Malditos Bastardos
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“La clase dominante utiliza el Estado para ordeñar las instituciones”
La clase dominante utiliza el Estado para ordeñar las instituciones
MARTA LUENGO
Andrés Villena.
FERNANDO COTO MARÍN
12 DE JUNIO DE 2019
Los poderes fácticos son como las brujas, sabemos que haberlos haylos. Somos conscientes de que existe cierta oligarquía que, entre bambalinas, mueve con más o menos destreza los hilos de nuestros políticos en la escuálida democracia que hemos construido. Pero la idea que tenemos de esa oligarquía es abstracta, de caras desdibujadas, sin contornos, sin nombres propios. De otra manera, el vértigo sería mayor.
Es lo delicado de asomarse al nuevo libro de Andrés Villena, Las redes de poder en España (Roca Editorial). La abstracción se pierde, la inocencia desaparece y queda el desasosiego al entrever que las élites, como él dice, sí tienen conciencia de clase, saben lo que quieren y cómo defenderlo. En sus páginas se ve con claridad cómo, en realidad, no importa el tonalidad del gobierno o los nombres de los ministros. Lo que importan son sus redes, a qué grupos pertenecen, qué intereses defienden.
Andrés Villena (Elche, 1980), economista y doctor en Sociología, no se deja ningún ámbito por escudriñar en los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy. Y no se queda solo en la descripción de las redes, las puertas giratorias, sus miembros o la manera en que dominan, sino que realiza un análisis socioeconómico de sus consecuencias: cómo se debilita el sistema democrático y cómo se impone cierta agenda económica, la neoliberal.
En las páginas del libro diseccionas las redes que hay tras los gobiernos de Zapatero y Rajoy. ¿Podría decirse que en los primeros hay una especie de lucha entre lo que se puede hacer en el poder y ciertos valores sociales, mientras que en los segundos la utilización de la política es más cruda?
Sí, podría decirse que los gobiernos del PP son, por utilizar un símil, pronografía del poder, con un uso del mismo muy explícito, mientras que los del PSOE son más bien erotismo. La pronografía del poder que practica el PP sirve, por lo explícito que es, para aprender cómo funcionan determinadas élites españolas y es muy útil para analizar después sus expresiones más veladas en los gobiernos socialistas.
¿Existe el PPSOE?
Hay datos en los que podemos ver que PSOE y PP no son lo mismo, si bien es cierto que en política económica hay ámbitos en los que cuesta más ver las diferencias, sobre todo, en lo que denominamos los tecnócratas, casi siempre relacionados con los funcionarios de élite.
Los lemas políticos, como ese del 15M (donde yo tomé parte) –“PSOE, PP la misma cosa es”– son inevitablemente simplificaciones y, como tales, no pueden recoger la complejidad. Siguiendo el marco teórico que empleé en mi tesis doctoral, cuando Podemos emplea el término “casta”, lo que hacía era utilizar una “fórmula política”, utilizando la terminología del pensador social Mosca: crearon una fórmula retórica para presentarse como una alternativa a lo que existía previamente. Toda fuerza política, progresista o reaccionaria, experimenta inevitablemente una tendencia a perpetuarse en el poder y siempre debemos sospechar de quien nos diga que viene a cambiarlo todo y a crear algo totalmente nuevo.
Por lo que dices, esto es un campo magnético del que nadie puede escapar…
La lucha por cambiar la sociedad acaba desembocando en una lucha por el poder y, aunque no quiere decir que todos sean lo mismo, también los nuevos partidos como Podemos participan de esta lógica. No es algo que haya que echarles en cara, pero demuestra la llamada teoría circular: las élites estatales y multinacionales cooptan las energías revolucionarias, las dejan participar en las instituciones porque saben que eso las tras*forma. Esto no es un fatalismo, estas nuevas fuerzas pueden introducir muchos cambios, alterar los equilibrios, introducir temas en la agenda que antes ni se planteaban, etc. Todos luchan por el poder pero lo que hacen para obtenerlo les define y diferencia. Quizá el surgimiento sorpresivo de Ciudadanos años atrás sugiera que la entrada sin más de Podemos al sistema parlamentario era demasiado peligrosa.
¿Qué o quiénes dominan?
Son redes de élites que comparten intereses, de ahí el título del libro, Las redes de poder en España. Banca, medios, empresas, altos funcionarios, todos tienen su parte de fuerza, su capacidad de influencia.
Vayamos a Zapatero. Hablas de un gobierno de simulacros, ¿por qué?
En esa época teníamos debates sobre cosas que no eran reales pero que creíamos que estaban ocurriendo y, finalmente, acababan teniendo consecuencias. Es como si entras en un banco con la mano metida en la solapa y, aunque no lleves una pistola, puedes producir efectos reales como ataques de ansiedad y llamadas a la policía.
