Niño Dios
Mesías
La Iglesia Católica fue junto al régimen de Habyarimana la principal promotora, colaboradora y ejecutora del genocidio ruandés, en el cuál fueron asesinados entre 800.000 y 2.000.000 de ruandeses y hubo varios millones de exiliados, principalmente de etnia tutsi.
Las motivaciones de esta masacre fueron tanto étnicas (hutus de origen bantú 85%; tutsis de origen nilótico 15%; twas de origen pigmeo 1%, los cuáles son los pobladores ancestrales de Ruanda) como religiosas (católicos 65% predominantemente hutus; protestantes 21% predominantemente tutsis; 1'8% fiel a la religión del amores; 1'1% animistas predominantemente twas) y políticas (ya que también fueron asesinados opositores hutus al régimen de Habyarimana).
El papel de la Iglesia Católica como promotora, colaboradora y ejecutora del genocidio fue fundamental y decisivo. Empezando por el máximo jerarca de la organización vaticana en Ruanda, el arzobispo de Kigali (capital del país) Vincent Nsengiyumva, el cuál era miembro del comité central del partido único del presidente Habyanmana el NRMD (Movimiento Nacional para el Desarrollo por sus siglas en inglés) y siguiendo por miles de sacerdotes y monjas que no sólo llamaban desde sus púlpitos al asesinato masivo de tutsis, protestantes y twas a la vez que colaboraban activamente con las milicias de exterminio Interahamwe sino que además llevaban a cabo los asesinatos con sus propias manos.
Asesinatos que por cierto fueron financiados por organizaciones globalistas a través de fondos "desviados" de las "ayudas para el desarrollo" sufragados por el Banco Mundial y el FMI bajo el concepto de "Programa de Ajuste Estructural". Se estima que el monto total invertido en la masacre fue de 134 millones de USD, de los cuáles 4'6 fueron gastados sólo en la compra de machetes.
Tanto Juan Pablo II como Francisco I y la jerarquía eclesiástica ruandesa han admitido públicamente el papel capital de la Iglesia Católica en este genocidio:
Papa pide perdón por los
Papa pide perdón por papel de la Iglesia en el genocidio en Ruanda - Diario1
Los obispos de Ruanda piden perdón por el genocidio de 1994
Sin embargo, éstas no son mas que hipócritas y vacuas declaraciones, ya que la actitud de facto de la Iglesia Católica (siguiendo su política habitual cuando se destapan los innumerables casos de violaciones de niños perpetrados por sus miembros o su participación como una de las principales organizaciones internacionales que fungen de tapadera para el blanqueo de dinero sucio de mafiosos y narcos...) es la de encubrir sus crímenes, obstruir la acción de la Justicia y amparar entre sus filas a los criminales todo cuanto pueden, tal y como hicieron con el sacerdote Wenceslas Munyeshyaka (líder en la parroquia Sainte-Famille de Kigali), el cuál fue denunciado por participar en el genocidio pero logró escapar a Francia con ayuda de sacerdotes franceses, donde continuó con sus actividades eclesiásticas hasta que fue finalmente arrestado y acusado de haber aportado listas de civiles a la Interahamwe así como por la violación de jóvenes refugiadas, siendo posteriormente desestimados estos cargos por falta de suficientes pruebas.
Para finalizar cabe señalar que, al contrario que la Iglesia Católica, otras organizaciones religiosas como los Testigos de Jehová o los tan denostados fiel a la religión del amores, no sólo se negaron a entregar a sus correligionarios a los escuadrones de exterminio Interahamwe, sino que además se opusieron activamente a colaborar en el genocidio.
Así que esperemos que algún día la Iglesia Católica responda por fin ante la Justicia de sus abyectos e innumerables crímenes...
Las motivaciones de esta masacre fueron tanto étnicas (hutus de origen bantú 85%; tutsis de origen nilótico 15%; twas de origen pigmeo 1%, los cuáles son los pobladores ancestrales de Ruanda) como religiosas (católicos 65% predominantemente hutus; protestantes 21% predominantemente tutsis; 1'8% fiel a la religión del amores; 1'1% animistas predominantemente twas) y políticas (ya que también fueron asesinados opositores hutus al régimen de Habyarimana).
El papel de la Iglesia Católica como promotora, colaboradora y ejecutora del genocidio fue fundamental y decisivo. Empezando por el máximo jerarca de la organización vaticana en Ruanda, el arzobispo de Kigali (capital del país) Vincent Nsengiyumva, el cuál era miembro del comité central del partido único del presidente Habyanmana el NRMD (Movimiento Nacional para el Desarrollo por sus siglas en inglés) y siguiendo por miles de sacerdotes y monjas que no sólo llamaban desde sus púlpitos al asesinato masivo de tutsis, protestantes y twas a la vez que colaboraban activamente con las milicias de exterminio Interahamwe sino que además llevaban a cabo los asesinatos con sus propias manos.
Asesinatos que por cierto fueron financiados por organizaciones globalistas a través de fondos "desviados" de las "ayudas para el desarrollo" sufragados por el Banco Mundial y el FMI bajo el concepto de "Programa de Ajuste Estructural". Se estima que el monto total invertido en la masacre fue de 134 millones de USD, de los cuáles 4'6 fueron gastados sólo en la compra de machetes.
Tanto Juan Pablo II como Francisco I y la jerarquía eclesiástica ruandesa han admitido públicamente el papel capital de la Iglesia Católica en este genocidio:
Papa pide perdón por los
Papa pide perdón por papel de la Iglesia en el genocidio en Ruanda - Diario1
Los obispos de Ruanda piden perdón por el genocidio de 1994
Sin embargo, éstas no son mas que hipócritas y vacuas declaraciones, ya que la actitud de facto de la Iglesia Católica (siguiendo su política habitual cuando se destapan los innumerables casos de violaciones de niños perpetrados por sus miembros o su participación como una de las principales organizaciones internacionales que fungen de tapadera para el blanqueo de dinero sucio de mafiosos y narcos...) es la de encubrir sus crímenes, obstruir la acción de la Justicia y amparar entre sus filas a los criminales todo cuanto pueden, tal y como hicieron con el sacerdote Wenceslas Munyeshyaka (líder en la parroquia Sainte-Famille de Kigali), el cuál fue denunciado por participar en el genocidio pero logró escapar a Francia con ayuda de sacerdotes franceses, donde continuó con sus actividades eclesiásticas hasta que fue finalmente arrestado y acusado de haber aportado listas de civiles a la Interahamwe así como por la violación de jóvenes refugiadas, siendo posteriormente desestimados estos cargos por falta de suficientes pruebas.
Para finalizar cabe señalar que, al contrario que la Iglesia Católica, otras organizaciones religiosas como los Testigos de Jehová o los tan denostados fiel a la religión del amores, no sólo se negaron a entregar a sus correligionarios a los escuadrones de exterminio Interahamwe, sino que además se opusieron activamente a colaborar en el genocidio.
Así que esperemos que algún día la Iglesia Católica responda por fin ante la Justicia de sus abyectos e innumerables crímenes...
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