Visilleras
de Complutum
- Desde
- 25 Jul 2009
- Mensajes
- 52.700
- Reputación
- 221.272
Entrevista
Presidente de Andalucía entre 1984 y 1990
José Rodríguez de la Borbolla: "Hay gente del PSOE que se ha ido a Vox y no me extraña"
El socialista que se erigió como segundo presidente de la Junta de Andalucía asegura que "España se va al cuerno si se atiende a los nacionalistas"
GOGO LOBATO
El despacho está lleno de libros, discos -la copla tiene sección propia- y documentos entre los que aparecen sus calificaciones escolares, guardadas por su progenitora, desde los seis años. En las estanterías, el emperador Adriano, un nazareno del Cristo de El Calvario -cuya reproducción preside una pared- y la bandera de España. Delante de los libros de cine, una foto de Ava Gadner. Recibiendo el sol meridional de noviembre, junto a la ventana, un gato se acurruca justo al lado del busto de su bisabuelo, Rodríguez de la Borbolla Amozcótegui de Saavedra, liberal, posibilista y ministro de Romanones. Interior día.
¿Le duele España?
Sí. Me duele. Yo tengo una cierta idea de España formada a lo largo del tiempo: la España que mi generación y las anteriores han contribuido a crear con el acuerdo de todos. Me duele que ahora esté en subasta pública.
¿Es tiempo de manifiestos?Son tiempos de manifiestos y de ideas, no de eslóganes.
¿De política?De política, pero de verdad. No de la política del regate corto. La política es un arte noble: exige pensamiento, ideas y valores. Primero hay que pasar por un periodo de formación, después por la decantación de valores; más tarde puedes comprometerte, ¡pero tienes que seguir trabajando! ¡¡¡Con la cabeza!!! ¡¡¡Tienes que elaborar un pensamiento y un modelo de acción!!! No puedes pasar de la iluminación momentánea, o de la mera elucubración ideológica, a la acción si no sabes el horizonte hacia el que vas.
¿Cómo se equilibran los valores políticos con el interés personal?Es legítimo tener ambición, pero debe estar al servicio del proyecto y de tu perfil. A mucha gente que ahora está en política le debe costar mirarse al espejo. Dicen un día una cosa y, al siguiente, la contraria. Están sólo en lo inmediato. Y en política hay que hacer pedagogía, convencer y tejer acuerdos dentro de un marco de juego. Hay que tener claro cuál es este marco, hasta dónde se puede llegar y qué es posible hacer.¿Ve alguno de estos elementos en la política actual?Ninguno.
¿Tampoco en su partido? La política española, y en general la del mundo, está centrada en los impactos emocionales. No hay reflexión ni razón. Razonar es reflexionar con método. A los ciudadanos hay que ofrecerles un discurso que no se limite a decir "soy de izquierdas" y "vamos a hacer un gobierno progresista". ¿Un gobierno progresista? ¿Para hacer qué? ¿En qué terreno de juego? ¿Con quién? No basta con autodefinirse. Lo importante es la praxis. España está asaeteada por las emociones y desgajada de todo raciocinio. Esta mañana he ido al oculista en Los Remedios [un barrio burgués de Sevilla] y un señor veinte años más joven que yo, bien trajeado, me ha dicho por la calle: "Pepe, ¿cuando volvéis?". "Creo que no nos van a llamar", le respondí. "Pues haría falta", me ha dicho.
