La guerra de Ucrania no es una guerra de repúblicas pro rusas... Es el centro del teatro de esta 3 GM...

qaral

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El país o países que venzan la guerra de Ucrania ganará la 3GM... Si vence pilinguin toda Europa colapsará y los EEUU se retirarán como en Afganistán y Taiwán, dejando solos a los Británicos y Australianos frente a China y su intento de emular a Japón en la Segunda Guerra Mundial... pero China, no, sino su partido comunista del pueblo, tiene enfrente una reacción nuclear que borre a China y a Corea de Norte del Mundo, eso si el desastre de la economía, como está pasando, no acabe antes con el partido comunista del pueblo, y una revolución de la ciudadanía lo derroque como se está gestando... Oriente medio es una ficha de dominó enrocada, lo más plausible es que Israel borre al régimen de los ayatolas no disparando una bomba nuclear si haciendo bolar toda la central nuclear de Terán... Vencido la república extremista iraní todos los demás países pro iraníes se replegarán.... Por este motivo, la clave de esta guerra es Ucrania... Los conflictos como jovenlandia y Argelia, en medio España quedarían totalmente neutralizados, si pilinguin pierde, no Crimea, sino Ucrania... hasta los Balcanes se silenciarían antes de volver a las andadas... Por este motivo quién logre ganar Ucrania vencerá esta contienda mundial... Si pierde pilinguin cederá a una Rusia democrática y acordará su retirada de la política... Crimea quedará tanto rusa como ucraniana en el momento que Ucrania entre en LA OTAN... el conflicto no serán misiles nucleares tácticos entre EEUU y pilinguin... será una guerra de guerrillas, ni siquiera de comandos... sino de mandos, hombres y mujeres que caerán sobre los sistemas militares de pilinguin, en sus propias filas, en retaguardia, neutralizando sus primeras líneas de combates... es como si en una manda de elefantes, los efectivos de las tropas especiales rusas, soltaras un ratón, ni siquiera las fuerzas de LA OTAN plantarán batalla... tan efectivos son estos cuerpos individuales de irregulares, guerrilla, que en las propias narices de los efectivos rusos desmontarán sus lanzaderas, neutralizándolas, como sus aviones, no tocando ni la infantería, ni los cuerpos especiales, ni su artillería ni carros, las lanzaderas móviles nucleares ocultas, las que están listas para lanzar los misiles nucleares, quedarán al descubierto de estos hombres y estas mujeres... los satélites marcarán sus ubicaciones tras la acción de los-as mandos y serán destruidas... en el caos pilinguin verá que ha perdido y claudicará para salvar el ojo ciego... Diez años después de la democracia de Rusia esta se unirá a LA OTAN y LA OTAN desaparecerá formándose un ejercito occidental continental... entre los países democráticos y será el final de las guerras mortales... abriéndose un futuro miliar mortal global hacia el espacio exterior...

El Conflicto en Ucrania: El primer enfrentamiento serio de Rusia con Occidente durante la etapa de la Post-Guerra Fría
El conflicto en Ucrania: el primer enfrentamiento serio entre Rusia y Occidente en la era de la posguerra fría
El conflicto en Ucrania, el primer gran antagonismo entre Rusia y Occidente desde el final de la Guerra Fría

Pablo Telman Sánchez Ramírez1

1 Profesor-investigador del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, campus Ciudad de México, México (ptelman@itesm.mx).