Así, durante tres años se produjeron todo tipo de manifestaciones y acusaciones desde los medios de comunicación conservadores. Desde las supuestas implicaciones de Zapatero y Rubalcaba en el 11M hasta los Estatutos que iban a romper España. El PSOE decidió canalizar toda la energía negativa de estas cortinas de humo e intentar movilizar al electorado moderado de cara a 2008. Gracias a los nuevos medios de comunicación que impulsó Zapatero y a la caricatura en que cayeron obispos y falangistas, el PSOE volvió a ganar.
Pero detrás de los simulacros están los gerentes de a la política económica, representantes de importantes empresas españolas y, sobre todo, de los tecnócratas de la Comisión Europea. Pedro Solbes, una de cuyas directoras generales fue Nadia Calviño, actual ministra en funciones, había sido el comisario de Finanzas de la UE y uno de los más firmes defensores del férreo control del gasto público. Es decir, nos encontramos ante una izquierda efectista en lo cultural –lo que algunos llamaron los derechos sociales– pero totalmente castrada para tras*formar el modelo económico.
Y Sánchez ha hecho igual…
Exactamente. Con este tipo de ministros de Economía tranquilizas a las grandes empresas del país y además se establecen lazos preferentes con los guardianes de Bruselas, conectando así élites con élites. Es otra ley social, con la que funciona el poder: conectas a personas para conectar al mismo tiempo instituciones. Zapatero tenía así vía libre para hacer todas las reformas sociales que quisiera, mientras garantizaba la ortodoxia en términos económicos.
En lo económico el PSOE acaba quedando casi como más neoliberal que el propio PP y, además, da la impresión de que su principal preocupación es no dar miedo a las grandes empresas, ¿por qué no salen de la ortodoxia económica?
En los ejecutivos socialistas se busca que ni la Comisión Europea ni las empresas supongan grandes inestabilidades. Además, comparten con el PP ciertos mantras como el mito del euro, que afirma, en definitiva, que fuera del euro perderíamos toda la calidad de vida que tenemos ahora.
Y, sí, se dio la paradoja de que con la crisis, el PSOE realizó recortes tan duros o más que el PP. Por un lado, parece que tienen que demostrar que no es cierto eso de que los gobiernos socialistas gastan más. Por otro, en 2014, la Comisión llegó a un pacto no escrito con el Gobierno de Rajoy para abrir la horquilla del déficit y permitir una recuperación del empleo que les ayudase en la reelección. Lamentablemente, el margen de déficit que busca conseguir Calviño como ministra de Economía, no lo busca para fortalecer el Estado de bienestar, sino que lo hace con la calculadora electoral, como el PP.
Hay un déficit en los equipos económicos del PSOE si quiere ser un partido socialista de verdad. La heterodoxia económica no está suficientemente aceptada y no se la tiene en cuenta. En Estados Unidos hay ahora un debate donde una parte de la izquierda afirma sin ambages que el Estado no puede quebrar y que tiene que buscar el pleno empleo para, al mismo tiempo, salvar el planeta y el país con reformas para alcanzar una economía verde. En España, además de que no tenemos soberanía monetaria, estos temas solo se esbozan, los medios los ocultan o no les prestan atención.
¿Cómo son los gobiernos de Rajoy?
Son gobiernos en los que las empresas no tienen que hacer presión porque ya están dentro, todos los sectores de la oligarquía española están bien situados en los ministerios de Rajoy e imponen las políticas que les convienen. Banqueros de inversión, asesores fiscales, directivos farmacéuticos, conexiones con las eléctricas, fuerte presencia de las constructoras… toda una declaración de intenciones.
La clase dominante utiliza el Estado para ordeñar las instituciones
MARTA LUENGO
Andrés Villena.
FERNANDO COTO MARÍN
12 DE JUNIO DE 2019
Los poderes fácticos son como las brujas, sabemos que haberlos haylos. Somos conscientes de que existe cierta oligarquía que, entre bambalinas, mueve con más o menos destreza los hilos de nuestros políticos en la escuálida democracia que hemos construido. Pero la idea que tenemos de esa oligarquía es abstracta, de caras desdibujadas, sin contornos, sin nombres propios. De otra manera, el vértigo sería mayor.
Es lo delicado de asomarse al nuevo libro de Andrés Villena, Las redes de poder en España (Roca Editorial). La abstracción se pierde, la inocencia desaparece y queda el desasosiego al entrever que las élites, como él dice, sí tienen conciencia de clase, saben lo que quieren y cómo defenderlo. En sus páginas se ve con claridad cómo, en realidad, no importa el tonalidad del gobierno o los nombres de los ministros. Lo que importan son sus redes, a qué grupos pertenecen, qué intereses defienden.
