xicomalo
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La Diada, la cadena humana y los comunistas
Alberto M. Perez
Durante los últimos años, en Catalunya, la opinión pública se encuentra inmersa en una vorágine de incesantes debates y discusiones acerca de la cuestión nacional. El tema es tan candente que, como no podía ser de otra manera, se ha visto reflejado en la realidad de la Diada.
El pasado once de Septiembre, cientos de miles de catalanes salieron a la calle a celebrar el día nacional de Catalunya inmersos en un clima festivo y popular.
Éste año, la Asamblea Nacional Catalana -organización copada principalmente por el nacionalismo burgués de CiU y ERC- introdujo un novedoso acto que ha causado furor en la prensa internacional; una cadena humana llamada Via catalana cap a la independència de 400km de longitud inspirada en las que hicieron en los países Bálticos en 1989 al triunfar la contrarrevolución en la URSS.
La jornada resultó ser un éxito rotundo en cuanto a asistencia, lo que se traduce en una demostración de fuerza de la burguesía catalana y una arma arrojadiza en su lucha por obtener mejores posiciones ante la burguesía central española.
Sin embargo, no me cabe duda de que gran parte de los participantes tanto en la cadena como en los diferentes actos de la Diada asistieron para reclamar lo que honestamente creen que es suyo, un estado propio alejado del corrupto y deslegitimado Estado español. Los comunistas catalanes observamos con estupor como la burguesía se aprovecha mezquinamente del sentimiento nacional del pueblo catalán y de su descontento -no son pocos los ataques contra la lengua o contra su soberanía por parte del estado español, por no hablar de las consecuencias de la crisis estructural capitalista- pues somos conscientes de que las burguesías central y periféricas forman parte de un mismo bloque oligárquico no antagónico integrado en la UE; y que por tanto, la lucha que aparentemente está librando CiU por el dret a decidir en realidad no es más que una lucha por tensar la cuerda y acceder de esta manera a mayores cuotas de expolio.
Una gran parte del pueblo catalán -de extracción obrera y popular- se siente atraída por el discurso fácil que Mas y sus acólitos están formulando. Un discurso que se basa en hablar de una Catalunya próspera a corto plazo, donde España como ente abstracto, dejará de robarnos y de hacernos la vida imposible; una afirmación falaz, ya que los intereses de la burguesía catalana son diametralmente opuestos a los de la clase obrera catalana, y ningún estado capitalista va a mejorar las condiciones de vida de ésta. Pero como sabemos, la ideología dominante es la de la clase dominante, y en este caso la burguesía catalana ha puesto toda la carne en el asador para generar una opinión que hace pocos años atrás era minoritaria para lograr sus objetivos.
En la historia reciente, la burguesía catalana se ha alineado con aquel bando que le parecía más deseable. No hay que olvidar que CiU es la heredera directa de la Lliga Regionalista, la misma que fue de la mano de Franco durante la dictadura. Se entiende pues, que la patria de la burguesía se encuentra allá donde se encuentra su bolsillo o su cuenta bancaria.
Los comunistas catalanes, siendo conscientes de la realidad de la pugna interburguesa, no participamos en la cadena humana ya que no representa las aspiraciones de la clase obrera catalana. Nosotros luchamos por una República Socialista de carácter confederal que respete el derecho a la autodeterminación de las naciones, por supuesto incluyendo también el derecho a la independencia.
Algunos partidos dicen estar a favor de la autodeterminación pero sin cuestionar de ningún modo el sistema capitalista imperante. Únicamente, bajo un sistema socialista se puede garantizar la verdadera autodeterminación. Poseer un Estado propio y depender de organismos supranacionales i interestatales imperialistas como la UE o el FMI, impide que los pueblos puedan desarrollarse como ellos decidan. Es por ello que en Catalunya, la lucha por la autodeterminación y el socialismo son luchas inseparables, no se entiende la una sin la otra.
A modo de conclusión, los comunistas catalanes nos debemos erigir como garantes de una postura de defensa de los intereses de clase que nada tienen que ver con ningún bando de los anteriormente mencionados. Los comunistas debemos estar junto a la clase obrera, explicándoles sin titubear que la única salida para la liberación nacional de Catalunya es el socialismo.
Puede que hoy en día sea una postura difícil de mantener ya que nos encontramos solos ante el resto de opciones políticas en Catalunya, pero lo que nos diferencia de los demás es que a nosotros nos guían los principios del marxismo-leninismo, ciencia revolucionaria al servicio del proletariado y sus intereses objetivos.
Las cadenas que oprimen a la clase trabajadora de Madrid y de Barcelona son exactamente las mismas; y debemos luchar por segar conjuntamente las cadenas del capitalismo criminal.
Espero que algún día, los catalanes podamos celebrar en nuestra Diada una victoria contra el capitalismo y la opresión nacional, y no una derrota contra las tropas borbónicas.
