carlosjpc
Gran Maestre de la Logia Burbujista
La industria solar europea exige excluir del mercado módulos solares producidos con trabajo forzoso
El gasto europeo en importación de energía solar fotovoltaica se ha disparado, pasando de unos 6.000 millones de euros en 2016 a más de 25.000 millones de euros el año pasado
La industria europea de fabricación de energía solar se enfrenta a una grave crisis debido a las tácticas de precios de los fabricantes chinos de módulos fotovoltaicos. Así, los líderes de la industria solar europea —a través del Consejo Europeo de Fabricantes Solares (ESMC, por sus siglas en inglés)— han unido fuerzas para abordar este problema de manera proactiva y han instado tanto a la Comisión Europea como a los Estados miembros a actuar con rapidez y excluir del mercado europeo a los módulos solares producidos con trabajo forzoso o en condiciones laborales inaceptables.
“No podemos competir con la esclavitud moderna y no haremos la vista subida de peso. Grandes volúmenes de módulos fotovoltaicos producidos de forma poco ética -originalmente destinados al mercado estadounidense, pero cuya entrada se vio impedida por la Ley de Prevención del Trabajo Forzoso Uigur (UFLPA, por sus siglas en inglés)- se vierten ahora en Europa, que carece de procesos para detener los módulos fabricados con trabajo forzoso” declaran en la carta conjunta.
Adquisición de emergencia
Aunque Bruselas se ha comprometido oficialmente y ha dado pasos adelante en el lanzamiento de marcos políticos y medidas de apoyo para fomentar el renacimiento de la industria fotovoltaica europea, el impacto real de estas iniciativas “corre el riesgo de ser en vano por un ataque intencionado y deliberado de los fabricantes fotovoltaicos chinos”.
Por ello, al igual que hizo SolarPower Europe, han pedido también la adquisición de emergencia de los inventarios de módulos fotovoltaicos “mediante el perfeccionamiento de un proceso de licitación competitivo dentro del Marco Temporal de Crisis y tras*ición (TCTF) o mediante la elaboración del marco del Fondo para Ucrania para la ayuda y reconstrucción de Ucrania, y/o, eventualmente, también para la ayuda energética para África”.
ESMC ha pedido también fomentar a los instaladores y desarrolladores de proyectos fotovoltaicos europeos para que incorporen una participación mínima de la producción europea a lo largo de toda la cadena de valor fotovoltaica para el despliegue de este tipo de energía.
Importaciones
En los últimos meses, tal y como relatan los firmantes de la carta, los cimientos de la industria fotovoltaica europea se han “deteriorado drásticamente”. El gasto europeo en importación de energía solar fotovoltaica se ha disparado, pasando de unos 6.000 millones de euros en 2016 a más de 25.000 millones de euros el año pasado. En particular, en los puertos europeos, principalmente el de Rotterdam, existe actualmente un importante almacenamiento de módulos fotovoltaicos chinos que cubren el doble de la totalidad de la demanda anual de Europa.
A pesar del gran inventario de principios de año, las importaciones han seguido aumentando en los seis primeros meses de 2023. Tanto, que van camino de establecer un nuevo récord de 120 gigavatios (GW), superando las instalaciones previstas en 2023 de algo más de 60 GW.
A principios de 2023, las empresas chinas, cuyos costes de producción se estiman en torno a 20 céntimos de euro por vatio, según las cifras declaradas, “adoptaron una postura de ‘dumping’ en el mercado europeo”. “Ofrecen a los clientes europeos una serie de contratos de 2 años, con precio sistemáticamente por debajo de los 15 céntimos de euro por vatio. Estas ofertas están supeditadas a pedidos anuales mínimos de 2 MW e incluyen una cláusula de exclusividad”.
Como consecuencia de las agresivas acciones de los proveedores chinos, la producción europea de módulos fotovoltaicos cayó en picado y actualmente los fabricantes europeos de módulos fotovoltaicos tienen más de 500 MW de sus módulos producidos en stock —más de 30% de la capacidad de fabricación anual de media—, ya que son incapaces de vender sus productos fabricados en Europa a precios que cubran sus costes.
