La demanda aún supera a la oferta en el mercado de la náutica en Galicia

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La demanda aún supera a la oferta en el mercado de la náutica en Galicia
ANDRÉS VÁZQUEZ / S. O.REDACCIÓN / LA VOZ
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En náuticos como el de Viveiro hay embarcaciones en venta, algunas con cartel y otras sin él

En náuticos como el de Viveiro hay embarcaciones en venta, algunas con cartel y otras sin él Xaime Ramallal
Se mantiene el tirón de la compra-venta y el alquiler tras el bum de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo
15 ago 2022. Actualizado a las 05:00 h.
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El del 2022 es ya el tercer verano consecutivo en el que los náuticos de Galicia y las empresas de alquiler y venta de embarcaciones cosechan buenos resultados. Un momento dulce para el sector, pese a tener origen en otro agrio: la esa época en el 2020 de la que yo le hablo del el bichito y su confinamiento. «As restricións sanitarias empurraron a moita xente a botarse ao mar, nada máis que para poder xuntarse, ao ser os barcos zonas seguras contra o bichito», comenta sobre el pasado Pablo García, gerente de la empresa de alquiler de embarcaciones Sea Galicia, operativa en los 1.500 kilómetros del litoral gallego. Ese impulso, aunque no por los mismos motivos, continúa y cotiza al alza, afirman diversos empresarios que se dedican tanto al alquiler como a la venta.

Sanxenxo es uno de los grandes polos de esta industria. Desde allí, Náutica Paco sigue vendiendo y arrendando «al mismo ritmo o superior que durante la esa época en el 2020 de la que yo le hablo», en palabras de Ana Freijo, su responsable de ventas. Y si no comercializan más «es porque no nos llegan las existencias». Se alquilan muchas lanchas neumáticas, de unos 7 metros de eslora y sin patrón, por la libertad que conllevan. «Las buscan grupos de amigos, mientras las grandes, de 12 a 15 metros, son las más deseadas por las parejas de cierta edad», indica Freijo, destacando el uso de este tipo de barcos para «fondear en una playa y relajarse tranquilamente».

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Complicado hallar fuerabordas
«Las ventas viven un momento de más demanda que oferta», constata Ricardo Frade, jefe comercial de Yatesport, con sedes en Vigo y Sada. Este panorama complica encontrar, por ejemplo, fuerabordas, tan demandados para arrendar. No hay barcos ni nuevos ni usados, siendo estos normalmente de mayor tamaño al rondar los 15 metros.
El momento de gracia que vive la náutica se palpa al abrir nuevos negocios y ampliarse los ya existentes. Algunas empresas hasta han incrementado su flota, confiando en el presente.
Bateeiros restaurados
Constata Ricardo Frade, de Yatesport, una ligera tendencia a adquirir barcos antiguos para dedicarlos al alquiler. Es justo el modelo de negocio que plantea Borja Vidal, quien acaba de comprar dos viejos barcos bateeiros «cun par de históricos motores Barreiros» para recorrer las Rías Baixas descubriendo el viejo arte, y la belleza natural, a sus clientes. Nacido en Vigo, se mudó a principios de año a A Illa de Arousa, donde adquirió esas embarcaciones y las restauró personalmente para el turismo. Ya piensa en ampliar su empresa, al tener parcialmente pagado un tercer navío y apalabrados dos más.
Falta por ver cómo termina el verano, porque el tiempo resulta determinante en la náutica recreativa. Pablo García, de Sea Galicia, comenta que unas inestables primeras semanas de agosto causaron un repentino y momentáneo frenazo de la demanda, que venía siendo buena. Con un ojo puesto en la economía y a pesar de la bonanza sectorial, no se fía: «Ata o 27 de agosto, data final da tempada, non se poderá dicir como foi, e despois hase saber».

