La fuerza de la Reconquista. Revisitando el Pasado para encarar el NWO.

eloriol

Madmaxista
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29 Ene 2012
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En la Edad Media en la antiquísima Hispania habitaron dos cosmovisiones, dos formas de ver el mundo completamente contrapuestas. Por un lado, la cristiana, que bajo la Cruz entendía al hombre como ser libre, que había de amar al prójimo y a Dios, porque Dios tanto amó al Hombre que murió por todos. Y por ello se desarrollaron multitud de instituciones acordes con esta visión. Desde los concejos (asambleas de villas y ciudades), hasta el comunal (campos, prados y bosques comunes a todo el pueblo, cuyo uso era regulado por el concejo), pasando por el parlamento, la libertad de empresa o la libertad de expresión. Por otra, la islámica, que concibe al Hombre como un ser sometido a la voluntad de un Dios sanguinario que no tiene más intención que someter a su propia creación (¿qué sentido tiene que Dios, omnipotente, busque someter lo que ya controla pero no dirige?) Esto, esta idea del Hombre y de la Vida, la odian tanto el Islam como el NWO, por eso se levan entre sí tan bien, y dian tanto los cimientos de la Civilización Occidental.

Solo ver lo bueno del pasado, de lo que nos hizo mejores, es lo que nos permitirá sobrevivir a esta época turbulenta. Del mismo modo que en Hispania cogieron lo griego y latino y lo unieron a lo celtíbero y a lo cristiano y de ahí, surgimos, nosotros deberemos revisitar nuestro pasado para construir el futuro.

Aporto pruebas de que no es una Arcadia Feliz sino que fue una sociedad con sus más y sus menos, pero real y digna para vivir la propia vida y para elevar al Hombre. Para ello, colgaré documentos e imágenes.

La jovenlandesalina no estaba tan extendida como nos han hecho creer, de hecho se resolvían asuntos cotidianos de forma mucho más civilizada que en la actualidad. Por eso creo que la mujer ha sido engañada y no es mala en sí, porque hubo épocas en las que no eran adoctrinadas para ser arpías feminista radicals y se comportaban. Ejemplo; el divorcio:

DIVORCIO EN LA EDAD MEDIA EN LA ESPAÑA CRISTIANA:

Divorcio/Separación en el siglo XV:

DIVORCIO/SEPARACIÓN EN EL SIGLO XV:
A veces, demasiadas veces, la Edad Media es retratada como una edad cruel, primitiva, dominada por la espada antes que por la palabra; esta imagen no es siempre un fiel reflejo de la realidad. Aquí, y al objeto de mostrar que no eran estas gentes tan distintas de nosotros, traigo un par de documentos gallegos, y en gallego, del siglo XV; pertenecen a los libros de notas de sendos notarios público. A cada documento sigue mi propria traducción, más o menos literal.
Rianxo, 1457

[del documento 84 del libro de notas de Álvaro Peres, notario en Rianxo y Posmarcos]
Este día, mes e ano, êno dito lugar, Ferrnand Mjgelles, pedreyro, diso que, por quanto el nô era côtento da vjda que fasja cô Dominga, súa moller, e por nô cabsar mal de hûu ou de outro, que se quería apartar e quitar dela e se quitaua e apartaua dela e la daua por libre e quita para que de oje en deante fose de sy e de seu corpo e fasenda todo quanto quisese e súa vôtade fose, sen pena njgûa. E a dita Dominga diso que, poys así era súa vôtade, que leuase o cárrego delo sobre súa alma, e que lle prasía e que así mjsmo lo soltaua ao dito Ferrnand Mjgelles e se quitaua del para que fosê libres e quitos hûu do outro e o outro do outro; e prometerô amas ditas partes de nô acusar hûu a outro so pena de çent florîs d''''ouro para a parte acusada; do qual diserô que outorgauâ dúas cartas firmes e fortes, quaes en esta rrasô más firmes se podesê faser, feytas en hûu thenor, para cada hûu deles a súa, e aos presentes rrogauâ que fosê testigos; do qual forô testigos: Ferrnando de Catoyra e Gomes de Rribademar, juís, e Diego Maseda, jovenlandesadores en Rriâjo.

[Traducción]
Este día, mes y año, en el dicho lugar, Fernán Miguélez, cantero, dijo que por cuanto él no estaba contento de la vida que hacía con Dominga, su mujer, y por no causar mal el uno al otro, que se quería separar y quitar de ella y se separaba y quitaba de ella y la amaba por libre y quita para que de hoy en adelante hiciese de si y de su cuerpo y de su hacienda todo cuanto quisiese y fuese de su voluntad, sin pena [contraprestación] ninguna.

