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Que te vote Hamás.
"Cuidar el medio ambiente puede ser muy fácil, se pueden hacer muchas cosas y sobre todo, se puede llegar a ahorrar bastante dinero". Es el mensaje que el biólogo molecular y divulgador José M. Mulet lanza a todos los ciudadanos preocupados por la crisis ambiental que vive el planeta. Convencido de que "una pancarta o un eslogan pegadizo no va a solucionar nada", el autor de Comer sin miedo o Medicina sin engaños llega en plena esa época en el 2020 de la que yo le hablo con Ecologismo real (Destino), un libro en el que ha intentado recopilar "todo lo que la ciencia dice que puedes hacer para conservar el planeta y los ecologistas no te dirán nunca".
En su libro se muestra crítico tanto con organizaciones conservacionistas como con gurús del cambio climático como Al Gore, al que reprocha "consumir electricidad equivalente a la de 20 familias", o con ecologistas declarados como Carlos de Inglaterra, "que tiene una marca de productos ecológicos y viaja en helicóptero para dar conferencias sobre el decrecimiento, una teoría que dice que la solución para el medio ambiente es que todos seamos pobres. No es muy congruente en una persona que tiene tres castillos diga eso", reflexiona durante una entrevista telefónica.
"Yo no quiero que la gente se mortifique, yo quiero que la gente haga su vida normal, que no renuncie a nada porque eso no es incompatible con proteger el medio ambiente", asegura el investigador del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas.
Durante la esa época en el 2020 de la que yo le hablo hemos tenido que cambiar a la fuerza muchos hábitos, algunos con impacto ambiental. ¿Fue durante el confinamiento cuando decidió escribir este libro?
Estaba pensado desde antes pero aproveché el teletrabajo para acabar de escribirlo y hay alguna reflexión relacionada con la esa época en el 2020 de la que yo le hablo. Hemos descubierto que se puede teletrabajar, que es una gran opción para el medio ambiente porque el mejor desplazamiento es el que no se hace. De hecho ya vimos cómo la calidad del aire de las ciudades mejoró muchísimo cuando se limitaban los desplazamientos. Igual alguna cosa podemos aprender para el futuro.
En su libro argumenta que comprarse un coche eléctrico ahora mismo supone cambiar las emisiones que generamos de un sitio a otro. ¿Qué tipo de coche recomendaría?
Lo primero es pensar si realmente necesitas comprarte uno. Calcula bien cuánto te va a costar y cuánto tiempo lo vas a utilizar porque te puede suele salir más barato alquilarlo cada vez que lo necesites. Lo sé porque yo fui capaz de vivir tres años sin coche alquilándolo cuando me hacía falta y te aseguro que te ahorras una pasta. Pero si el cálculo indica que tienes que comprarte un coche, a día de hoy lo mejor y más práctico es uno híbrido. En el momento en que la electricidad no dependa del carbón, del petróleo y del gas como depende ahora ya podríamos hablar de coches eléctricos.
Está aumentando en la ciudad el uso de bicis y patinetes eléctricos. ¿Cómo valora estos medios de tras*porte?
Los veo muy bien porque las bicis y, un poco menos, los patinetes eléctricos porque tienes que cargarlos de electricidad, ocupan muy poco espacio. Si la gente los usara en vez de ir en coches en los que muchas veces viaja sólo una persona, probablemente no habría atascos. Es verdad que muchas ciudades no estaban adaptadas para la bici o el patinete y sus usuarios se jugaban la vida por los coches, y los peatones al ir por las aceras. Ahora es más seguro, así que creo que son opciones muy buenas que hay que fomentar pero, por favor, que se respeten los pasos de peatones.
Ir a la compra también es un reto para la gente que se preocupa por el ambiente. Hay un montón de etiquetas, las oficiales y otras: ecológico, orgánico, biológico, cero residuos, plastic free... ¿en cuáles aconsejaría fijarse?
