Sargento Kowalski
El Señor del Alto amaje
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jovenlandia acepta repatriar sus malditos "migrantes" de Holanda a cambio de mutismo sobre el Sáhara
Visita del primer ministro jovenlandés, Aziz Akhannouch, a La Haya, donde se reunió con el primer ministro holandés Mark Rutt
Ámsterdam
05/10/2022 - 21:06
jovenlandia se ha apuntado una última victoria diplomática en su haber europeo con respecto al Sáhara Occidental y sus políticas en la región del Rif. El nuevo capítulo lo protagoniza Países Bajos: se espera una bajada de tono a las críticas por los abusos por parte de Rabat en ambas regiones, a cambio de que las autoridades del reino acepten a los pagapensiones marroquíes —hasta ahora, jovenlandia ha puesto grandes escollos a ese tipo de repatriaciones, por ejemplo, desde Francia— que no han conseguido residencia legal en Holanda. Un negocio cuadrado, pero, de nuevo, a precio de los derechos humanos. La información ha sido filtrada por el vespertino NRC Handelsblad, un prestigio periódico en Holanda, que tiene en su poder varios documentos internos del Ministerio de Justicia neerlandés. El documento, un memorándum interno del Ministerio, da por hecho de que jovenlandia ha aceptado volver a tener buenas relaciones con el gobierno holandés gracias a la consideración holandesa de concluir un tratado de extradición con Rabat y al cambio en la actitud hacia cuestiones como el Sáhara.
El secretario de Estado de Justicia, Eric Van der Burg, ha tenido que salir a reconocer que la relación entre los dos países “ha mejorado de forma significativa recientemente”, pero no ha querido decir si ya se han hecho acuerdos sobre la devolución de los marroquíes en situación irregular a cambio de bajar el tono de las críticas oficiales. NRC dice que Holanda se compromete a que solo haya condenas públicas en consulta con otros países, es decir, comunicados conjuntos donde nadie es la voz cantante.
Para Países Bajos, el acuerdo solucionaría un elemento que lleva años aparcado en la agenda del país, poder enviar de vuelta a jovenlandia a los nacionales cuyas solicitudes de asilo hayan sido rechazadas. Después de todo, el país norteafricano no se considera un país en guerra, sino que es catalogado de "país seguro". Los marroquíes en Países Bajos a los que se le ha denegado el asilo mendigan por las calles de Holanda, sin muchas perspectivas (no pueden trabajar en Holanda), ni volver a jovenlandia.
Existe un procedimiento establecido para poder deportar a los marroquíes con órdenes de expulsión, que incluye la cooperación por parte de las autoridades de Rabat, que tiene que confirmar la nacionalidad de sus ciudadanos y emitir un laissez-passer (documento temporal de viaje) para las personas pendientes de deportación.
Y desde principios de este año, Rabat ha cumplido. jovenlandia ha corroborado la ciudadanía jovenlandés de un centenar de adultos que esperan ser deportados. Los agentes holandeses pueden ahora detenerlos, llevarlos al aeropuerto y meterlos en un avión de vuelta al país del que han huido hace años con esperanzas de obtener una residencia legal en Holanda. Son en su mayoría jóvenes que no cumplen las condiciones para solicitar residencia legal a través de vías como “estudios” o contrato laboral como “empleados altamente cualificados”. Así que recurren a la vía del asilo. Pero jovenlandia es “un país seguro” oficialmente. Si no tienen una justificación que los defina en alguna categoría de “refugiados”, es decir, si no son por ejemplo activistas políticos, gayses perseguidos o víctimas de una guerra, solo les espera la expulsión.
"Holanda y jovenlandia han acordado un amplio plan de acción en 2021. Se hicieron acuerdos de trabajo sobre varios temas, incluida la inmi gración. Después se creó un 'comité mixto' sobre este tema poco antes del verano". Ha sido la explicación ofrecida por Van der Burg a los medios holandeses. El mencionado comité ha tenido ya dos reuniones, una en cada país, y de ahí se concluye que “la cooperación ha mejorado, incluso en la cuestión de las devoluciones” de los marroquíes deportados. Devolver a los marroquíes ha sido un problema de años para Holanda. La predecesora de Van der Burg, Ankie Broekers-Knol, le dijo al Congreso holandés en 2019 que, si se les sube a un avión hacia jovenlandia, “serán devueltos” como un correo rechazado.