Y la dicha Dominga dijo que, puesto que así era su voluntad, que llevase la carga de ello sobre su alma, y que le parecía correcto y que así mismo soltaba al dicho Fernán Miguélez y se quitaba de él para que fuesen libres y quitos el uno del otro y el otro del otro; y prometieron ambas partes no acusar el uno al otro bajo pena de cien florines de oro para la parte acusada; de lo cual dijeron que otorgaban dos cartas firmes y fuertes, del tipo que con este motivo más firmes se pudiesen hacer, hechas en un tenor [de idéntico contenido], para cada uno de ellos la suya, y a los presentes rogaron que fuesen testigos; de lo cual fueron testigos: Fernando de Catoira y Gómez de Ribademar, juez, y Diego Maceda, habitantes en Rianxo.

Ourense, 1434

[del documento 73 del libro de notas de Álvaro Afonso, notario en Ourense]
En este día Estevo Calbo e sua moller Eynes de Bobadella, por rason anbos a dous son casados et o dito Estevo alopécico resçebeu a ela por moller et el a ela por marydo, et por quanto ontre elles ha tal desconcordia e desaviinça e ynimistança, asy de matromonio e copula carnal que hun errou contra ho outro e ho outro contra ho outro et de adulterio que anbos a dous feseron et se erraron, por lo qual anbos estan en pecado se fesesen vida, et por tal de faser serviço a deus et cada huun faser do corpo ao seu talente etç, por ende que des aqui en deante davan carta de partiçon hun ao outro et ho outro ao outro, para que des aqui en deante cada huun delles faça do seu corpo a sua vontade livre et quite et desenbargadamente sen contradiçon hun do outro e se posa casar ou abarregar ou dormyr con qual quer persona que quiseer sen enbargo hun do outro, ben como se nonca fosen casados e fosen livres por sentença e dados por livres et quites etç e perdoaron hun ao outro e outro ao outro todos et quaes quer erros e maldades e sen rasoens e vitoperios et adulteirios que hun aja feito ao outro ata este presente día e feseren des aqui en deante, por quanto non podian seer casados etç, para o qual anbos feseron preito de nonca demandar huun ao outro nen outro ao outro nen de se acusaren nen querellaren so penna de ynfames e fe perjuros etç., sobre lo qual outorgaron contrauto forte e firme etç. Tests. Rodrigo Yanes clerigo do coro da igleia d’Ourense et Afonso de Logilde e Vasco, criados de Pascoal Rodrigues e outros.

[Traducción]
En este día Estevo alopécico y su mujer Inés de Bobadela, por razón ambos casados, y el dicho Estevo alopécico la recibió a ella por mujer y a ella a él por marido, y por cuanto entre ellos hay tal discordia y desavenencia y enemistad, así del matrimonio y cópula carnal que uno cometió contra el el otro y el otro contra el otro, y de adulterio que ambos habían hecho y cometido, por lo cual ambos estarían en pecado si hiciesen vida, y por tal de hacer servicio a Dios y cada uno hacer de su cuerpo según su talante, etc, por ello que de aquí en adelante daban carta de separación el uno del otro y el otro del otro, para que de aquí en adelante cada uno de ellos haga de su cuerpo su libre voluntad, sin impedimentos ni contradicción el uno del otro, y se pueda casar o juntar o dormir con cualquier persona que quisiese sin embargo el uno del otro, igual que si nunca hubiesen estado casados y fuesen libres por sentencia y dados por libres y quitos, etc.

Y se perdonaron el uno al otro y el otro al otro todos y cualesquiera errores y maldades y sinrazones y vituperios y adulterios que uno haya hecho al otro hasta este presente día e hiciesen de aquí de adelante, por cuyo motivo no podían estar casados, etc, para lo cual ambos hicieron pleito de nunca demandar el uno al otro ni el otro al otro ni de acusarse ni querellarse bajo pena de infames y perjuros de fe, etc, sobre lo cual otorgaron contrato fuerte y firme, etc. Testigos: Rodrigo Yanes clérigo del coro de la catedral de Ourense y Afonso de Luxilde y Vasco, criados de Pascual Rodrigues y otros.

Enlazo un artículo que habla de situaciones familiares y conyugales gestionadas en la Edad Media al modo de la religión del amor, para que se vea la ENORME diferencia.

ABDERRAMÁN III EL DÉSPOTA QUE QUEMABA LA CARA Y MATABA A NIÑAS

Pero lo más estremecedor del texto es la cuestión de la mujer. Los harenes de la oligarquía hispano-fiel a la religión del amora estaban sobre todo formados por lo que Ibn Hayyan denomina“esclavas-madres”, inquietante locución que tras*mite el atroz estatuto legal y social que tenían entonces las mujeres, sometidas a un patriarcado de una virulencia máxima.

