, porque tienen un objetivo claro y decidido y es que los fiel a la religión del amores dejen estar sometidos al Código Civil español y se rijan por el Corán. El resto de colectivos de pagapensiones extranjeros no tienen un objetivo comunitario tan claro y compartido, de modo sus demandas normalmente se van a vehiculizar a través de partidos no sectarios. Esa obsesión con partidos promovidos por extranjeros y que van a ir dirigidos a ciudadanos de origen extranjero, lejos de favorecer la integración garantizará que esta no ocurra jamás.

Suprimen un principio básico en el Derecho internacional, la reciprocidad. En definitiva, Unidos Podemos renuncia expresamente a defender una mejor situación de los españoles emigrados, regalando el derecho de voto y en determinados casos incluso la nacionalidad a ciudadanos de países que no tratan a nuestros compatriotas con la misma generosidad. A la inocente Esperanza, la dejan tirada como una colilla.

Finalmente el acceso a la nacionalidad se convierte en un proceso automático, donde la sociedad española se encontrará sin medios para evitar que indeseables, personas con peligro potencial, gente que carece del mínimo compromiso con esta tierra, homófobos y los más redomados machistas, accedan a la nacionalidad, el subsiguiente derecho a voto y la práctica imposibilidad de expulsión. El plazo es tan corto que asombra: un año para hispanoamericanos y guineanos, tres años para refugiados y cinco para el resto. No habrá informes, no habrá exámenes, no habrá filtro alguno. Se elimina la necesidad de renunciar a la nacionalidad de origen, aunque dándose cuenta de la barbaridad que dicen, utilizan la táctica de la tinta del calamar usando de pantalla a los refugiados para que dándonos pena, no nos demos cuenta de que el objetivo final es para todos.

El resultado último puede ser que en los próximos procesos electorales tengamos dos o tres millones más de electores, muchos de los cuales no sienten nuestro país. Ciudadanos en una alta proporción dependientes de subsidios y asistencia social, en especial ese nuevo ingreso mínimo que también Unidos Podemos garantizará a todo menesteroso.

Para entender mejor cual es el trasfondo real de esta medida, Daniel Lacalle nos da una pista de lo que quieren buscar:

El objetivo real del populismo no es reducir la pobreza, sino beneficiarse de gestionar el asistencialismo. Utilizar las gigantescas partidas para ayudas sociales o programas de empleo para crear más comités y observatorios, haciendo de los ciudadanos clientes rehenes que dependen de la generalización del subsidio y terminan por votarles ante la falta de oportunidades por la destrucción del tejido empresarial y de las opciones de buscar otros empleos.

Analicemos lo que ha pasado estos años. Vienen pagapensiones pobres. Al llegar, aumentan los niveles de pobreza, pobreza estadística fundamentalmente (2), no real, dado que ellos viven muchísimo mejor que en sus países de origen. Un tercio de ese 22% de españoles con riesgo de pobreza, corresponde a este colectivo. Al aumentar esa pobreza, cuyo alcance real no es explicado, aumenta la alarma social y la exigencia de aumentar los presupuestos en “medidas sociales”, fondos controlados por los burócratas de turno y las ONG que elaboran esos alarmantes informes de riesgo de pobreza. Por tanto, cuantos más pobres vienen, más poder político y económico consigue la nueva casta. La generalización del derecho de voto y el regalo de la nacionalidad, garantiza la eficacia del proceso que nos explica Daniel Lacalle.

Conclusiones

Para elaborar este análisis, una de las cosas que hice fue intercambiar opiniones con simpatizantes y votantes de Unidos Podemos. Me llamó la atención una cosa. Para todos los aspectos polémicos de la coalición tienen respuesta (Venezuela, Grecia, impuestos, chanchullos de sus líderes, sumisión a sus amos nacionalistas, etc.), pero es mencionar el tema de la inmi gración para ver como su seguridad y fe, se tambalean de un modo generalizado. El desconocimiento sobre su programa en la materia y efectos de lo propuesto, es casi completo. Algunos, muy pocos, aún aciertan a farfullar generalidades políticamente correctas, pero poco más. En cuanto ponía a debatir algunas de las cuestiones que he explicado, la huida era generalizada. Si hay un tema habría que dejar aclarado para que el voto se haga con plena conciencia de lo que se está votando, es este.

