La diputada socialista más joven lanza el debate para limitar por ley el prono

Anónimo222

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Andrea Fernández: La diputada socialista más joven quiere regular el prono

Invitaciones para entrar en un convento y, a partir de aquí, comentarios de toda índole es lo que ha recibido Andrea Fernández, la diputada más joven del PSOE, que en una entrevista en El Español señalaba la necesidad de actuar contra la pronografía ya que es lo que está educando a “las manadas”. La diputada hacía referencia sobre todo al acceso de los menores a una pronografía misógina, una reflexión que no es nueva ya que está en la mesa del debate y el Partido Socialista lleva esta propuesta en su programa electoral.

Pese a los comentarios despectivos –y también de apoyo– recibidos por la diputada socialista, hace ya tiempo que organismos e instituciones, empezando por Naciones Unidas, consideran imprescindible abordar el peligro de lo que se conoce como cultura del prono, extendida en todo el mundo a través de internet. Sobre todo al entender que el acceso a la sexualidad de los menores se realiza a través de la visualización de unos contenidos pronográficos que cosifican a las mujeres. Generaciones de menores que están creciendo de la mano de unos contenidos que en muchos casos invitan a la violación.

Como se señalaba, desde el calificativo de neomonja o las comparaciones con la Inquisición llenaban las redes ante la citada entrevista, pero lo que el PSOE quiere poner sobre la mesa esta legislatura no es una actuación contra la libertad de un adulto de consumir pronografía, sino frenar que la pronografía se entienda como la sexualidad natural sobre todo para los menores. La banalización de la pronografía, como señalaba en unas jornadas recientes Anna Plans, presidenta de Consumidors de Mitjans Audiovisuals a Catalunya, provoca que se vea normal a cuatro hombres teniendo relaciones sensuales con una mujer que a todas luces se ve que no lo desea.

Ruth Sala, abogada penalista y y representante de la comisión de tras*ferencia digital del Col.legi de l’Advocacia de Barcelona, explica que en su práctica profesional en la Fiscalía de Menores observa como el sesso se ha convertido en un instrumento sin ningún valor. Los menores, dice, no tienen la madurez para saber que la pronografía no es la realidad.

La cuestión es cómo puede regularse este acceso sin límites y Ruth Sala señala el ejemplo del Reino Unido. Está previsto que este 15 de julio entre en vigor una ley para que los usuarios de prono online deban verificar su edad de forma fehaciente y robusta. Esta iniciativa está respaldada, según las explicaciones del Gobierno británico, por el 88% de los padres de niñas y niños entre 7 y 17 años. Las páginas que no cumplan este requisito podrán ser sancionadas económicamente o bloqueadas en el Reino Unido.

Actualmente es muy fácil burlar la “mayoría de edad” para entrar en estas páginas y la abogada considera que es interesante y exportable esta legislación que bloqueará a los distribuidores en el Reino Unido que lo incumplan. La iniciativa lleva como nombre AV ( Age Verification).

Es evidente que las personas que no quieran dar los datos que se soliciten podrían acudir a la internet profunda, donde los contenidos no están indexados y los navegadores ocultan la identidad. Pero esta ya es otra cuestión. La primera es cómo evitar, según los expertos, esta barra libre actual para los menores. Y lo que esto supone a la hora de entender las relaciones sensuales.

“Nos encontramos ante un caballo desbocado”, señala la penalista Ruth Sala. Y por ello considera que el debate ha de llegar pronto al ámbito político, como ha sucedido en el Reino Unido, que se convertirá en el primer país en tener este tipo de legislación. Ante las quejas por las amenazas a la intimidad de los usuarios, el Gobierno británico indica que no se tendrá que dar el nombre. Será un tipo de información similar a la que se requiere para acceder a las webs de apuestas. Los distribuidores que cumplan con los requisitos llevarán el sello AV.

No se trata, señala el Gobierno británico, de controlar la libertad de los adultos sino de preservar a los menores. La edad media en la que se comienza a ver pronografía en internet es de 11 años, según la ONU, y uno de cada tres niños entre 10 y 14 años accede a estas páginas con cierta frecuencia. El debate sobre los efectos de la cultura del prono misógino (o denominada también la cultura de la violación) están abriéndose paso a nivel social y llegando a los centros de decisión política

Gail Dines, feminista estadounidense antiporno y profesora emérita de Sociología, alerta de que “la industria del prono ha secuestrado la sexualidad de toda una cultura y está echando a perder a toda una generación de niños”.
 
