Vlad_Empalador
Será en Octubre
La despedida a José Ramón de la Morena: Una guerra que nunca debimos tener
PREMIUM
Josetxu Piñeiro
La retirada de José Ramón de la Morena, antes que nada, ha sido una sorpresa, pero, para quien acaba de ser padre y quiere disfrutar, es una sabia decisión. Los horarios nocturnos que los dos bien conocemos dejan pocas opciones para estar con un hijo.
Nosotros tuvimos una relación inexistente durante años por una guerra sin cuartel en la que nos equivocamos los dos. Eso queda para el recuerdo, aunque no sea recomendable. Si pudiese volver atrás y naciera de nuevo no se volvería a repetir. Y creo que él piensa lo mismo. Una vez retirado, recibí una llamada de José Ramón para quedar a comer y desde ahí mantenemos una relación normal.
Es triste verle marcharse, pero ya le advertí cuando se fue a Onda Cero que iba a ser duro. Cuando iba a dejar la SER me llamó para preguntarme si me parecía bien lo que hacía. Le respondí que si quería vivir una experiencia, lo hiciera, pero que se iba a encontrar con la medición muy, muy, muy imperfecta, excesivamente manipulada y controlada por la SER. Hay una máxima: quien paga, manda. El EGM está pagado por las emisoras a razón de los postes que tienen y la SER es la que más tiene con mucha diferencia sin contar a las públicas.
La prueba concluyente es que José Ramón dejó en El Larguero con un millón de oyentes en su última época y en El tras*istor ronda los 300.000. Las radios no son como los periódicos en papel, donde los grandes columnistas se mueven y todo sigue igual. El oyente busca a su comunicador y le sigue a la emisora a la que va. Se iban con Luis del Olmo, se iban conmigo y deberían hacerlo con José Ramón, pero el control de Prisa, un grupo que se permitió, pese a su enorme deuda, comprar Antena 3 Radio sólo para cerrarla, dice que no. No les ha sentado bien que José Ramón de la Morena se vaya y la penalización es clara: un tercio de oyentes, según un EGM que nadie se cree.
En sus buenos tiempos las radios estaban dirigidas por grandes profesionales. Hoy las dirigen consejeros delegados que no saben que este negocio no es una tintorería, una carnicería o una pescadería. Es totalmente distinto. Me apena ver cómo la radio que nosotros convertimos en la más creíble e importante de Europa hoy, por la carestía de directores con conocimiento y carácter, ya no existe.
De aquella radio sólo nos quedan Carlos Herrera yCarlos Alsina. Que no se moleste nadie. Y si se molestan es su problema. Ya nadie tiene la personalidad, el trabajo, el esfuerzo y la categoría suficientes para igualar a los grandes comunicadores, de los que se pierde uno de los últimos.
José María García es periodista y uno de los grandes emblemas de la radio deportiva española
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- JOSÉ MARÍA GARCÍA
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Josetxu Piñeiro
La retirada de José Ramón de la Morena, antes que nada, ha sido una sorpresa, pero, para quien acaba de ser padre y quiere disfrutar, es una sabia decisión. Los horarios nocturnos que los dos bien conocemos dejan pocas opciones para estar con un hijo.
Nosotros tuvimos una relación inexistente durante años por una guerra sin cuartel en la que nos equivocamos los dos. Eso queda para el recuerdo, aunque no sea recomendable. Si pudiese volver atrás y naciera de nuevo no se volvería a repetir. Y creo que él piensa lo mismo. Una vez retirado, recibí una llamada de José Ramón para quedar a comer y desde ahí mantenemos una relación normal.
Es triste verle marcharse, pero ya le advertí cuando se fue a Onda Cero que iba a ser duro. Cuando iba a dejar la SER me llamó para preguntarme si me parecía bien lo que hacía. Le respondí que si quería vivir una experiencia, lo hiciera, pero que se iba a encontrar con la medición muy, muy, muy imperfecta, excesivamente manipulada y controlada por la SER. Hay una máxima: quien paga, manda. El EGM está pagado por las emisoras a razón de los postes que tienen y la SER es la que más tiene con mucha diferencia sin contar a las públicas.
La prueba concluyente es que José Ramón dejó en El Larguero con un millón de oyentes en su última época y en El tras*istor ronda los 300.000. Las radios no son como los periódicos en papel, donde los grandes columnistas se mueven y todo sigue igual. El oyente busca a su comunicador y le sigue a la emisora a la que va. Se iban con Luis del Olmo, se iban conmigo y deberían hacerlo con José Ramón, pero el control de Prisa, un grupo que se permitió, pese a su enorme deuda, comprar Antena 3 Radio sólo para cerrarla, dice que no. No les ha sentado bien que José Ramón de la Morena se vaya y la penalización es clara: un tercio de oyentes, según un EGM que nadie se cree.
En sus buenos tiempos las radios estaban dirigidas por grandes profesionales. Hoy las dirigen consejeros delegados que no saben que este negocio no es una tintorería, una carnicería o una pescadería. Es totalmente distinto. Me apena ver cómo la radio que nosotros convertimos en la más creíble e importante de Europa hoy, por la carestía de directores con conocimiento y carácter, ya no existe.
De aquella radio sólo nos quedan Carlos Herrera yCarlos Alsina. Que no se moleste nadie. Y si se molestan es su problema. Ya nadie tiene la personalidad, el trabajo, el esfuerzo y la categoría suficientes para igualar a los grandes comunicadores, de los que se pierde uno de los últimos.
José María García es periodista y uno de los grandes emblemas de la radio deportiva española