La decadencia de la literatura hispanoamericana y sus santones

M. Priede

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No sé dónde colgarlo. En cualquier sitio que lo haga, lo cambiarán, menos en Guardería, pero no quiero que esté allí; aunque quizá estuviese mejor allí que aquí.

Forma parte de la obra póstuma de Roberto Boleño, editada hace diez años pero perfectamente válida para hoy en día. No entiendo por qué nos lo venden como un cuento cuando es una durísima crítica, tan honesta como burlona, a los popes de la literatura; y también a la literatura de éxito, la de superventas. El escrito es formidable. Tiene alguna pequeña parte un poquitín tediosa pero va de menos a más.

Varios párrafos para que veáis por dónde van los tiros:

"Permitidme que en esta época sombría empiece con una afirmación llena de
esperanza. ¡El estado actual de la literatura en lengua española es muy bueno!
¡Inmejorable! ¡óptimo!
Si fuera mejor incluso me daría miedo.
Tranquilicémonos, sin embargo. Es bueno, pero nadie debe temer un ataque al
corazón. No hay nada que induzca a pensar en un gran sobresalto."

"En realidad la literatura latinoamericana no es Borges ni Macedonio Fernández ni
Onetti ni Bioy ni Cortázar ni Rulfo ni Revueltas ni siquiera el dueto de machos ancianos
formado por García Márquez y Vargas Llosa. La literatura latinoamericana es Isabel
Allende, Luis Sepúlveda, Ángeles Mastretta, Sergio Ramírez, Tomás Eloy Martínez, un tal
Aguilar Camín o Comín y muchos otros nombres ilustres que en este momento no
recuerdo.

La obra de Reinaldo Arenas ya está perdida. La de Puig, la de Copi, la de Roberto
Arlt. Ya nadie lee a Ibargüengoitia. Monterroso, que perfectamente bien hubiera podido
declarar que tres de sus personajes inolvidables son Mándela, García Márquez y Vargas
Llosa, tal vez cambiando a Vargas Llosa por Bryce Echenique, no tardará en entrar de lleno
en la mecánica del olvido. Ahora es la época del escritor funcionario, del escritor matón,
del escritor que va al gimnasio, del escritor que cura sus males en Houston o en la Clínica
Mayo de Nueva York. La mejor lección de literatura que dio Vargas Llosa fue salir a hacer
jogging con las primeras luces del alba. La mejor lección de García Márquez fue recibir al
Papa de Roma en La Habana, calzado con botines de charol, García, no el Papa, que
supongo iría con sandalias, junto a Castro, que iba con botas. Aún recuerdo la sonrisa que
García Márquez, en aquella magna fiesta, no pudo disimular del todo. Los ojos
entrecerrados, la piel estirada como si acabara de hacerse un lifting, los labios ligeramente
fruncidos, labios sarracenos habría dicho Amado Nervo muerto de envidia."

"Los escritores actuales no son ya, como bien hiciera notar Pere Gimferrer, señoritos
dispuestos a fulminar la respetabilidad social ni mucho menos un hatajo de inadaptados
sino gente salida de la clase media y del proletariado dispuesta a escalar el Everest de la
respetabilidad, deseosa de respetabilidad. Son rubios y morenos hijos del pueblo de Madrid,
son gente de clase media baja que espera terminar sus días en la clase media alta. No
rechazan la respetabilidad. La buscan desesperadamente. Para llegar a ella tienen que
tras*pirar mucho. Firmar libros, sonreír, viajar a lugares desconocidos, sonreír, hacer de
augusto en los programas del corazón, sonreír mucho, sobre todo no morder la mano que les
da de comer, asistir a ferias de libros y contestar de buen talante las preguntas más cretinas,
sonreír en las peores situaciones, poner cara de inteligentes, controlar el crecimiento
demográfico, dar siempre las gracias.

No es de extrañar que de golpe se sientan cansados. La lucha por la respetabilidad es
agotadora. Pero los nuevos escritores tuvieron y algunos aún tienen (y Dios se los conserve
por muchos años) padres que se agotaron y gastaron por un simple jornal de obrero y por lo
tanto saben, los nuevos escritores, que hay cosas mucho más agotadoras que sonreír
incesantemente y decirle sí al poder. Claro que hay cosas mucho más agotadoras. Y de
alguna forma es conmovedor buscar un sitio, aunque sea a codazos, en los pastizales de la
respetabilidad."

"Todo es, a final de cuentas, folclore. Somos buenos para pelear y somos malos para
la cama. ¿O tal vez era al revés, Maquieira? Ya no me acuerdo. Tiene razón Fuguet: hay
que conseguir becas y anticipos sustanciosos. Hay que venderse antes de que ellos, quienes
sean, pierdan el interés por comprarte. Los últimos latinoamericanos que supieron quién era
Jacques Vaché fueron Julio Cortázar y Mario Santiago y ambos están muertos. La novela
de Penélope Cruz en la India está a la altura de nuestros más preclaros estilistas.

