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Juan Carlos I cobró 4,6 M en Suiza por un resort en Riviera Maya de Sanginés-Krause
El empresario Sanginés-Krause compró en 2016 a OHL un resort de lujo en México del que siete años antes salieron 4,6 millones de dólares rumbo a la cuenta en Suiza de la Fundación Zagatka
05/11/2020 - 05:00 Actualizado: 05/11/2020 - 14:45
Las diferentes piezas sobre la presunta fortuna oculta de Juan Carlos I empiezan a encajar y están componiendo un puzle de dimensiones colosales. Las últimas diligencias abiertas por la Fiscalía Anticorrupción sobre los vínculos del monarca con el empresario mexicano Allen Sanginés-Krause encierran una conexión con la Fundación Zagatka, la mercantil de Liechtenstein que supuestamente utilizó el Rey emérito desde 2003 para canalizar el cobro de comisiones ilegales astronómicas.
Las nuevas pesquisas de Anticorrupción, asumidas este martes por la Fiscalía del Tribunal Supremo por orden de la Fiscalía General del Estado, se centran en gastos del Rey emérito y otros miembros de la familia real que fueron sufragados de forma irregular por Sanginés-Krause, un antiguo directivo de Goldman Sachs que posee una de las mayores fortunas de México. Su 'holding', RLH Properties, controla un castillo en Irlanda, el Hotel Villa Magna de Madrid y un edificio rehabilitado de viviendas de lujo en el barrio de Salamanca, entre otros activos.
Según las averiguaciones del Ministerio Público, el industrial mexicano abonó decenas de facturas de Juan Carlos I y personas de su círculo más próximo correspondientes a viajes, estancias en hoteles, tratamientos médicos, clases, restaurantes y otros gastos de carácter ordinario. Entre los pagos que se investigan, figura un viaje a Irlanda del antiguo jefe del Estado junto a su pareja Marta Gayá en el verano de 2017 para asistir, precisamente, a la fiesta del 60 cumpleaños de Sanginés-Krause, confirman a El Confidencial fuentes próximas al procedimiento. El monarca y Gayá también acompañaron semanas después al empresario y a la mujer de este en un 'tour' por las islas griegas.
La lista de gastos de Juan Carlos I y su entorno presuntamente financiados por Sanginés-Krause es mucho más larga. También incluye vuelos a Londres. Las hijas del mexicano estudiaron en el elitista internado inglés St Mary’s School Ascot, a una hora en coche de la capital británica. Es el mismo centro en el que casualmente estuvo matriculada durante años la hija menor de la infanta Elena, Victoria Federica.
En la trama, habría participado un testaferro para ocultar el origen de los fondos. Se trata del coronel del Ejército del Aire y ayudante de campo en Zarzuela Nicolás Murga, que recibía las facturas del monarca y las pagaba con dinero del millonario. La operativa estuvo funcionando después de que el Rey emérito abdicara en junio de 2014 y perdiera, por tanto, su condición de inviolable. Se expone a posibles delitos de blanqueo de capitales y contra la Hacienda Pública.
Pero esta causa solo sería una parte de una constelación de sociedades, cuentas y empresarios que habría girado durante décadas en torno al exjefe del Estado y empieza ahora a ver la luz. La Fundación Zagatka, una entidad dirigida por uno de sus primos, Álvaro de Orleans-Borbón, recibió el 9 de junio de 2009 en una cuenta del banco de Credit Suisse de Ginebra un cheque de 4.689.930 dólares (unos 3,3 millones de euros al cambio de la época) por una supuesta asesoría en el desarrollo urbanístico de un resort que también forma parte en la actualidad de la cartera de activos de Sanginés-Krause, según nuevos documentos sobre la fortuna opaca del monarca a los que ha tenido acceso El Confidencial.
Orleans-Borbón justificó el ingreso ante Credit Suisse asegurando que procedía de la venta de unos terrenos en Playa del Carmen, México, de la sociedad Huaribe SA, una filial del Grupo OHL. “La cantidad ha sido pagada por servicios de intervención e intermediación y corresponde a prácticas habituales dentro del sector inmobiliario en México”, alegó el primo del monarca, como recoge el fichero interno de la cuenta número 798208-92-2 de Credit Suisse en la que terminaron los fondos. La explicación no fue demasiado concreta, pero el banco suizo no exigió más detalles. A los dos días de entrar en el depósito, el dinero volvió a salir mediante una inversión en divisas.