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Efecto Coolidge
Artículo principal: Efecto Coolidge

En un adulto joven sano, el deseo sensual debería ser alto, con un nivel hormonal óptimo y trabajando eficientemente. Sin embargo, la exposición continua a la pronografía afecta el deseo sensual y la capacidad de rigidez* del varón porque con el tiempo sus expectativas van cambiando, lo que se explica por medio del efecto Coolidge.[6]

Debido a su alto deseo sensual normal, los jóvenes recurren a la pronografía a falta de una pareja con quien poder practicar sesso real y de este modo obtienen una gratificación inmediata. Las experiencias iniciales con la pronografía resultan novedosas y altamente placenteras ya que con la estimulación sensual el cuerpo libera maravillosos neurotransmisores como las endorfinas pero principalmente la dopamina. Cuanto mayor sea la liberación de dopamina, mejor nos sentimos y hace que queramos repetir el mismo comportamiento una y otra vez, lo cual hace desarrollar una dependencia a esas sustancias. Además obtener esta sensación es increíblemente fácil y accesible por lo que repetirlo no supondrá ningún esfuerzo, a diferencia de tener que buscarla con una persona real. Sin embargo, aquello que resultaba altamente estimulante al principio, con el tiempo ya no causará el mismo efecto porque la dopamina se alimenta de la novedad, por lo que se tendrá la necesidad de explorar experiencias novedosas para hacer que nuestro cerebro libere más dopamina, hasta el punto en que alcanzamos el efecto Coolidge.[7]

El efecto Coolidge es simple, cuando se administran los mismos estimulantes repetidamente, los individuos tienden a cansarse o aburrirse de ellos. Cuando se cambia la estimulación visual, el individuo se siente estimulado nuevamente como en un principio. Así, la pronografía entrena a nuestro cerebro para obtener una recompensa instantánea y esperar estímulos novedosos constantemente. Por lo tanto, para seguir siendo estimulados por la pronografía, tenemos que cambiar continuamente y "actualizar" el tipo de pronografía que vemos y ésta tiende a ser más sucia, desagradable y grotesca. Inicialmente puedes estar viendo vídeos relativamente moderados de sesso entre un hombre y una bella mujer, y las cosas no parecen tan graves, todo parece continuar normal. Pero al cabo de cierto tiempo te encontrarás con que ya necesitas ver berzas enormes y toda clase de actos pervertidos para estimularte, y la escalada en los gustos nunca será saciada, siempre se tendrá que cambiar y "evolucionar" en ellos. Incluso en casos más avanzados puede llevar a adquirir gustos por parafilias tales como el sadomasoquismo, el gaysismo, la pedofilia o la zoofilia. Esto también cambia nuestros gustos por el sesso en el mundo real al cambiar drásticamente lo que queremos de nuestra pareja. Lo que vemos en el prono se convierte en lo que queremos en el sesso de la vida real. La pronografía en Internet es especialmente atractiva para nuestro circuito de recompensa, porque la novedad está siempre disponible a un clic de distancia.

A medida que se continúa viendo prono, los gustos en el tipo de sesso que se desea tener cambian, pero el apetito por sesso real disminuye también, ya que mediante procesos repetitivos (condicionamiento operante) nuestra mente es programada para ser estimulada por lo visual en lugar de serlo por lo contextual y también para buscar sólo el efecto de la dopamina en lugar de que la excitación natural nos lleve gradualmente al orgasmo. Cuando el cerebro es así "re-cableado", el umbral de excitación se vuelve tan alto hasta el punto en que la excitación y la rigidez* resultan imposibles. Si posteriormente se tiene la oportunidad de tener sesso real, es casi seguro que se perderá la rigidez* al intentar la penetración, y como efecto colateral, nuestra autoestima se verá disminuida, y vendrán los sentimientos de depresión e inferioridad. Mientras más se mire pronografía uno se vuelve menos capaz de tener sesso real o de ser estimulado por una mujer de verdad.

Perdona, pero yo he visto prono como para llenar el archivo filmográfico de RTVE, y siempre me ha molado lo mismo:

-Un tío con una tía.
-Un tío con varias tías.
-Dos tías.
Fin.

la zoofilia, el sesso entre downies, las viejunas, los mutilados, los trannies y todo eso no me ha llamado jamás nada. Y te aseguro que si hubiese invertido el tiempo que usé en ver prono en estudiar, hoy sería jefe de neurocirujía en la clínica Mayo.
 
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