El nuevo articulado de la amnistía recoge que se podrán beneficiar de la ley «los actos tipificados como delitos de torturas o de tratos inhumanos o degradantes con arreglo al artículo 3 del Convenio para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales, a excepción de aquellos tratos que no superen un umbral mínimo de gravedad por no resultar idóneos para humillar o degradar a una persona o mostrar una disminución de su dignidad humana, o para provocar miedo, angustia o inferioridad de una forma capaz de quebrar su resistencia jovenlandesal y física»
Espectacular lo que han aprobado Antonio y sus cuates. La supuesta izquierda española al completo, simplemente para poder seguir robando desde el Gobierno a manos llenas otros cuatro años.
Los votantes socialistas estarán contentos y orgullosos de lo que ha hecho su partido, de la humillación pública de sus dirigentes frente a un delincuente fugado de la justicia, y de la ley de la vergüenza que ha sido aprobada.
A partir de ahora y gracias a la izquierda, en acuerdo con la ultraderecha catalana cuyos 7 votos necesitan, en España hay dos tipos de ciudadanos: los xenófobos nacionalistas catalanes, a los que se les aplica una ley, y el resto de ciudadanos a los que se les aplica otra. Para unos una cosa no es delito, tortura incluida (si no es muy mala). Para los demás, sí.
Todo ello mientras se investiga la trama de corrupción galopante a costa de la crisis de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo (y otras cosas) de la supuesta izquierda que llegó por una moción de censura... contra la corrupción.
¿Esto es el progresismo? ¿pactar leyes a beneficio de delincuentes negociándolas con los propios delincuentes?
¿Qué puñetero ardor de estomago, no?
Espectacular lo que han aprobado Antonio y sus cuates. La supuesta izquierda española al completo, simplemente para poder seguir robando desde el Gobierno a manos llenas otros cuatro años.
Los votantes socialistas estarán contentos y orgullosos de lo que ha hecho su partido, de la humillación pública de sus dirigentes frente a un delincuente fugado de la justicia, y de la ley de la vergüenza que ha sido aprobada.
A partir de ahora y gracias a la izquierda, en acuerdo con la ultraderecha catalana cuyos 7 votos necesitan, en España hay dos tipos de ciudadanos: los xenófobos nacionalistas catalanes, a los que se les aplica una ley, y el resto de ciudadanos a los que se les aplica otra. Para unos una cosa no es delito, tortura incluida (si no es muy mala). Para los demás, sí.
Todo ello mientras se investiga la trama de corrupción galopante a costa de la crisis de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo (y otras cosas) de la supuesta izquierda que llegó por una moción de censura... contra la corrupción.
¿Esto es el progresismo? ¿pactar leyes a beneficio de delincuentes negociándolas con los propios delincuentes?
¿Qué puñetero ardor de estomago, no?