En ninguna, yo le diría a la gente que no se deje marear por esas etiquetas porque ninguna garantiza realmente que el producto sea más respetuoso con el medio ambiente. De hecho, ni siquiera la de 'ecológico' porque hace referencia sólo al método de producción. Si se permite que unos kiwis cultivados en Nueva Zelanda se vendan en Europa como ecológico pues ya ves que no te dice nada del medio ambiente. Yo aconsejaría comer más fruta y verdura, y que ésta sea de temporada y proximidad, y sobre todo, que consumir más productos frescos y menos procesados. Eso no solo es una mejora para el medio ambiente, en la mayoría de los casos también para su salud y para su bolsillo.
Considera también una incongruencia el algodón que se vende como orgánico pero necesita gran cantidad de agua para su cultivo.
El algodón ecológico es un cultivo que necesita no sólo mucha agua, también gran cantidad de pesticidas. Curiosamente el algodón más respetuoso con el medio ambiente es el tras*génico. Así que ese sello no garantiza nada. Y por otro lado, el algodón es útil por supuesto para la ropa. Cuanto más tiempo la lleves mejor pero las bolsas de algodón para hacer la compra o llevar comida no tienen nada de ecológicas ni son seguras.
Dice usted que las bolsas de plástico no eran tan dañinas como se presentaron, e incluso las considera una alternativa mejor que las de papel.
Sí. La ventaja de las bolsas de plástico es que se hacen a partir de una fracción del petróleo que no sirve para prácticamente nada. Puedes reutilizarla varias veces y de hecho, en España existe la costumbre de usarlas para la sarama, que es algo que no tiene nada de malo. Pero es verdad que no tenía lógica usar tantas bolsas y salir con cuatro cada vez que ibas al supermercado. Ese era el problema. Pero una vez que llegamos a la conclusión de que hay que reducir su uso no tiene sentido cambiarlas por las de algodón. Tienes que usar 160 veces una bolsa de algodón para amortizar una bolsa de plástico por la energía que requiere fabricarlas. Además, es una guarrada utilizarlas para la comida porque tienes que lavarlas con agua caliente, así que no son recomendables para la compra. Lo mejor sería usar las bolsas reutilizables de rafia o las de polietileno que se pliegan. Las de papel, si no se reciclan y acaban en el vertedero, también contaminan, y prácticamente no se pueden reutilizar. Pero muchas bolsas de plástico llegan al mar y hay animales como las tortugas que se ven afectadas.
Sí, obviamente es un problema pero su impacto está muy localizado y no es un problema europeo.
A todo el mundo le impacta la foto de una tortuga con una bolsa en el estómago pero Europa lo está haciendo bastante bien. Hay que insistir en que la gente tiene que estar más concienciada y recoger la sarama en un entorno natural. Pero en Europa prácticamente no hay residuos plásticos o industriales que acaben en el mar porque tenemos un sistema de gestión bastante eficiente. El problema está muy localizado en los países asiáticos, donde es verdad que la gestión del residuo plástico es un desastre. La esa época en el 2020 de la que yo le hablo también nos ha obligado a usar más productos de usar y tirar por precaución, aumentando los residuos.
¿Cree que será algo temporal?
Espero que sí. Si puedes evitar el plástico evítalo, pero hay que tener claro que la alternativa que elijas sea menos contaminante porque hay casos en los que no, y casos en los que el plástico es imprescindible. El problema que tienen muchas veces las políticas ecologistas es que no se paran a valorar los diferentes casos y los diferentes usos y se prohíbe todo porque si haces una campaña, es mucho más vendible un mensaje de blanco o neցro, de bueno o malo. Imagínate que se prohibiera el plástico, ¿podría la civilización resistirlo? El tema no es prohibirlo sino hacerlo mejor. Y las campañas de los grupos ecologistas se plantean en base a prohibir y eso normalmente es una aberración. Con el plástico hay mucho margen para hacer bien cosas que ahora hacemos mal, empezando por dejarlo en el contenedor adecuado.
