La canción del verano 1955-2000

Taliván Hortográfico

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Bienvenidos al nuevo hilo del veranito para la segunda mitad del periodo estival de 2024. Espero que les motive y les divierta. :)

Todas las contribuciones serán bienvenidas pero les ruego que intenten evitar que éste se convierta en un hilo de un youtube tras otro. Agradecería materia escrita, de producción propia o citada.

Y, sobre todo, si quieren poner un video, pongan sólo uno por post. NO ME PONGAN SIETE. sonrisa:
 
The Refrescos y los 35 años del 'Aquí no hay playa': "Sólo los madrileños podrían convertir en himno una canción que criticaba a su ciudad"

Un músico gallego que llegó a la capital y añoraba la playa hizo una letra convertida en canción eterna del verano. Un tema que aún hoy guarda algún secreto

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Hay dos grandes canciones fiesteras que tienen coletillas defensivas que se les han incorporado a la hora de cantarlas a coro. Por ejemplo, en la plaza de toros de Pamplona, en mitad de El rey, la mítica ranchera de José Alfredo Jiménez, brotan siempre bien fuertes los «¡Y qué!» cuando se entona con nostalgia aquello de... «No tengo trono ni reina / Ni nadie que me comprenda».

Misma respuesta nació pronto en una canción convertida en gran contrahimno de Madrid, una creación que ahora cumple 35 años, nada más y nada menos. ¿Misma respuesta? Casi. «En Gandía, en uno de los primeros conciertos donde presentamos el Aquí no hay playa, unos chavales madrileños del público ya soltaban '¡Y qué, jorobar', tras cada estribillo a modo de eco chulesco. Así quedó, hasta hoy», cuenta Bernardo Vázquez, el autor de aquel tema y líder de The Refrescos, el grupo que, sin saberlo, en 1989 estaba lanzando una canción de verano eterna que además calaría en la capital atravesando generaciones y generaciones.

Bernardo, durante otra 'performance' sobre el escenario.
Bernardo, durante otra 'performance' sobre el escenario.EM

Hoy sigue sonando en bodas, jaranas y viajes familiares. Se han hecho un millón de versiones. Sin ir más lejos, en la radio estos días estivales de 2024 suena el jingle de una campaña de reciclaje que no puede disimular su inspiración. Un Aquí no hay playa 3.0. Hasta la orquesta sinfónica de Vigo la interpretó. Una canción histórica, clavada en el track list nacional, que incluso todavía hoy guarda un secreto. Todos lo hemos cantado, cada uno a su forma, pero... ¿Realmente qué dice la letra al principio? Ese arranque indescifrable. "¿Juliruli?", "¿Turiruri?", "¿Julijuli?"... Sigan leyendo y lo descubrirán.

GRAN MADRID ha dado en Arganzuela con su creador, un músico y periodista vigués que se conserva tan bien como su inolvidable hit. Un gamberro tímido que mezcló el ska con una letra imperecedera que abrazaron los madrileños, a pesar del pellizco que portaba. Para repasar la historia de este éxito musical hay que viajar hasta 1986, a una capital arrebatada por la Movida, fascinante para el propio y el ajeno, una división siempre líquida en el Foro. «Llegué con muchas ganas y me enamoré de Madrid desde el primer día, pero es verdad que Madrid tiene sus ritmos y que tienes que hacerte a ella. Tras mi primer verano, me encantaba Madrid pero aún no me sentía de aquí. Además, al ser gallego, siempre alguno te vacilaba con que si el campo, las vacas, la lluvia y tal...».

Su venganza se tradujo en una letra escrita a ratos, a tipo de diario personal. Madrid tenía de todo, el poder político, la marcha, tiendas, equipos de fútbol que ganaban ligas y copas, pero... «¡No había playa!, y yo pensaba 'estos se creen la bomba, tío, pero les falta lo más importante'», relata recuperando de repente un suave acento gallego. «La playa, el mar... Que somos peces, hombre, que los humanos venimos del agua. Que el mar es lo más importante. Y aquí de eso pues no había».