Usted defiende "los consensos del 78". ¿La degeneración de la política española no tiene en parte su origen en las singularidades del sistema del 78?La Constitución se hizo con un consenso de fondo. Y de todos. Hasta Tarradellas aceptó que todos los territorios tuvieran autonomía, aunque no era su deseo. Del modelo constitucional se deriva que todos los territorios deben ser iguales -salvo las singularidades reconocidas por la Constitución-, tener instituciones homogéneas y ser considerados a la hora de modificar algo. Lo que no tiene cabida aquí es la bilateralidad. No existe la dicotomía entre ley y justicia y política. La política, en democracia, se basa en la ley. Las normas son iguales para todos. España se va al cuerno si se atienden las exigencias de los nacionalistas catalanes.Su partido, tras reunirse con ERC, habla de "conflicto político en Cataluña".Es una trampa retórica. La demostración de la capacidad de trile de los actuales portavoces de los partidos, que te cambian una palabra y parece que han descubierto el Mediterráneo.Las palabras, en política, cuentan.Sí, pero cuando uno ha leído a los clásicos, desde la Summa Teológica hasta El Capital, sabe que los textos sirven para justificar cualquier cosa. Me lo enseñó en segundo de Derecho don Manuel Jiménez Fernández, que decía que los textos sagrados, a lo largo de la historia de la Iglesia, sirvieron para un roto y un descosido. Las palabras valen para todo, salvo para los que sabemos que tienen trampa, y eso conviene hacérselo saber a la gente.En su partido, el PSOE, hay divergencias sobre las negociaciones con los nacionalistas. Por un lado están los patriarcas, como usted; por otro, los actuales dirigentes.Le agradezco lo de patriarca: es una denominación muy respetuosa. Hace dos años, cuando decían que el 155 no podía aplicarse, salimos diecisiete patriarcas diciendo que sí. Nos llamaron viejos y nos negaron la "autoridad jovenlandesal". Los líderes actuales, sean del PSOE, del PP o de IU, vienen de escenarios viciados, que son las organizaciones políticas juveniles, ámbitos de poder sin súbditos ni destinatarios donde lo que se aprende es politiquilla y a conspirar. El triunfo es tener el poder, da igual para qué. Y el poder se persigue para algo. La generación actual de políticos quiere el poder para estar, no para hacer.
¿No existe en la izquierda española miedo a adoptar una posición clara en Cataluña?La posición del PSOE muta en función de la coyuntura y del afán de ocupar el poder, pero ¿para hacer qué? Cataluña ha afectado gravemente al PSOE. ¡Que lo tengan muy claro! Parte de los votos del PSOE se han ido a Vox, cosa que no me extraña nada teniendo en cuenta los comportamientos habidos. En la vida hay que tener criterio, valores y carácter. No podemos ser juncos que se muevan según sopla el viento.
¿Cuándo se jodió el PSOE?En 2003.
¿Zapatero?Pascual Maragall, que era más nacionalista que socialista. Enric Juliana cuenta en un libro que decía: "Haremos un Estatut que asombrará al mundo". Jajaja. Fui a Cataluña para ver qué estaban haciendo. Hablé con Iceta y con Manuela de progenitora: "¿Vosotros qué?", les pregunté. "Hacemos lo que podemos: [los nacionalistas] tiran de nosotros y no podemos quedarnos atrás", me dijeron. Así no hay manera de hacer un proyecto para España. ¿Alguien cree ahora mismo en España?La actual generación de políticos, debería. Lo demostraría si llegase a un consenso básico sobre los dos o tres problemas claves del país. Hay que consolidar el modelo institucional. La reforma de la Constitución es imposible, pero sí pueden cerrarse acuerdos sobre financiación [autonómica] o competencias. Hay que acordar una posición en el marco europeo. Y es necesario hacer algo ante los problemas sociales y laborales. Los pactos de la Moncloa funcionaron bien. Acuerdos básicos. Y ojo: los medios de comunicación, los historiadores, los politólogos, los constitucionalistas y todos aquellos que tienen capacidad para crear opinión deben ponerse de acuerdo sobre un relato mínimo sobre el que discutir. Esto no es sólo cuestión de los políticos. Hay también una responsabilidad social. España está dominada por sus demonios.Por sus viejos demonios, sí, y todos deberíamos hacer un exorcismo. La derecha tiene que exorcizar el franquismo y el nacional-catolicismo. Para ser de derechas, incluso muy de derechas, no hace falta ser ni franquista ni de Pío XII. Todo evoluciona, y eso es bueno. En la izquierda debemos exorcizar la II República y la Guerra Civil. Acabaron hace 80 años. Ya está bien. Este punitismo eterno, el afán vengativo de penalizar durante toda la eternidad, no lleva a ninguna parte. Y los nacionalistas deberían exorcizar los pasados inventados. Son mentira. ¿Crear las autonomías no fue un error?El Estado de las autonomías no fue una trampa. Fue el desarrollo honesto y legítimo del modelo constitucional, y ésta es la base para cualquier discusión. El día después de las elecciones hablé con dos personas del PSOE, una de Andalucía y otra de la dirección federal. Les dije: "Priorizar lo bilateral con Cataluña será un desastre". Uno dijo: "Pepe, es que las autonomías tienen la culpa de todo". No es cierto. Es la malversación que algunos han hecho del sistema. Esto es como cuando te casas: puedes tener hijos o no, pero, si los tienes, están aquí para siempre. Son seres vivos. Evolucionan. Ya no puedes volver a atrás y decir que no los quieres. La Constitución estaba virgen, fue desvirgada y dio a luz a los 17 seres vivos institucionales que componen España. No podemos tratarlos desigualmente.
