Vlad_Empalador
Será en Octubre
De 629 euros de luz al mes a 2.239, en solo un año
MARGA MOSTEIROSANTIAGO / LA VOZ
SANTIAGO · Exclusivo suscriptores
Martín Pais, del restaurante Orixe XOAN A. SOLER
Martín Pais, del restaurante Orixe, cree que «muchos locales se verán abocados al cierre»
09 oct 2022. Actualizado a las 00:00 h.
Comentar · 51
Los hosteleros vienen quejándose desde hace tiempo de las dificultades para hacer frente al pago de los costes fijos de sus locales. Una de las facturas que más quebraderos de cabeza les está provocando a todos es la eléctrica, tanto por la subida desbocada como por el hecho de que «es complicado hacer previsiones, porque no es posible saber cuál será la cuantía mes a mes», apunta Martín Pais, del restaurante Orixe. Y recuerda que en el 2019 los recibos rondaban «más o menos los 600 euros al mes, pero actualmente es imprevisible».
Dejando al margen el 2020, dado que fue un año en blanco durante muchos meses, «en el 2021 pagué por dos meses menos de lo que ahora pago por un mes». Las facturas aportadas por este hostelero no dejan lugar al debate: 1.258,78 euros por el período comprendido entre el 1 de agosto y el 30 de septiembre del 2021 y 2.239,01 por el consumo del 1 al 31 de julio del 2022. Casi cuatro veces más por mensualidad.
Pais insiste en que los consumos de los meses de verano, de julio a septiembre, son similares, pero la diferencia del coste viene «dada por la subida de las tarifas». Y reconoce que en los establecimientos de hostelería, especialmente en los restaurantes, hay muchos aparatos eléctricos «que son necesarios. No los puedas quitar ni sustituir». En su caso, pensando en reducir la factura, cambió en febrero el horno por uno de bajo consumo industrial, «y no quiero imaginar cuánto estaría pagando de luz sin esta inversión». En su restaurante hace tiempo que se sustituyeron las luces del establecimiento por luminarias de bajo consumo y apunta que «poco más se puede hacer para bajar la factura».
En su opinión, «muchos locales de hostelería se verán abocados al cierre. No podrán soportar los elevados costes y dejarán de ser rentables». El hostelero explica que «ahora mismo no hablamos de margen de beneficio. Estamos hablando de no perder. Ahora no hay beneficio, es bastante no tener pérdidas». Indica que «algo de la subida se repercutió en la carta, pero no todo, porque sería inasumible para los clientes».
País apunta que, además de los costes de luz y gas, los productos de alimentación se encarecieron en un 24 % y que «los proveedores de vinos ya nos anuncian subidas del 30 %». Y una de las cuestiones que tampoco puede modificar es la calidad de los productos empleados en su cocina, porque, «pese a la subida de todos, por ejemplo un 20 % del aceite de oliva extra virgen, no puedo cambiar de productos. No seríamos el Orixe si altero la oferta».
El hostelero considera que la situación «es muy volátil y muchos dejarán de ser rentables. La caja de resistencia que teníamos los hosteleros se gastó durante los once meses de cierre por el el bichito. Fueron meses en los que hubo que pagar la luz, el alquiler y todos los gastos fijos sin tener ingresos». La situación extrema a la que tiene que hacer frente Pais le obligó a prescindir de trabajadores. «Eramos nueve y ahora somos seis, porque la luz se lleva el sueldo de tres trabajadores». Pais apunta que «no soy partidario de reducir sueldos, porque la gente debe tener sueldos dignos. Los sueldos míseros solo dan para sobrevivir».
Carlos Suárez, del restaurante La Tita XOAN A. SOLER
Carlos Suárez: «Los mismos aparatos, pero pago el doble»
Carlos Suárez, del restaurante La Tita, confiesa que no fue consciente del alcance de la subida hasta que le pedimos que mirara los recibos de septiembre de este año y del pasado. «Sabía que la subida era brutal, pero lo que acabo de ver me deja sin palabras», apunta. En el recibo de septiembre del 2021 le facturaron 1.819 euros por 35 días de consumo eléctrico, y este septiembre, por 36 días, pagó 3.650 euros. El hostelero matiza que es «solo el consumo de electrodomésticos. Tengo los mismos aparatos, pero pago el doble».
En estos recibos no se incluye el propano de la cocina ni la calefacción ni tampoco el consumo eléctrico de la pensión. «En la cocina se gastan al día tres bombonas de propano», apunta. Además del incremento de los combustibles, el local hace frente a la subida de los tres productos básicos de sus famosas tortillas. «Las patatas pasaron de 30 céntimos el kilo a 60; y los bemoles de menos de un euro a cerca de dos. Cada día se consumen 200 kilos de patatas y el aceite ya ni te cuento lo que se encareció».
