M. Priede
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La antigua capital del sur de Rusia renuncia a su pasado: cómo Ucrania está destruyendo su patrimonio — RT Rusia y la antigua Unión Soviética
La antigua capital del sur de Rusia renuncia a su pasado: cómo Ucrania está destruyendo su patrimonio
Ucrania se está convirtiendo en un país significativamente más homogéneo y mucho menos diverso culturalmente
FOTO DE ARCHIVO. ©Jeff J Mitchell/Getty Images
En los últimos años, Ucrania se ha convertido en el campo de batalla de una "guerra de monumentos" librada entre varias fuerzas políticas. En 2014, el proceso alcanzó su punto máximo durante la demolición masiva de estatuas de Vladimir Lenin y otros políticos soviéticos. Estos acontecimientos cambiaron fundamentalmente el simbolismo y la política de la memoria histórica del país, allanando el camino hacia una realidad en la que cualquier discurso público debe ir acompañado de las palabras «¡Gloria a Ucrania! ¡Gloria a los héroes!'
Este fue el lema del movimiento nacionalista de la Segunda Guerra Mundial de Stepan Bandera, que colaboró con los nazis de Adolf Hitler y participó en el Holocausto.
Aunque el equipo del presidente ucraniano Vladimir Zelensky inicialmente intentó "reiniciar" la política de memoria histórica, el nacionalismo radical obtuvo la ventaja en esta batalla simbólica. Tras el inicio de la operación militar de Rusia, este año, la llamada política de "descomunización" se conoció abiertamente como "desrusificación", incluso con más de la mitad de la población oficialmente reconocida como de habla rusa.
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Guerras de memoria
Después de que las tropas rusas entraron en Ucrania en febrero, muchos lugareños proyectaron su repruebo hacia Moscú en objetos del patrimonio cultural e histórico que estaban vinculados de alguna manera al Imperio ruso o a la Unión Soviética. Mientras tanto, los políticos apoyaron activamente ese sentimiento, usándolo como una forma barata de aumentar sus calificaciones personales.
En los últimos meses, el número de iniciativas destinadas a la "desrusificación" cultural e histórica de Ucrania se ha disparado. Los ejemplos abundan. El Ayuntamiento de Kievrecientemente cambió el nombrede 11 calles con alguna referencia a Rusia (calles Lomonosov, Magnitogorsk y Belomorskaya, entre otras). También excluyó completamente el idioma ruso de los planes de estudio de los jardines de infancia y escuelas de la capital. La decisión fueapoyadapor 64 de los 120 diputados. Vadim Vasilchuk, jefe del Comité Permanente de Educación, Ciencia, Familia, Juventud y Deportes del organismo, comentó que enseñar ruso en la situación actual es "inapropiado". De hecho, las instituciones educativas de Kiev dejaron de enseñar el idioma en cualquier forma (incluso como asignaturas optativas) al comienzo del año académico.
Mientras tanto, otras ciudades ucranianas vieron una ola de "de-Pushkinización" barrer. En noviembre, los monumentos al gran poeta ruso fueron derribados enKharkovyZhitomir, mientras que el monumento en Odessa fuepintadocon la inscripción "¡Fuera!" En Kiev, uno de los monumentos más antiguos del bardo había sido derribado unas semanas antes.
El poeta ruso Alexander Pushkin pintó con las palabras "Vete" en la calle Pushkin en Odessa, sur de Ucrania, el 10 de noviembre de 2022. © OLEKSANDR GIMANOV / AFP
La demolición de monumentos a estadistas rusos y soviéticos también ha continuado. El consejo de expertos del Ministerio de Cultura de Ucrania sobre "superar las consecuencias de la rusificación y el totalitarismo" decidiódemoler monumentos a los comandantes militares soviéticos Nikolay Vatutin y Nikolay Shchors (a pesar de que Leonid Kravchuk, un estudiante en ese momento y más tarde el primer presidente de Ucrania, posó para el monumento de Shchors).
Un monumento a los soldados soviéticos erigido el 8 de mayo de 1970 en el 25 aniversario de la victoria en la Segunda Guerra Mundial fuedemolidoen Uzhgorod en noviembre. La decisión se remonta al 13 de octubre. En su lugar, Kiev propuso un monumento a los soldados de la 128ª brigada de asalto de montaña separada de las Fuerzas Armadas de Ucrania, una unidad militar que participó activamente en la guerra de Donbass desatada por Kiev en 2014.
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La historia de un monumento
Quizás el caso más dramático de "desrusificación" se desarrolló en la ciudad portuaria de Odessa. La historia de la ciudad se remonta a finales del siglo 18, cuando el Imperio ruso colonizó la región norte del Mar neցro. En noviembre, el alcalde de Odessa, Gennady Trukhanov, anunció la inminente demolición de uno de los símbolos históricos de la ciudad: un monumento a sus fundadores que muestra a Catalina la Grande y sus asociados, gracias a los cuales la ciudad se convirtió en la capital del sur del Imperio ruso a finales del siglo 19.
