jalp9000
Madmaxista
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El Domingo se publicó un artículo parecido aquí Analisis - La gran mentira de los «influencers» y hoy lo hace El Mundo.
La gran farsa de los influencers: el lado oscuro del millonario negocio del postureo
Más de 20 millones de personas trabajan como influencers en todo el mundo. La profesión del siglo XXI, decían. Youtubers, influencers y viceversa. Un negocio que mueve ya más de 1.000 millones de euros y que llegó para reinventar el mercado de la publicidad. Al fin y al cabo era tan sencillo como acumular seguidores y escribir un mensaje en Twitter o subir una foto a Instagram elogiando las bondades de un producto para que las ventas se disparasen.
La mayor parte de su comunidad es falsa y su audiencia es de muy baja calidad. Más de la mitad de sus seguidores son bots (usuarios falsos automatizados) y alguien debió advertirle de que un bot no compra camisetas». Quien resume el drama 2.0 de Arii es Luis Díaz, CEO de la agencia de influencer marketing Human to Human (H2H). El año pasado, H2H presentó un estudio para analizar el estado del sector en España y las conclusiones son demoledoras.
En 2018 las marcas de nuestro país invirtieron 35 millones de euros en campañas coninfluencers, un 400% más que en 2017. La mitad de esa inversión no tuvo ningún retorno y sin embargo las previsiones dicen que el negocio en nuestro país superará los 100 millones este año. La burbuja no deja de crecer.
El truco es sencillo (y barato). Internet está repleto de páginas web que permiten comprar seguidores en cualquier red social para engordar tu influencia. Por menos de 10 euros puedes conseguir 10.000 nuevos ***owers. Por 75 euros, 100.000. Tener 10.000 likes en tu última foto cuesta unos 18 euros y ganar 500 maravillosos comentarios, menos de 50 euros.
Hoy, según un estudio de Bazaarvoice en Europa, la mitad de los consumidores están cansados de los mensajes repetitivos y de baja calidad que publican los perfiles más seguidos en las redes sociales. Son demasiado materialistas y distorsionan la vida real. Cuatro de cada cinco usuarios confía más en un cliente anónimo que en un influencer.
La gran farsa de los influencers: el lado oscuro del millonario negocio del postureo
Más de 20 millones de personas trabajan como influencers en todo el mundo. La profesión del siglo XXI, decían. Youtubers, influencers y viceversa. Un negocio que mueve ya más de 1.000 millones de euros y que llegó para reinventar el mercado de la publicidad. Al fin y al cabo era tan sencillo como acumular seguidores y escribir un mensaje en Twitter o subir una foto a Instagram elogiando las bondades de un producto para que las ventas se disparasen.
La mayor parte de su comunidad es falsa y su audiencia es de muy baja calidad. Más de la mitad de sus seguidores son bots (usuarios falsos automatizados) y alguien debió advertirle de que un bot no compra camisetas». Quien resume el drama 2.0 de Arii es Luis Díaz, CEO de la agencia de influencer marketing Human to Human (H2H). El año pasado, H2H presentó un estudio para analizar el estado del sector en España y las conclusiones son demoledoras.
En 2018 las marcas de nuestro país invirtieron 35 millones de euros en campañas coninfluencers, un 400% más que en 2017. La mitad de esa inversión no tuvo ningún retorno y sin embargo las previsiones dicen que el negocio en nuestro país superará los 100 millones este año. La burbuja no deja de crecer.
El truco es sencillo (y barato). Internet está repleto de páginas web que permiten comprar seguidores en cualquier red social para engordar tu influencia. Por menos de 10 euros puedes conseguir 10.000 nuevos ***owers. Por 75 euros, 100.000. Tener 10.000 likes en tu última foto cuesta unos 18 euros y ganar 500 maravillosos comentarios, menos de 50 euros.
Hoy, según un estudio de Bazaarvoice en Europa, la mitad de los consumidores están cansados de los mensajes repetitivos y de baja calidad que publican los perfiles más seguidos en las redes sociales. Son demasiado materialistas y distorsionan la vida real. Cuatro de cada cinco usuarios confía más en un cliente anónimo que en un influencer.