¿Por qué se pervirtió exactamente el modelo autonómico?Hay muchas causas, pero citaré tres: el mimetismo institucional de Cataluña con el Estado, la fronterización de España (el blindaje de competencias, negarse a la cooperación con el Estado) y la diarrea legiferante, que consiste en copiar todo lo que se legisla en otros sitios. Tenemos leyes, sin normas imperativas, que no se cumplen. No se pueden poner fronteras en un país donde los ciudadanos son iguales. Ni por parte del PP ni del PSOE se han utilizado todos los medios de la Constitución para desarrollar las políticas de cooperación. Y esto es un crítica a mi partido. Hay que reforzar la coordinación del Estado en el ejercicio de los poderes públicos, lo mismo que ocurre en la UE.¿No ha sido la democracia española muy generosa con los nacionalistas?El problema no es la generosidad, sino el nacionalismo, que no tiene hartura. Aquí no hay más solución que aceptar el consenso constitucional. La historia de cada territorio puede ser la que sea, pero en el momento constituyente es cuando nacen las instituciones actuales. No es cierto que Cataluña recuperase instituciones históricas. Se crean otras, distintas, que nacen con la Constitución. En el País Vasco nunca existieron instituciones políticas. Y Andalucía tenía cuatro reinos. ¿Te imaginas que los sevillanos pidiéramos ahora una monarquía propia?
¿Por qué un gobierno PSOE-Podemos no representa a todos?Porque tiene menos de la mitad de los votos. Yo no he perdido nunca el sueño con Podemos, al contrario de lo que le ocurre al presidente en funciones, que ha pasado de un día para otro de no dormir a la convivencia íntima. Me he leído las tesis de Errejón y de Pablo Iglesias. Son serias y académicamente consistentes, pero demuestran sus influencias: uno es un populista inspirado por Laclau; el otro, un bolchevique.
¿Es el federalismo una solución?El Estado español, de hecho, ya es federal. En 1984, en mi discurso de investidura como presidente de la Junta de Andalucía, defendí el federalismo cooperativo, que es el modelo de la Constitución. Estamos en una situación algo patética que requiere imaginación y poner fórmulas nuevas sobre la mesa. Esto no se soluciona con más autogobierno.
¿Cómo evitamos la polarización?Con gente que sepa dirigir, tenga un objetivo y quiera solucionar el problema, no vivir de él. Aquí hay mucha gente a la que le gusta sentirse como el Capitán Trueno.Borrell dice que ERC "no es progresista".Coincido. ¡Qué pena que se vaya de comisario europeo!
¿Cómo valora la sentencia del procés?Como ciudadano español y jurista me siento gratificado. La Justicia española ha hecho muy bien su trabajo. Espectacularmente bien.