Orleans-Borbón siempre ha mantenido que es el único propietario de Zagatka y del patrimonio administrado por esta mercantil, pero no fue capaz de detallar en qué consistió exactamente su participación en esa venta cuando fue interrogado en octubre de 2018 por el fiscal de Ginebra que persigue el rastro de la fortuna de Juan Carlos I en territorio helvético, Yves Bertossa. El familiar del monarca solo pudo ofrecer respuestas vagas. Los representantes de Zagatka ante Credit Suisse eran Arturo Fassana y Dante Canonica, según los papeles de la entidad financiera. Ambos se encargaron también de montar la Fundación Lucum, a la que llegó en 2008 una supuesta donación al monarca de Arabia Saudí de 64,8 millones de euros.
En realidad, los terrenos en Playa del Carmen habían sido adquiridos en 1998 por Huarte antes de que esta constructora fue absorbida por el 'holding' de Juan Miguel Villar Mir, otro de los empresarios históricos de la corte de Juan Carlos I. En torno a 2005, comenzaron las gestiones para urbanizar el suelo de Huaribe, situado en la costa del Caribe del estado de Quintana Roo, en plena Riviera Maya. En 2009, el año en que se abonó la comisión de 4,6 millones, se cerró finalmente el desarrollo de un resort de lujo en esos terrenos que fue bautizado con el nombre de Mayakobá y pasó a engrosar los activos de OHL.
Sin embargo, la constructora de Villar Mir se deshizo del resort en 2016. La operación se cerró en 470 millones de euros. El comprador no fue otro que Sanginés-Krause, el mismo empresario que en esos mismos años estaba pagando presuntamente decenas de facturas de Juan Carlos I y Marta Gayá. El caso pone bajo sospecha otras adquisiciones del industrial mexicano en España. La sombra del Rey emérito gravita sobre estos negocios y conecta ya los diferentes frentes judiciales que hay abiertos en Suiza y el Tribunal Supremo en torno a su figura. La visión de conjunto es cada vez más sólida y no favorece a Zarzuela.
Juan Carlos I cobró 4,6 M en Suiza por un resort en Riviera Maya de Sanginés-Krause
El empresario Sanginés-Krause compró en 2016 a OHL un resort de lujo en México del que siete años antes salieron 4,6 millones de dólares rumbo a la cuenta en Suiza de la Fundación Zagatka
05/11/2020 - 05:00 Actualizado: 05/11/2020 - 14:45
Las diferentes piezas sobre la presunta fortuna oculta de Juan Carlos I empiezan a encajar y están componiendo un puzle de dimensiones colosales. Las últimas diligencias abiertas por la Fiscalía Anticorrupción sobre los vínculos del monarca con el empresario mexicano Allen Sanginés-Krause encierran una conexión con la Fundación Zagatka, la mercantil de Liechtenstein que supuestamente utilizó el Rey emérito desde 2003 para canalizar el cobro de comisiones ilegales astronómicas.
Las nuevas pesquisas de Anticorrupción, asumidas este martes por la Fiscalía del Tribunal Supremo por orden de la Fiscalía General del Estado, se centran en gastos del Rey emérito y otros miembros de la familia real que fueron sufragados de forma irregular por Sanginés-Krause, un antiguo directivo de Goldman Sachs que posee una de las mayores fortunas de México. Su 'holding', RLH Properties, controla un castillo en Irlanda, el Hotel Villa Magna de Madrid y un edificio rehabilitado de viviendas de lujo en el barrio de Salamanca, entre otros activos.
Según las averiguaciones del Ministerio Público, el industrial mexicano abonó decenas de facturas de Juan Carlos I y personas de su círculo más próximo correspondientes a viajes, estancias en hoteles, tratamientos médicos, clases, restaurantes y otros gastos de carácter ordinario. Entre los pagos que se investigan, figura un viaje a Irlanda del antiguo jefe del Estado junto a su pareja Marta Gayá en el verano de 2017 para asistir, precisamente, a la fiesta del 60 cumpleaños de Sanginés-Krause, confirman a El Confidencial fuentes próximas al procedimiento. El monarca y Gayá también acompañaron semanas después al empresario y a la mujer de este en un 'tour' por las islas griegas.