Los The Refrescos, en plena gira en 1989.
Los The Refrescos, en plena gira en 1989.EM
Al ser periodista, le salió natural introducir en la composición elementos de actualidad. A Los 40 Principales, a Barranco y Leguina, alcalde y presidente de la Comunidad por entonces, a los triunfos del Real Madrid de la Quinta del Buitre... Llevaba crítica, un punto de mala leche, pero su autor, por su estilo y los acordes que introdujo, la embadurnó, casi sin querer, de humor. «Me ha pasado muchas veces. Una profesora de interpretación me dijo un día 'Bernardo, intentas hacer llorar a la gente y siempre consigues lo contrario, hacerla reír. Tienes un don, aprovéchalo'".

La canción ahí quedó, en el repertorio de los grupos que Bernardo en aquella época iba formando, con nombres diversos. Así estuvieron un par de años, comprobando ya que la canción hacía cosquillas cada vez que la cantaban en los bolos en discotecas, fiestas de barrio, etc...



«Siempre alguien nos venía a decir algo, o que les molaba o que les había molestado. No dejaba indiferente». En ese Madrid enfebrecido por la Movida, la escena musical era muy cambiante, con centenares de aspirantes a pegar el pelotazo y otros tantos representantes de discográficas, managers y productores al acecho de cazar al próximo Mecano, Los Secretos o el Último de la Fila. Rumbo al 89, el año de la explosión, The Refrescos empezaron a llamar la atención a varios prohombres de la industria, siempre con el Aquí no hay playa por bandera. El tema se quedaba pegado a la oreja. Los dados estaban echados.

Bernardo Vázquez, a voz en grito en una actuación a finales de los 80.
Bernardo Vázquez, a voz en grito en una actuación a finales de los 80.EM
«Fueron varias cosas casi a la vez. Regino, el de la canción Todos los paletos fuera de Madrid, nos vio en el Rock Club. Mis hermanas en el verano del 88, en la playa, se la cantaron a un amigo de mi padre que era productor, y le encantó. Casi al mismo tiempo, nos presentamos a un concurso de maquetas de la Comunidad de Madrid. ¿Sabes cómo se llamaba? Rompeolas». El aire marítimo envolvía al grupo, que ya se había bautizado como The Refrescos. «Y de verdad que no era por el Aquí ni hay playa, nos gustaba el nombre y ya está», aclara. «Nos querían grabar cuatro discográficas diferentes, lo sorteamos y ganó PolyGram». De repente estaban en Primera División, pero así y todo pidieron grabar de noche el disco debut para poder seguir trabajando, en el caso de Bernardo, en el archivo del diario Marca.
 

Explosión en 1989​

Intentan ir con prudencia, pero la ola empieza a ser de tsunami. «Vamos al Oh! Madrid [la famosa discoteca de la carretera de La Coruña] a presentar el disco, todo lleno de pijos, y nosotros con nuestro rollo pseudo punk... Imagina. Y allí nos pusimos a hacer el gamberro. Pues al capo de Los 40 Principales le caímos genial. Le hicimos gracia. Y poco después colocó nuestro disco en la categoría de Rojo, que eran los que más tenían que poner en sus emisoras», relata. En la azotea de la casa de un amigo, en Río Rosas grabaron un poco antes un vídeoclip que es historia de la música española.

The Refrescos, en una actuación a finales de los 80.

The Refrescos, en una actuación a finales de los 80.EM
La radio era la gran red social de finales de los 80 y Los 40 su mayor altavoz. Al mismo tiempo, Bernardo coge popularidad al comenzar a presentar Cajón Desastre, el legendario matinal infantil y juvenil de las mañanas de los sábados en TVE. Un programa tras*gresor, de humor y música, teóricamente para niños, donde aparecieron por primera vez artistas como Faemino y Cansado, Pablo Carbonell o el fallecido Pedro Reyes. El líder de The Refrescos ponía rostro al último tramo, más dirigido a adolescentes. «Fue la leche. Me empezó a conocer todo dios por la calle. Y entonces, llegó el gran boom del Aquí no hay playa», explica mientras sus niños pequeños juegan cerca, resoplando él un poco al rememorar aquel huracán de popularidad. Tanto, que acabó huyendo de él.