¿Qué le diría a los que creen que la sentencia no ayuda?Lo que no ayuda son los delitos, las desconexiones de la ley y la falta de respeto a los ciudadanos. ¿Cuál debe ser el papel de Andalucía en este momento?Debe tener una posición institucional en el modelo de Estado. Por ella y por el resto de territorios. No puede quedar al margen. El Gobierno, los partidos y el Parlamento tendrían que decir algo. Con el primer Estatuto, con sus más y sus menos, hubo consenso. Con el segundo se alcanzó un acuerdo unánime. A Andalucía no la puede defender ya un solo partido.¿Sería bueno pactar una descompresión?Las fuerzas constitucionalistas deben fijarse un periodo de dos años y, mientras gestionan lo ordinario, buscar soluciones a los problemas del país. Entre otras cosas, porque el Gobierno, sea el que sea, tendrá un margen de acción limitado: sus decisiones dependerán del Tribunal Constitucional, al que puede ir la oposición, y cuya lectura del marco autonómico no va a cambiar en lo esencial.
¿Se ha leído la sentencia de los ERE?No me la he leído todavía, pero la primera impresión es de demolición interna. No puede aislarse del momento en el que se ha producido: el del descrédito de la política desde dentro. Parece apocalíptica, pero deja flancos abiertos para una crítica jurídica seria. No voy a descalificar al tribunal ni a recomendar a nadie que se querelle contra los jueces, como hacen otros. Es fuerte, pero la vida sigue. Estamos en el primer tiempo del partido, queda el segundo (Supremo) y la prórroga (Constitucional). Sólo hago hincapié en una cosa: no todo lo que se ha juzgado es de la misma entidad. Y ahí me quedo.¿Debe renovarse la dirección del PSOE andaluz?En una vuelta ciclista puedes tener una etapa mala, pero en la siguiente puedes recuperarte.Perder la Junta no es perder una etapa. Es perder el Tour.Esto da muchas vueltas. Hace falta serenidad.
¿No es un fin de ciclo?Cada día que paso por San Telmo [sede de la presidencia de la Junta] me doy cuenta que Susana [Díaz] ya no es la que está allí. Palabra de honor. Hay que asumirlo y pensar en el futuro sin adoptar decisiones rápidas. Los cambios drásticos no benefician a nadie.
José Rodríguez de la Borbolla: "Hay gente del PSOE que se ha ido a Vox y no me extraña"
Presidente de Andalucía entre 1984 y 1990
José Rodríguez de la Borbolla: "Hay gente del PSOE que se ha ido a Vox y no me extraña"
- CARLOS MÁRMOL
@carlosmarmol_es
Sevilla
El socialista que se erigió como segundo presidente de la Junta de Andalucía asegura que "España se va al cuerno si se atiende a los nacionalistas"
GOGO LOBATO
- Entrevista. Juan Manuel Moreno: "Sin Pedro Sánchez sí sería posible un acuerdo entre el PP y el PSOE"
- 'Caso ERE'. El juez procesa al hermano del ex presidente Borbolla por las ayudas irregulares a sus empresas
- Opinión. Por una España reconocible
El despacho está lleno de libros, discos -la copla tiene sección propia- y documentos entre los que aparecen sus calificaciones escolares, guardadas por su progenitora, desde los seis años. En las estanterías, el emperador Adriano, un nazareno del Cristo de El Calvario -cuya reproducción preside una pared- y la bandera de España. Delante de los libros de cine, una foto de Ava Gadner. Recibiendo el sol meridional de noviembre, junto a la ventana, un gato se acurruca justo al lado del busto de su bisabuelo, Rodríguez de la Borbolla Amozcótegui de Saavedra, liberal, posibilista y ministro de Romanones. Interior día.
¿Le duele España?
Sí. Me duele. Yo tengo una cierta idea de España formada a lo largo del tiempo: la España que mi generación y las anteriores han contribuido a crear con el acuerdo de todos. Me duele que ahora esté en subasta pública.
¿Es tiempo de manifiestos?Son tiempos de manifiestos y de ideas, no de eslóganes.
¿De política?De política, pero de verdad. No de la política del regate corto. La política es un arte noble: exige pensamiento, ideas y valores. Primero hay que pasar por un periodo de formación, después por la decantación de valores; más tarde puedes comprometerte, ¡pero tienes que seguir trabajando! ¡¡¡Con la cabeza!!! ¡¡¡Tienes que elaborar un pensamiento y un modelo de acción!!! No puedes pasar de la iluminación momentánea, o de la mera elucubración ideológica, a la acción si no sabes el horizonte hacia el que vas.
