Culozilla
Madmaxista
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Aclarar que tengo chucho pero no soy un puñetero amaperros. Claro que tengo cariño a mi perro, pero tengo clarísimo que no es ni mi hijo ni un ser súper especial. Es mi mascota. Punto. Lo trato como un animal porque es un animal. Eso está claro, al menos por mi parte.
Resulta que no suelo relacionarme con esas bandas de amaperros que sueles encontrar en los parques, porque no me apetece y porque no necesito más amigos.
Pero resulta que desde hace una semana estoy de Rodríguez porque mi mujer se ha ido con el niño a ver a su progenitora al pueblo. Y yo, después del trabajo o me quedo en casa o salgo a alguna cafetería con el iPad a leer, dibujar y esas cosas. Pero hoy mi progenitora me ha dicho de ir a pasear a los perros con ella y mi tía y he aceptado.
Estábamos en el parque y se acercan varios amaperros para que sus “peludos” se relacionen con el mío. Como los dueños de esos chuchos conocían a mi progenitora, se pusieron hablar con ella, y, de tanto en tanto, me dirigían la palabra. Yo por educación les contestaba, pero de forma escueta.
Lo flipante es el caso de las tías. A lo largo de la tarde, se han presentado unas 7 amaperros, todas ellas jóvenes. Como máximo de unos 26 o 27, y se han puesto hablar con mi progenitora y mi tía.
Pero 5 de ellas intentaban forzar la charla conmigo. Algunas buscaban constantemente el contacto visual, de forma muy evidente, a pesar de que no les daba juego. Y tres me han preguntado mi nombre y si vivía por ahí. Que si me veían por el barrio me saludarían y tal. Que “ya charlaríamos”.
A ver, no soy un rancio de cosa y tampoco tengo ningún tipo de repruebo a las mujeres. Por eso no le voy a negar la palabra a nadie. También hay que tener unas normas de cortesía. Solo que, sencillamente, si no conozco a la persona, no suelo dar mucha bola para que dicha charla se alargue.
Lo que me ha flipado es lo mucho que se notaba el coqueteo por parte de esas chicas, a pesar de que iba soltando cosas como “sí, con mi hijo juega mucho” o “el perro y mi hijo son bastante inseparables” un poco para avisarles de que no estoy en el mercado. Pero, desde luego me ha dado la impresión de muchas utilizan la excusa del perro para ir conociendo hombres, y no es que sean poco directas precisamente.
Don‘t get me wrong. No me parece mal que las chicas también empiecen a tomar la iniciativa en el tema del ligoteo. Pero aún me resulta raro y me da por pensar de que hay muchas que están muy solas. Y no es que fueran precisamente antiestéticas. Sí, tres eran politatuadas con muchos piercings, y alguna choni, que claramente no es el modelo de belleza preferido en Burbuja.
Yo no soy un chad aunque sí entreno. No tengo pelazo porque voy rapado (no CalBO) y llevo barba. Considero que mi aspecto no es suficiente como para justificar ese interés en las féminas. Así que, después de la experiencia, me queda la sensación de que algunos de por aquí exageráis mucho respecto a lo difícil que es relacionarse con las “civiles” o tenéis problemas antisociales, porque no es tan difícil conocer tías.
Resulta que no suelo relacionarme con esas bandas de amaperros que sueles encontrar en los parques, porque no me apetece y porque no necesito más amigos.
Pero resulta que desde hace una semana estoy de Rodríguez porque mi mujer se ha ido con el niño a ver a su progenitora al pueblo. Y yo, después del trabajo o me quedo en casa o salgo a alguna cafetería con el iPad a leer, dibujar y esas cosas. Pero hoy mi progenitora me ha dicho de ir a pasear a los perros con ella y mi tía y he aceptado.
Estábamos en el parque y se acercan varios amaperros para que sus “peludos” se relacionen con el mío. Como los dueños de esos chuchos conocían a mi progenitora, se pusieron hablar con ella, y, de tanto en tanto, me dirigían la palabra. Yo por educación les contestaba, pero de forma escueta.
Lo flipante es el caso de las tías. A lo largo de la tarde, se han presentado unas 7 amaperros, todas ellas jóvenes. Como máximo de unos 26 o 27, y se han puesto hablar con mi progenitora y mi tía.
Pero 5 de ellas intentaban forzar la charla conmigo. Algunas buscaban constantemente el contacto visual, de forma muy evidente, a pesar de que no les daba juego. Y tres me han preguntado mi nombre y si vivía por ahí. Que si me veían por el barrio me saludarían y tal. Que “ya charlaríamos”.
A ver, no soy un rancio de cosa y tampoco tengo ningún tipo de repruebo a las mujeres. Por eso no le voy a negar la palabra a nadie. También hay que tener unas normas de cortesía. Solo que, sencillamente, si no conozco a la persona, no suelo dar mucha bola para que dicha charla se alargue.
Lo que me ha flipado es lo mucho que se notaba el coqueteo por parte de esas chicas, a pesar de que iba soltando cosas como “sí, con mi hijo juega mucho” o “el perro y mi hijo son bastante inseparables” un poco para avisarles de que no estoy en el mercado. Pero, desde luego me ha dado la impresión de muchas utilizan la excusa del perro para ir conociendo hombres, y no es que sean poco directas precisamente.
Don‘t get me wrong. No me parece mal que las chicas también empiecen a tomar la iniciativa en el tema del ligoteo. Pero aún me resulta raro y me da por pensar de que hay muchas que están muy solas. Y no es que fueran precisamente antiestéticas. Sí, tres eran politatuadas con muchos piercings, y alguna choni, que claramente no es el modelo de belleza preferido en Burbuja.
Yo no soy un chad aunque sí entreno. No tengo pelazo porque voy rapado (no CalBO) y llevo barba. Considero que mi aspecto no es suficiente como para justificar ese interés en las féminas. Así que, después de la experiencia, me queda la sensación de que algunos de por aquí exageráis mucho respecto a lo difícil que es relacionarse con las “civiles” o tenéis problemas antisociales, porque no es tan difícil conocer tías.
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