En la situación actual, la gestión de esta materia no es fácil. África cada vez está más superpoblada. Todos los enormes avances que se habían producido en planificación familiar en los países fiel a la religión del amores se están perdiendo aceleradamente por culpa del regreso del islam. Estos días, Erdogan ha condenado el aborto y ha llamado a las mujeres turcas a tener muchos niños. Irán ha prohibido por ley los anticonceptivos. La cada vez mayor extensión de la poligamia va unida a un incremento de la natalidad. Aumenta de nuevo la población de modo acelerado y en esos países, corruptos, sin garantías jurídicas ni libertades para la iniciativa particular, no van a tener empleo ni oportunidades de desarrollo.

Lo malo es que en nuestras sociedades europeas, tampoco las cosas van a estar más fáciles. Embarcados en un proceso de desarrollo tecnológico de resultados aún inciertos, abrir las fronteras de par en par hoy puede tener unos efectos colaterales peligrosos, dado que no hay garantía de que se puedan ofrecer empleos suficientes. Hasta ahora había funcionado el principio de la gente se traslada a donde hay trabajo y así ocurrió en España durante la gran oleada de los tiempos de Aznar y la primera legislatura de Zapatero. Ahora se vienen aunque no haya trabajo y eso no es sostenible.

Ninguna barrera es eficaz al 100%. Siempre habrá gente que sobrepase los controles y a la que finalmente habrá que darles papeles mediante el arraigo, así como las demás ventajas sociales de nuestra sociedad. Pero la experiencia también nos muestra que cuando se ponen medidas eficaces, la afluencia cae en picado. La política de Australia de devolver las pateras a las costas de origen ha evitado miles de muertes en el mar. Las “devoluciones en caliente” cambiaron en cuestión de días el panorama en la frontera de Ceuta y Melilla. El polémico y dudoso acuerdo Unión Europea-Turquía, en semanas ha disminuido en más del 90% los intentos de cruzar el mar. Y las medidas, tanto de control como de descontrol, gracias a las redes sociales, se tras*miten entre millones de personas ansiosas de venir a Europa, en cuestión de horas.

El fenómeno de la inmi gración es positivo en tanto es sostenible social y políticamente. Es necesario, incluso coercitivamente evitar su uso para generar repruebo indiscriminado, como hacen ultras y racistas. Es imprescindible atajar su utilización para generar bolsas de voto cautivo como parece que ha apostado Unidos Podemos. Es fundamental y básico que las reglas de derechos y obligaciones sean claras y su complimiento efectivo. Sólo podremos seguir siendo solidarios en tanto nuestros niveles de bienestar no se pongan en peligro. La protección e integración de los cinco millones de ciudadanos que han venido a compartir este maravilloso país, ya sea de forma temporal o definitiva, debe tener una prioridad absoluta y no puede ser puesta en peligro con las medidas alocadas e incompetentes que propone Unidos Podemos, en especial su completa insensibilidad sobre la delincuencia de ciudadanos de origen extranjero (2).

El 27 de junio, el pueblo soberano, decidirá, también en este tema entre el sentido común y la incompetencia.

Estos términos de “blanquitos” y “sociedad heteropatriarcal”, no son propios, sino lo he tomado de polémicos twuits de Izquierda Unida y Alberto Garzón.

(2) No está mal recordar, que la diputada Tania Sánchez se opuso expresamente a la expulsión de 50 peligrosos miembros de maras sudamericanas que había realizado la entonces delegada Cristina Cifuentes. O la propuesta de Manuela Carmena de liberar al 90 % de los ingresados en prisión durante una entrevista realizada por Pablo Iglesias, el cual movía la cabeza asintiendo.
 
Totalmente de acuerdo

peeeeeeeeeeeeeeeeero....

Este es el,plan que llevaba la castuza que nos viene gobiernando, llenar esto de tercermundistas...el problema es que se les ha adelantado Podemos y en vez de la castuza de siempre a lo mejor de la tercermundización se benefician los de Podemos.

Es más una envidia a Podemos que una alternativa a la tercermundización.
 
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