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Madmaxista
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La explicación de los vandalismos y crímenes que cometen los fiel a la religión del amores contra quienes no tienen sus mismas ideas es muy simple: La FATIHA.
Toda plegaria fiel a la religión del amora comienza con la recitación del primer sura, la Fatiha, que inocula el repruebo a los judíos y a los cristianos.[1] ¿Quién no terminará por creerse todo lo que va repitiendo día tras día?
La repetición, truco mágico que convierte en verdadero lo falso, puede tras*formar lo absurdo en razonable, es una de las maneras de hacer lavados de cerebro. ¡Mentid, mentid!, ¡siempre quedará algo! (Voltaire). Y la repetición es algo central en la oración fiel a la religión del amora, no es un diálogo de amor con Dios y sí que es una repetición de textos concebida para condicionar el espíritu: cinco veces al día el de la religión del amor repite no tener otra divinidad que Alá, que es una manera de negar la Santísima Trinidad y a Jesucristo en calidad de el Salvador y en su lugar poner a Alá como dios y a Mahoma como el Enviado. Además, toda plegaria fiel a la religión del amora debe comenzar con la recitación del primer sura, la Fatiha (Bujari, 723), que inocula el repruebo a los judíos y a los cristianos.
fatiha: Primer capítulo del Corán, y que sirve de introducción para el rezo ritual (cf.: azalá). En el nombre de Alá, el todo misericordioso, el muy misericordioso. Alabanza a Alá, el Señor del mundo, el todo misericordioso, el muy misericordioso, dueño del día del juicio. A ti solo servimos y a ti solo imploramos ayuda. Dirígenos por la vía recta, la vía de los que tú has agraciado, aquellos con los que no te has enojado y que no se han extraviado (Corán 1,1-7). Contra quienes Alá está enojado, es contra los judíos (Corán 2,61), y los desviados son los cristianos (Corán 4,44). Es la única plegaria de súplica de los fiel a la religión del amores, y la plegaria de los viernes en las mezquitas es todavía más suplicante contra los judíos y los cristianos: no solamente recitan la fatiha dos veces, sino también los suras 62 y 63, igualmente llenos de repruebo contra los judíos y los cristianos. ¿Y qué decir de esa letanía que cierra la plegaria, en la cual los fieles puntualizan cada súplica con un amén?: ¡Oh, Alá! ¡Concédenos la victoria contra los judíos, que son tus enemigos y también los enemigos de nuestra religión! ¡Amén!; ¡Oh, Alá! ¡Haz que perezcan los infieles, los politeístas y los enemigos del islam! ¡Amén!; ¡Oh, Alá! ¡Dispersa su nación! ¡Amén!; ¡Oh, Alá! ¡Dispersa sus tropas! ¡Amén! ¡Oh, Alá! ¡Destruye sus edificios! ¡Amén! ¡Destruye sus cosechas! ¡Amén!; ¡Oh, Alá! ¡Convierte en huérfanos a sus niños! ¡Amén! ¡Oh, Alá! ¡Convierte en viudas a sus esposas! ¡Amén!; ¡Oh, Alá! ¡Haz que sus bienes y fortunas caigan como botín para nuestras manos! ¡Amén! ¿Cómo pretender, pues, que el islam sea una religión de paz y amor?
[1] Sami ALDEEB, La Fatiha et la culture de la haine: Interprétation du 7e verset à travers les siècles, CreateSpace Independent Publishing Platform 2014.
www.burbuja.info
Toda plegaria fiel a la religión del amora comienza con la recitación del primer sura, la Fatiha, que inocula el repruebo a los judíos y a los cristianos.[1] ¿Quién no terminará por creerse todo lo que va repitiendo día tras día?
La repetición, truco mágico que convierte en verdadero lo falso, puede tras*formar lo absurdo en razonable, es una de las maneras de hacer lavados de cerebro. ¡Mentid, mentid!, ¡siempre quedará algo! (Voltaire). Y la repetición es algo central en la oración fiel a la religión del amora, no es un diálogo de amor con Dios y sí que es una repetición de textos concebida para condicionar el espíritu: cinco veces al día el de la religión del amor repite no tener otra divinidad que Alá, que es una manera de negar la Santísima Trinidad y a Jesucristo en calidad de el Salvador y en su lugar poner a Alá como dios y a Mahoma como el Enviado. Además, toda plegaria fiel a la religión del amora debe comenzar con la recitación del primer sura, la Fatiha (Bujari, 723), que inocula el repruebo a los judíos y a los cristianos.
fatiha: Primer capítulo del Corán, y que sirve de introducción para el rezo ritual (cf.: azalá). En el nombre de Alá, el todo misericordioso, el muy misericordioso. Alabanza a Alá, el Señor del mundo, el todo misericordioso, el muy misericordioso, dueño del día del juicio. A ti solo servimos y a ti solo imploramos ayuda. Dirígenos por la vía recta, la vía de los que tú has agraciado, aquellos con los que no te has enojado y que no se han extraviado (Corán 1,1-7). Contra quienes Alá está enojado, es contra los judíos (Corán 2,61), y los desviados son los cristianos (Corán 4,44). Es la única plegaria de súplica de los fiel a la religión del amores, y la plegaria de los viernes en las mezquitas es todavía más suplicante contra los judíos y los cristianos: no solamente recitan la fatiha dos veces, sino también los suras 62 y 63, igualmente llenos de repruebo contra los judíos y los cristianos. ¿Y qué decir de esa letanía que cierra la plegaria, en la cual los fieles puntualizan cada súplica con un amén?: ¡Oh, Alá! ¡Concédenos la victoria contra los judíos, que son tus enemigos y también los enemigos de nuestra religión! ¡Amén!; ¡Oh, Alá! ¡Haz que perezcan los infieles, los politeístas y los enemigos del islam! ¡Amén!; ¡Oh, Alá! ¡Dispersa su nación! ¡Amén!; ¡Oh, Alá! ¡Dispersa sus tropas! ¡Amén! ¡Oh, Alá! ¡Destruye sus edificios! ¡Amén! ¡Destruye sus cosechas! ¡Amén!; ¡Oh, Alá! ¡Convierte en huérfanos a sus niños! ¡Amén! ¡Oh, Alá! ¡Convierte en viudas a sus esposas! ¡Amén!; ¡Oh, Alá! ¡Haz que sus bienes y fortunas caigan como botín para nuestras manos! ¡Amén! ¿Cómo pretender, pues, que el islam sea una religión de paz y amor?
[1] Sami ALDEEB, La Fatiha et la culture de la haine: Interprétation du 7e verset à travers les siècles, CreateSpace Independent Publishing Platform 2014.
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