Andrés Villena (Elche, 1980), economista y doctor en Sociología, no se deja ningún ámbito por escudriñar en los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy. Y no se queda solo en la descripción de las redes, las puertas giratorias, sus miembros o la manera en que dominan, sino que realiza un análisis socioeconómico de sus consecuencias: cómo se debilita el sistema democrático y cómo se impone cierta agenda económica, la neoliberal.
En las páginas del libro diseccionas las redes que hay tras los gobiernos de Zapatero y Rajoy. ¿Podría decirse que en los primeros hay una especie de lucha entre lo que se puede hacer en el poder y ciertos valores sociales, mientras que en los segundos la utilización de la política es más cruda?
Sí, podría decirse que los gobiernos del PP son, por utilizar un símil, pronografía del poder, con un uso del mismo muy explícito, mientras que los del PSOE son más bien erotismo. La pronografía del poder que practica el PP sirve, por lo explícito que es, para aprender cómo funcionan determinadas élites españolas y es muy útil para analizar después sus expresiones más veladas en los gobiernos socialistas.
El gobierno que conforma Rajoy en 2012 es tan empresarial, tan lobbista, que parece un manual de cómo se conforma el poder. Rajoy es como el gran padre que va uniendo distintas familias. Todos los intereses económicos están bien representados: las altas finanzas, los oligopolios, empresas de armamento… hasta la directora general de seguridad alimentaria venía de un puesto similar en Coca-Cola.LA LUCHA POR CAMBIAR LA SOCIEDAD ACABA DESEMBOCANDO EN UNA LUCHA POR EL PODER
¿Existe el PPSOE?
Hay datos en los que podemos ver que PSOE y PP no son lo mismo, si bien es cierto que en política económica hay ámbitos en los que cuesta más ver las diferencias, sobre todo, en lo que denominamos los tecnócratas, casi siempre relacionados con los funcionarios de élite.
Los lemas políticos, como ese del 15M (donde yo tomé parte) –“PSOE, PP la misma cosa es”– son inevitablemente simplificaciones y, como tales, no pueden recoger la complejidad. Siguiendo el marco teórico que empleé en mi tesis doctoral, cuando Podemos emplea el término “casta”, lo que hacía era utilizar una “fórmula política”, utilizando la terminología del pensador social Mosca: crearon una fórmula retórica para presentarse como una alternativa a lo que existía previamente. Toda fuerza política, progresista o reaccionaria, experimenta inevitablemente una tendencia a perpetuarse en el poder y siempre debemos sospechar de quien nos diga que viene a cambiarlo todo y a crear algo totalmente nuevo.
Por lo que dices, esto es un campo magnético del que nadie puede escapar…
La lucha por cambiar la sociedad acaba desembocando en una lucha por el poder y, aunque no quiere decir que todos sean lo mismo, también los nuevos partidos como Podemos participan de esta lógica. No es algo que haya que echarles en cara, pero demuestra la llamada teoría circular: las élites estatales y multinacionales cooptan las energías revolucionarias, las dejan participar en las instituciones porque saben que eso las tras*forma. Esto no es un fatalismo, estas nuevas fuerzas pueden introducir muchos cambios, alterar los equilibrios, introducir temas en la agenda que antes ni se planteaban, etc. Todos luchan por el poder pero lo que hacen para obtenerlo les define y diferencia. Quizá el surgimiento sorpresivo de Ciudadanos años atrás sugiera que la entrada sin más de Podemos al sistema parlamentario era demasiado peligrosa.
¿Qué o quiénes dominan?
Son redes de élites que comparten intereses, de ahí el título del libro, Las redes de poder en España. Banca, medios, empresas, altos funcionarios, todos tienen su parte de fuerza, su capacidad de influencia.
La red se reproduce a sí misma, las dimisiones, jubilaciones o fallecimientos nos llevan a que la red produzca relevos en forma de líderes con comportamientos similares. Cuando cambia un gobierno, el nuevo equipo entra en el seno de una red de redes que constriñe su acción. Es importante saber esto, no para deprimirse, sino para estar más preparados para cambiar las cosas.LA RED SE REPRODUCE A SÍ MISMA, LAS DIMISIONES, JUBILACIONES O FALLECIMIENTOS NOS LLEVAN A QUE LA RED PRODUZCA RELEVOS EN FORMA DE LÍDERES CON COMPORTAMIENTOS SIMILARES
Vayamos a Zapatero. Hablas de un gobierno de simulacros, ¿por qué?