Ante esta situación, subió los precios de su carta en agosto, «y, por suerte, la gente sigue respondiendo. Solo se quejó una persona». Suárez afirma que «valoramos reducir el tamaño de la tapa o bajar la calidad de los productos para ahorrar, pero decidimos que es mejor mantener la calidad y cantidad y subir un poco el precio. Una caña con el pincho de tortilla pasó de dos euros a 2,50, y la ración de 4 a 5», comenta. «Si el local no funcionara muy bien, los suministros serían inasumibles», observa.
Óscar Blanco, del bar Raíces PACO RODRÍGUEZ
Óscar Blanco: «900 euros más al mes solo para luz y gas»
Óscar Blanco, del bar Raíces del Ensanche, decidió incrementar los precios de su carta porque «ya no es posible seguir asumiendo la subida de los suministros básicos, los de luz y gas, y la de alimentos». A modo de ejemplo, para demostrar que la subida de los recibos comienza a ser insostenible, Blanco expone que «los de la luz eran el año pasado de entre 1.500 y 1.600 euros por dos meses de consumo eléctrico, mientras que este año es de 1.100 euros, pero por un mes». Desde marzo pasado, y «sin que hiciéramos nada, sin pedir el cambio, empezaron a llegar recibos mensuales. Supongo que lo hacen para que no veamos la subida», explica Óscar Blanco.
El hostelero asume que es casi imposible «conocer de antemano lo que pagarás, así que es complicado hacer planes». Uno de los recibos que más indignación le produjo es el que corresponde al consumo de agosto: «700 euros por 32 días, y de ellos 23 estuvimos cerrados por vacaciones». Ante el incremento de los costes, «aplicamos subidas en la carta. Necesito entre 800 y 900 euros más al mes de caja solo para pagar las subidas de luz y gas». Blanco no percibe que, por ahora, «los clientes reduzcan los encargos. Al principio de curso suelen mantenerse los consumos, pero es a partir de diciembre y, sobre todo en enero, cuando se nota una caída».
Las subidas aplicadas a sus tarifas representan sobre un 5 %. «Algunos bocadillos subieron más que otros. Depende de los productos, pero si lo normal eran subidas de diez céntimos, este año fue de 20 o 50. No queda otra».
SANTIAGO · Exclusivo suscriptores
Martín Pais, del restaurante Orixe XOAN A. SOLER
Martín Pais, del restaurante Orixe, cree que «muchos locales se verán abocados al cierre»
09 oct 2022. Actualizado a las 00:00 h.
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Los hosteleros vienen quejándose desde hace tiempo de las dificultades para hacer frente al pago de los costes fijos de sus locales. Una de las facturas que más quebraderos de cabeza les está provocando a todos es la eléctrica, tanto por la subida desbocada como por el hecho de que «es complicado hacer previsiones, porque no es posible saber cuál será la cuantía mes a mes», apunta Martín Pais, del restaurante Orixe. Y recuerda que en el 2019 los recibos rondaban «más o menos los 600 euros al mes, pero actualmente es imprevisible».
Dejando al margen el 2020, dado que fue un año en blanco durante muchos meses, «en el 2021 pagué por dos meses menos de lo que ahora pago por un mes». Las facturas aportadas por este hostelero no dejan lugar al debate: 1.258,78 euros por el período comprendido entre el 1 de agosto y el 30 de septiembre del 2021 y 2.239,01 por el consumo del 1 al 31 de julio del 2022. Casi cuatro veces más por mensualidad.
Pais insiste en que los consumos de los meses de verano, de julio a septiembre, son similares, pero la diferencia del coste viene «dada por la subida de las tarifas». Y reconoce que en los establecimientos de hostelería, especialmente en los restaurantes, hay muchos aparatos eléctricos «que son necesarios. No los puedas quitar ni sustituir». En su caso, pensando en reducir la factura, cambió en febrero el horno por uno de bajo consumo industrial, «y no quiero imaginar cuánto estaría pagando de luz sin esta inversión». En su restaurante hace tiempo que se sustituyeron las luces del establecimiento por luminarias de bajo consumo y apunta que «poco más se puede hacer para bajar la factura».
En su opinión, «muchos locales de hostelería se verán abocados al cierre. No podrán soportar los elevados costes y dejarán de ser rentables». El hostelero explica que «ahora mismo no hablamos de margen de beneficio. Estamos hablando de no perder. Ahora no hay beneficio, es bastante no tener pérdidas». Indica que «algo de la subida se repercutió en la carta, pero no todo, porque sería inasumible para los clientes».