Hace apenas unos meses, el mismo funcionario se habíaopuesto ala iniciativa. "No estoy a favor de derribar estatuas. Podemos quitar los monumentos, pero la historia no cambiará. Sé que una petición ha sido firmada por 25.000 personas, pero voy a esperar. Después de todo, ¿debería también quitar el monumento a [Alexander] Pushkin o [Yuri] Gagarin? No tiene sentido", escribió Trukhanov. Sin embargo, los activistas prontoenviaronuna petición al presidente ucraniano Vladimir Zelensky, quien ordenó a la policía que investigara las actividades del alcalde.
El Ministerio de Cultura de Ucraniaapoyóla idea de derribar el monumento a Catalina la Grande, pero según el jefe del ministerio, Aleksandr Tkachenko, la decisión debía ser tomada por los diputados locales. "Mi opinión es obvia: no hay necesidad de [el monumento] aquí. Sin embargo, la decisión debe ser tomada por los diputados de Odessa con una apelación correspondiente al ministerio. Si llega tal apelación, ciertamente daremos nuestro consentimiento", dijo el funcionario. Finalmente, después de numerosos ataques vandálicos contra el monumento (fue rociado con pintura, cubierto con inscripciones, y se colocó un sombrero rojo de "verdugo" en la cabeza de Catalina la Grande), el Ayuntamiento de Odessa decidió realizar una encuesta electrónica para decidir su destino.
FOTO DE ARCHIVO. La estatua de Catalina la Grande en la ciudad de Odessa. © Celestino Arce/NurPhoto vía Getty Images
Trukhanovse apresuróa cambiar de opinión y dijo que votaría para tras*ferir el monumento a un "parque del pasado imperial y soviético" que propuso crear. Mientras tanto, el teniente de alcalde de Odessa, Oleg Bryndak, ofrecióinstalar inmediatamente una fuente en el sitio.
Una votación en línea se llevó a cabo en el menor tiempo posible. Como resultado, de la población de Odessa de aproximadamente un millón de personas, 2.900 residentesvotarona favor de la demolición y 2.251 se opusieron. El resto (es decir, más de 990.000 personas) se abstuvo en la votación. A pesar de esto, el voto público fue reconocido como legítimo. El ayuntamiento aún no ha tomado una decisión final, pero el resultado no es difícil de predecir. Según un anuncio colocado en la funda protectora de madera que ahora encierra el monumento de bronce, los preparativos para su desmantelamiento y tras*ferencia ya están en marcha.
La antigua capital del sur de Rusia renuncia a su pasado: cómo Ucrania está destruyendo su patrimonio
Ucrania se está convirtiendo en un país significativamente más homogéneo y mucho menos diverso culturalmente
FOTO DE ARCHIVO. ©Jeff J Mitchell/Getty Images
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Este fue el lema del movimiento nacionalista de la Segunda Guerra Mundial de Stepan Bandera, que colaboró con los nazis de Adolf Hitler y participó en el Holocausto.
Aunque el equipo del presidente ucraniano Vladimir Zelensky inicialmente intentó "reiniciar" la política de memoria histórica, el nacionalismo radical obtuvo la ventaja en esta batalla simbólica. Tras el inicio de la operación militar de Rusia, este año, la llamada política de "descomunización" se conoció abiertamente como "desrusificación", incluso con más de la mitad de la población oficialmente reconocida como de habla rusa.
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Guerras de memoria
Después de que las tropas rusas entraron en Ucrania en febrero, muchos lugareños proyectaron su repruebo hacia Moscú en objetos del patrimonio cultural e histórico que estaban vinculados de alguna manera al Imperio ruso o a la Unión Soviética. Mientras tanto, los políticos apoyaron activamente ese sentimiento, usándolo como una forma barata de aumentar sus calificaciones personales.
En los últimos meses, el número de iniciativas destinadas a la "desrusificación" cultural e histórica de Ucrania se ha disparado. Los ejemplos abundan. El Ayuntamiento de Kievrecientemente cambió el nombrede 11 calles con alguna referencia a Rusia (calles Lomonosov, Magnitogorsk y Belomorskaya, entre otras). También excluyó completamente el idioma ruso de los planes de estudio de los jardines de infancia y escuelas de la capital. La decisión fueapoyadapor 64 de los 120 diputados. Vadim Vasilchuk, jefe del Comité Permanente de Educación, Ciencia, Familia, Juventud y Deportes del organismo, comentó que enseñar ruso en la situación actual es "inapropiado". De hecho, las instituciones educativas de Kiev dejaron de enseñar el idioma en cualquier forma (incluso como asignaturas optativas) al comienzo del año académico.