Es un firme defensor de los alimentos tras*génicos y asegura que son seguros.
Los ecologistas se oponen a su uso y hay gente que es recelosa a consumirlos, ¿qué les diría? Yo sigo pensando que el debate sobre los tras*génicos nunca le ha preocupado a la gente. La prueba que tengo es que en Europa hay una ley que obliga a etiquetar cualquier tras*génico que se utilice en alimentación y cuando doy una charla y le pregunto a la gente si me pueden decir una marca que los utilice o si cuando van comprar buscan la etiqueta para evitar ese producto, sólo el 1% o el 2% me dice que lo hace. Es un problema más de grupos ecologistas y partidos políticos, que han hecho un marco legal en Europa totalmente inoperante. Si hubiéramos hecho caso a lo que decían los grupos ecologistas en los años 80 y 90 hoy no tendríamos banderilla para la el bichito porque aunque dicen que no se han metido con las aplicaciones en medicina, tengo que decir rotundamente que es mentira. Si vamos a la hemeroteca veremos que pedían prohibir la ingeniería genética en todas sus variantes, y en 2011 hubo un juicio de Greenpeace en Alemania en contra de la investigación con células progenitora. La campaña de tras*génicos de los ecologistas ha sido un rotundo fracaso porque cada vez hay más usos, también en agricultura. En Europa no podemos sembrarlos pero cada vez los importamos más. Es una tecnología que ha funcionado muy bien y ha tenido bastante éxito.
En su libro se muestra crítico con los mensajes catastrofistas sobre el medio ambiente.
Los grupos ecologistas han adoptado una estrategia que me recuerda a la de un grupo religioso, acusarte de que eres un pecador y venderte la salvación. Básicamente la culpa de todos los males del planeta es el ciudadano de a pie cuando yo creo que el ciudadano es más la víctima que el culpable. ¿Tengo yo la culpa del accidente de Chernóbil o de la deforestación de la Amazonía? En todo caso, yo sufriré las consecuencias. Pero si ves las campañas que hacen todos somos culpables menos ellos.
En la misma línea, dice usted que una pancarta o un eslogan pegadizo no va a solucionar nada. ¿No cree que las movilizaciones sirven para presionar a los gobiernos a tomar medidas que están fuera del alcance de los ciudadanos?
Lo siento pero no y te digo por qué. Todas esas movilizaciones están bien porque sirven para concienciar, pero ¿cuáles son las soluciones que proponen? Yo ya sé que hay un problema con el cambio climático pero si en la manifestación me dicen que hay que prohibir las nucleares porque ese es el mensaje que han vendido, digo no. Alemania las ha prohibido y han aumentado la emisiones de CO2 por habitante. El problema de legislar a golpe de movilización es que no se legisla en base de lo que dice la evidencia científica o de los expertos, sino en base del mensaje popular que ha calado. La legislación europea de los tras*génicos tampoco ha tenido en cuenta la evidencia científica, sino las manifestaciones populares, y así nos va. Que un activista me diga las soluciones me da miedo, porque igual no es la persona más capacitada. ¿Está de moda ser ecologista? Creo que ha estado de moda siempre porque es un mensaje muy vendible. Por ejemplo, una empresa o un personaje famoso que viva de su imagen, sabe que la mejor forma de mejorarla es participar en una campaña de un grupo ecologista, y los grupos ecologistas saben que esto les rentabiliza así que se crea una simbiosis interesante. Ser ecologista es una cuestión de imagen, el tema es qué más haces. No tiene sentido hacerte fotos en un glaciar de la Antártida para denunciar el cambio climático cuando tu viaje ha generado unas emisiones salvajes y luego vivir en un ático que tiene la calefacción encendida todo el invierno. Que calculen cuántas emisiones genera una campaña de Greenpeace, que eso no lo dicen nunca.