En definitiva, los fabricantes europeos buscan una solución al dilema de seguir deteniendo la producción y arriesgarse a una salida controlada o a la quiebra a finales de año, “cuando las existencias de las empresas tengan que devaluarse en función de las condiciones del mercado, o, para los que puedan, emigrar a EEUU o a otras regiones del mundo que apoyan el renacimiento de su propia industria fotovoltaica”.
elperiodicodelaenergia.com
El gasto europeo en importación de energía solar fotovoltaica se ha disparado, pasando de unos 6.000 millones de euros en 2016 a más de 25.000 millones de euros el año pasado
La industria europea de fabricación de energía solar se enfrenta a una grave crisis debido a las tácticas de precios de los fabricantes chinos de módulos fotovoltaicos. Así, los líderes de la industria solar europea —a través del Consejo Europeo de Fabricantes Solares (ESMC, por sus siglas en inglés)— han unido fuerzas para abordar este problema de manera proactiva y han instado tanto a la Comisión Europea como a los Estados miembros a actuar con rapidez y excluir del mercado europeo a los módulos solares producidos con trabajo forzoso o en condiciones laborales inaceptables.
“No podemos competir con la esclavitud moderna y no haremos la vista subida de peso. Grandes volúmenes de módulos fotovoltaicos producidos de forma poco ética -originalmente destinados al mercado estadounidense, pero cuya entrada se vio impedida por la Ley de Prevención del Trabajo Forzoso Uigur (UFLPA, por sus siglas en inglés)- se vierten ahora en Europa, que carece de procesos para detener los módulos fabricados con trabajo forzoso” declaran en la carta conjunta.
Adquisición de emergencia
Aunque Bruselas se ha comprometido oficialmente y ha dado pasos adelante en el lanzamiento de marcos políticos y medidas de apoyo para fomentar el renacimiento de la industria fotovoltaica europea, el impacto real de estas iniciativas “corre el riesgo de ser en vano por un ataque intencionado y deliberado de los fabricantes fotovoltaicos chinos”.
Por ello, al igual que hizo SolarPower Europe, han pedido también la adquisición de emergencia de los inventarios de módulos fotovoltaicos “mediante el perfeccionamiento de un proceso de licitación competitivo dentro del Marco Temporal de Crisis y tras*ición (TCTF) o mediante la elaboración del marco del Fondo para Ucrania para la ayuda y reconstrucción de Ucrania, y/o, eventualmente, también para la ayuda energética para África”.
ESMC ha pedido también fomentar a los instaladores y desarrolladores de proyectos fotovoltaicos europeos para que incorporen una participación mínima de la producción europea a lo largo de toda la cadena de valor fotovoltaica para el despliegue de este tipo de energía.
Importaciones
En los últimos meses, tal y como relatan los firmantes de la carta, los cimientos de la industria fotovoltaica europea se han “deteriorado drásticamente”. El gasto europeo en importación de energía solar fotovoltaica se ha disparado, pasando de unos 6.000 millones de euros en 2016 a más de 25.000 millones de euros el año pasado. En particular, en los puertos europeos, principalmente el de Rotterdam, existe actualmente un importante almacenamiento de módulos fotovoltaicos chinos que cubren el doble de la totalidad de la demanda anual de Europa.
A pesar del gran inventario de principios de año, las importaciones han seguido aumentando en los seis primeros meses de 2023. Tanto, que van camino de establecer un nuevo récord de 120 gigavatios (GW), superando las instalaciones previstas en 2023 de algo más de 60 GW.
A principios de 2023, las empresas chinas, cuyos costes de producción se estiman en torno a 20 céntimos de euro por vatio, según las cifras declaradas, “adoptaron una postura de ‘dumping’ en el mercado europeo”. “Ofrecen a los clientes europeos una serie de contratos de 2 años, con precio sistemáticamente por debajo de los 15 céntimos de euro por vatio. Estas ofertas están supeditadas a pedidos anuales mínimos de 2 MW e incluyen una cláusula de exclusividad”.
Como consecuencia de las agresivas acciones de los proveedores chinos, la producción europea de módulos fotovoltaicos cayó en picado y actualmente los fabricantes europeos de módulos fotovoltaicos tienen más de 500 MW de sus módulos producidos en stock —más de 30% de la capacidad de fabricación anual de media—, ya que son incapaces de vender sus productos fabricados en Europa a precios que cubran sus costes.
En definitiva, los fabricantes europeos buscan una solución al dilema de seguir deteniendo la producción y arriesgarse a una salida controlada o a la quiebra a finales de año, “cuando las existencias de las empresas tengan que devaluarse en función de las condiciones del mercado, o, para los que puedan, emigrar a EEUU o a otras regiones del mundo que apoyan el renacimiento de su propia industria fotovoltaica”.
La industria solar europea exige excluir del mercado módulos solares producidos con trabajo forzoso
<p>La industria europea de fabricación de energía solar se enfrenta a una grave crisis debido a las tácticas de precios de los fabricantes chinos de módulos ...
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