¿Cómo se equilibran los valores políticos con el interés personal?Es legítimo tener ambición, pero debe estar al servicio del proyecto y de tu perfil. A mucha gente que ahora está en política le debe costar mirarse al espejo. Dicen un día una cosa y, al siguiente, la contraria. Están sólo en lo inmediato. Y en política hay que hacer pedagogía, convencer y tejer acuerdos dentro de un marco de juego. Hay que tener claro cuál es este marco, hasta dónde se puede llegar y qué es posible hacer.¿Ve alguno de estos elementos en la política actual?Ninguno.
¿Tampoco en su partido? La política española, y en general la del mundo, está centrada en los impactos emocionales. No hay reflexión ni razón. Razonar es reflexionar con método. A los ciudadanos hay que ofrecerles un discurso que no se limite a decir "soy de izquierdas" y "vamos a hacer un gobierno progresista". ¿Un gobierno progresista? ¿Para hacer qué? ¿En qué terreno de juego? ¿Con quién? No basta con autodefinirse. Lo importante es la praxis. España está asaeteada por las emociones y desgajada de todo raciocinio. Esta mañana he ido al oculista en Los Remedios [un barrio burgués de Sevilla] y un señor veinte años más joven que yo, bien trajeado, me ha dicho por la calle: "Pepe, ¿cuando volvéis?". "Creo que no nos van a llamar", le respondí. "Pues haría falta", me ha dicho.
Usted defiende "los consensos del 78". ¿La degeneración de la política española no tiene en parte su origen en las singularidades del sistema del 78?La Constitución se hizo con un consenso de fondo. Y de todos. Hasta Tarradellas aceptó que todos los territorios tuvieran autonomía, aunque no era su deseo. Del modelo constitucional se deriva que todos los territorios deben ser iguales -salvo las singularidades reconocidas por la Constitución-, tener instituciones homogéneas y ser considerados a la hora de modificar algo. Lo que no tiene cabida aquí es la bilateralidad. No existe la dicotomía entre ley y justicia y política. La política, en democracia, se basa en la ley. Las normas son iguales para todos. España se va al cuerno si se atienden las exigencias de los nacionalistas catalanes.Su partido, tras reunirse con ERC, habla de "conflicto político en Cataluña".Es una trampa retórica. La demostración de la capacidad de trile de los actuales portavoces de los partidos, que te cambian una palabra y parece que han descubierto el Mediterráneo.Las palabras, en política, cuentan.Sí, pero cuando uno ha leído a los clásicos, desde la Summa Teológica hasta El Capital, sabe que los textos sirven para justificar cualquier cosa. Me lo enseñó en segundo de Derecho don Manuel Jiménez Fernández, que decía que los textos sagrados, a lo largo de la historia de la Iglesia, sirvieron para un roto y un descosido. Las palabras valen para todo, salvo para los que sabemos que tienen trampa, y eso conviene hacérselo saber a la gente.En su partido, el PSOE, hay divergencias sobre las negociaciones con los nacionalistas. Por un lado están los patriarcas, como usted; por otro, los actuales dirigentes.Le agradezco lo de patriarca: es una denominación muy respetuosa. Hace dos años, cuando decían que el 155 no podía aplicarse, salimos diecisiete patriarcas diciendo que sí. Nos llamaron viejos y nos negaron la "autoridad jovenlandesal". Los líderes actuales, sean del PSOE, del PP o de IU, vienen de escenarios viciados, que son las organizaciones políticas juveniles, ámbitos de poder sin súbditos ni destinatarios donde lo que se aprende es politiquilla y a conspirar. El triunfo es tener el poder, da igual para qué. Y el poder se persigue para algo. La generación actual de políticos quiere el poder para estar, no para hacer.
¿No existe en la izquierda española miedo a adoptar una posición clara en Cataluña?La posición del PSOE muta en función de la coyuntura y del afán de ocupar el poder, pero ¿para hacer qué? Cataluña ha afectado gravemente al PSOE. ¡Que lo tengan muy claro! Parte de los votos del PSOE se han ido a Vox, cosa que no me extraña nada teniendo en cuenta los comportamientos habidos. En la vida hay que tener criterio, valores y carácter. No podemos ser juncos que se muevan según sopla el viento.
