Jornadas laborales medievales

Satori

Madmaxista
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¿Sabes cuántas horas trabajaba un campesino de la Edad Media?

Trabajo duro, malas cosechas, hambruna, enfermedades, guerras… Ser campesino en la Edad Media no era precisamente un camino de rosas. Implicaba muchas preocupaciones por toda una serie de aspectos incontrolables como la meteorología, las pandemias o las luchas de poder en la sociedad feudal. Pero tampoco todo era malo, al menos desde la perspectiva de la vorágine del siglo XXI. Esos trabajadores del campo que se acostumbra a compadecer por las penosas condiciones a las que se enfrentaban tenían una ventaja respecto a nosotros: sus períodos de vacaciones eran mucho más largos que los actuales.

¿Cuántas semanas de descanso van a tener este verano? ¿2, 3, todo un mes? En pleno Antiguo Régimen (entre los siglos XV y XVIII), en España las vacaciones sumaban alrededor de cinco meses al año, según explica la historiadora Juliet B. Schor en su libro The Overworked American: The Unexpected Decline of Leisure .


Descanso laboral

En pleno Antiguo Régimen, en España las vacaciones sumaban alrededor de cinco meses al año

El tiempo de asueto de los españoles era parecido al de los franceses, que tenían garantizados 52 domingos, 90 días de descanso y 38 festivos. Y el de ambos era superior al de los ingleses, que trabajaban alrededor de dos terceras partes del año.

“Uno de los mitos más extendidos del capitalismo es que ha reducido el trabajo humano. Se compara, sin embargo, la actual semana laboral de cuarenta horas con las de setenta u ochenta que se hacían en el siglo XIX”, señala Schor. Es a partir de este estándar que se ha creado el imaginario de que los campesinos medievales trabajaban de sol a sol. “Estas imágenes son proyecciones hacia atrás de patrones de trabajo modernos. Y son falsos”, concluye con rotundidad la investigadora.

Calendario Agrícola realizado en Inglaterra en el año 1470
Calendario Agrícola realizado en Inglaterra en el año 1470 (Wikipedia)
Antes del capitalismo, la mayoría de las personas no trabajaba muchas horas. “El ritmo de la vida era lento, pausado y el trabajo era relajado. Nuestros antepasados pueden no haber sido ricos, pero tenían una gran cantidad de tiempo para el ocio”, señala. Además, contaban con un buen número de pausas durante sus jornadas laborales.

El Obispo de Durham James Pilkinton señalaba en un texto escrito en 1570 que el “hombre trabajador descansará mucho por la mañana; se pasa una buena parte del día antes de que venga a su trabajo; entonces debe desayunar, aunque no se lo haya ganado […]. Al mediodía debe tener su hora de dormir, luego su beber por la tarde y cuando llega su hora de la noche, arroja sus herramientas y abandona su trabajo”. Y estos ‘derechos adquiridos’ se aplicaban incluso en los picos de la cosecha.

Sin horarios

Durante los períodos de inactividad, que eran gran parte del año, no era habitual cumplir las horas regulares

Durante los períodos de inactividad, que representaban una gran parte del año, no era habitual que se cumpliera las horas regulares de trabajo, apunta Juliet Schor. Además, era muy inusual que los trabajadores serviles tuvieran que trabajar todo un día para un señor. Cuando se hablaba de un día se referían en realidad a medio día, y si un siervo trabajaba un día entero, se contaba como dos “días de trabajo”.

El calendario medieval estaba plagado de festivos. Los oficiales, es decir, de la iglesia, incluían no solo las “vacaciones” largas en Navidad, Pascua y en verano, sino también numerosos días de santos y otros descansos. A estas celebraciones hay que añadir que a menudo había semanas de asueto para marcar eventos importantes de la vida (bodas, bautizos…).

Trabajos agrícolas en el mes de junio, ilustración de 'Las muy ricas horas del Duque de Berry' (1411-1416)
Trabajos agrícolas en el mes de junio, ilustración de 'Las muy ricas horas del Duque de Berry' (1411-1416) (Wikipedia)
Una estimación del siglo XIII revela que familias campesinas enteras no dedicaban más de 150 días al año a sus tierras. Los registros señoriales de la Inglaterra del siglo XIV indican un año laboral extremadamente corto, de 175 días, para los trabajadores serviles. Y los mineros solo habrían trabajado 180 días en el periodo comprendido entre los años 1400 y 1600.