RESUMEN
Ucrania se ha convertido en una región inestable, plagada de conflictos y resentimientos nacionalistas alentados inicialmente desde fuera de sus fronteras. A partir de octubre de 2013, Ucrania se convierte en la prioridad de la política exterior de Rusia y en la razón de un serio enfrentamiento diplomático, comercial y económico con Estados Unidos y Europa. Es muy probable que como resultado de su estrategia en Ucrania, Occidente obtenga precisamente lo contrario de lo planificado en relación con Rusia: un fortalecimiento de su liderazgo en el escenario regional y global; una nueva escalada de rearme militar sobre todo en la aviación estratégica y en la defensa aeroespacial; y que el nacionalismo ruso gane mayor peso e influencia a nivel nacional y regional.
Palabras clave: conflicto interno; separatismo; nacionalismo; injerencia; sanciones
ABSTRACTO
Ucrania se ha convertido en una región inestable plagada de conflictos y resentimiento nacionalista, inicialmente alentado desde fuera de sus fronteras. En octubre de 2013, Ucrania se convirtió en una prioridad de la política exterior rusa y en la base de un serio enfrentamiento diplomático, comercial y económico con Estados Unidos y Europa. Es muy probable que como resultado de su estrategia en Ucrania, Occidente logre precisamente lo contrario de lo que pretendía con respecto a Rusia: un fortalecimiento del liderazgo de esta última en el escenario regional y global; una nueva escalada del rearme militar, especialmente en la aviación estratégica y la defensa aeroespacial; y que el nacionalismo ruso adquirirá más peso e influencia a nivel nacional y regional.
Keywords: conflicto interno; separatismo; nacionalismo; influencia; sanciones
ABSTRACTO
Ucrania se ha convertido en una región inestable, plagada de conflictos y resentimientos nacionalistas que originalmente fueron alentados desde el exterior. En octubre de 2013, Ucrania se convirtió en la prioridad de la política exterior rusa y en la causa de importantes diferencias, diplomáticas, comerciales y económicas, que la separaban de Estados Unidos y Europa. Es muy probable que la estrategia de Occidente en Ucrania le traiga exactamente lo contrario de lo que busca en sus relaciones con Rusia: un papel más importante para esta última a nivel regional y global; un mayor aumento de armamentos, especialmente en la aviación estratégica y la defensa aeroespacial; y la posibilidad de que el nacionalismo ruso gane peso y
Keywords: conflicto interno; separatismo; nacionalismo; interferencia; sanciones
1. INTRODUCCIÓN
Ucrania se convirtió en un Estado ingobernable de manera inesperada y repentina. De haber sido la república post-soviética más estable desde el punto de vista político, económico y social durante la década de 1990, se ha convertido en una zona inestable, plagada de conflictos armados y resentimientos nacionalistas alentados en cierta medida y, sobre todo, en sus inicios, desde fuera de sus fronteras. En el momento actual (diciembre de 2014), ya se cuenta con más de 5 000 muertos y un millón de desplazados como consecuencia de la guerra.
El objetivo del presente artículo es analizar el escenario, las causas, condiciones y la naturaleza del conflicto político, ideológico y bélico en Ucrania, no solamente desde el punto de vista interno del país, sino también desde una óptica más amplia, regional y global, al tomar en cuenta todas las partes involucradas y comprometidas en el avance del diferendo. En este análisis serán imprescindibles las continuas referencias no solamente a los intereses y posturas de Rusia, sino también de Estados Unidos y Europa en relación con Ucrania, así como la importancia que reviste este país para ambas partes, pero también para la propia relación entre ellos. El conflicto en Ucrania y el equilibrio de intereses y poderes de las principales potencias alrededor del mismo tiene connotaciones no solamente regionales, sino también globales al demostrarse que la contención de Rusia se mantiene como una prioridad, en primer lugar de la política exterior de Estados Unidos y que es apoyada por una parte de los países de la Unión Europea. Este bloque mantiene divergencias importantes entre sus miembros en relación con la estrategia que se debe llevar a cabo en relación con Moscú. Toda esta problemática se abordará desde una perspectiva objetiva y analíticointerpretativa, también utilizando una breve pero necesaria referencia histórica. Se realizará un análisis sucinto de la naturaleza y desenvolvimiento de los vínculos bilaterales ruso-ucranianos a lo largo de varios siglos.