¿Cuándo se jodió el PSOE?En 2003.
¿Zapatero?Pascual Maragall, que era más nacionalista que socialista. Enric Juliana cuenta en un libro que decía: "Haremos un Estatut que asombrará al mundo". Jajaja. Fui a Cataluña para ver qué estaban haciendo. Hablé con Iceta y con Manuela de progenitora: "¿Vosotros qué?", les pregunté. "Hacemos lo que podemos: [los nacionalistas] tiran de nosotros y no podemos quedarnos atrás", me dijeron. Así no hay manera de hacer un proyecto para España. ¿Alguien cree ahora mismo en España?La actual generación de políticos, debería. Lo demostraría si llegase a un consenso básico sobre los dos o tres problemas claves del país. Hay que consolidar el modelo institucional. La reforma de la Constitución es imposible, pero sí pueden cerrarse acuerdos sobre financiación [autonómica] o competencias. Hay que acordar una posición en el marco europeo. Y es necesario hacer algo ante los problemas sociales y laborales. Los pactos de la Moncloa funcionaron bien. Acuerdos básicos. Y ojo: los medios de comunicación, los historiadores, los politólogos, los constitucionalistas y todos aquellos que tienen capacidad para crear opinión deben ponerse de acuerdo sobre un relato mínimo sobre el que discutir. Esto no es sólo cuestión de los políticos. Hay también una responsabilidad social. España está dominada por sus demonios.Por sus viejos demonios, sí, y todos deberíamos hacer un exorcismo. La derecha tiene que exorcizar el franquismo y el nacional-catolicismo. Para ser de derechas, incluso muy de derechas, no hace falta ser ni franquista ni de Pío XII. Todo evoluciona, y eso es bueno. En la izquierda debemos exorcizar la II República y la Guerra Civil. Acabaron hace 80 años. Ya está bien. Este punitismo eterno, el afán vengativo de penalizar durante toda la eternidad, no lleva a ninguna parte. Y los nacionalistas deberían exorcizar los pasados inventados. Son mentira. ¿Crear las autonomías no fue un error?El Estado de las autonomías no fue una trampa. Fue el desarrollo honesto y legítimo del modelo constitucional, y ésta es la base para cualquier discusión. El día después de las elecciones hablé con dos personas del PSOE, una de Andalucía y otra de la dirección federal. Les dije: "Priorizar lo bilateral con Cataluña será un desastre". Uno dijo: "Pepe, es que las autonomías tienen la culpa de todo". No es cierto. Es la malversación que algunos han hecho del sistema. Esto es como cuando te casas: puedes tener hijos o no, pero, si los tienes, están aquí para siempre. Son seres vivos. Evolucionan. Ya no puedes volver a atrás y decir que no los quieres. La Constitución estaba virgen, fue desvirgada y dio a luz a los 17 seres vivos institucionales que componen España. No podemos tratarlos desigualmente.
¿Por qué se pervirtió exactamente el modelo autonómico?Hay muchas causas, pero citaré tres: el mimetismo institucional de Cataluña con el Estado, la fronterización de España (el blindaje de competencias, negarse a la cooperación con el Estado) y la diarrea legiferante, que consiste en copiar todo lo que se legisla en otros sitios. Tenemos leyes, sin normas imperativas, que no se cumplen. No se pueden poner fronteras en un país donde los ciudadanos son iguales. Ni por parte del PP ni del PSOE se han utilizado todos los medios de la Constitución para desarrollar las políticas de cooperación. Y esto es un crítica a mi partido. Hay que reforzar la coordinación del Estado en el ejercicio de los poderes públicos, lo mismo que ocurre en la UE.¿No ha sido la democracia española muy generosa con los nacionalistas?El problema no es la generosidad, sino el nacionalismo, que no tiene hartura. Aquí no hay más solución que aceptar el consenso constitucional. La historia de cada territorio puede ser la que sea, pero en el momento constituyente es cuando nacen las instituciones actuales. No es cierto que Cataluña recuperase instituciones históricas. Se crean otras, distintas, que nacen con la Constitución. En el País Vasco nunca existieron instituciones políticas. Y Andalucía tenía cuatro reinos. ¿Te imaginas que los sevillanos pidiéramos ahora una monarquía propia?