Ibn Hayyan ofrece dos testimonios escalofriantes. Cuenta que estando Abderramán III en un jardín con una de las esclavas de su harén se lanzó “sobre su rostro a besarla y morderla (sic)”, ante lo cual la esclava “torció el gesto”provocando la cólera del dictador que “mandó a los eunucos que la sujetaran y acercaran la vela al rostro, quemando y destruyendo sus encantos”, espeluznante tarea que culminaron “acabando con ella”. Imaginemos el terror que padecieron las otras 6.300 féminas integrantes del harén al enterarse de lo acaecido. Ibn Hayyan añade que en otra ocasión el califa ordenó a su verdugo personal que cortase el cuello a una niña del harén, en su presencia y sin salir de él, también por no haberse conducido sexualmente con él según deseaba, lo que el sayón hizo tras titubear, al parecerle un acto extremadamente cruel.

¿Quiénes eran las víctimas? Podemos hacer su retrato robot con bastante exactitud. Los emires y califas andalusíes tenían una fijación en las mujeres vascas rubias y de ojos azules, de tal manera que apresaban el mayor número posible de éstas para venderlas en los más que florecientes mercados de esclavas de las ciudades andalusíes, donde eran compradas con destino a los serrallos de los altos funcionarios, jefes militares, clérigos coránicos y terratenientes.

Así pues, es muy probable que las dos niñas víctimas del califa cordobés provinieran de Euskal Herria, con una edad comprendida entre los 9 y los 11 años (el islam, como es conocido, promueve legalmente la pedofilia), vírgenes por tanto, que habían sido capturadas en las numerosísimas incursiones de agresión, captura de esclavos y saqueo que el califato efectuó contra los vascones. Eran atrapadas violentamente, traumatizadas al ver a sus familiares muertos a espada, llevadas a pie al sur en marchas agotadoras, vendidas públicamente en el marcado como si fueran ganado, forzadas luego una y otra vez en los harenes, castigadas físicamente por los eunucos guardianes y, en ciertas ocasiones, torturadas y asesinadas por sus propietarios.

Las que cita Ibn Hayyan pudieron ser esclavizadas en la devastadora entrada que las tropas califales hicieron en Álava y Navarra en los años 924 y 925, cuando según aquél“redujeron el país a cenizas”. Pero también es posible que fueran capturadas cualquier otro año, pues el califato guerreó sobre todo contra los vascos, que fu
eron quienes con más determinación se les opusieron. Lo cierto es que no podemos fijar una fecha exacta, ya que casi cada año organizaban aceifas, incursiones de captura de seres humanos en el norte, y en cada una de ellas se apoderaban de miles, e incluso de decenas de miles, de niñas. Los ingresos por la venta de esclavos y, sobre todo, esclavas, eran una parte sustancial de las finanzas del aberrante Estado islámico andalusí.


Lo siguiente es que en los pueblos, el catetismo y el caciquismo viene de la expropiación de los comunales. Antes, no había, excepto en ciertos latifundios del sur, el caciquismo de hoy. Y muchos pueblos y villas se gobernaron en concejo, sin intromisión estatal. Aquí el gobierno de Madrid en el siglo XIII, antes de ser capital.

Esfuerzo y Servicio

EL GOBIERNO DE MADRID.

Con ese título he colgado en mi página un trabajo de mediana extensión, que analiza tan notable documento medieval, elaborado por el concejo de Madrid ese año, esto es, por la red de asambleas soberanas de la villa (de unos 3.000 habitantes) y de las aldeas de la Tierra, en torno a un centenar.
Este asunto permite comprender el funcionamiento del concejo de Madrid en tanto que sistema complejo y multiforme de juntas populares, con el que se autogobernaban unas 20.000 personas, agrupadas en unas 110 asambleas de base. Había además 16 distritos electorales (entonces llamados colaciones), enviando cada uno sus portavoces (que no representantes al estar obligados por el mandato imperativo) al organismo unificador de toda la estructura participativa y de autogobierno popular.
El texto estudia también la asistencia de la villa y Tierra de Madrid en las cortes de Castilla, cuando éstas eran una reunión de portavoces de más de cien entidades similares.
Asimismo, trata sobre las legendarias milicias concejiles y acerca de la participación plena de las mujeres en las asambleas políticas, al mismo tiempo legislativas, judiciales, gubernativas, convivenciales y de dirección de la vida económica.
Todo ello organizaba el gobierno del pueblo por el pueblo, haciendo real la soberanía popular. Los inmensos bienes comunales plasmaban además, según se ha expuesto, la democracia económica, al ser regidos desde el régimen de asambleas, desde el concejo.
El trabajo analiza también el proceso de aniquilación del régimen del concejo abierto en la villa de Madrid, que culmina en 1346 con la imposición del concejo cerrado por el rey Alfonso XI, al establecer éste una junta de regidores de 12 miembros designados por él como ayuntamiento. Así pues, durante 261 años, desde 1085 (cuando Madrid se libera del colonialismo islámico) al año citado, esa comunidad humana se gobernó asambleariamente. Hay que añadir que en las aldeas de la Tierra el concejo abierto continuó activo, en alguna hasta el presente, o casi.
El caso de Madrid es, en lo esencial, idéntico al de cualquier villa o ciudad de Galicia, León, Navarra, Aragón o Cataluña en esos tiempos, pues en todos los territorios, sin negar sus diferencias culturales, históricas y lingüísticas, existió el mismo régimen político, económico y social, al que cabe denominar como asambleario, consuetudinario y comunal con monarquía. El origen de todo ello fue la revolución civilizatoria e integral de la Alta Edad Media, siglos VII al X.

