Vlad_Empalador
Será en Octubre
Apagón y cambio de modelo en el sector turístico
El verano de 2020 pone fin a un ciclo de crecimiento en llegadas de viajeros e ingresos que no retornará al menos hasta 2022. Tras perder el 70% de las reservas hasta junio, el sector ve ahora frustrado el negocio en el resto del año y los expertos anticipan una gran reestructuración
El Hotel Rialto de Barcelona, cerrado.REUTERS
PREMIUM
Era 2019 y llegaron a nuestro país 83 millones de turistas extranjeros que gastaron más de 92.000 millones de euros. La situación hoy es bien distinta. El descalabro que el cobi19 ha supuesto para el principal motor de nuestra economía (es el 13% de la riqueza que genera España y el 13% del empleo) es histórico, pues nunca antes ha habido en España un parón tan generalizado del sector (hoteles cerrados, aviones en tierra, restaurantes clausurados) ni tan prolongado en el tiempo.
«La situación a la que se enfrenta el sector es muy compleja, pues la base de las reservas con las que cuenta es inestable y muy volátil debido tanto a los rebrotes como a las medidas que está adoptando algunas comunidades», señala a EL MUNDO Jorge Schoenenberger, socio responsable de tras*porte, Hostelería y Servicios (THS) de la consultora Deloitte.
Exceltur, el principal lobby del sector, calcula pérdidas de 83.000 millones, pero estas previsiones eran antes de los rebrotes y de que Reino Unido impusiera, en plena temporada alta y con las fronteras ya abiertas, una cuarentena a los viajeros que llegasen de España. TUI ha suspendido los paquetes a nuestro país y otros gobiernos han realizado también recomendaciones de no viajar a determinadas zonas de España.
En este contexto, y teniendo en cuenta el aumento de los rebrotes y la incertidumbre que hay aún (si habrá más confinamientos o cuarentenas...), los expertos sitúan la recuperación de los niveles de 2019 de media para finales de 2022.
«La demanda de turismo vacacional se recuperará con una menor velocidad pero detonará con mayor solidez para 2022 y la demanda del segmento de viajes y eventos corporativos podría iniciarse antes, aunque con una pendiente de crecimiento más modesta y con mayores retos de recuperación completa en dicho año. La tendencia de la recuperación será inicialmente local, luego regional - continental y finalmente intercontinental», dice el experto de Deloitte.
EVOLUCIÓN DEL VERANO
Este verano, el turismo en España «es predominantemente nacional con preferencia por la península sobre las islas. Las ocupaciones serán modestas y las tarifas bajas, por lo que el negocio difícilmente será negocio y será más bien un ejercicio de responsabilidad y aprendizaje colectivo. Los hoteleros que abran lo harán más bien como estrategia defensiva, para tener la tienda abierta», reconoce Schoenenberger.
De hecho, en la primera mitad del año España perdió un 70% de las pernoctaciones hoteleras por la el bichito. Sólo en junio, cuando acabó el estado de alarma, se desplomaron un 95%, según datos del INE.
«Si medimos el estado de salud del sector turístico en términos de número de llegadas internacionales, diría queestamos en la UCI con un pronóstico de muy grave pero estable. Tenemos que asumir el diagnóstico: El año pasado recibimos 83,7 millones de viajeros, de los cuales el 45% llegaron entre junio y septiembre», señala el CEO de Interface Tourism, Chris Pomeroy.
El fin del estado de alarma y la apertura del espacio Schengen en el mes de junio apenas aportó flujo. Unos 204.926 turistas visitaron España, un 97,7% menos que un año antes, según el INE. De marzo a junio se vivió el peor semestre nunca visto para el sector. Se perdieron 27,3 millones de viajeros y 28.400 millones de euros de gasto.
Como explica César Gutiérrez, de Fetave, la federación española de agencias de viaje (estas han registrado un 50% de caídas en la facturación), los rebrotes y las recomendaciones de los países de no viajar a España están teniendo un impacto en las reservas. «A principios de julio esperábamos una recuperación en V, pero no está siendo como creíamos. Algunas agencias no han abierto porque no tienen producto que ofrecer», señala.
España se está encontrando con dos grandes problemas añadidos. Uno es la dependencia del mercado británico. Uno de cada cuatro turistas que nos visitan es inglés. Estas cifras dan una idea del daño que está haciendo la cuarentena decretada por el Gobierno de Boris Johnson.
El otro problema es el hecho de que el 80% de los extranjeros que vienen a nuestro país lo hace en avión. El sector aéreo es uno de los que más está padeciendo esta crisis, pues el miedo a meterse dentro de un aparato, en un espacio cerrado, y contagiarse, disuade a muchos.
Esta escasa llegada de turistas internacionales «tiene un fuerte impacto negativo en el sector e indirectamente en muchos otros sectores» (hostelería, tras*porte de viajeros, aerolíneas, ocio...). «La falta de demanda deriva en la no apertura de hoteles en destinos de temporada corta, como es el caso de Baleares», señala el experto de Deloitte.
