loveisintheair
Madmaxista
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Vive en Mataró. Sus padres son educadores sociales. Es decir, viven de la berza pública. Viendo la educación que le han dado a su nene, podemos hacernos una idea de lo necesario y beneficioso que es su trabajo para la sociedad.
Los 14 conejos 'liberados' de Gurb... y la moda de los turistas veganos que asaltan granjas en Cataluña
Cómo un grupo de animalistas está organizando "eventos" para "rescatar" a vacas, terneros... El último acabó hasta en la prensa británica, y la Generalitat ya ha anunciado que se personará contra ellos. "Vienen jóvenes desde EEUU, Francia ... Somos cientos", cuenta su líder, un joven de 17 años, hijo de un cantante rifeño con domicilio en Mataró. ¿Y los conejos robados? Siguen en un refugio secreto
Massin, de 17, presume de liderar un grupo de 'rescatadores' de animales desde Mataró.
Granja de Vilaró de Tarrés, en Gurb, 19.30 horas del pasado domingo. Una joven extranjera, vestida con una bata blanca desechable, se dirige a la cámara en inglés: «Algunos de nuestros cien activistas siguen dentro junto al granjero, que no ha llamado aún a la Policía. Pero lo importante es que ya hemos rescatado seis conejos bebés en Barcelona, España». Poco antes, unos 60 muchachos españoles, franceses, belgas, británicos y turcos -algunos, menores de edad- han descendido de 11 vehículos procedentes de Barcelona e irrumpido en una explotación de conejos.
El grupo rodea la granja y accede al interior por diferentes flancos. Se comunican en inglés y se graban para compartir su actuación en internet. La autora del vídeo tilda al granjero de «violento» por echar de su propiedad a un ejército de desconocidos vestidos de blanco. El ganadero víctima del asalto, Joan Vilaró, está solo y sin su teléfono. Su rostro refleja nervios e impotencia mientras habla en catalán con los escasos españoles de un grupo formado por activistas veganos de entre 16 y 23 años.
«Un animalista», recrimina Vilaró a los asaltantes, «no se lleva a la progenitora y deja las crías». «Haced lo que queráis», les dice en otro momento el hombre, indefenso ante la turba anglófila que lleva la tensión a su granja. Forcejea con ellos para intentar que no se lleven sus animales. Sin éxito. Los jóvenes de blanco, móvil en mano, se llevarán de allí 14 de sus 3.000 conejos. O, como ellos dicen, los «liberarán».
El asalto a la granja de Gurb es el ejemplo más reciente del último grito entre jóvenes y adolescentes veganos occidentales: el turismo animalista para «rescatar bestias» (las llaman «víctimas») de las granjas españolas, sobre todo en Cataluña.
Los Mossos d'Esquadra han identificado ya a 15 jóvenes -extranjeros la mayoría; un menor de edad entre ellos- y la investigación sigue abierta. «Hacen performances y se exhiben luego en redes sociales como Instagram y Facebook», señalan fuentes próximas al caso, que recuerdan que a los asaltantes se los podría perseguir penalmente por delitos como robo con fuerza, apropiación indebida o violación de domicilio.
La sucesión de asaltos de este tipo en los últimos meses ha levantado una verdadera polvareda en la Cataluña rural. La Generalitat ha anunciado incluso que se personará contra los asaltantes. Y el asunto ha llegado hasta la prensa extranjera, después de que Mia, una activista vegana británica residente en Barcelona, difundiera por Instagram un vídeo en el que aparece cubierta de sangre después de que, según su relato, unos «granjeros españoles» la persiguieran por la carretera y la dispararan tras «liberar» a los conejos.
En las últimas seis semanas, son cinco los asaltos animalistas contabilizados por los Mossos en la provincia de Barcelona: uno en Sant Antoni de Vilamajor, otro en Santa Eugènia de Berga, uno en Cardedeu y dos más en Gurb, de donde se llevaron también un ternero. En los cinco han participado jóvenes extranjeros que fijan su residencia en Barcelona atraídos por acciones que líderes locales organizan en torno al espíritu de Meat The Victims, el movimiento animalista que franquea vallas de granjas para «liberar» reses, conejos y pollos. Jóvenes extranjeros occidentales de más de 20 nacionalidades distintas que viajan a la capital catalana para acometer una acción específica y volver a casa tras unos días de turismo animalista.