La clave: el Rif y el Sáhara
Las consultas entre jovenlandia y Países Bajos sobre la deportación de los jóvenes marroquíes retenidos en este país se detuvieron en 2018. El entonces ministro de Exteriores, Stef Blok, criticó las sentencias de hasta 20 años de guandoca impuestas a medio centenar de líderes del movimiento de protesta de la región del Rif, acusados de poner en peligro la seguridad del Estado. Dijo que le parecían “bastante exageradas”. Rabat convocó al embajador neerlandés para pedirle explicaciones por las declaraciones del ministro e incluso para que les hiciera un resumen interpretativo del debate que hubo en el Congreso sobre la situación de la libertad de expresión en jovenlandia. “Y él ha repetido las posiciones del Gobierno holandés”, explicó el Ministerio de Exteriores en ese momento.
Después de ese “incidente” entre los dos países, los empleados del Servicio de Repatriación holandés recibieron indicaciones de la embajada jovenlandés en Holanda que decían que todo se había paralizado y que se decidió “desde arriba” no emitir más laissez-passer para los marroquíes retenidos en el país a la espera de deportación. Los pagapensiones que procedentes de países seguros, entre los que también hay tunecinos y georgianos, se acumulan en los centros de recepción de refugiados o deambulan por las calles holandesas, sin tarjeta de residencia legal que les permita acceder a un trabajo, y con su país de origen, en este caso jovenlandia, rechazando aceptar que sean devueltos a tu tierra de nacimiento.
Esta situación va acompañada de un aumento de la criminalidad, por ejemplo, cerca de la estación de tren de Utrecht, donde deambulan unos 120 pagapensiones procedentes de países seguros y en situación irregular. Al no haber perspectiva de deportación a jovenlandia en un plazo razonable, el Consejo de Estado dictaminó en abril de 2021 que las autoridades holandesas no podían arrestar a los extranjeros marroquíes para que esperen retenidos su deportación. Hasta este nuevo cambio conocido este fin de semana, la embajada jovenlandés no había emitido ni un solo laissez-passer desde 2020, pero había personas que llevaban años esperando el documento de viaje. Uno de esos hombres, había estado detenido desde 2008 esperando el beneplácito de las autoridades marroquíes para su deportación.
En ese contexto de tensiones, el gobierno de Mark Rutte dejó caer que las relaciones con jovenlandia necesitaban mejorar para agilizar las deportaciones y declaró, en diciembre de 2021, que está dispuesto a “pensarse” o “explorar” la posibilidad de firmar un tratado de extradición con Rabat.
¿Pero, por qué eso es tan importante? jovenlandia lleva años presionando por un tratado de ese tipo porque obligaría a Holanda a confiar en el sistema judicial jovenlandés y entregarles a sospechosos como el jovenlandés-holandés Said Chaaou, acusado de narcotráfico, pero también conocido por financiar las protestas que buscan la independencia de la región del Rif. Rabat pidió su extradición en 2015 y prometió juzgarle solo por cohecho y tráfico internacional de drojas, y no por actividades políticas. Pero el Tribunal Supremo holandés rechazó en 2018 su extradición por el riesgo de que no reciba un juicio justo en jovenlandia.
El gobierno neerlandés confirmó que estaba explorando esa idea de firmar un tratado de extradición a petición de jovenlandia justo cuando la embajada de Rabat había cancelado unos días antes, de forma repentina, una reunión con funcionarios del gobierno en la que se iba a hablar de la inmi gración y la devolución de los solicitantes de asilo que habían agotado todos sus recursos legales para obtener residencia en Holanda. jovenlandia también había detenido al periodista jovenlandés Omar Radi bajo la sospecha de espionaje para la embajada neerlandesa en Rabat. Fue condenado a seis años por varios delitos. El gobierno neerlandés planteó esta cuestión en una cumbre con jovenlandia y expresó “su descontento por las denuncias de espionaje que rechazamos enfáticamente”, pero eso no cambió la situación.
La cuestión del Sáhara también ha jugado un rol en esta crisis. En mayo de este año, Países Bajos cambió su posición y respaldó el plan de autonomía jovenlandés, sumándose a una creciente lista de países que apoyan esa propuesta, incluida España. Lo hizo durante una visita de trabajo a Rabat de Wopke Hoekstra, el ministro de Exteriores. Hasta entonces, Países Bajos había estado a favor de una solución acordada por todas las partes. El Ministerio de Exteriores le ha dicho a NRC que Holanda quiere anteponer “la eficacia” a la hora de expresar sus críticas a las violaciones de los derechos humanos en jovenlandia, que quiere emitir críticas con países socios porque el impacto esperado será más grande que al hacerlo en solitario. Rabat propuso en 2007 que otorgaría al Sáhara Occidental una forma de autonomía, pero que el reino mantendría el control sobre la política exterior y la defensa. El Polisario ha rechazado estos planes. Países Bajos lo considera "una contribución seria y creíble al proceso político liderado por la ONU".