La previsión de caída en la facturación del sector podría situarse cerca de los 90.000 millones de euros (caída media cercana al 70%), según cálculos de Deloitte, para el conjunto de 2020. Esto se traduce «en la destrucción de los balances empresariales de múltiples empresas del sector y una cuantiosa pérdida de puestos de trabajo».
Para las comunidades o regiones que viven del turismo esta situación es insostenible. El 50% del turismo británico tiene como destino Canarias y Baleares. «En el último trimestre del año, y en la medida que la confianza del consumidor vaya mejorando, podría observarse un ligero aumento en las reservas de turistas, lo cual podría ayudar a ciertos destinos como Canarias o a aquellas ciudades que sean percibidas como más seguras», señala el experto de Deloitte.
Según Exceltur, los destinos turísticos de Andalucía y de zonas del norte tienen una ocupación más alta, pues se nutren sobre todo de turismo nacional. El problema está en las zonas que viven del turismo extranjero (las islas, la Costa del Sol...).
«El verano es tradicionalmente una época de engorde y acumular tesorería para aguantar el invierno. Este año es vital para mantener las constancias vitales y el goteo que mantiene el sector viene del mercado nacional, que por generoso que sea, consta de un máximo posible de 46 millones de españoles», dice Chris Pomeroy.
A corto plazo el turismo rural será el que subsector que mejor pase la temporada de verano 2020. Pero por mucho que crezca, siempre será «una parte mínima, casi residual». Muchos negocios no tendrán pulmón financiero para aguantar "un invierno sin verano», señala.
Esta situación va a derivar en cambios estructurales en el sector. «Las marcas posicionadas como seguras se consolidarán y el proceso de digitalización se acelerará», señala Schoenenberger.
Las empresas del sector «tienen que hacerse más pequeñas a corto plazo, pero también aprovechar este difícil momento para acelerar las tras*formaciones que permitirán ser más competitivos y resistentes. El turismo tiene futuro, la demanda volverá, y será clave haber construido empresas más diversificadas», señala el experto de Deloitte.
Para España estos cambios «pueden aportar la ansiada redistribución de visitantes entre territorios y temporadas que ya se habían identificado como obligados hitos en el desarrollo sostenible del sector», señala Pomeray. Los destinos de cost
El verano de 2020 pone fin a un ciclo de crecimiento en llegadas de viajeros e ingresos que no retornará al menos hasta 2022. Tras perder el 70% de las reservas hasta junio, el sector ve ahora frustrado el negocio en el resto del año y los expertos anticipan una gran reestructuración
El Hotel Rialto de Barcelona, cerrado.REUTERS
PREMIUM
- RAQUEL VILLAÉCIJA
@rvillaecija
Madrid
- Compartir en Facebook
- Compartir en Twitter
- Enviar por email
- Reiniciando. La industria ante su gran desafío tras el cobi19: tras*formación o cierre de fábricas
- Reiniciando. Las telecomunicaciones post el bichito: conexiones al alza para dejar atrás el 'low cost'
Era 2019 y llegaron a nuestro país 83 millones de turistas extranjeros que gastaron más de 92.000 millones de euros. La situación hoy es bien distinta. El descalabro que el cobi19 ha supuesto para el principal motor de nuestra economía (es el 13% de la riqueza que genera España y el 13% del empleo) es histórico, pues nunca antes ha habido en España un parón tan generalizado del sector (hoteles cerrados, aviones en tierra, restaurantes clausurados) ni tan prolongado en el tiempo.
«La situación a la que se enfrenta el sector es muy compleja, pues la base de las reservas con las que cuenta es inestable y muy volátil debido tanto a los rebrotes como a las medidas que está adoptando algunas comunidades», señala a EL MUNDO Jorge Schoenenberger, socio responsable de tras*porte, Hostelería y Servicios (THS) de la consultora Deloitte.
Exceltur, el principal lobby del sector, calcula pérdidas de 83.000 millones, pero estas previsiones eran antes de los rebrotes y de que Reino Unido impusiera, en plena temporada alta y con las fronteras ya abiertas, una cuarentena a los viajeros que llegasen de España. TUI ha suspendido los paquetes a nuestro país y otros gobiernos han realizado también recomendaciones de no viajar a determinadas zonas de España.
En este contexto, y teniendo en cuenta el aumento de los rebrotes y la incertidumbre que hay aún (si habrá más confinamientos o cuarentenas...), los expertos sitúan la recuperación de los niveles de 2019 de media para finales de 2022.
«La demanda de turismo vacacional se recuperará con una menor velocidad pero detonará con mayor solidez para 2022 y la demanda del segmento de viajes y eventos corporativos podría iniciarse antes, aunque con una pendiente de crecimiento más modesta y con mayores retos de recuperación completa en dicho año. La tendencia de la recuperación será inicialmente local, luego regional - continental y finalmente intercontinental», dice el experto de Deloitte.