¿Por qué un gobierno PSOE-Podemos no representa a todos?Porque tiene menos de la mitad de los votos. Yo no he perdido nunca el sueño con Podemos, al contrario de lo que le ocurre al presidente en funciones, que ha pasado de un día para otro de no dormir a la convivencia íntima. Me he leído las tesis de Errejón y de Pablo Iglesias. Son serias y académicamente consistentes, pero demuestran sus influencias: uno es un populista inspirado por Laclau; el otro, un bolchevique.
¿Es el federalismo una solución?El Estado español, de hecho, ya es federal. En 1984, en mi discurso de investidura como presidente de la Junta de Andalucía, defendí el federalismo cooperativo, que es el modelo de la Constitución. Estamos en una situación algo patética que requiere imaginación y poner fórmulas nuevas sobre la mesa. Esto no se soluciona con más autogobierno.
¿Cómo evitamos la polarización?Con gente que sepa dirigir, tenga un objetivo y quiera solucionar el problema, no vivir de él. Aquí hay mucha gente a la que le gusta sentirse como el Capitán Trueno.Borrell dice que ERC "no es progresista".Coincido. ¡Qué pena que se vaya de comisario europeo!
¿Cómo valora la sentencia del procés?Como ciudadano español y jurista me siento gratificado. La Justicia española ha hecho muy bien su trabajo. Espectacularmente bien.
¿Qué le diría a los que creen que la sentencia no ayuda?Lo que no ayuda son los delitos, las desconexiones de la ley y la falta de respeto a los ciudadanos. ¿Cuál debe ser el papel de Andalucía en este momento?Debe tener una posición institucional en el modelo de Estado. Por ella y por el resto de territorios. No puede quedar al margen. El Gobierno, los partidos y el Parlamento tendrían que decir algo. Con el primer Estatuto, con sus más y sus menos, hubo consenso. Con el segundo se alcanzó un acuerdo unánime. A Andalucía no la puede defender ya un solo partido.¿Sería bueno pactar una descompresión?Las fuerzas constitucionalistas deben fijarse un periodo de dos años y, mientras gestionan lo ordinario, buscar soluciones a los problemas del país. Entre otras cosas, porque el Gobierno, sea el que sea, tendrá un margen de acción limitado: sus decisiones dependerán del Tribunal Constitucional, al que puede ir la oposición, y cuya lectura del marco autonómico no va a cambiar en lo esencial.
¿Se ha leído la sentencia de los ERE?No me la he leído todavía, pero la primera impresión es de demolición interna. No puede aislarse del momento en el que se ha producido: el del descrédito de la política desde dentro. Parece apocalíptica, pero deja flancos abiertos para una crítica jurídica seria. No voy a descalificar al tribunal ni a recomendar a nadie que se querelle contra los jueces, como hacen otros. Es fuerte, pero la vida sigue. Estamos en el primer tiempo del partido, queda el segundo (Supremo) y la prórroga (Constitucional). Sólo hago hincapié en una cosa: no todo lo que se ha juzgado es de la misma entidad. Y ahí me quedo.¿Debe renovarse la dirección del PSOE andaluz?En una vuelta ciclista puedes tener una etapa mala, pero en la siguiente puedes recuperarte.Perder la Junta no es perder una etapa. Es perder el Tour.Esto da muchas vueltas. Hace falta serenidad.
¿No es un fin de ciclo?Cada día que paso por San Telmo [sede de la presidencia de la Junta] me doy cuenta que Susana [Díaz] ya no es la que está allí. Palabra de honor. Hay que asumirlo y pensar en el futuro sin adoptar decisiones rápidas. Los cambios drásticos no benefician a nadie.
José Rodríguez de la Borbolla: "Hay gente del PSOE que se ha ido a Vox y no me extraña"