Fudivarri
EL ESTADO ES TU PEOR ENEMIGO.
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Mientras la humanidad no acepte de grado que Dios no existe(1), y no tiene por qué hacerlo, no empezará a entender la vida en el planeta. La vida, en general, es compleja, pero no depende del azar o de la voluntad de los dioses, sino del proceso dinámico de la Naturaleza. Los hombres somos el más depurado de sus productos, obtenido mediante la evolución a base de prueba y error. Todos los demás productos fallidos han desaparecido(2) y quedan las especies tal como las conocemos. La vida es una perpetua depredación de unas especies sobre otras en la cadena alimentaria. Las débiles se defienden mediante la procreación extrema para servir de alimento a las especies superiores y, aún así, prevalecer(3).
La mujer cumple la función primordial en ese proceso merced a sus instintos animales. Tiene la regla una vez al mes hasta que se queda preñada con o sin amor, eso es secundario. Pare incluso en soledad con un parto que es el más doloroso de entre los mamíferos. Corta el cordón umbilical con los dientes si es necesario. Le sube la leche al pecho cuando su hijo llora. Lo mira continuamente para comprobar que vive. Lo protege incluso con su vida.
El hombre cumple su función deseando a la mujer. A toda mujer. Si su deseo degenera en violencia para conseguir su propósito de copular, a la Naturaleza no le importa, pues premia a la mujer con un embarazo igualmente. De hecho, hasta en el coito más consentido hay vestigios claros de violencia inherente a todo acto sensual, impregnado siempre de urgencias venéreas. Un coito constituye siempre el remedo de una violación más o menos placentera para la mujer, que grita como si fuera amada sin consentimiento, aunque sea de placer, para lograr la eyaculación del macho. Lo que demuestra que la violación es el primigenio suministro de leche decidido por la Naturaleza. Seguramente existieron grupos cuyos machos esperaban a que las hembras los solicitaran (machos y hembras de "sólo sí es sí"), pero la Naturaleza los desechó como subespecies improductivas.
Todo esto es tan obvio, que solo no lo entiende quien no quiere entenderlo. El hombre de fe es un neurótico de pocas entendederas. Es gente que "habla" con quien no existe, con una entelequia, para sentirse confortado y darle un sentido elevado a la vida humana, incluso prolongándola tras la fin. La única prolongación de la vida humana que la Naturaleza provee es a través de la descendencia y la herencia genética.
Así funciona el asunto.
Y luego está la Civilización(4) que intenta racionalizar el comportamiento humano según unos principios basados en una especie de Diez Mandamientos, al principio, que luego elabora más y más hasta convertir esos principios en un sofisticado código legal que, en nuestro caso, ha acabado en la democracia y, más tarde, en el igualitarismo entre hombres y mujeres.
De ello se derivan toda clase de contradicciones que, si bien se piensa desde el punto de vista natural, no lo son. Hay cosas perfectamente naturales que son delito grave, como tener relaciones sensuales con una menor o violar en "manada" a una mujer borracha en los Sanfermines. Son naturales porque siempre sucedieron desde las cavernas. Pero son ilegales y todo hombre civilizado así lo entiende y se esfuerza por no verse involucrado en semejantes barbaridades.
En este mismo diario, alguien ha revelado lo que todos sabemos, que toda mujer es fruta a ratos y feminista radical cuando se le gira el moño; y el resto del tiempo, compañera de vida de un hombre, o de nadie, un ser humano social tan medianamente competente como el hombre. Hay excepciones, como siempre. Hay mujeres monjas. O bolleras. O santas. O geniales científicas que no experimentan la llamada de la maternidad o la controlan. Pero eso no invalida la verdad del aserto. Porque la verdad en sociología es aquello que es válido para la inmensa mayoría de la especie. Otra verdad parecida: El hombre es un "acosador" nato. El hombre es un acosador cuando, empujado por la Naturaleza, busca el sesso ofreciéndose continuamente a las mujeres. Llamo acosador no solo al que empuja contra la pared a una mujer, le toca las berzas para comprobar que lo es y la fuerza a recibir su leche en la vagina; sino al que tan solo la mira, la desea y la piropea. Eso ya es acosar según la interpretación de la Ley vigente. Pero es un acto natural. El hombre "civilizado" debe saber reprimir esos comportamientos naturales para serlo(5).