Mientras tanto, otras ciudades ucranianas vieron una ola de "de-Pushkinización" barrer. En noviembre, los monumentos al gran poeta ruso fueron derribados enKharkovyZhitomir, mientras que el monumento en Odessa fuepintadocon la inscripción "¡Fuera!" En Kiev, uno de los monumentos más antiguos del bardo había sido derribado unas semanas antes.
El poeta ruso Alexander Pushkin pintó con las palabras "Vete" en la calle Pushkin en Odessa, sur de Ucrania, el 10 de noviembre de 2022. © OLEKSANDR GIMANOV / AFP
La demolición de monumentos a estadistas rusos y soviéticos también ha continuado. El consejo de expertos del Ministerio de Cultura de Ucrania sobre "superar las consecuencias de la rusificación y el totalitarismo" decidiódemoler monumentos a los comandantes militares soviéticos Nikolay Vatutin y Nikolay Shchors (a pesar de que Leonid Kravchuk, un estudiante en ese momento y más tarde el primer presidente de Ucrania, posó para el monumento de Shchors).
Un monumento a los soldados soviéticos erigido el 8 de mayo de 1970 en el 25 aniversario de la victoria en la Segunda Guerra Mundial fuedemolidoen Uzhgorod en noviembre. La decisión se remonta al 13 de octubre. En su lugar, Kiev propuso un monumento a los soldados de la 128ª brigada de asalto de montaña separada de las Fuerzas Armadas de Ucrania, una unidad militar que participó activamente en la guerra de Donbass desatada por Kiev en 2014.
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La historia de un monumento
Quizás el caso más dramático de "desrusificación" se desarrolló en la ciudad portuaria de Odessa. La historia de la ciudad se remonta a finales del siglo 18, cuando el Imperio ruso colonizó la región norte del Mar neցro. En noviembre, el alcalde de Odessa, Gennady Trukhanov, anunció la inminente demolición de uno de los símbolos históricos de la ciudad: un monumento a sus fundadores que muestra a Catalina la Grande y sus asociados, gracias a los cuales la ciudad se convirtió en la capital del sur del Imperio ruso a finales del siglo 19.
Hace apenas unos meses, el mismo funcionario se habíaopuesto ala iniciativa. "No estoy a favor de derribar estatuas. Podemos quitar los monumentos, pero la historia no cambiará. Sé que una petición ha sido firmada por 25.000 personas, pero voy a esperar. Después de todo, ¿debería también quitar el monumento a [Alexander] Pushkin o [Yuri] Gagarin? No tiene sentido", escribió Trukhanov. Sin embargo, los activistas prontoenviaronuna petición al presidente ucraniano Vladimir Zelensky, quien ordenó a la policía que investigara las actividades del alcalde.
El Ministerio de Cultura de Ucraniaapoyóla idea de derribar el monumento a Catalina la Grande, pero según el jefe del ministerio, Aleksandr Tkachenko, la decisión debía ser tomada por los diputados locales. "Mi opinión es obvia: no hay necesidad de [el monumento] aquí. Sin embargo, la decisión debe ser tomada por los diputados de Odessa con una apelación correspondiente al ministerio. Si llega tal apelación, ciertamente daremos nuestro consentimiento", dijo el funcionario. Finalmente, después de numerosos ataques vandálicos contra el monumento (fue rociado con pintura, cubierto con inscripciones, y se colocó un sombrero rojo de "verdugo" en la cabeza de Catalina la Grande), el Ayuntamiento de Odessa decidió realizar una encuesta electrónica para decidir su destino.
FOTO DE ARCHIVO. La estatua de Catalina la Grande en la ciudad de Odessa. © Celestino Arce/NurPhoto vía Getty Images
Trukhanovse apresuróa cambiar de opinión y dijo que votaría para tras*ferir el monumento a un "parque del pasado imperial y soviético" que propuso crear. Mientras tanto, el teniente de alcalde de Odessa, Oleg Bryndak, ofrecióinstalar inmediatamente una fuente en el sitio.
Una votación en línea se llevó a cabo en el menor tiempo posible. Como resultado, de la población de Odessa de aproximadamente un millón de personas, 2.900 residentesvotarona favor de la demolición y 2.251 se opusieron. El resto (es decir, más de 990.000 personas) se abstuvo en la votación. A pesar de esto, el voto público fue reconocido como legítimo. El ayuntamiento aún no ha tomado una decisión final, pero el resultado no es difícil de predecir. Según un anuncio colocado en la funda protectora de madera que ahora encierra el monumento de bronce, los preparativos para su desmantelamiento y tras*ferencia ya están en marcha.