También dice que en lugar de cambio climático, que considera un concepto vacío, sería más adecuado que usar 'calentamiento global antropogénico'. ¿Qué le parece el término crisis climática que tiende a usarse ahora en muchos medios de comunicación?
Cambio climático es demasiado genérico, y quiere decir otra cosa, es algo que dice una persona que estudia el clima porque el clima siempre ha estado cambiando, y encima parece que sea una cosa lejana. Lo que vivimos ahora es un calentamiento global antropogénico.
Crisis climática tampoco me gusta porque no dice lo que está pasando. Una crisis climática podría ser una glaciación y tampoco tiene por qué ser de origen humano.
En su libro analiza las ventajas y desventajas de las distintas fuentes de energía. Ahora mismo con la tecnología que hay, ¿cómo combinaría las energías disponibles en España, qué porcentaje de cada una idealmente sería más eficiente usar para equilibrar las necesidades de consumo con la lucha contra el calentamiento global?
El problema en España y el mundo es que aunque llevamos mucho tiempo hablando de renovables y nucleares, prácticamente toda la energía viene del carbón, del petróleo y del gas, es decir, de fuentes fósiles que son las que más emisiones tienen. Y es un problema que no solucionamos. Así que hay que decir sí a las renovables pero por sí solas no pueden ser responsables de la energía que necesita un país como España. En primer lugar porque no tenemos tanta potencia instalada y segundo porque necesitamos mucha superficie para producir potencia. No hay España para tanta placa solar, así que puede ser un apoyo pero no la base. Y en tercer lugar, ¿qué haces por la noche? De vez en cuando tenemos la noticia de que el 98% de toda la energía ha sido renovable pero suele ser un día de verano en el que ha hecho mucho viento. Otro día puede ser un 2% porque el mix eléctrico cambia a diario. Así que lo primero es seguir investigando en nuevas formas de energía, porque hay mucho por investigar; ojalá algún día llegue la fusión nuclear y otras formas de energía más eficientes. De momento hay que seguir invirtiendo en renovables, intentar cerrar todas las térmicas y alargar la vida útil de las nucleares.
Enlace: J. M. Mulet, biólogo: "La estrategia de los grupos ecologistas me recuerda a la de los grupos religiosos"
En su libro se muestra crítico tanto con organizaciones conservacionistas como con gurús del cambio climático como Al Gore, al que reprocha "consumir electricidad equivalente a la de 20 familias", o con ecologistas declarados como Carlos de Inglaterra, "que tiene una marca de productos ecológicos y viaja en helicóptero para dar conferencias sobre el decrecimiento, una teoría que dice que la solución para el medio ambiente es que todos seamos pobres. No es muy congruente en una persona que tiene tres castillos diga eso", reflexiona durante una entrevista telefónica.
"Yo no quiero que la gente se mortifique, yo quiero que la gente haga su vida normal, que no renuncie a nada porque eso no es incompatible con proteger el medio ambiente", asegura el investigador del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas.
Durante la esa época en el 2020 de la que yo le hablo hemos tenido que cambiar a la fuerza muchos hábitos, algunos con impacto ambiental. ¿Fue durante el confinamiento cuando decidió escribir este libro?
Estaba pensado desde antes pero aproveché el teletrabajo para acabar de escribirlo y hay alguna reflexión relacionada con la esa época en el 2020 de la que yo le hablo. Hemos descubierto que se puede teletrabajar, que es una gran opción para el medio ambiente porque el mejor desplazamiento es el que no se hace. De hecho ya vimos cómo la calidad del aire de las ciudades mejoró muchísimo cuando se limitaban los desplazamientos. Igual alguna cosa podemos aprender para el futuro.
En su libro argumenta que comprarse un coche eléctrico ahora mismo supone cambiar las emisiones que generamos de un sitio a otro. ¿Qué tipo de coche recomendaría?