EVOLUCIÓN DEL VERANO
Este verano, el turismo en España «es predominantemente nacional con preferencia por la península sobre las islas. Las ocupaciones serán modestas y las tarifas bajas, por lo que el negocio difícilmente será negocio y será más bien un ejercicio de responsabilidad y aprendizaje colectivo. Los hoteleros que abran lo harán más bien como estrategia defensiva, para tener la tienda abierta», reconoce Schoenenberger.
De hecho, en la primera mitad del año España perdió un 70% de las pernoctaciones hoteleras por la el bichito. Sólo en junio, cuando acabó el estado de alarma, se desplomaron un 95%, según datos del INE.
«Si medimos el estado de salud del sector turístico en términos de número de llegadas internacionales, diría queestamos en la UCI con un pronóstico de muy grave pero estable. Tenemos que asumir el diagnóstico: El año pasado recibimos 83,7 millones de viajeros, de los cuales el 45% llegaron entre junio y septiembre», señala el CEO de Interface Tourism, Chris Pomeroy.
El fin del estado de alarma y la apertura del espacio Schengen en el mes de junio apenas aportó flujo. Unos 204.926 turistas visitaron España, un 97,7% menos que un año antes, según el INE. De marzo a junio se vivió el peor semestre nunca visto para el sector. Se perdieron 27,3 millones de viajeros y 28.400 millones de euros de gasto.
Como explica César Gutiérrez, de Fetave, la federación española de agencias de viaje (estas han registrado un 50% de caídas en la facturación), los rebrotes y las recomendaciones de los países de no viajar a España están teniendo un impacto en las reservas. «A principios de julio esperábamos una recuperación en V, pero no está siendo como creíamos. Algunas agencias no han abierto porque no tienen producto que ofrecer», señala.
España se está encontrando con dos grandes problemas añadidos. Uno es la dependencia del mercado británico. Uno de cada cuatro turistas que nos visitan es inglés. Estas cifras dan una idea del daño que está haciendo la cuarentena decretada por el Gobierno de Boris Johnson.
El otro problema es el hecho de que el 80% de los extranjeros que vienen a nuestro país lo hace en avión. El sector aéreo es uno de los que más está padeciendo esta crisis, pues el miedo a meterse dentro de un aparato, en un espacio cerrado, y contagiarse, disuade a muchos.
Esta escasa llegada de turistas internacionales «tiene un fuerte impacto negativo en el sector e indirectamente en muchos otros sectores» (hostelería, tras*porte de viajeros, aerolíneas, ocio...). «La falta de demanda deriva en la no apertura de hoteles en destinos de temporada corta, como es el caso de Baleares», señala el experto de Deloitte.
La previsión de caída en la facturación del sector podría situarse cerca de los 90.000 millones de euros (caída media cercana al 70%), según cálculos de Deloitte, para el conjunto de 2020. Esto se traduce «en la destrucción de los balances empresariales de múltiples empresas del sector y una cuantiosa pérdida de puestos de trabajo».
Para las comunidades o regiones que viven del turismo esta situación es insostenible. El 50% del turismo británico tiene como destino Canarias y Baleares. «En el último trimestre del año, y en la medida que la confianza del consumidor vaya mejorando, podría observarse un ligero aumento en las reservas de turistas, lo cual podría ayudar a ciertos destinos como Canarias o a aquellas ciudades que sean percibidas como más seguras», señala el experto de Deloitte.
Según Exceltur, los destinos turísticos de Andalucía y de zonas del norte tienen una ocupación más alta, pues se nutren sobre todo de turismo nacional. El problema está en las zonas que viven del turismo extranjero (las islas, la Costa del Sol...).
«El verano es tradicionalmente una época de engorde y acumular tesorería para aguantar el invierno. Este año es vital para mantener las constancias vitales y el goteo que mantiene el sector viene del mercado nacional, que por generoso que sea, consta de un máximo posible de 46 millones de españoles», dice Chris Pomeroy.
A corto plazo el turismo rural será el que subsector que mejor pase la temporada de verano 2020. Pero por mucho que crezca, siempre será «una parte mínima, casi residual». Muchos negocios no tendrán pulmón financiero para aguantar "un invierno sin verano», señala.
Esta situación va a derivar en cambios estructurales en el sector. «Las marcas posicionadas como seguras se consolidarán y el proceso de digitalización se acelerará», señala Schoenenberger.
Las empresas del sector «tienen que hacerse más pequeñas a corto plazo, pero también aprovechar este difícil momento para acelerar las tras*formaciones que permitirán ser más competitivos y resistentes. El turismo tiene futuro, la demanda volverá, y será clave haber construido empresas más diversificadas», señala el experto de Deloitte.
Para España estos cambios «pueden aportar la ansiada redistribución de visitantes entre territorios y temporadas que ya se habían identificado como obligados hitos en el desarrollo sostenible del sector», señala Pomeray. Los destinos de cost