“Cuando el capitalismo aumentó los ingresos de los trabajadores, también les quitó su tiempo libre. De hecho, hay buenas razones para creer que las horas de trabajo a mediados del siglo XIX constituyen el esfuerzo laboral más prodigioso en toda la historia de la humanidad”, concluye la investigadora.

En junio de 1930, el británico John Maynard Keynes aseguró durante una conferencia celebrada en Madrid que la “riqueza producida y los avances tecnológicos reducirían la jornada laboral de 2030 a tres horas diarias, 15 horas semanales”. Nos queda apenas una década para darle (o no) la razón a uno de los economistas más influyentes del siglo XX.
 
Desde luego de noche no se podía hacer gran cosa en el campo, y los inviernos con noches largas

El ritmo de trabajo, además, era en general despreocupado porque no se habían desarrollado principios como la eficiencia, la racionalización o la productividad del trabajo y éste se realizaba de forma más relajada y se alternaba con momentos de esparcimiento. Hoy en una jornada de 8 horas te dan 20 minutos para el bocadillo y hay como te tomes un minuto demás. Un campesino medieval paraba para comer cuando le daba la gana y si quería descansar, se sentaba media hora debajo de un árbol sin que nadie le dijera nada. No había encargados o mandos intermedios gritando y dando órdenes.
 
¿Sabes cuántas horas trabajaba un campesino de la Edad Media?

Trabajo duro, malas cosechas, hambruna, enfermedades, guerras… Ser campesino en la Edad Media no era precisamente un camino de rosas. Implicaba muchas preocupaciones por toda una serie de aspectos incontrolables como la meteorología, las pandemias o las luchas de poder en la sociedad feudal. Pero tampoco todo era malo, al menos desde la perspectiva de la vorágine del siglo XXI. Esos trabajadores del campo que se acostumbra a compadecer por las penosas condiciones a las que se enfrentaban tenían una ventaja respecto a nosotros: sus períodos de vacaciones eran mucho más largos que los actuales.

¿Cuántas semanas de descanso van a tener este verano? ¿2, 3, todo un mes? En pleno Antiguo Régimen (entre los siglos XV y XVIII), en España las vacaciones sumaban alrededor de cinco meses al año, según explica la historiadora Juliet B. Schor en su libro The Overworked American: The Unexpected Decline of Leisure .


Descanso laboral

En pleno Antiguo Régimen, en España las vacaciones sumaban alrededor de cinco meses al año

El tiempo de asueto de los españoles era parecido al de los franceses, que tenían garantizados 52 domingos, 90 días de descanso y 38 festivos. Y el de ambos era superior al de los ingleses, que trabajaban alrededor de dos terceras partes del año.

“Uno de los mitos más extendidos del capitalismo es que ha reducido el trabajo humano. Se compara, sin embargo, la actual semana laboral de cuarenta horas con las de setenta u ochenta que se hacían en el siglo XIX”, señala Schor. Es a partir de este estándar que se ha creado el imaginario de que los campesinos medievales trabajaban de sol a sol. “Estas imágenes son proyecciones hacia atrás de patrones de trabajo modernos. Y son falsos”, concluye con rotundidad la investigadora.

Calendario Agrícola realizado en Inglaterra en el año 1470
Calendario Agrícola realizado en Inglaterra en el año 1470 (Wikipedia)
Antes del capitalismo, la mayoría de las personas no trabajaba muchas horas. “El ritmo de la vida era lento, pausado y el trabajo era relajado. Nuestros antepasados pueden no haber sido ricos, pero tenían una gran cantidad de tiempo para el ocio”, señala. Además, contaban con un buen número de pausas durante sus jornadas laborales.