País apunta que, además de los costes de luz y gas, los productos de alimentación se encarecieron en un 24 % y que «los proveedores de vinos ya nos anuncian subidas del 30 %». Y una de las cuestiones que tampoco puede modificar es la calidad de los productos empleados en su cocina, porque, «pese a la subida de todos, por ejemplo un 20 % del aceite de oliva extra virgen, no puedo cambiar de productos. No seríamos el Orixe si altero la oferta».
El hostelero considera que la situación «es muy volátil y muchos dejarán de ser rentables. La caja de resistencia que teníamos los hosteleros se gastó durante los once meses de cierre por el el bichito. Fueron meses en los que hubo que pagar la luz, el alquiler y todos los gastos fijos sin tener ingresos». La situación extrema a la que tiene que hacer frente Pais le obligó a prescindir de trabajadores. «Eramos nueve y ahora somos seis, porque la luz se lleva el sueldo de tres trabajadores». Pais apunta que «no soy partidario de reducir sueldos, porque la gente debe tener sueldos dignos. Los sueldos míseros solo dan para sobrevivir».
Carlos Suárez, del restaurante La Tita XOAN A. SOLER
Carlos Suárez: «Los mismos aparatos, pero pago el doble»
Carlos Suárez, del restaurante La Tita, confiesa que no fue consciente del alcance de la subida hasta que le pedimos que mirara los recibos de septiembre de este año y del pasado. «Sabía que la subida era brutal, pero lo que acabo de ver me deja sin palabras», apunta. En el recibo de septiembre del 2021 le facturaron 1.819 euros por 35 días de consumo eléctrico, y este septiembre, por 36 días, pagó 3.650 euros. El hostelero matiza que es «solo el consumo de electrodomésticos. Tengo los mismos aparatos, pero pago el doble».
En estos recibos no se incluye el propano de la cocina ni la calefacción ni tampoco el consumo eléctrico de la pensión. «En la cocina se gastan al día tres bombonas de propano», apunta. Además del incremento de los combustibles, el local hace frente a la subida de los tres productos básicos de sus famosas tortillas. «Las patatas pasaron de 30 céntimos el kilo a 60; y los bemoles de menos de un euro a cerca de dos. Cada día se consumen 200 kilos de patatas y el aceite ya ni te cuento lo que se encareció».
Ante esta situación, subió los precios de su carta en agosto, «y, por suerte, la gente sigue respondiendo. Solo se quejó una persona». Suárez afirma que «valoramos reducir el tamaño de la tapa o bajar la calidad de los productos para ahorrar, pero decidimos que es mejor mantener la calidad y cantidad y subir un poco el precio. Una caña con el pincho de tortilla pasó de dos euros a 2,50, y la ración de 4 a 5», comenta. «Si el local no funcionara muy bien, los suministros serían inasumibles», observa.
Óscar Blanco, del bar Raíces PACO RODRÍGUEZ
Óscar Blanco: «900 euros más al mes solo para luz y gas»
Óscar Blanco, del bar Raíces del Ensanche, decidió incrementar los precios de su carta porque «ya no es posible seguir asumiendo la subida de los suministros básicos, los de luz y gas, y la de alimentos». A modo de ejemplo, para demostrar que la subida de los recibos comienza a ser insostenible, Blanco expone que «los de la luz eran el año pasado de entre 1.500 y 1.600 euros por dos meses de consumo eléctrico, mientras que este año es de 1.100 euros, pero por un mes». Desde marzo pasado, y «sin que hiciéramos nada, sin pedir el cambio, empezaron a llegar recibos mensuales. Supongo que lo hacen para que no veamos la subida», explica Óscar Blanco.
El hostelero asume que es casi imposible «conocer de antemano lo que pagarás, así que es complicado hacer planes». Uno de los recibos que más indignación le produjo es el que corresponde al consumo de agosto: «700 euros por 32 días, y de ellos 23 estuvimos cerrados por vacaciones». Ante el incremento de los costes, «aplicamos subidas en la carta. Necesito entre 800 y 900 euros más al mes de caja solo para pagar las subidas de luz y gas». Blanco no percibe que, por ahora, «los clientes reduzcan los encargos. Al principio de curso suelen mantenerse los consumos, pero es a partir de diciembre y, sobre todo en enero, cuando se nota una caída».
Las subidas aplicadas a sus tarifas representan sobre un 5 %. «Algunos bocadillos subieron más que otros. Depende de los productos, pero si lo normal eran subidas de diez céntimos, este año fue de 20 o 50. No queda otra».