La gente en aquellas épocas apenas trabajaba el campo más allá del pastoreo y la huerta. El trigo es una imposición estatal para poder recaudar impuestos. La gente, con el bosque comunal, comía bellotas nueces y castañas en la antiquísima Hispania desde el paleolítico hasta hace tres siglos, con la excepción del interregno romano. Obviamente, los bosques comunales se expropiaron y se talaron para convertir España en un secarral cerealero. En cambio, en las sociedades islámica, sobretodo cuando ya no habían infieles que pagasen la "yizia", se mataban a trabajar para pagar la vidorra de los califas, llevando a la economía andalusí una situación de decadencia y debilidad económica constante.

Celtiberia soriana | Ciudades celtibéricas | Dieta alimenticia: el peso de la bellota

Existen referencias en los textos clásicos de la situación deficitaria de cereal, ya que Apiano comenta cómo los mercaderes remontaban el río Duero llevando al Alto Duero vino y cereal. La alternativa a estas carencias subsistenciales la facilitaba la abundancia de bosques de encina, que contribuía con las bellotas a la alimentación humana y animal, al igual que otros frutos secos, como las nueces. Los análisis de los molinos hallados en Numancia indican una utilización mayor para el procesado de bellotas que de cereal.
Todavía existen referencias modernas de la utilización del fruto de la encina, a principios del siglo XX, como complemento de la dieta alimenticia, a la que aportaba su alto valor nutritivo y, tras su molido, se obtenía una harina con la que se hacia pan y gachas, al igual que con el cereal. La utilización de este fruto era frecuente todavía a principios del siglo XX; así Schulten, que excavó los campamentos romanos en torno a Numancia, entre 1906 y 1912, nos indica refiriéndose a las gentes de Renieblas que “en muchos casos su comida habitual es la bellota”.

La Edad Media en la Hispania Cristiana no fue un tiempo de quema de brujas. Habían multitud de motivos eróticos en las de derechasdas de iglesias románicas-->construidas en los pueblos por gente del lugar. Dentro de una jovenlandesalidad civilizada, no tenían reparos en asumir estas cosas.

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Un hombre le toca los bajos a una mujer mientras la otra le besa.



Puedo seguir nombrando muchos aspectos de nuestra antigüedad que nos sorprenderían, como el Motín de Esquilache, producido a causa de la prohibición de llevar capa larga y navaja (la gente no aceptaba ser desarmada en la tierra que conquistaron al jovenlandés) pero aquí me detengo. Con esto, muchos os podeis hacer una idea de que el pasado no es como nos lo han contado. Y que las verdaderas revoluciones del pasado son una inspiración para el futuro. La otra revolución a estudiar, más actual, para combatir al NWO por sus intenciones y resultado es la Revolución Americana de 1776. Pero esa, otro día.

Otra cosa interesante es que mientras que la libertad en el trabajo -es decir, reducir el trabajo asalariado al mínimo y el autoempleo al máximo sin que te crujan a impuestos- era máxima, era una sociedad cooperativista y/o de propietarios -y no de esclavos de la deuda- y había una gran libertad de empresa, el dinero no era el fin, sino el medio. Eran en gran parte independientes de este ya que preferían la autosuficiencia a pagar impuestos y trabajar en parte para el Estado, un pensamiento similar al "que consuma su querida progenitora". Por eso habrá que combatir al dinero como fin, pero no como los comunistas, expropiando, sino desde dentro del mismo espíritu humano. Es el único modo de hacerlo manteniendo la libertad. De hecho, el único modo de repoblar el agro español, es con una mentalidad como esta, de autosuficiencia, porque el dinero, el capital, siempre se va a concentrar en las ciudades.

Espero saber vuestra opinión.
 
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