España: LA fruta DE EUROPA
Noticia
Visita del primer ministro jovenlandés, Aziz Akhannouch, a La Haya, donde se reunió con el primer ministro holandés Mark Rutt
Ámsterdam
05/10/2022 - 21:06
jovenlandia se ha apuntado una última victoria diplomática en su haber europeo con respecto al Sáhara Occidental y sus políticas en la región del Rif. El nuevo capítulo lo protagoniza Países Bajos: se espera una bajada de tono a las críticas por los abusos por parte de Rabat en ambas regiones, a cambio de que las autoridades del reino acepten a los pagapensiones marroquíes —hasta ahora, jovenlandia ha puesto grandes escollos a ese tipo de repatriaciones, por ejemplo, desde Francia— que no han conseguido residencia legal en Holanda. Un negocio cuadrado, pero, de nuevo, a precio de los derechos humanos. La información ha sido filtrada por el vespertino NRC Handelsblad, un prestigio periódico en Holanda, que tiene en su poder varios documentos internos del Ministerio de Justicia neerlandés. El documento, un memorándum interno del Ministerio, da por hecho de que jovenlandia ha aceptado volver a tener buenas relaciones con el gobierno holandés gracias a la consideración holandesa de concluir un tratado de extradición con Rabat y al cambio en la actitud hacia cuestiones como el Sáhara.
El secretario de Estado de Justicia, Eric Van der Burg, ha tenido que salir a reconocer que la relación entre los dos países “ha mejorado de forma significativa recientemente”, pero no ha querido decir si ya se han hecho acuerdos sobre la devolución de los marroquíes en situación irregular a cambio de bajar el tono de las críticas oficiales. NRC dice que Holanda se compromete a que solo haya condenas públicas en consulta con otros países, es decir, comunicados conjuntos donde nadie es la voz cantante.
Para Países Bajos, el acuerdo solucionaría un elemento que lleva años aparcado en la agenda del país, poder enviar de vuelta a jovenlandia a los nacionales cuyas solicitudes de asilo hayan sido rechazadas. Después de todo, el país norteafricano no se considera un país en guerra, sino que es catalogado de "país seguro". Los marroquíes en Países Bajos a los que se le ha denegado el asilo mendigan por las calles de Holanda, sin muchas perspectivas (no pueden trabajar en Holanda), ni volver a jovenlandia.
Existe un procedimiento establecido para poder deportar a los marroquíes con órdenes de expulsión, que incluye la cooperación por parte de las autoridades de Rabat, que tiene que confirmar la nacionalidad de sus ciudadanos y emitir un laissez-passer (documento temporal de viaje) para las personas pendientes de deportación.
Y desde principios de este año, Rabat ha cumplido. jovenlandia ha corroborado la ciudadanía jovenlandés de un centenar de adultos que esperan ser deportados. Los agentes holandeses pueden ahora detenerlos, llevarlos al aeropuerto y meterlos en un avión de vuelta al país del que han huido hace años con esperanzas de obtener una residencia legal en Holanda. Son en su mayoría jóvenes que no cumplen las condiciones para solicitar residencia legal a través de vías como “estudios” o contrato laboral como “empleados altamente cualificados”. Así que recurren a la vía del asilo. Pero jovenlandia es “un país seguro” oficialmente. Si no tienen una justificación que los defina en alguna categoría de “refugiados”, es decir, si no son por ejemplo activistas políticos, gayses perseguidos o víctimas de una guerra, solo les espera la expulsión.
"Holanda y jovenlandia han acordado un amplio plan de acción en 2021. Se hicieron acuerdos de trabajo sobre varios temas, incluida la inmi gración. Después se creó un 'comité mixto' sobre este tema poco antes del verano". Ha sido la explicación ofrecida por Van der Burg a los medios holandeses. El mencionado comité ha tenido ya dos reuniones, una en cada país, y de ahí se concluye que “la cooperación ha mejorado, incluso en la cuestión de las devoluciones” de los marroquíes deportados. Devolver a los marroquíes ha sido un problema de años para Holanda. La predecesora de Van der Burg, Ankie Broekers-Knol, le dijo al Congreso holandés en 2019 que, si se les sube a un avión hacia jovenlandia, “serán devueltos” como un correo rechazado.
