Hace más de 10 años "descubrí" Eau d'Issey de Issey Miyake y desde entonces ha sido la única colonia "cara" que he comprado con mi propio dinero. Diferentes personas me han regalado otras, pero siempre volvía a Issey. Había regresado al país y comenzaba a labrarme un nombre en la industria, y para ocasiones especiales me iba perfecta porque para entonces Issey Miyake era relativamente poco conocida, pero inconfundible y única.
En los últimos años dejé de verla con la misma frecuencia y de todas maneras tenía una botella a la mitad además de otras varias colonias diferentes, hasta que finalmente la última botella se terminó el fin de semana. Entonces entré a una conocida perfumería de la capital en busca de mi colonia favorita. Yo soy del tipo de persona prudente que prefiere comprar en tiendas físicas y me congratulo de ello. Por afortunada coincidencia una dependienta tenía una botella de Issey en la mano y me dió un cartoncito con un poco de la colonia. Mi sorpresa y decepción fueron inmediatas.
Le repetí que quería la clásica Eau d'Issey porque sé que hay otras fragancias de la misma marca, pero ella me mostró la misma botella que he comprado los últimos 10 años, y era la misma. Pero no la fragancia (olor) ni tampoco la misma intensidad de antes. Además el precio de la misma botella era notablemente mayor a pesar de ser un producto de inferior calidad.
Por lo tanto:
J'accuse a las perfumerías de reducir la calidad de sus productos una vez que se han ganado el favor del consumidor.
J'accuse a las tiendas de intentar incrementar la cuantía de la estafa al forzar las ventas online sin posibilidad real alguna de probar el producto antes de efectuar el pago.
J'accuse a las marcas y a los diseñadores de permitir que se use su nombre para engañar a los compradores confiados en marcas que llevan comprando durante tantos años.
J'accuse a los publicistas de mentir, a los mayoristas por su codicia, a los minoristas por su negligencia y dejadez, a las dependientas que insisten en que no es el producto el que ha cambiado sino "el recuerdo" en la mente del comprador.
J'accuse al gobierno por llevarse su tajada en forma de impuestos a pesar de que el comprador no recibe lo que ha pagado.
En fin, acuso a todo el sistema de mentir, engañar, robar y aprovecharse de los consumidores y quitarnos nuestro dinero dura y arduamente ganado.
En los últimos años dejé de verla con la misma frecuencia y de todas maneras tenía una botella a la mitad además de otras varias colonias diferentes, hasta que finalmente la última botella se terminó el fin de semana. Entonces entré a una conocida perfumería de la capital en busca de mi colonia favorita. Yo soy del tipo de persona prudente que prefiere comprar en tiendas físicas y me congratulo de ello. Por afortunada coincidencia una dependienta tenía una botella de Issey en la mano y me dió un cartoncito con un poco de la colonia. Mi sorpresa y decepción fueron inmediatas.
Le repetí que quería la clásica Eau d'Issey porque sé que hay otras fragancias de la misma marca, pero ella me mostró la misma botella que he comprado los últimos 10 años, y era la misma. Pero no la fragancia (olor) ni tampoco la misma intensidad de antes. Además el precio de la misma botella era notablemente mayor a pesar de ser un producto de inferior calidad.
Por lo tanto:
J'accuse a las perfumerías de reducir la calidad de sus productos una vez que se han ganado el favor del consumidor.
J'accuse a las tiendas de intentar incrementar la cuantía de la estafa al forzar las ventas online sin posibilidad real alguna de probar el producto antes de efectuar el pago.
J'accuse a las marcas y a los diseñadores de permitir que se use su nombre para engañar a los compradores confiados en marcas que llevan comprando durante tantos años.
J'accuse a los publicistas de mentir, a los mayoristas por su codicia, a los minoristas por su negligencia y dejadez, a las dependientas que insisten en que no es el producto el que ha cambiado sino "el recuerdo" en la mente del comprador.
J'accuse al gobierno por llevarse su tajada en forma de impuestos a pesar de que el comprador no recibe lo que ha pagado.
En fin, acuso a todo el sistema de mentir, engañar, robar y aprovecharse de los consumidores y quitarnos nuestro dinero dura y arduamente ganado.