El desenvolvimiento acelerado y radical del reciente diferendo en Ucrania demostró hasta qué punto pueden ser importantes los estímulos e influencias externos que llegaron a convertirse en detonante de una situación de conflicto que hasta ese momento yacía latente, pero controlada. Así mismo, el caso de Ucrania demostró una vez más no solamente los mantenidos desacuerdos ideológicos y geopolíticos existentes entre Rusia y Estados Unidos (Europa incluida), sino también el alto nivel de subjetividad que existe en muchos medios de información internacionales, que, lejos de mostrar la realidad desde una perspectiva integral, se limitan a resaltar aristas específicas del conflicto, todo lo cual conduce a presentar una información sesgada e incompleta del asunto en cuestión. Varias fuentes occidentales han intentado mostrar una realidad no completamente objetiva y realista de la situación imperante en la región este de Ucrania.
Luego de las manifestaciones ocurridas en la Plaza Maidán de Kiev (octubre de 2013), producto de la negativa del entonces presidente Víctor Yanukovich de firmar el Pacto de Asociación con la Unión Europea, se inició un proceso de enfrentamientos dentro de la sociedad ucraniana. La atmósfera política interna se polarizó y tensó como nunca antes y fue instaurado un nuevo gobierno de facto que nunca llegó a tener las credenciales necesarias, ni las facultades pertinentes para avanzar en el proceso de negociación y de pacificación nacional. Por el contrario, los representantes del nuevo gobierno interino encabezado por el primer ministro Oleksander Turchinov radicalizaron las posturas de condena contra el expresidente Yanukovich, así como las acusaciones a Rusia por apoyar los procesos secesionistas en el Este del país. Sin embargo, las violaciones a los derechos humanos de los ciudadanos que se opusieron al gobierno interino de Kiev en los territorios del Este por parte del nuevo gobierno fueron acalladas en los medios de información nacionales. La conformación de las tropas del nuevo ejército nacional, conocido también como Guardia Nacional, demostró la parcialidad de las nuevas autoridades de Kiev al favorecer la incorporación en sus filas a jóvenes de abierta tendencia neofascista y miembros del conocido grupo Pravyi Sektor (Sector de Derecha), cuyo propósito no era tanto restablecer la paz y el orden en las regiones en conflicto, sino más bien recuperar las ciudades del Este que se habían convertido en el cuartel general de las fuerzas rebeldes separatistas. Estas fuerzas pro-rusas se autodenominaban "milicias de autodefensa" y reclamaban la separación definitiva o, en algunos casos, una federalización del país. De tal forma, se iniciaba un conflicto interno sin precedentes en la vida moderna de Ucrania.
A partir de octubre del año 2013, Ucrania se convierte en la prioridad de la política exterior de Rusia, no solamente en el marco del llamado cercano extranjero (blizhnii zaruviezh),1 sino también dentro de la política exterior global del Estado ruso. La abrupta reacción de Moscú ante los hechos ocurridos en Ucrania no resultó una sorpresa ni una improvisación, pues en los postulados y concepto de política exterior adoptados en los años 1999, 2008 y 2013, así como en las doctrinas de defensa y nuclear2 se contemplaban situaciones hipotéticas de inestabilidad y conflicto similares a las registradas en Ucrania y que eran consideradas como una amenaza a la seguridad nacional. Durante todos estos años, se ha mantenido una línea realista, nacionalista, pero también pragmática dentro de la política exterior y de seguridad nacional de Rusia.
Entre los objetivos fundamentales de la actual doctrina de política exterior rusa se encuentran el mantener una estrategia de protección de los intereses nacionales del Estado ruso que no fomente la confrontación con otros Estados, así como la protección de los derechos humanos e intereses legítimos de los ciudadanos rusos y también de los paisanos residentes fuera del país.3 Actualmente, se encuentran más de doce millones de ciudadanos de origen ruso en Ucrania, que tanto desde el punto de vista cultural, como lingüístico y étnico se mantienen estrechamente vinculados con el país vecino. Rusia no llegó a invadir a Ucrania y de hecho retiró sus tropas de 50 000 efectivos que tenía desplegadas en las fronteras comunes, para facilitar el proceso de elecciones que se llevó a cabo en mayo de 2014, así como el cumplimiento de los acuerdos que recién habían sido firmados en Ginebra.
2. Antecedentes históricos