El Obispo de Durham James Pilkinton señalaba en un texto escrito en 1570 que el “hombre trabajador descansará mucho por la mañana; se pasa una buena parte del día antes de que venga a su trabajo; entonces debe desayunar, aunque no se lo haya ganado […]. Al mediodía debe tener su hora de dormir, luego su beber por la tarde y cuando llega su hora de la noche, arroja sus herramientas y abandona su trabajo”. Y estos ‘derechos adquiridos’ se aplicaban incluso en los picos de la cosecha.

Sin horarios

Durante los períodos de inactividad, que eran gran parte del año, no era habitual cumplir las horas regulares

Durante los períodos de inactividad, que representaban una gran parte del año, no era habitual que se cumpliera las horas regulares de trabajo, apunta Juliet Schor. Además, era muy inusual que los trabajadores serviles tuvieran que trabajar todo un día para un señor. Cuando se hablaba de un día se referían en realidad a medio día, y si un siervo trabajaba un día entero, se contaba como dos “días de trabajo”.

El calendario medieval estaba plagado de festivos. Los oficiales, es decir, de la iglesia, incluían no solo las “vacaciones” largas en Navidad, Pascua y en verano, sino también numerosos días de santos y otros descansos. A estas celebraciones hay que añadir que a menudo había semanas de asueto para marcar eventos importantes de la vida (bodas, bautizos…).

Trabajos agrícolas en el mes de junio, ilustración de 'Las muy ricas horas del Duque de Berry' (1411-1416)'Las muy ricas horas del Duque de Berry' (1411-1416)
Trabajos agrícolas en el mes de junio, ilustración de 'Las muy ricas horas del Duque de Berry' (1411-1416) (Wikipedia)
Una estimación del siglo XIII revela que familias campesinas enteras no dedicaban más de 150 días al año a sus tierras. Los registros señoriales de la Inglaterra del siglo XIV indican un año laboral extremadamente corto, de 175 días, para los trabajadores serviles. Y los mineros solo habrían trabajado 180 días en el periodo comprendido entre los años 1400 y 1600.

“Cuando el capitalismo aumentó los ingresos de los trabajadores, también les quitó su tiempo libre. De hecho, hay buenas razones para creer que las horas de trabajo a mediados del siglo XIX constituyen el esfuerzo laboral más prodigioso en toda la historia de la humanidad”, concluye la investigadora.

En junio de 1930, el británico John Maynard Keynes aseguró durante una conferencia celebrada en Madrid que la “riqueza producida y los avances tecnológicos reducirían la jornada laboral de 2030 a tres horas diarias, 15 horas semanales”. Nos queda apenas una década para darle (o no) la razón a uno de los economistas más influyentes del siglo XX.
El ritmo de trabajo, además, era en general despreocupado porque no se habían desarrollado principios como la eficiencia, la racionalización o la productividad del trabajo y éste se realizaba de forma más relajada y se alternaba con momentos de esparcimiento. Hoy en una jornada de 8 horas te dan 20 minutos para el bocadillo y hay como te tomes un minuto demás. Un campesino medieval paraba para comer cuando le daba la gana y si quería descansar, se sentaba media hora debajo de un árbol sin que nadie le dijera nada. No había encargados o mandos intermedios gritando y dando órdenes.
No hace falta que pilléis una maquina del tiempo y os vayáis a vuestro añorado Medioevo...

Simplemente idos a cualquier pueblo de España y sentaos a hablar con un vejete y le contáis todo esto...

Ah, llevad calzado cómodo y ligero...

:)
 
No hace falta que pilléis una maquina del tiempo y os vayáis a vuestro añorado Medioevo...

Simplemente idos a cualquier pueblo de España y sentaos a hablar con un vejete y le contáis todo esto...

Ah, llevad calzado cómodo y ligero...

:)

Chico, yo he nacido y he crecido en una granja. Mi padre era agricultor y ganadero. Y desde luego que el trabajo en el campo es más agradecido que el trabajo en una fábrica. Lo digo porque llevo años trabajando en fábricas de alimentación y puedo contrastar. Si pudiera vivir de cultivar patatas y criar cabras, lo haría, créeme.
 