Lo primero es pensar si realmente necesitas comprarte uno. Calcula bien cuánto te va a costar y cuánto tiempo lo vas a utilizar porque te puede suele salir más barato alquilarlo cada vez que lo necesites. Lo sé porque yo fui capaz de vivir tres años sin coche alquilándolo cuando me hacía falta y te aseguro que te ahorras una pasta. Pero si el cálculo indica que tienes que comprarte un coche, a día de hoy lo mejor y más práctico es uno híbrido. En el momento en que la electricidad no dependa del carbón, del petróleo y del gas como depende ahora ya podríamos hablar de coches eléctricos.
Está aumentando en la ciudad el uso de bicis y patinetes eléctricos. ¿Cómo valora estos medios de tras*porte?
Los veo muy bien porque las bicis y, un poco menos, los patinetes eléctricos porque tienes que cargarlos de electricidad, ocupan muy poco espacio. Si la gente los usara en vez de ir en coches en los que muchas veces viaja sólo una persona, probablemente no habría atascos. Es verdad que muchas ciudades no estaban adaptadas para la bici o el patinete y sus usuarios se jugaban la vida por los coches, y los peatones al ir por las aceras. Ahora es más seguro, así que creo que son opciones muy buenas que hay que fomentar pero, por favor, que se respeten los pasos de peatones.
Ir a la compra también es un reto para la gente que se preocupa por el ambiente. Hay un montón de etiquetas, las oficiales y otras: ecológico, orgánico, biológico, cero residuos, plastic free... ¿en cuáles aconsejaría fijarse?
En ninguna, yo le diría a la gente que no se deje marear por esas etiquetas porque ninguna garantiza realmente que el producto sea más respetuoso con el medio ambiente. De hecho, ni siquiera la de 'ecológico' porque hace referencia sólo al método de producción. Si se permite que unos kiwis cultivados en Nueva Zelanda se vendan en Europa como ecológico pues ya ves que no te dice nada del medio ambiente. Yo aconsejaría comer más fruta y verdura, y que ésta sea de temporada y proximidad, y sobre todo, que consumir más productos frescos y menos procesados. Eso no solo es una mejora para el medio ambiente, en la mayoría de los casos también para su salud y para su bolsillo.
Considera también una incongruencia el algodón que se vende como orgánico pero necesita gran cantidad de agua para su cultivo.
El algodón ecológico es un cultivo que necesita no sólo mucha agua, también gran cantidad de pesticidas. Curiosamente el algodón más respetuoso con el medio ambiente es el tras*génico. Así que ese sello no garantiza nada. Y por otro lado, el algodón es útil por supuesto para la ropa. Cuanto más tiempo la lleves mejor pero las bolsas de algodón para hacer la compra o llevar comida no tienen nada de ecológicas ni son seguras.
Dice usted que las bolsas de plástico no eran tan dañinas como se presentaron, e incluso las considera una alternativa mejor que las de papel.
Sí. La ventaja de las bolsas de plástico es que se hacen a partir de una fracción del petróleo que no sirve para prácticamente nada. Puedes reutilizarla varias veces y de hecho, en España existe la costumbre de usarlas para la sarama, que es algo que no tiene nada de malo. Pero es verdad que no tenía lógica usar tantas bolsas y salir con cuatro cada vez que ibas al supermercado. Ese era el problema. Pero una vez que llegamos a la conclusión de que hay que reducir su uso no tiene sentido cambiarlas por las de algodón. Tienes que usar 160 veces una bolsa de algodón para amortizar una bolsa de plástico por la energía que requiere fabricarlas. Además, es una guarrada utilizarlas para la comida porque tienes que lavarlas con agua caliente, así que no son recomendables para la compra. Lo mejor sería usar las bolsas reutilizables de rafia o las de polietileno que se pliegan. Las de papel, si no se reciclan y acaban en el vertedero, también contaminan, y prácticamente no se pueden reutilizar. Pero muchas bolsas de plástico llegan al mar y hay animales como las tortugas que se ven afectadas.