Como contrapunto, existe una tolerancia hacia los comportamientos "alicaídos" más allá de toda lógica social: tranquilamente podemos convertirnos en gallinas histriónicas que desfilan con la platano al aire en "el orgullo lgtb" y lanzar botellas a los representantes de la derecha, que vengan "a provocarnos" y los más simples podremos aflorar nuestra intolerancia congénita, hasta demostrar que el ambiente LGTBI es una pata del fascismo imperante en la izquierda radical. El exceso de libertades se compensa con legislación asfixiante hacia el hombre "normal", el que prefiere al sesso opuesto, el que paga impuestos y multas sin rechistar, el que quiere invertir su esfuerzo en lograr el bienestar de su familia. Van a por nosotros. Somos la gente que ha votado a VOX, al PP, a Ciudadanos o a las derechas nacionalistas (yo, a nadie, que para eso soy filósofo). Suman mayoría absoluta en votos. Pero no una mayoría de gobierno en diputados(7).
Y así están las cosas.
En un sistema social tan imperfecto en el que las contradicciones entre lo natural y lo socialmente correcto son permanentes, la política al respecto es siempre un sindiós. Y ese es el panorama sociológico español y europeo actual y su justificación más o menos "científica". Como en todo sistema complejo, existen comportamientos extremos de minorías radicales. Mientras las religiones y los estados se posicionan reprimiendo almas y cuerpos, los grupos radicales de izquierdas y derechas lo hacen forzando las legislaciones a su conveniencia, cuando pueden. Y mucha gente vive opíparamente de esas contradicciones entre lo natural y lo legal,... y si no que se lo pregunten a las abogadas divorcistas o a las organizaciones feministas radicales. Las abogadas son las "creadoras" de la mayoría de los casos de violencia de género. Ante la pregunta de "¿pero tú quieres la custodia de tus hijos, sí o no?" toda mujer se deja convencer por su abogada para cometer un delito(7) mentir al juez y al estado y "que se aguante el lechón que me abandona por otra más joven o más guapa o más fruta".
Y Dios sigue sin existir, a pesar de los juramentos.
Saludos desde el tonel.
DIÓGENES SINÓPTICO
NOTAS:
(1) Aunque algunos infra-hombres parecen quedar siempre. Como tampoco existen el Diablo, la idea del Bien y del Mal como fuerzas superiores al hombre más o menos "civilizado", toda fe es una forma de eludir la responsabilidad de los propios actos.
(2) O están en vía de extinción como la raza aria nórdica, infestada de depredadores de razas inferiores en belleza.
(3) Parece una metáfora del comportamiento de fiel a la religión del amores e hindúes y lo es. Israel, el Gran Genocida, bombardea a su entorno de la religión del amor y éste le responde procreando sin freno.
(4) La Civilización llega con la abundancia de recursos consecuencia de la invención, probablemente femenina, de la agricultura, la ganadería, la alfarería y el comercio primitivo, que incluía el de personas.
(5) De ahí sucesos como el vapuleo a los activistas gallegos por parte de sus compañeras conversas al feminista radicalsmo separatista lésbico.
(6) La acusación y denuncia falsa constituye un delito penado por la Ley en el art. 456 con hasta 4 años de prisión.
(7) Como exceso de libertades es el entero Procés. Los independentistas se toman la libertad de hacer del voto un sacramento. Creen que se puede poner a votación cualquier cosa cuando les dé la gana. Eso es otra exageración producto del despendolamiento de costumbres de la España actual. Y de la incultura congénita de los españoles, que además no quieren aprender ni pensar, sino forzar las cosas hasta sacarlas de progenitora y que los sables salgan a relucir y las devuelvan a su cauce. Creedme, es su intención subliminal, como la te todos los niños que fuerzan a su padre hasta que reciben un leche. Pero esta vez la leche no es posible. Las fuerzas armadas, con el Rey al frente, se han vendido a la OTAN.
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