Jeffrey Epstein esperaba sembrar la raza humana con su ADN
Por James B. Stewart, Matthew Goldstein y Jessica Silver-Greenberg
31 de julio de 2019
Jeffrey E. Epstein, el rico financista acusado de tráfico sensual, tuvo un sueño inusual: esperaba sembrar la raza humana con su ADN al impregnar a las mujeres en su gran rancho de Nuevo México.
A lo largo de los años, el Sr. Epstein confió a los científicos y a otros acerca de su esquema, según cuatro personas familiarizadas con su pensamiento, aunque no hay evidencia de que alguna vez se haya concretado.
La visión del Sr. Epstein reflejó su fascinación de larga data con lo que se conoce como tras*humanismo: la ciencia de mejorar la población humana a través de tecnologías como la ingeniería genética y la inteligencia artificial. Los críticos han comparado el tras*humanismo con una versión moderna de la eugenesia, el campo desacreditado de mejorar la raza humana a través de la cría controlada.
Epstein, acusado en julio de tráfico sensual de niñas de tan solo 14 años, era un ilusionista en serie: mentía sobre las identidades de sus clientes, su riqueza, su destreza financiera, sus logros personales. Pero logró usar conexiones y carisma para cultivar relaciones valiosas con líderes empresariales y políticos.
Las entrevistas con más de una docena de sus conocidos, así como documentos públicos, muestran que utilizó las mismas tácticas para insinuarse en una comunidad científica de élite, lo que le permitió perseguir sus intereses en la eugenesia y otros campos marginales como la criónica.
Los abogados del Sr. Epstein, quien se declaró inocente de los cargos de tráfico sensual, no respondieron a las solicitudes de comentarios.
El Sr. Epstein atrajo a una brillante variedad de científicos prominentes. Incluyeron al físico ganador del Premio Nobel Murray Gell-Mann, quien descubrió el quark; el físico teórico y autor más vendido Stephen Hawking; el paleontólogo y biólogo evolutivo Stephen Jay Gould; Oliver Sacks, el neurólogo y autor más vendido; George M. Church, un ingeniero molecular que ha trabajado para identificar genes que podrían modificarse para crear humanos superiores; y el físico teórico del MIT Frank Wilczek, premio Nobel.