Sí, obviamente es un problema pero su impacto está muy localizado y no es un problema europeo.
A todo el mundo le impacta la foto de una tortuga con una bolsa en el estómago pero Europa lo está haciendo bastante bien. Hay que insistir en que la gente tiene que estar más concienciada y recoger la sarama en un entorno natural. Pero en Europa prácticamente no hay residuos plásticos o industriales que acaben en el mar porque tenemos un sistema de gestión bastante eficiente. El problema está muy localizado en los países asiáticos, donde es verdad que la gestión del residuo plástico es un desastre. La esa época en el 2020 de la que yo le hablo también nos ha obligado a usar más productos de usar y tirar por precaución, aumentando los residuos.
¿Cree que será algo temporal?
Espero que sí. Si puedes evitar el plástico evítalo, pero hay que tener claro que la alternativa que elijas sea menos contaminante porque hay casos en los que no, y casos en los que el plástico es imprescindible. El problema que tienen muchas veces las políticas ecologistas es que no se paran a valorar los diferentes casos y los diferentes usos y se prohíbe todo porque si haces una campaña, es mucho más vendible un mensaje de blanco o neցro, de bueno o malo. Imagínate que se prohibiera el plástico, ¿podría la civilización resistirlo? El tema no es prohibirlo sino hacerlo mejor. Y las campañas de los grupos ecologistas se plantean en base a prohibir y eso normalmente es una aberración. Con el plástico hay mucho margen para hacer bien cosas que ahora hacemos mal, empezando por dejarlo en el contenedor adecuado.
Es un firme defensor de los alimentos tras*génicos y asegura que son seguros.
Los ecologistas se oponen a su uso y hay gente que es recelosa a consumirlos, ¿qué les diría? Yo sigo pensando que el debate sobre los tras*génicos nunca le ha preocupado a la gente. La prueba que tengo es que en Europa hay una ley que obliga a etiquetar cualquier tras*génico que se utilice en alimentación y cuando doy una charla y le pregunto a la gente si me pueden decir una marca que los utilice o si cuando van comprar buscan la etiqueta para evitar ese producto, sólo el 1% o el 2% me dice que lo hace. Es un problema más de grupos ecologistas y partidos políticos, que han hecho un marco legal en Europa totalmente inoperante. Si hubiéramos hecho caso a lo que decían los grupos ecologistas en los años 80 y 90 hoy no tendríamos banderilla para la el bichito porque aunque dicen que no se han metido con las aplicaciones en medicina, tengo que decir rotundamente que es mentira. Si vamos a la hemeroteca veremos que pedían prohibir la ingeniería genética en todas sus variantes, y en 2011 hubo un juicio de Greenpeace en Alemania en contra de la investigación con células progenitora. La campaña de tras*génicos de los ecologistas ha sido un rotundo fracaso porque cada vez hay más usos, también en agricultura. En Europa no podemos sembrarlos pero cada vez los importamos más. Es una tecnología que ha funcionado muy bien y ha tenido bastante éxito.
En su libro se muestra crítico con los mensajes catastrofistas sobre el medio ambiente.
Los grupos ecologistas han adoptado una estrategia que me recuerda a la de un grupo religioso, acusarte de que eres un pecador y venderte la salvación. Básicamente la culpa de todos los males del planeta es el ciudadano de a pie cuando yo creo que el ciudadano es más la víctima que el culpable. ¿Tengo yo la culpa del accidente de Chernóbil o de la deforestación de la Amazonía? En todo caso, yo sufriré las consecuencias. Pero si ves las campañas que hacen todos somos culpables menos ellos.
En la misma línea, dice usted que una pancarta o un eslogan pegadizo no va a solucionar nada. ¿No cree que las movilizaciones sirven para presionar a los gobiernos a tomar medidas que están fuera del alcance de los ciudadanos?
