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La Generalitat exige al Gobierno permiso para celebrar manifestaciones
El independentismo planea defender en la calle su nuevo relato: que en una Cataluña independiente habria habido menos muertes
El consejero de Interior de la Generalitat, Miquel Buch. ANTONIO MORENO
Así se explica que la Generalitat exija al Gobierno «medidas para garantizar el derecho a manifestación». «Nos preocupa y mucho que alguien quiera aprovechar la esa época en el 2020 de la que yo le hablo que vivimos para laminar los derechos fundamentales de los catalanes», aseveró el consejero de Interior de la Generalitat, Miquel Buch, responsable del amparo institucional a las concentraciones separatistas contra la sentencia del 1-0, incluyendo las marchas que cortaron las autopistas catalanas durante tres días para pedir la liberación de los organizadores del referéndum ilegal o de los cortes de la avenida Meridiana de Barcelona que, hasta que estalló el brote de cobi19, se realizaban diariamente con el beneplácito de la Consejería de Interior.
Tras constatar el interés de Pedro Sánchez en salvar su alianza con ERC y, por tanto, la predisposición del Gobierno a atender tantas reclamaciones como le sean planteadas desde el independentismo catalán, el Govern ha elaborado ya un plan para regular las manifestaciones mientras dure la esa época en el 2020 de la que yo le hablo. Propone el Ejecutivo catalán que la protestas puedan llevarse a cabo con una serie de medidas de seguridad como garantizar la distancia de dos metros entre los manifestantes, que se celebren en calles con una amplitud mínima de 20 metros, el uso obligatorio de mascaras y que sean cocentraciones estáticas, en las que no puedan compartirse pancartas.
El Govern aprobará mañana su protocolo y lo elevará al Gobierno con la pretensión de verlo aprobado y poder garantizar así un marco normativo a las organizaciones independentistas para que vuelvan a salir a la calle a reivindicar la secesión catalana y la liberación de los dirigentes independentistas que impulsaron el 1-O.
La Generalitat lanza esta exigencia sólo un día después de que la ANC, la principal organización separatista catalana, anunciar que no tiene intención de renunciar a manifestarse en la Diada, aunque para ello tenga que sacrificar la habitual manifestación multitudinaria de Barcelona por otras repartidas por todo el territorio catalán y de menor formato.
«La crisis ha evidenciado que desde Cataluña no tenemos las herramientas para hacer frente a una crisis de esta magnitud porque no somos un estado. Por tanto, reivindicaremos la independencia como una necesidad. No podemos renunciar a nuestro mensaje», sostuvo ayer Elisenda Paluzie, la presidenta de la ANC para evidenciar que el independentismo catalán adoptará el «España nos contagia» como nuevo lema para perpetuar su confrontación con el Estado.
Tanto al Govern como la ANC necesitan poder volver a las calles para que el procés no agonice, especialmente teniendo en cuenta que Cataluña debería afrontar en los próximos meses unas nuevas elecciones autonómicas. Comicios que Quim Torra debería haber anunciado hace ya tres semanas, después de quedar aprobados los Presupuestos, pero que el president ha decidido postergar sine die alegando que el Ejecutivo catalán y los partidos que lo forman deben estar ahora volcados exclusivamente en afrontar la crisis sanitaria, económica y social provocada por el el bichito-19.
Además del 11-S, la eventual inhabilitación de Torra por parte del Tribunal Supremo en los próximos meses aparece como otra ocasión propicia para impulsar nuevas movilizaciones separatistas en las calles de Cataluña.
Cs lamenta el uso político de la Diada
La estrategia de la Generalitat ya ha sido detectada por las formaciones constitucionalistas. «Lamentablemente, parece que otro año más el separatismo querrá convertir una celebración como la Diada, que debería ser el reflejo de la riqueza y de la diversidad de la sociedad catalana, en una jornada excluyente para los catalanes que quieren seguir siendo catalanes, españoles y europeos. Pero, si la fase de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo en la que nos encontremos en septiembre lo permite, pueden hacer las manifestaciones que consideren oportunas, respetando siempre las indicaciones de las autoridades sanitarias», defendió ayer el portavoz de Ciudadanos en el Parlament, Carlos Carrizosa.
«Para entonces, esperamos que sean responsables y que tengan en cuenta las medidas de seguridad y de prevención que no tuvieron, por ejemplo, para el acto de Perpiñán del 29 de febrero pasado», añade el dirigente de la formación liberal, recordando la masiva manifestación organizada por el prófugo en la localidad francesa y que congregó a unas 100.000 personas en la localidad francesa, cuando los primeros contagios ya se habían producido en Cataluña.