La clave: el Rif y el Sáhara
Las consultas entre jovenlandia y Países Bajos sobre la deportación de los jóvenes marroquíes retenidos en este país se detuvieron en 2018. El entonces ministro de Exteriores, Stef Blok, criticó las sentencias de hasta 20 años de guandoca impuestas a medio centenar de líderes del movimiento de protesta de la región del Rif, acusados de poner en peligro la seguridad del Estado. Dijo que le parecían “bastante exageradas”. Rabat convocó al embajador neerlandés para pedirle explicaciones por las declaraciones del ministro e incluso para que les hiciera un resumen interpretativo del debate que hubo en el Congreso sobre la situación de la libertad de expresión en jovenlandia. “Y él ha repetido las posiciones del Gobierno holandés”, explicó el Ministerio de Exteriores en ese momento.
Después de ese “incidente” entre los dos países, los empleados del Servicio de Repatriación holandés recibieron indicaciones de la embajada jovenlandés en Holanda que decían que todo se había paralizado y que se decidió “desde arriba” no emitir más laissez-passer para los marroquíes retenidos en el país a la espera de deportación. Los pagapensiones que procedentes de países seguros, entre los que también hay tunecinos y georgianos, se acumulan en los centros de recepción de refugiados o deambulan por las calles holandesas, sin tarjeta de residencia legal que les permita acceder a un trabajo, y con su país de origen, en este caso jovenlandia, rechazando aceptar que sean devueltos a tu tierra de nacimiento.
Esta situación va acompañada de un aumento de la criminalidad, por ejemplo, cerca de la estación de tren de Utrecht, donde deambulan unos 120 pagapensiones procedentes de países seguros y en situación irregular. Al no haber perspectiva de deportación a jovenlandia en un plazo razonable, el Consejo de Estado dictaminó en abril de 2021 que las autoridades holandesas no podían arrestar a los extranjeros marroquíes para que esperen retenidos su deportación. Hasta este nuevo cambio conocido este fin de semana, la embajada jovenlandés no había emitido ni un solo laissez-passer desde 2020, pero había personas que llevaban años esperando el documento de viaje. Uno de esos hombres, había estado detenido desde 2008 esperando el beneplácito de las autoridades marroquíes para su deportación.
En ese contexto de tensiones, el gobierno de Mark Rutte dejó caer que las relaciones con jovenlandia necesitaban mejorar para agilizar las deportaciones y declaró, en diciembre de 2021, que está dispuesto a “pensarse” o “explorar” la posibilidad de firmar un tratado de extradición con Rabat.
¿Pero, por qué eso es tan importante? jovenlandia lleva años presionando por un tratado de ese tipo porque obligaría a Holanda a confiar en el sistema judicial jovenlandés y entregarles a sospechosos como el jovenlandés-holandés Said Chaaou, acusado de narcotráfico, pero también conocido por financiar las protestas que buscan la independencia de la región del Rif. Rabat pidió su extradición en 2015 y prometió juzgarle solo por cohecho y tráfico internacional de drojas, y no por actividades políticas. Pero el Tribunal Supremo holandés rechazó en 2018 su extradición por el riesgo de que no reciba un juicio justo en jovenlandia.
El gobierno neerlandés confirmó que estaba explorando esa idea de firmar un tratado de extradición a petición de jovenlandia justo cuando la embajada de Rabat había cancelado unos días antes, de forma repentina, una reunión con funcionarios del gobierno en la que se iba a hablar de la inmi gración y la devolución de los solicitantes de asilo que habían agotado todos sus recursos legales para obtener residencia en Holanda. jovenlandia también había detenido al periodista jovenlandés Omar Radi bajo la sospecha de espionaje para la embajada neerlandesa en Rabat. Fue condenado a seis años por varios delitos. El gobierno neerlandés planteó esta cuestión en una cumbre con jovenlandia y expresó “su descontento por las denuncias de espionaje que rechazamos enfáticamente”, pero eso no cambió la situación.
La cuestión del Sáhara también ha jugado un rol en esta crisis. En mayo de este año, Países Bajos cambió su posición y respaldó el plan de autonomía jovenlandés, sumándose a una creciente lista de países que apoyan esa propuesta, incluida España. Lo hizo durante una visita de trabajo a Rabat de Wopke Hoekstra, el ministro de Exteriores. Hasta entonces, Países Bajos había estado a favor de una solución acordada por todas las partes. El Ministerio de Exteriores le ha dicho a NRC que Holanda quiere anteponer “la eficacia” a la hora de expresar sus críticas a las violaciones de los derechos humanos en jovenlandia, que quiere emitir críticas con países socios porque el impacto esperado será más grande que al hacerlo en solitario. Rabat propuso en 2007 que otorgaría al Sáhara Occidental una forma de autonomía, pero que el reino mantendría el control sobre la política exterior y la defensa. El Polisario ha rechazado estos planes. Países Bajos lo considera "una contribución seria y creíble al proceso político liderado por la ONU".
España: LA fruta DE EUROPA