Lo siento pero no y te digo por qué. Todas esas movilizaciones están bien porque sirven para concienciar, pero ¿cuáles son las soluciones que proponen? Yo ya sé que hay un problema con el cambio climático pero si en la manifestación me dicen que hay que prohibir las nucleares porque ese es el mensaje que han vendido, digo no. Alemania las ha prohibido y han aumentado la emisiones de CO2 por habitante. El problema de legislar a golpe de movilización es que no se legisla en base de lo que dice la evidencia científica o de los expertos, sino en base del mensaje popular que ha calado. La legislación europea de los tras*génicos tampoco ha tenido en cuenta la evidencia científica, sino las manifestaciones populares, y así nos va. Que un activista me diga las soluciones me da miedo, porque igual no es la persona más capacitada. ¿Está de moda ser ecologista? Creo que ha estado de moda siempre porque es un mensaje muy vendible. Por ejemplo, una empresa o un personaje famoso que viva de su imagen, sabe que la mejor forma de mejorarla es participar en una campaña de un grupo ecologista, y los grupos ecologistas saben que esto les rentabiliza así que se crea una simbiosis interesante. Ser ecologista es una cuestión de imagen, el tema es qué más haces. No tiene sentido hacerte fotos en un glaciar de la Antártida para denunciar el cambio climático cuando tu viaje ha generado unas emisiones salvajes y luego vivir en un ático que tiene la calefacción encendida todo el invierno. Que calculen cuántas emisiones genera una campaña de Greenpeace, que eso no lo dicen nunca.
También dice que en lugar de cambio climático, que considera un concepto vacío, sería más adecuado que usar 'calentamiento global antropogénico'. ¿Qué le parece el término crisis climática que tiende a usarse ahora en muchos medios de comunicación?
Cambio climático es demasiado genérico, y quiere decir otra cosa, es algo que dice una persona que estudia el clima porque el clima siempre ha estado cambiando, y encima parece que sea una cosa lejana. Lo que vivimos ahora es un calentamiento global antropogénico.
Crisis climática tampoco me gusta porque no dice lo que está pasando. Una crisis climática podría ser una glaciación y tampoco tiene por qué ser de origen humano.
En su libro analiza las ventajas y desventajas de las distintas fuentes de energía. Ahora mismo con la tecnología que hay, ¿cómo combinaría las energías disponibles en España, qué porcentaje de cada una idealmente sería más eficiente usar para equilibrar las necesidades de consumo con la lucha contra el calentamiento global?
El problema en España y el mundo es que aunque llevamos mucho tiempo hablando de renovables y nucleares, prácticamente toda la energía viene del carbón, del petróleo y del gas, es decir, de fuentes fósiles que son las que más emisiones tienen. Y es un problema que no solucionamos. Así que hay que decir sí a las renovables pero por sí solas no pueden ser responsables de la energía que necesita un país como España. En primer lugar porque no tenemos tanta potencia instalada y segundo porque necesitamos mucha superficie para producir potencia. No hay España para tanta placa solar, así que puede ser un apoyo pero no la base. Y en tercer lugar, ¿qué haces por la noche? De vez en cuando tenemos la noticia de que el 98% de toda la energía ha sido renovable pero suele ser un día de verano en el que ha hecho mucho viento. Otro día puede ser un 2% porque el mix eléctrico cambia a diario. Así que lo primero es seguir investigando en nuevas formas de energía, porque hay mucho por investigar; ojalá algún día llegue la fusión nuclear y otras formas de energía más eficientes. De momento hay que seguir invirtiendo en renovables, intentar cerrar todas las térmicas y alargar la vida útil de las nucleares.
Enlace: J. M. Mulet, biólogo: "La estrategia de los grupos ecologistas me recuerda a la de los grupos religiosos"