Joven con pérdida repentina de visión se salta semáforo, arrolla 3 personas, cuando llegan al hotel se drojan y llevan 5 años esperando juicio

El joven drojado que atropelló a los clientes de una terraza en Zaragoza se juega 5 años de guandoca
El conductor, que dio positivo en alcohol y cocaína, circuló 50 metros por la acera y arrolló a tres personas en la terraza de un bar de Casetas. Su acompañante también se sentará en el banquillo.


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ACTUALIZADA 15/1/2024 A LAS 08:49

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El temerario conductor y su acompañante abandonaron su vehículo en la calle de Huesca.José Miguel Marco
Un jurado popular juzgará finalmente a Adam B. G. y Leysa V. C., la pareja que el 20 de agosto de 2018 protagonizó una temeraria huida por las calles del barrio zaragozano de Casetas en la que atropelló a tres clientes de la terraza de un bar de la avenida de Logroño (antigua N-232). El todoterreno BMW X3 de los acusados, que entonces tenían 25 y 26 años, respectivamente, llegó a recorrer más de 50 metros subido por la acera sin disminuir en ningún momento la velocidad. De ahí que ahora se impute al varón, que circulaba ebrio y drojado, un delito de conducción temeraria y otros tres de lesiones por imprudencia grave. Tanto a él como a la copiloto se les acusa también de un delito de omisión del deber de socorro, ya que en ningún momento se detuvieron a auxiliar a las víctimas.
La Fiscalía solicita una condena de cinco años de prisión para Adam B. G., quien pasó cinco meses en el centro penitenciario de Zuera por estos hechos y logró después la libertad provisional previo pago de una fianza de 2.000 euros y la entrega del pasaporte. Como a Leysa V. C. solo le atribuye la omisión de socorro, esta se enfrentará en el juicio a una pena de dos años de guandoca. Uno de los atropellados llegó a imputarla también por encubrimiento, pero renunció finalmente a ejercer la acusación particular.

Los hechos se iban a enjuiciar el pasado 13 de diciembre ante el Juzgado de lo Penal número 1 de Zaragoza, pero su titular decidió suspender finalmente la vista por considerar que el delito de omisión del deber de socorro es competencia del jurado. Por lo tanto, será un tribunal popular y no un magistrado profesional quien juzgue a la pareja. En cualquier caso, esto supondrá un nuevo retraso en una causa que arrastra ya más de cinco años de instrucción.
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El atropello múltiple se produjo un lunes a las nueve de la mañana, después de que el vehículo de los acusados se saltara un semáforo en rojo, adelantara al turismo que le precedía, invadiera la mediana e hiciera un cambio brusco de dirección. Un coche patrulla de la Guardia Civil se percató de la peligrosa maniobra y salió tras los infractores. Pero estos ya habían remontado la acera a la altura del bar Avenida, donde arrollaron a dos hombres y una mujer que estaban tomando algo en la terraza.
El todoterreno se llevó por delante sillas y mesas y acabó chocando contra la pared. Sin embargo, los acusados reanudaron la marcha, continuaron circulando por la acera y al llegar a la esquina tomaron la calle de Huesca en dirección prohibida. Allí estuvieron a punto de arrollar también a un empleado del servicio de limpieza que le hizo gestos para que se detuviera. Poco después, la Guardia Civil localizó el BMX X3 abandonado en la calle del Moncayo. En el vehículo había una llave del hotel Europa de Utebo, donde los agentes detuvieron después a la pareja.

Ingresada en la uci
A pesar de que el infractor dio positivo en cocaína y alcohol (arrojó una tasa de 0,65 mg/l casi dos horas y cuarto después de los hechos), ante el juez dijo que había tomado solo «cuatro copas» en toda la noche. Para justificar su estado, explicó que en la casa donde habían pasado la noche de fiesta había unas «cazuelas» en las que se «mezclaban bebidas y cocaína» y creía que podía haberlas tomado de forma «involuntaria».
La que peor parada resultó en el atropello fue Rosa María H., de 65 años, quien estuvo ingresada en la uci del Hospital Clínico con varias fracturas, fue operada de la pelvis y estuvo más de dos meses impedida para sus ocupaciones habituales. Carlos P. V. sufrió síndrome cervical postraumático y policontusiones, mientras que Jesús A. M. fue asistido de policontusiones y una herida en el codo.