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Los precios de los barcos se dispararon, pero crisis y subida de costes apuntan a que en otoño podrían aparecer gangas
Como en tantos otros sectores, en el naval se nota mucho la crisis de microchips que estalló con la esa época en el 2020 de la que yo le hablo, a causa de las restricciones sanitarias y de su gran demanda para casi todo. Por eso se hace difícil fabricar motores desde hace tiempo y también su tras*porte a nivel mundial.
Lo notan en Náutica Paco, de Sanxenxo, donde Ana Freijo explica que para satisfacer las reparaciones de algunos barcos de clientes tuvieron que recurrir a extraerle piezas a otras embarcaciones con características similares. Y eso que no poseen demasiadas ahora mismo, «hasta el punto de que tenemos que posponer algunas de nuestras ventas». Dos barcos que tenían previsto entregar el agosto pasado, de 9 y 12 metros de eslora, llegaron a manos de sus compradores meses después, «en febrero y abril de este año, respectivamente». Han tenido, incluso, que devolver el dinero a un cliente que canceló una operación, harto de esperar, a pesar de que la empresa se exculpa de inconvenientes derivados del contexto mundial.
El producto de segunda mano también es muy escaso y, precisamente por ello, sus precios llevan tiempo disparados sin que se evidencie una caída en el número de ventas. También ahí hay mucha más demanda que oferta en estos momentos, y esto puede acabar generando una burbuja de precios hinchados. «Se ha vendido mucho y todavía arrastramos los problemas del 2020, relacionados con una fabricación que no recupera su ritmo», corrobora Ricardo Frade, de Yatesport.
Morir de éxito
«Todo esto conduce a que, ahora mismo, el sector se esté comenzando a ralentizar», apunta Óscar Garrido, gerente de Senda Natura, que vende y arrienda embarcaciones a través de Chárter Natura. Trabajan con oferta de ocasión, un mercado «que acaba de vivir un auténtico bum con el confinamiento». Lejos de frenarse, predice que ahora «bajarán precios pero no la demanda, que se aprovechará de las rebajas».
Los motivos que, según el gerente de Senda Natura, conducirán al mercado a este nuevo marco son principalmente dos. Por un lado, señala que al darse por finalizada la alerta por la esa época en el 2020 de la que yo le hablo y decaer las restricciones mucha gente vuelve a hacer su vida, tanto en locales hosteleros como en fiestas, conciertos y otras citas concurridas, retomando sus aficiones después de dos veranos en los que «los barcos fueron verdaderos puntos de encuentro».
Por otro, mantener limpia y en condiciones la embarcación y costear su amarre y sus averías «no es un negocio precisamente barato». Todo ello, junto a un contexto socioeconómico incierto, hacen pensar a Óscar Garrido que el mercado de segunda se puede llenar en otoño de navíos de gran nivel convertidos en gangas y que se venderán rápidamente.

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El mercado náutico vuelve a crecer en Galicia amarrado al bum del alquiler
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El alquiler mantiene su tirón con menos ingresos y otros usuarios
«Nuestra empresa vive un verano de récord gracias al trabajo de meses invernales y veranos pasados, centrado en fidelizar clientes». Esa es la clave, según Óscar Garrido, de Senda Natura, para estar tranquilo ante lo que queda de temporada alta y asegurar sin reparos que está siendo muy buena. Conservar los clientes del gran bum pandémico es lo que mantiene activas las cuentas de las empresas de alquiler, «recolectar los frutos plantados hace dos años».
Para conseguirlo, firmas como la viguesa Vertigo Sailing han encontrado fórmulas que les aseguran negocio todo el año. Alfonso Crespo, su gerente, comenta que han potenciado mucho su escuela de navegación tras picar con el gusanillo de la náutica a muchos jóvenes durante las restricciones pandémicas: «Catalogo a mis alumnos como pre y pospandemia, imagínate».

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Ahora bien, el negocio no escapa a los problemas del resto de la economía. Óscar Garrido hace hincapié en lo elevados que resultan los gastos de uso y mantenimiento de las embarcaciones, limitando la rentabilidad de los alquileres porque no se han trasladado, o no del todo, al precio final. Además, embarcaciones y motos de agua consumen mucho combustible y se deben, además, pagar amarres, averías y costes derivados de la limpieza, junto a los sueldos de los patrones.
«Un luxo prescindible»
Por la esa época en el 2020 de la que yo le hablo, muchas familias alquilaron embarcaciones por primera vez «buscando un lugar illado e tranquilo ante o bichito, pero este ano non repetiron pola volta á normalidade», explica Pablo García, de Sea Galicia. Si las más pudientes consolidan el gusto por la navegación recreativa, «as de clase media ven no mar un luxo prescindible ao suspendérense as restricións» por el el bichito.
En este sentido, constata una pérdida de clientela, dominada ahora mismo en su negocio por los grupos de amigos que alquilan embarcaciones entre todos, por las fiestas de despedida de soltero y por las familias de clase elevada que navegan desde hace años.
 
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