Una de las activistas muestra a uno de los conejos 'liberados' en Gurb.
El movimiento, con acólitos desde Australia a México, tiene su propio referente en España. Se llama Action for Liberation y al frente está Massin Akandouch, de 17 años. Massin, vegano desde los 12, tiene sangre bereber y se ha criado en las afueras de Barcelona. Crónica habla con él. «Hay extranjeros que viajan a Barcelona atraídos por el incipiente activismo animalista y por la presencia de nuestro grupo. Vienen específicamente para las acciones, pero no lo llamaría turismo animalista», expone Massin, al que siguen estudiantes de España, Reino Unido, Francia, Estados Unidos, Alemania, Australia, México, Irlanda, Portugal, Italia, Dinamarca, Nueva Zelanda... «Algunos viven aquí, otros llegan para pasar unos días». Junto a ellos, ha liderado al menos una veintena de asaltos a granjas españolas. «Voy a todas. La mayoría, en Cataluña», dice el chico. También estuvo en Gurb y se grabó un vídeo que colgó convenientemente en sus redes sociales.
Antes de contestar las preguntas, Massin dice que debe pedir consejo a «unos abogados». Elude revelar sus antecedentes penales y su lugar de residencia: «Tengo varios domicilios que no puedo revelar. Uno está en Mataró y es la casa de mis padres», indica el activista precoz y pretendido ídolo juvenil. «He liberado cientos de animales. Hasta en Arizona, Alemania y Reino Unido. No todos se publicitan. Tres días seguidos sin dormir puedo pasar por el animalismo. Los rescates denuncian y liberan, tienen ese doble objetivo. Rescatar es lo más mediático, pero también organizo eventos e investigo».
El adolescente que atemoriza a los ganaderos es el hijo menor del cantante rifeño Abdelhak Akandouch. Tanto su padre como su progenitora se ganan la vida como educadores sociales. Habla cuatro idiomas. Tiene 16.000 seguidores en Instagram, «cientos de miembros» en su organización en España, un Patreon para que cualquiera aporte dinero a su causa, un proyecto de micromecenazgo en GoFundMe, logística en Alemania y Gran Bretaña y contacto periódico con la popular activista animalista Andrea Díaz, residente de Phoenix, Arizona.
-¿Es usted el vínculo entre los extranjeros y las granjas catalanas?
-Sí. Pero el activismo no es algo individual. Algunas acciones ni se reivindican.
-¿Objetivo?
-Abolir la explotación de los animales.
-¿Se dedica a algo más?
-No.
La 'instagramer' británica Mia, en el vídeo que difundió denunciando supuestas agresiones de "granjeros españoles" en Gurb. Su imagen y su relato llegaron a la prensa inglesa.
Situado en la plana de Vic, a 75 kilómetros de Barcelona, Gurb no es un municipio en el que uno recale por casualidad. En este pequeño pueblo de 2.000 habitantes nació la empresa de alimentación Casa Tarradellas. También prestó su nombre al extraterrestre de la novela Sin noticias de Gurb de Eduardo Mendoza.
La acción sorpresa en la explotación de conejos, reivindicada por la organización en defensa de los derechos de los animales Direct Action Everywhere, ha puesto en pie de guerra a los agricultores y ganaderos catalanes. Lamentan «la impunidad» con la que «roban animales» en pequeñas granjas «gracias a un vacío legal inexistente en otros países de la Unión Europea». En Francia y Bélgica, donde el veganismo está más extendido, castigan con dureza las incursiones en la propiedad privada de los activistas. Unió de Pagesos, el principal sindicato agrícola catalán, pide sanciones para los asaltantes animalistas. «Criminalizan a pequeños ganaderos», protestan.
«Imagina que vas a cuidar a tu ganado e irrumpen 50 adolescentes tildándote de malo y apuntándote con sus móviles», critican desde el colectivo de payeses GPS.