Para entender la dimensión y el alcance de la estrategia desplegada por el gobierno ruso ante el escenario de inestabilidad y conflicto del país vecino, se deben tomar en cuenta los antecedentes históricos de la compleja, pero a la vez estrecha, interdependiente e intensa relación bilateral que ha existido entre Rusia y Ucrania a lo largo de más de mil años, desde la creación de la Kievskaya Russ (Rusia Kievita) en el siglo IX. El territorio conocido como Ucrania tiene un pasado plagado de guerras y continua división tanto étnica, como territorial, política e ideológica. El pasado de Ucrania puede ser comprendido con base en la historia de varios imperios europeos, incluido el otomano. Dentro de las conquistas del Imperio Otomano se encontraba el Kanato de Crimea, cuyo territorio era ocupado por una mayoría tártara. Este territorio perteneció a los otomanos hasta el año 1774, posteriormente se efectuó la anexión de Crimea al Imperio Ruso en 1783, durante el gobierno de la emperatriz Catalina la Grande. Por ejemplo, en el caso de Crimea y las acusaciones de anexión por parte de Rusia, habría que señalar que esta península fue la base naval de la fuerza marítima del imperio ruso desde el siglo xviii, cuando Catalina la Grande dispuso la anexión de la península al imperio ruso, luego de la victoria sobre el Imperio Otomano. Con Catalina la Grande se emprendieron varias campañas de "rusificación" mediante las cuales se influyó de manera cultural y política a la población de Ucrania para que adoptaran las costumbres rusas, incorporando a los practicantes de la Iglesia Uniata dentro de la Iglesia Ortodoxa. En el lado oeste de Ucrania ha existido siempre una mayor identificación cultural, histórica e ideológica con una raíz europea occidental debido a la pertenencia de estos territorios a Polonia y al Imperio Austro-Húngaro a partir del siglo xviii. Por el contrario, la parte oriental de Ucrania tiene un contexto mucho más cercano a Rusia a partir de su conquista por parte del Imperio Ruso tras las particiones de Polonia. Durante gran parte del siglo XIX, fueron prohibidas las publicaciones en ucraniano, así como la alfabetización en esta lengua en el territorio ucraniano.
Durante los primeros años de la existencia de la Unión Soviética (durante el mandato de Lenin fundamentalmente), se llevó a cabo una política de inclusión de las etnias no rusas dentro del incipiente Estado soviético. Como consecuencia de esta estrategia multicultural del Estado bolchevique, se permitió el uso, estudio y publicación de obras en lengua ucraniana. Por el contrario, a partir de 1924 y durante el régimen de Iosif Stalin se adoptó una política de rusificación forzosa, en la que se persiguió al nacionalismo ucraniano de manera extremista y sanguinaria.
En 1954, Nikita Jruschov tomó la decisión de ceder el territorio estratégico de Crimea a la República Socialista Soviética de Ucrania. La dirigencia soviética jamás imaginó que exactamente sesenta años después de haber adoptado esta decisión se desataría un conflicto de tal magnitud entre Rusia y Ucrania por ese enclave estratégico, que también guarda un valioso legado histórico producto de la victoria soviética sobre el fascismo en el año 1945. Finalmente, el hecho de ceder la región de Crimea a Ucrania fue un hecho ilegítimo debido a que el Presidium del Soviet Supremo de la Unión Soviética no tenía las facultades necesarias para ceder territorios de una república soviética a otra y ese acontecimiento contradijo los postulados de la Constitución de la URSS de 1937. Se demostraba una vez más el poder de decisión que tenía la figura del Presidente del Buró Político del PCUS, del Presidium del Soviet Supremo y del Comité Central, que como dijimos en ese momento recaía en Nikita Jruschov.
Durante el mandato de Mijaíl Gorbachov se abrieron las oportunidades para que los pueblos y nacionalidades que formaban parte de la Unión Soviética adquirieran un espacio para defender sus intereses y preocupaciones nacionales. Así comenzó el fin del Estado soviético al tomar fuerza las tendencias separatistas, que finalmente vencieron al régimen soviético con la desintegración de la Unión Soviética.
El 20 de enero de 1991 se realizó un referéndum en Crimea en el cual la mayoría aplastante de los votantes (93.26%) se pronunció a favor de la reconstrucción de la República Socialista Soviética Autónoma de Crimea como sujeto de la URSS y miembro del Tratado de la Unión. Esta consulta popular demostró la inconformidad de los ciudadanos con el traspaso de su territorio a Ucrania en 1954 y con la abolición en 1945 de la República Autónoma Socialista Soviética de Crimea y la creación en su lugar de la región de Crimea. Sin embargo, a finales de ese mismo año desaparecía la URSS como Estado y Ucrania y Rusia se convertían en dos países independientes, por lo que Crimea permanecería bajo el control de Ucrania.
En 1992, la Federación Rusa reclama la devolución de Crimea a lo que el gobierno de Leonid Kravchuk se opone y le conceden el estatuto de república autónoma. En 1997 se firma un acuerdo para que Rusia conservase la base naval de Sebastopol y otras instalaciones militares de Crimea por un plazo de veinte años.4 En 2010, con la llegada de Víctor Yanukovich, se firma un acuerdo con Rusia para extender hasta el año 2042 la permanencia en Crimea de la Flota Rusa del Mar neցro, a cambio de la rebaja en un 30% del precio del gas para Ucrania.
 
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