En esa época teníamos debates sobre cosas que no eran reales pero que creíamos que estaban ocurriendo y, finalmente, acababan teniendo consecuencias. Es como si entras en un banco con la mano metida en la solapa y, aunque no lleves una pistola, puedes producir efectos reales como ataques de ansiedad y llamadas a la policía.
Así, durante tres años se produjeron todo tipo de manifestaciones y acusaciones desde los medios de comunicación conservadores. Desde las supuestas implicaciones de Zapatero y Rubalcaba en el 11M hasta los Estatutos que iban a romper España. El PSOE decidió canalizar toda la energía negativa de estas cortinas de humo e intentar movilizar al electorado moderado de cara a 2008. Gracias a los nuevos medios de comunicación que impulsó Zapatero y a la caricatura en que cayeron obispos y falangistas, el PSOE volvió a ganar.
Pero detrás de los simulacros están los gerentes de a la política económica, representantes de importantes empresas españolas y, sobre todo, de los tecnócratas de la Comisión Europea. Pedro Solbes, una de cuyas directoras generales fue Nadia Calviño, actual ministra en funciones, había sido el comisario de Finanzas de la UE y uno de los más firmes defensores del férreo control del gasto público. Es decir, nos encontramos ante una izquierda efectista en lo cultural –lo que algunos llamaron los derechos sociales– pero totalmente castrada para tras*formar el modelo económico.
Y Sánchez ha hecho igual…
Exactamente. Con este tipo de ministros de Economía tranquilizas a las grandes empresas del país y además se establecen lazos preferentes con los guardianes de Bruselas, conectando así élites con élites. Es otra ley social, con la que funciona el poder: conectas a personas para conectar al mismo tiempo instituciones. Zapatero tenía así vía libre para hacer todas las reformas sociales que quisiera, mientras garantizaba la ortodoxia en términos económicos.
En lo económico el PSOE acaba quedando casi como más neoliberal que el propio PP y, además, da la impresión de que su principal preocupación es no dar miedo a las grandes empresas, ¿por qué no salen de la ortodoxia económica?
En los ejecutivos socialistas se busca que ni la Comisión Europea ni las empresas supongan grandes inestabilidades. Además, comparten con el PP ciertos mantras como el mito del euro, que afirma, en definitiva, que fuera del euro perderíamos toda la calidad de vida que tenemos ahora.
Y, sí, se dio la paradoja de que con la crisis, el PSOE realizó recortes tan duros o más que el PP. Por un lado, parece que tienen que demostrar que no es cierto eso de que los gobiernos socialistas gastan más. Por otro, en 2014, la Comisión llegó a un pacto no escrito con el Gobierno de Rajoy para abrir la horquilla del déficit y permitir una recuperación del empleo que les ayudase en la reelección. Lamentablemente, el margen de déficit que busca conseguir Calviño como ministra de Economía, no lo busca para fortalecer el Estado de bienestar, sino que lo hace con la calculadora electoral, como el PP.
Hay un déficit en los equipos económicos del PSOE si quiere ser un partido socialista de verdad. La heterodoxia económica no está suficientemente aceptada y no se la tiene en cuenta. En Estados Unidos hay ahora un debate donde una parte de la izquierda afirma sin ambages que el Estado no puede quebrar y que tiene que buscar el pleno empleo para, al mismo tiempo, salvar el planeta y el país con reformas para alcanzar una economía verde. En España, además de que no tenemos soberanía monetaria, estos temas solo se esbozan, los medios los ocultan o no les prestan atención.
¿Cómo son los gobiernos de Rajoy?
Son gobiernos en los que las empresas no tienen que hacer presión porque ya están dentro, todos los sectores de la oligarquía española están bien situados en los ministerios de Rajoy e imponen las políticas que les convienen. Banqueros de inversión, asesores fiscales, directivos farmacéuticos, conexiones con las eléctricas, fuerte presencia de las constructoras… toda una declaración de intenciones.
De alguna manera los votantes habían legitimado eso votándoles, la reforma laboral estaba en el programa ideológico del PP, no era ninguna sorpresa. Mucha gente pensaba que rebajando el coste del trabajo se mejoraría la competitividad y el empresario contrataría más y habría menos paro, que era la verdadera preocupación, junto con la prima de riesgo, de aquellos días. Fue un expolio de las arcas públicas legitimado con votos.EN LOS GOBIERNOS DE RAJOY QUE LAS EMPRESAS NO TIENEN QUE HACER PRESIÓN PORQUE YA ESTÁN DENTRO, TODOS LOS SECTORES DE LA OLIGARQUÍA ESPAÑOLA ESTÁN BIEN SITUADOS EN LOS MINISTERIOS