En la granja de Gurb, un centenar de conejos murió como consecuencia del ataque. Otras 90 crías han sido sacrificadas porque los turistas veganos las dejaron sin progenitora. Según los ganaderos, allí había hasta 3.000 conejos que quedaron con «estrés». ¿Y los 14 liberados? Siguen ocultos, dicen, en un refugio secreto.
Los 14 conejos 'liberados' de Gurb... y la moda de los turistas veganos que asaltan granjas en Cataluña
Cómo un grupo de animalistas está organizando "eventos" para "rescatar" a vacas, terneros... El último acabó hasta en la prensa británica, y la Generalitat ya ha anunciado que se personará contra ellos. "Vienen jóvenes desde EEUU, Francia ... Somos cientos", cuenta su líder, un joven de 17 años, hijo de un cantante rifeño con domicilio en Mataró. ¿Y los conejos robados? Siguen en un refugio secreto
Granja de Vilaró de Tarrés, en Gurb, 19.30 horas del pasado domingo. Una joven extranjera, vestida con una bata blanca desechable, se dirige a la cámara en inglés: «Algunos de nuestros cien activistas siguen dentro junto al granjero, que no ha llamado aún a la Policía. Pero lo importante es que ya hemos rescatado seis conejos bebés en Barcelona, España». Poco antes, unos 60 muchachos españoles, franceses, belgas, británicos y turcos -algunos, menores de edad- han descendido de 11 vehículos procedentes de Barcelona e irrumpido en una explotación de conejos.
El grupo rodea la granja y accede al interior por diferentes flancos. Se comunican en inglés y se graban para compartir su actuación en internet. La autora del vídeo tilda al granjero de «violento» por echar de su propiedad a un ejército de desconocidos vestidos de blanco. El ganadero víctima del asalto, Joan Vilaró, está solo y sin su teléfono. Su rostro refleja nervios e impotencia mientras habla en catalán con los escasos españoles de un grupo formado por activistas veganos de entre 16 y 23 años.
«Un animalista», recrimina Vilaró a los asaltantes, «no se lleva a la progenitora y deja las crías». «Haced lo que queráis», les dice en otro momento el hombre, indefenso ante la turba anglófila que lleva la tensión a su granja. Forcejea con ellos para intentar que no se lleven sus animales. Sin éxito. Los jóvenes de blanco, móvil en mano, se llevarán de allí 14 de sus 3.000 conejos. O, como ellos dicen, los «liberarán».
El asalto a la granja de Gurb es el ejemplo más reciente del último grito entre jóvenes y adolescentes veganos occidentales: el turismo animalista para «rescatar bestias» (las llaman «víctimas») de las granjas españolas, sobre todo en Cataluña.
Los Mossos d'Esquadra han identificado ya a 15 jóvenes -extranjeros la mayoría; un menor de edad entre ellos- y la investigación sigue abierta. «Hacen performances y se exhiben luego en redes sociales como Instagram y Facebook», señalan fuentes próximas al caso, que recuerdan que a los asaltantes se los podría perseguir penalmente por delitos como robo con fuerza, apropiación indebida o violación de domicilio.
La sucesión de asaltos de este tipo en los últimos meses ha levantado una verdadera polvareda en la Cataluña rural. La Generalitat ha anunciado incluso que se personará contra los asaltantes. Y el asunto ha llegado hasta la prensa extranjera, después de que Mia, una activista vegana británica residente en Barcelona, difundiera por Instagram un vídeo en el que aparece cubierta de sangre después de que, según su relato, unos «granjeros españoles» la persiguieran por la carretera y la dispararan tras «liberar» a los conejos.
En las últimas seis semanas, son cinco los asaltos animalistas contabilizados por los Mossos en la provincia de Barcelona: uno en Sant Antoni de Vilamajor, otro en Santa Eugènia de Berga, uno en Cardedeu y dos más en Gurb, de donde se llevaron también un ternero. En los cinco han participado jóvenes extranjeros que fijan su residencia en Barcelona atraídos por acciones que líderes locales organizan en torno al espíritu de Meat The Victims, el movimiento animalista que franquea vallas de granjas para «liberar» reses, conejos y pollos. Jóvenes extranjeros occidentales de más de 20 nacionalidades distintas que viajan a la capital catalana para acometer una acción específica y volver a casa tras unos días de turismo animalista.