La Generalitat exige al Gobierno permiso para celebrar manifestaciones
El independentismo planea defender en la calle su nuevo relato: que en una Cataluña independiente habria habido menos muertes
El consejero de Interior de la Generalitat, Miquel Buch. ANTONIO MORENO
- Directo. Todo sobre el cobi19
Así se explica que la Generalitat exija al Gobierno «medidas para garantizar el derecho a manifestación». «Nos preocupa y mucho que alguien quiera aprovechar la esa época en el 2020 de la que yo le hablo que vivimos para laminar los derechos fundamentales de los catalanes», aseveró el consejero de Interior de la Generalitat, Miquel Buch, responsable del amparo institucional a las concentraciones separatistas contra la sentencia del 1-0, incluyendo las marchas que cortaron las autopistas catalanas durante tres días para pedir la liberación de los organizadores del referéndum ilegal o de los cortes de la avenida Meridiana de Barcelona que, hasta que estalló el brote de cobi19, se realizaban diariamente con el beneplácito de la Consejería de Interior.
Tras constatar el interés de Pedro Sánchez en salvar su alianza con ERC y, por tanto, la predisposición del Gobierno a atender tantas reclamaciones como le sean planteadas desde el independentismo catalán, el Govern ha elaborado ya un plan para regular las manifestaciones mientras dure la esa época en el 2020 de la que yo le hablo. Propone el Ejecutivo catalán que la protestas puedan llevarse a cabo con una serie de medidas de seguridad como garantizar la distancia de dos metros entre los manifestantes, que se celebren en calles con una amplitud mínima de 20 metros, el uso obligatorio de mascaras y que sean cocentraciones estáticas, en las que no puedan compartirse pancartas.
El Govern aprobará mañana su protocolo y lo elevará al Gobierno con la pretensión de verlo aprobado y poder garantizar así un marco normativo a las organizaciones independentistas para que vuelvan a salir a la calle a reivindicar la secesión catalana y la liberación de los dirigentes independentistas que impulsaron el 1-O.
La Generalitat lanza esta exigencia sólo un día después de que la ANC, la principal organización separatista catalana, anunciar que no tiene intención de renunciar a manifestarse en la Diada, aunque para ello tenga que sacrificar la habitual manifestación multitudinaria de Barcelona por otras repartidas por todo el territorio catalán y de menor formato.
«La crisis ha evidenciado que desde Cataluña no tenemos las herramientas para hacer frente a una crisis de esta magnitud porque no somos un estado. Por tanto, reivindicaremos la independencia como una necesidad. No podemos renunciar a nuestro mensaje», sostuvo ayer Elisenda Paluzie, la presidenta de la ANC para evidenciar que el independentismo catalán adoptará el «España nos contagia» como nuevo lema para perpetuar su confrontación con el Estado.
Tanto al Govern como la ANC necesitan poder volver a las calles para que el procés no agonice, especialmente teniendo en cuenta que Cataluña debería afrontar en los próximos meses unas nuevas elecciones autonómicas. Comicios que Quim Torra debería haber anunciado hace ya tres semanas, después de quedar aprobados los Presupuestos, pero que el president ha decidido postergar sine die alegando que el Ejecutivo catalán y los partidos que lo forman deben estar ahora volcados exclusivamente en afrontar la crisis sanitaria, económica y social provocada por el el bichito-19.
Además del 11-S, la eventual inhabilitación de Torra por parte del Tribunal Supremo en los próximos meses aparece como otra ocasión propicia para impulsar nuevas movilizaciones separatistas en las calles de Cataluña.
Cs lamenta el uso político de la Diada
La estrategia de la Generalitat ya ha sido detectada por las formaciones constitucionalistas. «Lamentablemente, parece que otro año más el separatismo querrá convertir una celebración como la Diada, que debería ser el reflejo de la riqueza y de la diversidad de la sociedad catalana, en una jornada excluyente para los catalanes que quieren seguir siendo catalanes, españoles y europeos. Pero, si la fase de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo en la que nos encontremos en septiembre lo permite, pueden hacer las manifestaciones que consideren oportunas, respetando siempre las indicaciones de las autoridades sanitarias», defendió ayer el portavoz de Ciudadanos en el Parlament, Carlos Carrizosa.
«Para entonces, esperamos que sean responsables y que tengan en cuenta las medidas de seguridad y de prevención que no tuvieron, por ejemplo, para el acto de Perpiñán del 29 de febrero pasado», añade el dirigente de la formación liberal, recordando la masiva manifestación organizada por el prófugo en la localidad francesa y que congregó a unas 100.000 personas en la localidad francesa, cuando los primeros contagios ya se habían producido en Cataluña.
La Generalitat exige al Gobierno permiso para celebrar manifestaciones