La Diada, la cadena humana y los comunistas
Alberto M. Perez
Durante los últimos años, en Catalunya, la opinión pública se encuentra inmersa en una vorágine de incesantes debates y discusiones acerca de la cuestión nacional. El tema es tan candente que, como no podía ser de otra manera, se ha visto reflejado en la realidad de la Diada.
El pasado once de Septiembre, cientos de miles de catalanes salieron a la calle a celebrar el día nacional de Catalunya inmersos en un clima festivo y popular.
Éste año, la Asamblea Nacional Catalana -organización copada principalmente por el nacionalismo burgués de CiU y ERC- introdujo un novedoso acto que ha causado furor en la prensa internacional; una cadena humana llamada Via catalana cap a la independència de 400km de longitud inspirada en las que hicieron en los países Bálticos en 1989 al triunfar la contrarrevolución en la URSS.
La jornada resultó ser un éxito rotundo en cuanto a asistencia, lo que se traduce en una demostración de fuerza de la burguesía catalana y una arma arrojadiza en su lucha por obtener mejores posiciones ante la burguesía central española.
Sin embargo, no me cabe duda de que gran parte de los participantes tanto en la cadena como en los diferentes actos de la Diada asistieron para reclamar lo que honestamente creen que es suyo, un estado propio alejado del corrupto y deslegitimado Estado español. Los comunistas catalanes observamos con estupor como la burguesía se aprovecha mezquinamente del sentimiento nacional del pueblo catalán y de su descontento -no son pocos los ataques contra la lengua o contra su soberanía por parte del estado español, por no hablar de las consecuencias de la crisis estructural capitalista- pues somos conscientes de que las burguesías central y periféricas forman parte de un mismo bloque oligárquico no antagónico integrado en la UE; y que por tanto, la lucha que aparentemente está librando CiU por el dret a decidir en realidad no es más que una lucha por tensar la cuerda y acceder de esta manera a mayores cuotas de expolio.
Una gran parte del pueblo catalán -de extracción obrera y popular- se siente atraída por el discurso fácil que Mas y sus acólitos están formulando. Un discurso que se basa en hablar de una Catalunya próspera a corto plazo, donde España como ente abstracto, dejará de robarnos y de hacernos la vida imposible; una afirmación falaz, ya que los intereses de la burguesía catalana son diametralmente opuestos a los de la clase obrera catalana, y ningún estado capitalista va a mejorar las condiciones de vida de ésta. Pero como sabemos, la ideología dominante es la de la clase dominante, y en este caso la burguesía catalana ha puesto toda la carne en el asador para generar una opinión que hace pocos años atrás era minoritaria para lograr sus objetivos.
En la historia reciente, la burguesía catalana se ha alineado con aquel bando que le parecía más deseable. No hay que olvidar que CiU es la heredera directa de la Lliga Regionalista, la misma que fue de la mano de Franco durante la dictadura. Se entiende pues, que la patria de la burguesía se encuentra allá donde se encuentra su bolsillo o su cuenta bancaria.
Los comunistas catalanes, siendo conscientes de la realidad de la pugna interburguesa, no participamos en la cadena humana ya que no representa las aspiraciones de la clase obrera catalana. Nosotros luchamos por una República Socialista de carácter confederal que respete el derecho a la autodeterminación de las naciones, por supuesto incluyendo también el derecho a la independencia.
Algunos partidos dicen estar a favor de la autodeterminación pero sin cuestionar de ningún modo el sistema capitalista imperante. Únicamente, bajo un sistema socialista se puede garantizar la verdadera autodeterminación. Poseer un Estado propio y depender de organismos supranacionales i interestatales imperialistas como la UE o el FMI, impide que los pueblos puedan desarrollarse como ellos decidan. Es por ello que en Catalunya, la lucha por la autodeterminación y el socialismo son luchas inseparables, no se entiende la una sin la otra.
A modo de conclusión, los comunistas catalanes nos debemos erigir como garantes de una postura de defensa de los intereses de clase que nada tienen que ver con ningún bando de los anteriormente mencionados. Los comunistas debemos estar junto a la clase obrera, explicándoles sin titubear que la única salida para la liberación nacional de Catalunya es el socialismo.
Puede que hoy en día sea una postura difícil de mantener ya que nos encontramos solos ante el resto de opciones políticas en Catalunya, pero lo que nos diferencia de los demás es que a nosotros nos guían los principios del marxismo-leninismo, ciencia revolucionaria al servicio del proletariado y sus intereses objetivos.
Las cadenas que oprimen a la clase trabajadora de Madrid y de Barcelona son exactamente las mismas; y debemos luchar por segar conjuntamente las cadenas del capitalismo criminal.
Espero que algún día, los catalanes podamos celebrar en nuestra Diada una victoria contra el capitalismo y la opresión nacional, y no una derrota contra las tropas borbónicas.
La Diada, la cadena humana y los comunistas