El movimiento, con acólitos desde Australia a México, tiene su propio referente en España. Se llama Action for Liberation y al frente está Massin Akandouch, de 17 años. Massin, vegano desde los 12, tiene sangre bereber y se ha criado en las afueras de Barcelona. Crónica habla con él. «Hay extranjeros que viajan a Barcelona atraídos por el incipiente activismo animalista y por la presencia de nuestro grupo. Vienen específicamente para las acciones, pero no lo llamaría turismo animalista», expone Massin, al que siguen estudiantes de España, Reino Unido, Francia, Estados Unidos, Alemania, Australia, México, Irlanda, Portugal, Italia, Dinamarca, Nueva Zelanda... «Algunos viven aquí, otros llegan para pasar unos días». Junto a ellos, ha liderado al menos una veintena de asaltos a granjas españolas. «Voy a todas. La mayoría, en Cataluña», dice el chico. También estuvo en Gurb y se grabó un vídeo que colgó convenientemente en sus redes sociales.
Antes de contestar las preguntas, Massin dice que debe pedir consejo a «unos abogados». Elude revelar sus antecedentes penales y su lugar de residencia: «Tengo varios domicilios que no puedo revelar. Uno está en Mataró y es la casa de mis padres», indica el activista precoz y pretendido ídolo juvenil. «He liberado cientos de animales. Hasta en Arizona, Alemania y Reino Unido. No todos se publicitan. Tres días seguidos sin dormir puedo pasar por el animalismo. Los rescates denuncian y liberan, tienen ese doble objetivo. Rescatar es lo más mediático, pero también organizo eventos e investigo».
El adolescente que atemoriza a los ganaderos es el hijo menor del cantante rifeño Abdelhak Akandouch. Tanto su padre como su progenitora se ganan la vida como educadores sociales. Habla cuatro idiomas. Tiene 16.000 seguidores en Instagram, «cientos de miembros» en su organización en España, un Patreon para que cualquiera aporte dinero a su causa, un proyecto de micromecenazgo en GoFundMe, logística en Alemania y Gran Bretaña y contacto periódico con la popular activista animalista Andrea Díaz, residente de Phoenix, Arizona.
-¿Es usted el vínculo entre los extranjeros y las granjas catalanas?
-Sí. Pero el activismo no es algo individual. Algunas acciones ni se reivindican.
-¿Objetivo?
-Abolir la explotación de los animales.
-¿Se dedica a algo más?
-No.
Situado en la plana de Vic, a 75 kilómetros de Barcelona, Gurb no es un municipio en el que uno recale por casualidad. En este pequeño pueblo de 2.000 habitantes nació la empresa de alimentación Casa Tarradellas. También prestó su nombre al extraterrestre de la novela Sin noticias de Gurb de Eduardo Mendoza.
La acción sorpresa en la explotación de conejos, reivindicada por la organización en defensa de los derechos de los animales Direct Action Everywhere, ha puesto en pie de guerra a los agricultores y ganaderos catalanes. Lamentan «la impunidad» con la que «roban animales» en pequeñas granjas «gracias a un vacío legal inexistente en otros países de la Unión Europea». En Francia y Bélgica, donde el veganismo está más extendido, castigan con dureza las incursiones en la propiedad privada de los activistas. Unió de Pagesos, el principal sindicato agrícola catalán, pide sanciones para los asaltantes animalistas. «Criminalizan a pequeños ganaderos», protestan.
«Imagina que vas a cuidar a tu ganado e irrumpen 50 adolescentes tildándote de malo y apuntándote con sus móviles», critican desde el colectivo de payeses GPS.
En la granja de Gurb, un centenar de conejos murió como consecuencia del ataque. Otras 90 crías han sido sacrificadas porque los turistas veganos las dejaron sin progenitora. Según los ganaderos, allí había hasta 3.000 conejos que quedaron con «estrés». ¿Y los 14 liberados? Siguen ocultos, dicen, en un refugio secreto.