La lista de gastos de Juan Carlos I y su entorno presuntamente financiados por Sanginés-Krause es mucho más larga. También incluye vuelos a Londres. Las hijas del mexicano estudiaron en el elitista internado inglés St Mary’s School Ascot, a una hora en coche de la capital británica. Es el mismo centro en el que casualmente estuvo matriculada durante años la hija menor de la infanta Elena, Victoria Federica.
En la trama, habría participado un testaferro para ocultar el origen de los fondos. Se trata del coronel del Ejército del Aire y ayudante de campo en Zarzuela Nicolás Murga, que recibía las facturas del monarca y las pagaba con dinero del millonario. La operativa estuvo funcionando después de que el Rey emérito abdicara en junio de 2014 y perdiera, por tanto, su condición de inviolable. Se expone a posibles delitos de blanqueo de capitales y contra la Hacienda Pública.
Pero esta causa solo sería una parte de una constelación de sociedades, cuentas y empresarios que habría girado durante décadas en torno al exjefe del Estado y empieza ahora a ver la luz. La Fundación Zagatka, una entidad dirigida por uno de sus primos, Álvaro de Orleans-Borbón, recibió el 9 de junio de 2009 en una cuenta del banco de Credit Suisse de Ginebra un cheque de 4.689.930 dólares (unos 3,3 millones de euros al cambio de la época) por una supuesta asesoría en el desarrollo urbanístico de un resort que también forma parte en la actualidad de la cartera de activos de Sanginés-Krause, según nuevos documentos sobre la fortuna opaca del monarca a los que ha tenido acceso El Confidencial.
Orleans-Borbón justificó el ingreso ante Credit Suisse asegurando que procedía de la venta de unos terrenos en Playa del Carmen, México, de la sociedad Huaribe SA, una filial del Grupo OHL. “La cantidad ha sido pagada por servicios de intervención e intermediación y corresponde a prácticas habituales dentro del sector inmobiliario en México”, alegó el primo del monarca, como recoge el fichero interno de la cuenta número 798208-92-2 de Credit Suisse en la que terminaron los fondos. La explicación no fue demasiado concreta, pero el banco suizo no exigió más detalles. A los dos días de entrar en el depósito, el dinero volvió a salir mediante una inversión en divisas.
Orleans-Borbón siempre ha mantenido que es el único propietario de Zagatka y del patrimonio administrado por esta mercantil, pero no fue capaz de detallar en qué consistió exactamente su participación en esa venta cuando fue interrogado en octubre de 2018 por el fiscal de Ginebra que persigue el rastro de la fortuna de Juan Carlos I en territorio helvético, Yves Bertossa. El familiar del monarca solo pudo ofrecer respuestas vagas. Los representantes de Zagatka ante Credit Suisse eran Arturo Fassana y Dante Canonica, según los papeles de la entidad financiera. Ambos se encargaron también de montar la Fundación Lucum, a la que llegó en 2008 una supuesta donación al monarca de Arabia Saudí de 64,8 millones de euros.
En realidad, los terrenos en Playa del Carmen habían sido adquiridos en 1998 por Huarte antes de que esta constructora fue absorbida por el 'holding' de Juan Miguel Villar Mir, otro de los empresarios históricos de la corte de Juan Carlos I. En torno a 2005, comenzaron las gestiones para urbanizar el suelo de Huaribe, situado en la costa del Caribe del estado de Quintana Roo, en plena Riviera Maya. En 2009, el año en que se abonó la comisión de 4,6 millones, se cerró finalmente el desarrollo de un resort de lujo en esos terrenos que fue bautizado con el nombre de Mayakobá y pasó a engrosar los activos de OHL.
Sin embargo, la constructora de Villar Mir se deshizo del resort en 2016. La operación se cerró en 470 millones de euros. El comprador no fue otro que Sanginés-Krause, el mismo empresario que en esos mismos años estaba pagando presuntamente decenas de facturas de Juan Carlos I y Marta Gayá. El caso pone bajo sospecha otras adquisiciones del industrial mexicano en España. La sombra del Rey emérito gravita sobre estos negocios y conecta ya los diferentes frentes judiciales que hay abiertos en Suiza y el Tribunal Supremo en torno a su figura. La visión de conjunto es cada vez más sólida y no favorece a Zarzuela.
Juan Carlos I cobró 4,6 M en Suiza por un resort en Riviera Maya de Sanginés-Krause