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La multinacional estadounidense anuncia el cierre temporal de otros nueve restaurantes en Rusia
Sobre el fondo de las sanciones impuestas a Moscú por Occidente por la anexión de Crimea y su papel en la actual guerra en el este de Ucrania, la división rusa de McDonald's acaba de anunciar el cierre temporal de otros nueve restaurantes de su cadena en el país eslavo, casi todos en la capital rusa y en la región de Moscú. En agosto se aplicó la misma medida a doce establecimientos y en septiembre a seis. De los 435 comedores McDonald's que funcionan en Rusia, 200 han sido ya objeto de minuciosas comprobaciones. Casi la mitad.
La justificación que esgrimen las autoridades rusas para llevar a cabo tal acoso es la «necesidad de evitar que se violen las normas sanitarias». En la web rusa de la compañía se informa que en el momento actual las suspensiones afectan a nueve de sus locales, ya que algunos de los cerrados anteriormente han vuelto a abrir sus puertas.
Uno de los que continúan clausurados es el situado en la céntrica Plaza Pushkin de Moscú, que se abrió en 1990 y fue el primero existente en la Unión Soviética. «Lamentamos la decisión judicial y la vamos a recurrir», reza la nota difundida por McDonald's en su portal de Internet.
La periodista Marina Koren afirma que «Rusia emplea a menudo el embargo contra productos extranjeros, sobre todo alimenticios, por razones políticas». Esta práctica ya se vio en los últimos años en relación con los vinos georgianos y moldavos. Es el Gobierno, según el diario Kommersant, el órgano que ordena que se lleven a cabo las comprobaciones.
El problema es que esta forma de responder a las sanciones de Estados Unidos pone en peligro los puestos de trabajo de los cerca de 37.000 rusos y rusas que trabajan en McDonald's.
Además, el 85% de los ingredientes que se emplean para preparar los menús proceden de empresas rusas, que verían disminuidas sus ventas en caso de que la multinacional desapareciera del país. Tal posibilidad causaría un gran perjuicio al consumidor, ya que este fast food goza de una gran popularidad en Rusia. Pese a todo, el viceprimer ministro ruso, Arkadi Dvorkóvich, aseguró el mes pasado que «nadie habla del cierre total de los restaurantes de McDonald's».
Euromonitor cifra las ventas de McDonald's en Rusia durante el último año en 2.200 millones de dólares, lo que constituye el 8% de todo el monto global, establecido en 28.000 millones. La agencia Interfax sostiene que su volumen de negocio aumentó en 2013 en un 18%. Los analistas de Morgan Stanley subrayan que el mercado ruso supone para la cadena 260 millones de euros de beneficio anual.
Hasta antes de que estallase la crisis ucraniana, McDonald's mantenía unas excelentes relaciones con el Kremlin. Fue uno de los patrocinadores oficiales de los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi. El pasado mes de agosto, la empresa tuvo que cerrar los tres restaurantes que tenía abiertos en Crimea por «problemas logísticos».
La guerra de pilinguin contra McDonald's - ABC.es
Sobre el fondo de las sanciones impuestas a Moscú por Occidente por la anexión de Crimea y su papel en la actual guerra en el este de Ucrania, la división rusa de McDonald's acaba de anunciar el cierre temporal de otros nueve restaurantes de su cadena en el país eslavo, casi todos en la capital rusa y en la región de Moscú. En agosto se aplicó la misma medida a doce establecimientos y en septiembre a seis. De los 435 comedores McDonald's que funcionan en Rusia, 200 han sido ya objeto de minuciosas comprobaciones. Casi la mitad.
La justificación que esgrimen las autoridades rusas para llevar a cabo tal acoso es la «necesidad de evitar que se violen las normas sanitarias». En la web rusa de la compañía se informa que en el momento actual las suspensiones afectan a nueve de sus locales, ya que algunos de los cerrados anteriormente han vuelto a abrir sus puertas.
Uno de los que continúan clausurados es el situado en la céntrica Plaza Pushkin de Moscú, que se abrió en 1990 y fue el primero existente en la Unión Soviética. «Lamentamos la decisión judicial y la vamos a recurrir», reza la nota difundida por McDonald's en su portal de Internet.
La periodista Marina Koren afirma que «Rusia emplea a menudo el embargo contra productos extranjeros, sobre todo alimenticios, por razones políticas». Esta práctica ya se vio en los últimos años en relación con los vinos georgianos y moldavos. Es el Gobierno, según el diario Kommersant, el órgano que ordena que se lleven a cabo las comprobaciones.
El problema es que esta forma de responder a las sanciones de Estados Unidos pone en peligro los puestos de trabajo de los cerca de 37.000 rusos y rusas que trabajan en McDonald's.
Además, el 85% de los ingredientes que se emplean para preparar los menús proceden de empresas rusas, que verían disminuidas sus ventas en caso de que la multinacional desapareciera del país. Tal posibilidad causaría un gran perjuicio al consumidor, ya que este fast food goza de una gran popularidad en Rusia. Pese a todo, el viceprimer ministro ruso, Arkadi Dvorkóvich, aseguró el mes pasado que «nadie habla del cierre total de los restaurantes de McDonald's».
Euromonitor cifra las ventas de McDonald's en Rusia durante el último año en 2.200 millones de dólares, lo que constituye el 8% de todo el monto global, establecido en 28.000 millones. La agencia Interfax sostiene que su volumen de negocio aumentó en 2013 en un 18%. Los analistas de Morgan Stanley subrayan que el mercado ruso supone para la cadena 260 millones de euros de beneficio anual.
Hasta antes de que estallase la crisis ucraniana, McDonald's mantenía unas excelentes relaciones con el Kremlin. Fue uno de los patrocinadores oficiales de los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi. El pasado mes de agosto, la empresa tuvo que cerrar los tres restaurantes que tenía abiertos en Crimea por «problemas logísticos».
La guerra de pilinguin contra McDonald's - ABC.es