Chico, yo he nacido y he crecido en una granja. Mi padre era agricultor y ganadero. Y desde luego que el trabajo en el campo es más agradecido que el trabajo en una fábrica. Lo digo porque llevo años trabajando en fábricas de alimentación y puedo contrastar. Si pudiera vivir de cultivar patatas y criar cabras, lo haría, créeme.
Íache dicir que foses preguntarlle aos vellos galegos dalgunha aldea de Ourense pero acábome de decatar que puxeches como ubicación la coru...

Mira o que che ía dicir... Non sei qué clase de suposto fillo de labrego e gandeiro es pra dicir que ise traballo é mellor ca o dunha fábrica... Dígocho entre outras cousas porque non sei se sabías que centos de milleiros -ou millós...- de galaicos cometeron o "erro" de deixaren a súa idílica aldea onde arroiaba o leite e o mel namentras éles rañaban o carallo ao quedo pra marcharen ás cidades tanto nacionais como europeas a traballaren nas feitorías... por non mencionar por suposto aos que foron a outros países aínda mais lonxanos do mundo...

E sabes qué? Deben de estar case todos tolos ou seren parvos perdidos porque poucos se arrepentiron... A maioría deles non regresaron nunca ou só cando xa eran xubilados que coidaban algunha viña ou botaban unhas pataquiñas ao seu aire e só por pasa-lo tempo...

Así que da moitísimo noxo oírvos fungar mentiras e delirar arcadias felices pretéritas que endexamais existiron porque pra sabelo non é necesario acudir a fontes históricas ou arqueolóxicas antigas senon simplemente preguntarlle aos nosos maoires...

Agora déixovos pra que prosigades coas vosas pallas mentais a gusto...

:)
 
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Íache dicir que foses preguntarlle aos vellos galegos dalgunha aldea de Ourense pero acábome de decatar que puxeches como ubicación la coru...

Mira o que che ía dicir... Non sei qué clase de suposto fillo de labrego e gandeiro es pra dicir que ise traballo é mellor ca o dunha fábrica... Dígocho entre outras cousas porque non sei se sabías que centos de milleiros -ou millós...- de galaicos cometeron o "erro" de deixaren a súa idílica aldea onde arroiaba o leite e o mel estando eles rañando o carallo ao quedo pra marcharen ás cidades tanto nacionais como europeas a traballaren nas feitorías... por non mencionar por suposto aos que foron a outros países aínda mais lonxanos do mundo...

E sabes qué? Deben de estar case todos tolos ou seren parvos perdidos porque poucos se arrepentiron... A maioría deles non regresaron nunca ou só cando xa eran xubilados que coidaban algunha viña ou botaban unhas pataquiñas ao seu aire e só por pasa-lo tempo...

Así que da moitísimo noxo irvos fungar mentiras e delirar arcadias felices pretéritas que endexamais existiron porque non é necesario acudir a fontes históricas ou arqueolóxicas antigas senon simplemente preguntarlle aos nosos maoires...

Agora déixovos pra que prosigades coas vosas pallas mentais a gusto...

:)

Como están as cousas xa non se pode vivir do campo. Meu pai e os meus abós e toda a xente que me precedeu viviron de traballar co gando e de traballar a terra. Meu pai de feito prexubilouse pola agraria. ¿Sabes qué?, non se fixo rico, pero tampouca tivo xefes nunca e sempre traballou a sua maneira. Nestes días poucas persoas poden presumir diso, a maioría somos escravos do sector privado e deixamos a vida traballando para enriquecer a outros.

Vivo na Coruña, pero nacín nunha aldea da mariña lucense.
 
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Como están as cousas xa non se pode vivir do campo. Meu pai e os meus avós e toda a xente que me precedeu viviron de traballar co gando e de traballar a terra. Meu pai de feito prexubilouse pola agraria. ¿Sabes qué?, non se fixo rico, pero tampouca tivo xefes nunca e sempre traballou a sua maneira. Nestes días poucas persoas poden presumir diso, a maioría somos escravos do sector privado e dexamos a vida traballando para enriquecer a outros.

Vivo na Coruña, pero nacín nunha aldea da mariña lucense.
 
Sería interesante comentar eso a la patronal, a ver que opinaba.
 
De sol a sol es una buena jornada laboral. Y en invierno a hacer manualidades en casa, que siempre hay aperos que arreglar y ropa que remendar.
 
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