Llega Pe a la India. Como le gusta el tonalidad local o lo auténtico va a comer a uno de los peores
restaurantes de Calcuta o de Bombay. Así lo dice Pe. Uno de los peores o uno de los más
baratos o uno de los más populares. En la puerta ve a un niño famélico quien a su vez no le
quita los ojos de encima. Pe se levanta y sale y le pregunta al niño qué le pasa. El niño le
dice si le puede dar un vaso de leche. Curioso, pues Pe no está bebiendo leche."

"Al cabo de unos días Pe mantiene una larga
conversación filosófica y también de orden práctico con la progenitora Teresa de Calcuta. En
determinado momento Pe le cuenta esta historia. Habla de lo necesario y de lo superfluo, de
ser y no ser, de ser con relación a y de no ser en relación ¿con qué?, ¿y cómo?, ¿y a final de
cuentas qué es eso de ser?, ¿ser tú misma?, Pe se hace un lío. La progenitora Teresa, mientras
tanto, no para de moverse como una comadreja reumática de un lado a otro de la habitación
o del porche que las cobija, mientras el sol de Calcuta, el sol balsámico y también el sol de
los muertos vivientes, espolvorea sus postreros rayos imantado ya por el oeste. Eso, eso,
dice la progenitora Teresa de Calcuta, y luego murmura algo que Pe no entiende. ¿Qué?, dice Pe
en inglés. Sé tú misma. No te preocupes por arreglar el mundo, dice la progenitora Teresa,
ayuda, ayuda, ayuda a uno, dale un vaso de leche a uno y ya será suficiente, apadrina a un
niño, sólo a uno, y ya será suficiente, dice la progenitora Teresa en italiano y con evidente mal
humor. Al caer la noche Pe vuelve al hotel. Se ducha, se cambia de ropa, se pone unas gotas
de perfume sin poder dejar de pensar en las palabras de la progenitora Teresa. A la hora de los
postres, de golpe, la iluminación."

El Malpensante.com - Los mitos de Chtulhu
 
El éxito de Roberto Bolaño evidencia el declive de la literatura hispanoamericana.

Literatura de consumo ha habido siempre. Querer que en cada generación aparezca un Juan Rulfo es una quimera.

Yo he empezado con él hace quince días. Me gustan sus cuentos. No soy lector de novelas, así que no sé si me atreveré con esos tochos tan enormes que escribe, el de Los detectives salvajes y 2666.

Me gusta su sinceridad. Y arriesga. Sus relatos son de una imaginación torrencial, de ahí que muchos digan que es el continuador de los escritores del boom. Pero es que dentro de ese mundo de ficción no es lo mismo el 'realismo mágico' de García Márquez (y que dio nombre a esa generación) que la ficción de Borges o Vargas Llosa. Todos ellos son deudores de Juan Rulfo, como viene a decir el sobrino de Keynes, que es un maestro. Y efectivamente no puede salir un Juan Rulfo cada veinte años.

Esa sinceridad lo hace bien diferente a quienes él critica. Hay sitio si no para todo y para todos, sí para muchos. De la misma manera que hay teatro, novela o poesía, también hay aventuras, lirismo, memorias, etc.

Bolaño hace la crítica a la superficialidad dominante hoy en día. Hay que reconocer que los escritores de éxito de los setenta eran mucho mejores que los escritores de éxito posteriores. O mejor dicho: la literatura de los setenta, puesto que los grandes del 70 forman parte de la decadencia posterior. No es solo en lengua española, todo hay que decirlo. Anda, que los Paul Auster y compañía, escribiendo de sí mismos y de sus depresiones y triunfos. Al menos los autores de libros de autoayuda no esconden su labor. Qué decir de nuestro Antonio Gala.

La literatura, lo quiera o no el escritor, recoge el espíritu de la época. ¿Qué grandes filósofos tenemos, o cineastas o pintores?
 
es divertido a ratos, muy irregular, un poco antiguo. es facilón, a veces chirriante de tan obvio. gracias por traerlo aquí; no lo conocía. tampoco creo que insista más él.
 
es divertido a ratos, muy irregular, un poco antiguo. es facilón, a veces chirriante de tan obvio. gracias por traerlo aquí; no lo conocía. tampoco creo que insista más él.

Es que no tiene un estilo depurado, es torrencial. Da la impresión de ser alguien que vive para una escritura infinita y sin tregua, sin reposo.
 
Es hora ya de enterrar a los santones de la literatura en español. Lo cierto es que si ardiera toda la literatura de los últimos 40 años no se perdería gran cosa. Todo lo más algunos canutazos entretenidos del Reverte y similares. Pero nada de valor precioso como la poesía de Cernuda o las novelas de Ramón J. Sender.
 
Es hora ya de enterrar a los santones de la literatura en español. Lo cierto es que si ardiera toda la literatura de los últimos 40 años no se perdería gran cosa. Todo lo más algunos canutazos entretenidos del Reverte y similares. Pero nada de valor precioso como la poesía de Cernuda o las novelas de Ramón J. Sender.

