Joan, nen, cállate. ¿Deberían echar al FC Farsa de la Liga?

acmecito

Madmaxista
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Yo creo que sí. Como todo lo relacionado con el separatismo catalán, roba a manos llenas, tapándolo luego con victimismo y trolas.

El FC Farsa es indistinguible en forma y fondo con el separatismo lazi.



La historia mundial de situaciones ridículas producidas en el mundo del fútbol es nutrida y muy exigente, pero las declaraciones del presidente del Fútbol Club Barcelona realizadas ayer desde el césped del campo de fútbol lo catapultan directamente y por derecho propio al liderazgo absoluto de la competición. El Barça destrona al propio Barça en este concurso de bufonadas, cuyo primer puesto ostentaba legítimamente desde aquella tarde de abril de 2000 en que el capitán del Barcelona, Guardiola, comunicó al árbitro que no jugarían el partido de vuelta de semifinales de la Copa del Rey contra el Atlético de Madrid cuando los jugadores de ambos equipos y el trío arbitral ya estaban en el terreno de juego del Camp Nou. El Barça había perdido en la ida 3-0.

Pero vayamos con el discurso presidencial. Arranca Laporta refiriéndose a los pagos realizados durante dos décadas al vicepresidente del Comité de Árbitros de la LFP como la contraprestación dineraria de unas "consultas técnicas sobre árbitros y jugadores" que, a juicio del actual presidente barcelonista y de sus diez predecesores, resultaban absolutamente "necesarias". Fuera de la Cataluña alucinada, este tipo de cosas se interpretan como lo que son: un soborno al jefe de los jueces que van a decidir sobre el desarrollo de un negocio que mueve miles de millones de euros cada año. Para el barcelonismo, en cambio, soplarle siete millones al jefe de los árbitros es como dar una propina a un ojeador de infantiles para que haga un informe mensual sobre los chavalines que ha visto jugar en cualquier provincia de España. Pero eso sí, "con la factura correspondiente y el vídeo y el soporte documental que corresponde (sic)", que el Barça para eso es muy estricto.

Laporta ha dado un golpe en la mesa y ha anunciado una medida sin precedentes: va a realizar una investigación interna. Aunque no ha añadido lo de "caiga quien caiga", no sea que tal, parece que la cosa va en serio. Sin embargo, no está claro que las pesquisas vayan a dar resultado en el corto plazo. "Tenemos ganas de dar explicaciones", afirma el bueno de Joan, y "esto no será muy tarde, confío". O sea que igual las explicaciones sí llegan muy tarde, pero eso ocurriría muy a su pesar.

Lo que sí puede asegurar Laporta es que "estas facturas se pagaban y había un soporte documental y de vídeos". Sobre lo primero no cabe duda: ahí está el burofax de Enríquez Negreira para acreditarlo. Los famosos soportes, en cambio, no han aparecido todavía a pesar de lo fácil que es documentar en imágenes los excelentes resultados de la inversión realizada por el Barça durante estas últimas décadas. Solo en Youtube hay horas de grabaciones con penaltis escamoteados en contra, otros señalados injustamente a favor, simulación de lesiones para provocar la expulsión de rivales y tarjetas injustas que adulteraron la competición en favor de los culés. Por no hablar del partido de vuelta de Champions contra el Chelsea en Stamford Bridge en 2009, con dos tarjetas rojas y cuatro penaltis no señalados al Barcelona como el propio árbitro del encuentro reconoció años después.

Pero mientras Laporta indaga qué hay de cierto en el Barçagate es hora de que el resto de equipos de la LFP se plantee de una vez la única medida razonable: expulsar al Barcelona de las competiciones nacionales. Los dirigentes barcelonistas han amenazado en no pocas ocasiones con llevarse al equipo a otro lugar en consonancia con los deseos de los secesionistas. Pues bien, ha llegado el momento de hacer su sueño realidad. Fuera de la Liga española. Su presencia adultera la competición y, sobre todo, sume a todo el deporte español en un bochorno que los que vivimos fuera de Cataluña no tenemos por qué soportar.


Joan, nen, cállate - Pablo Molina
 
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