AdriAdri0097
Forero Paco Demier
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Exacto, la codicia es cierto que es el mal de males a los que nos enfrentamos. El objetivo final es claro y único, la instauración de un Nuevo Orden Mundial.
Una de las consecuencias más crueles del nuevo paradigma mundial implantado tras la concatenación de crisis desde el año 2008 es el de la codicia corporativa desaforada. Mientras los altos ejecutivos y los accionistas mayoritarios de las grandes compañías se llevan más de 90% de los beneficios, los trabajadores sufren con peores salarios, condiciones laborales más propias de la época anterior a la Revolución Industrial y, sobre todo, del chantaje constante que supone que si no se someten a la explotación, serán despedidos.
Más de un 50% de los trabajadores de las economías más avanzadas no tienen capacidad de ahorro suficiente para afrontar imprevistos o situaciones sobrevenidas. Esta cifra se eleva a más del 70% cuando se refiere al miedo a no tener suficientes ahorros para cubrir los gastos fundamentales de subsistencia en el caso de perder la fuente principal de ingresos. Mientras tanto, el 1% más poderoso cuenta los días para la presentación de resultados, el cobro de dividendos o de bonus variables millonarios. Mucho beneficio gracias a un trabajo prácticamente inexistente. Cuando se consiguen las cosas sin esfuerzo, entonces se genera la codicia de querer obtener más y más. En ese escenario estamos ahora.
Sin embargo, lo peor de todo es que muchos de esos trabajadores ven cumplidos sus peores temores porque se les está poniendo en la calle en masivos despidos colectivos. Este fenómeno se ha vuelto tan común en las economías avanzadas que los altos ejecutivos corporativos, en muchos casos por indicación de los grandes accionistas, han dejado de dudar a la hora de recortar puestos de trabajo cuando lo consideran necesario para incrementar la ratio de beneficios.
Una de las consecuencias más crueles del nuevo paradigma mundial implantado tras la concatenación de crisis desde el año 2008 es el de la codicia corporativa desaforada. Mientras los altos ejecutivos y los accionistas mayoritarios de las grandes compañías se llevan más de 90% de los beneficios, los trabajadores sufren con peores salarios, condiciones laborales más propias de la época anterior a la Revolución Industrial y, sobre todo, del chantaje constante que supone que si no se someten a la explotación, serán despedidos.
Más de un 50% de los trabajadores de las economías más avanzadas no tienen capacidad de ahorro suficiente para afrontar imprevistos o situaciones sobrevenidas. Esta cifra se eleva a más del 70% cuando se refiere al miedo a no tener suficientes ahorros para cubrir los gastos fundamentales de subsistencia en el caso de perder la fuente principal de ingresos. Mientras tanto, el 1% más poderoso cuenta los días para la presentación de resultados, el cobro de dividendos o de bonus variables millonarios. Mucho beneficio gracias a un trabajo prácticamente inexistente. Cuando se consiguen las cosas sin esfuerzo, entonces se genera la codicia de querer obtener más y más. En ese escenario estamos ahora.
Sin embargo, lo peor de todo es que muchos de esos trabajadores ven cumplidos sus peores temores porque se les está poniendo en la calle en masivos despidos colectivos. Este fenómeno se ha vuelto tan común en las economías avanzadas que los altos ejecutivos corporativos, en muchos casos por indicación de los grandes accionistas, han dejado de dudar a la hora de recortar puestos de trabajo cuando lo consideran necesario para incrementar la ratio de beneficios.