El tiempo es un gran decantador, en efecto.
 
la literatura sudamericana es excelsa en floripondios. de la literatura española contemporánea se salva algún cela antiguo... y un par de libros de goytisolo (que sólo hay uno aunque algunos sostengan que tres eran tres...)
 
Hombre, tampoco es para tanto...tenemos a
Vila-Matas y a Marias, a los hermanos Goytisolo...cualquirra de ellos podria ganar un Nobel (si eso significara algo) . Y en los ultimos 40 anyos escribieron dos de los grandes del sigli XX : Delibes y Benet.

De todos modos yo cada vez estoy mas convencido que el autentico genio de la literatura moderna en espanol fue un tipo bajito y regordete que se llamaba Ramon. Los demas tantean en la sombra.
Vaya ******s los marcados en negrita.

Claro que podrían ganar un Nobel. El de Literatura últimamente se lo dan a cualquiera que diga muchas soplapolleces y aburra a las ovejas. Que no se lo dieran a Delibes es una honra para él, más que un baldón.

Y si se refiere a Gómez de la Serna, pues de acuerdo en parte.
 
Hombre, tampoco es para tanto...tenemos a
Vila-Matas y a Marias, a los hermanos Goytisolo...cualquirra de ellos podria ganar un Nobel (si eso significara algo) . Y en los ultimos 40 anyos escribieron dos de los grandes del sigli XX : Delibes y Benet.

De todos modos yo cada vez estoy mas convencido que el autentico genio de la literatura moderna en espanol fue un tipo bajito y regordete que se llamaba Ramon. Los demas tantean en la sombra.

En el segundo párrafo llevas más razón que un santo. Ramón juega en una división aparte, él solo. "¡Rebeca!", por ejemplo, es alucinante.

---------- Post added 06-ene-2014 at 18:31 ----------

Es curioso que nadie se acuerde ya de Umbral, "el-mayor-prosista-español-del-siglo-XX".


Qué inquina le tenía a Pío Baroja, que envidia cochina y enfermiza. Le reventaba que a la gente le gustara y siguiera leyendo a Baroja y no fueran capaces de apreciar la magnífica prosa de sus infumables novelas en las que hablaba siempre de su tema favorito: Paco Umbral.

Sí y no: entre lo que yo he leído de Baroja hay muy buenas novelas como La casa de Aizgorri o Camino de perfección y otras que dan vergüenza ajena como Jaun de Alzate, Paradox rey o Aviraneta. Si Baroja sólo hubiera escrito novelas como éstas últimas habría estado totalmente justificado lo que de él escribió Umbral: "Baroja no es que sea un mal escritor, es que no es del gremio".

Y no creo que hoy se lea mucho a Baroja.
 
Es curioso que nadie se acuerde ya de Umbral, "el-mayor-prosista-español-del-siglo-XX".


Qué inquina le tenía a Pío Baroja, que envidia cochina y enfermiza. Le reventaba que a la gente le gustara y siguiera leyendo a Baroja y no fueran capaces de apreciar la magnífica prosa de sus infumables novelas en las que hablaba siempre de su tema favorito: Paco Umbral.
Lo malo es que con lo novelerísimos que somos, me huelo a que en el décimo aniversario de su paso a pasto de gusanos habrá homenajes y demás saraos (lo que por otro lado era cosa muy de su agrado).
 
v

¿Se lee a Cela?

¿A qué autores españoles se lee actualmente?

Quizá esté yo equivocado, pero creo que después de La Colmena (que a mí tampoco es que me entusiasme) Cela sólo escribió majaderías del estilo de los articulitos que publicaba en el ABC de Ansón en sus últimos años de vida.

¿A qué españoles se lee hoy?, pues supongo que igual que en literatura extranjera, a quienes quieran las grandes editoriales y grandes medios de comunicación (valga la redundancia): Almudena Grandes, Marías, P. Reverte, Muñoz Molina, Elvira Lindo y demás víctimas de las santas y justas iras de la Fiera Literaria.
 
Quizá esté yo equivocado, pero creo que después de La Colmena (que a mí tampoco es que me entusiasme) Cela sólo escribió majaderías del estilo de los articulitos que publicaba en el ABC de Ansón en sus últimos años de vida.

¿A qué españoles se lee hoy?, pues supongo que igual que en literatura extranjera, a quienes quieran las grandes editoriales y grandes medios de comunicación (valga la redundancia): Almudena Grandes, Marías, P. Reverte, Muñoz Molina, Elvira Lindo y demás víctimas de las santas y justas iras de la Fiera Literaria.

Sí, pero aunque el resto de la producción de Cela sea bastante más discutible, La colmena es una de las novelas más importantes del siglo XX en español. Los otros que citas escriben literatura de consumo, mejor o peor escrita, pero básicamente intrascendente.
 
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