Pero eso sería más tarde. Antes tocaba la locura con un tema que les llevó a girar en 1989 por toda España con Los 40 Principales y a cantarlo en todos los programas musicales de la tele, que eran muchos en ese momento. La canción volaba. «Los madrileños pronto se la apropiaron, a pesar de la crítica, y fuera de Madrid, mucho más, porque la utilizaban contra la capital». Hasta los Boixos Nois, los ultras del FC Barcelona, la cantaban en el Camp Nou a su manera, para atacar al odiado enemigo blanco.

Saturado del éxito​

«Yo decía que me encantaba Madrid, que no era contra Madrid, pero aquello se salió de progenitora. La canción dejó de pertenecernos. Y cada uno la interpretaba a su manera. Eso es la magia de la música también». Conciertos, shows, entrevistas, fama disparada... Sacaron nuevos discos y temas, algunos con cierto éxito, como Maripili, pero nada comparable a su bandera. «Me saturé de la fama y del Aquí no hay playa», confiesa sobre su desaparición de la escena, en 1994. Se bajó del frenesí, se hizo profesor universitario de diseño gráfico y multimedia, fue padre por primera vez, pasó a componer electrónica (para vídeos del Metro, por ejemplo), pero olvidó durante casi una década los escenarios.... Hasta una noche en La Riviera, pasado el año 2000.

«Fui a ver a mis amigos de Modestia Aparte y me animaron a subir a cantar el Aquí no hay playa. La reacción de la gente fue increíble, no me lo podía creer, con el cariño que la cantaban». Así todo, volvió a la música guardando la etiqueta de The Refrescos, para intentar cortar con la canción que había sido su gloria y su castigo, pero no pudo. La respuesta del público, cada vez más de moda el revival en la música, le hizo vestirse con su traje de gala y entonar a pulmón lleno su gran canción.

Volvió a la carretera, donde continúa, con sus bolos y su Aquí no hay playa, que ha sonado en las últimas dos fiestas de San Isidro, en el escenario de la Plaza Mayor. La ha hecho en varios idiomas y hace unas semanas sacó una versión remasterizada, con motivo del 35 aniversario, pero siempre con la misma letra, sin incluir referencias nuevas ya sea a Ayuso, Almeida o cualquier otro guiño político, social o deportivo. «No hace falta, porque ha envejecido muy bien. Los mismos siguen en la Moncloa y el Madrid sigue ganando copas y ligas», cuenta un artista multidisciplinar que ha continuado vinculado a la música colaborando con muchos artistas. Uno de ellos, Pica Pica, un grupo infantil de mucho éxito.

-Hace casi 40 años que llegó a la capital, pero después de tanto tiempo y las miles de veces que la ha reclamado, ¿pondría playa en Madrid?

-Noooooo. Ni de coña. Destrozaría la ciudad. Madrid y el madrileño es como es porque está todo el rato viajando en busca de esa playa que no tiene. Y viajar te abre la mente y el corazón, te hace ser tolerante con el que viene nuevo aquí, que es la esencia de Madrid. Porque lo más de Madrid es no ser de Madrid. Y porque sólo aquí una canción que es contra Madrid se la puede dar la vuelta y convertirla en himno de Madrid.

Ah, y antes de terminar, hay un secreto por desvelar.

-Bernardo, por último. ¿Qué es lo que dice al principio de la canción?

-Jajaja... es muy divertido, porque cada uno canta ahí su chapurreo en inglés, pero nadie sabe que era un homenaje al Tutti Frutti de Little Richard. Lo que digo es 'Tutti Frutti, Tutti Frutti, Tutti Frutti...'".

 
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