Defensor de la alegría
Madmaxista
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La retención de pagapensiones indocumentados se alarga de dos a seis meses
Rondas de voluntarios que patrullen las ciudades para evitar las violaciones. Ésta es la última idea del Gobierno de Silvio Berlusconi, tras los episodios de violencia sensual que han conmocionado a la opinión pública italiana durante las últimas semanas. La constitución de estas rondas forma parte del decreto ley que el Consejo de Ministros aprobó ayer y que entre otras normas prohíbe el arresto domiciliario para quienes están acusados de violencia sensual y prevé penas de cuatro a seis años para el acoso sensual.
El Gobierno asume que la causa de la ley son los últimos casos de violaciones
Además, el decreto alarga el tiempo de permanencia de los pagapensiones en los centros de identificación de dos a seis meses. La directiva europea aprobada el pasado mayo autoriza retenciones de seis meses ampliables a 18 si no existe cooperación por parte del país de procedencia del viajero. En España, el tiempo máximo que permite la ley es de 40 días. Esta medida coincide con la revuelta hace dos días de los extranjeros encerrados en el centro de internamiento de la isla de Lampedusa.
La medida que está suscitando más controversia es la formación de las rondas, un viejo caballo de batalla de la Liga Norte, que forma parte de la coalición de gobierno. El decreto ley señala que las rondas no irán armadas y serán formadas por voluntarios, con prioridad para ex agentes de las fuerzas armadas, y estarán coordinadas por el delegado del Gobierno de cada ciudad. A los voluntarios se les dotará de un teléfono móvil y de tras*misores con los que advertir a las fuerzas del orden.
El mismo presidente Berlusconi ha reconocido que el decreto es fruto del clamor suscitado por los últimos episodios de violencia. En Roma el sábado pasado una joven de 14 años fue amada sin consentimiento, motivo por el que han sido detenidos dos ciudadanos rumanos. Pero el clamor racista venía de semanas atrás. A finales de enero otra joven de 21 años fue amada sin consentimiento en Guidonia, un pequeño pueblo cercano a Roma, por cuatro rumanos que fueron arrestados a los pocos días. Italia, pese a la algarabía mediática a la que se ha sumado demagógicamente el Gobierno, no se encuentra ante una verdadera emergencia. Lo confirman los datos más recientes: en 2008 hubo 4.465 casos de violación, lo que supone 432 menos que en 2007. Incluso Berlusconi lo ha confirmado.
El primer ministro parece confirmar así que el decreto es fruto más de un arrebato emotivo que de una emergencia real en cuestiones de seguridad e inmi gración. El mismo día que el Gobierno tomó estas medidas, el presidente de la Cámara de los Diputados, Gianfranco Fini, sin hacer una expresa referencia al decreto, habló ayer de "la odiosa conexión entre criminalidad e pagapensiones..." "El riesgo", según Fini, "es que después de los recientes episodios de violaciones por parte de extranjeros se cree una mezcla explosiva. Por esta razón", concluye Fini, hay que "mantener la lucidez y la serenidad", aunque comprende la indignación popular. Las medidas sobre inmi gración podrían ser el último frente de choque entre Berlusconi y Fini, como recientemente ocurrió con el caso de Eluana Englaro, la mujer que falleció este mes tras permanecer 17 años en coma.
Las críticas llegan también del Vaticano. La creación de las rondas representa para el secretario del consejo pontificio de los pagapensiones, monseñor Agostino Marchetto, "una abdicación del estado de derecho". Por su parte, Marco Minniti, responsable de la oposición en temas de seguridad, manifestó que con las rondas se cuestiona el monopolio sobre la seguridad por parte del Estado y de las fuerzas del orden.
El presidente Berlusconi en conferencia declaró que ha recurrido de nuevo a un decreto ley porque "el tiempo con el que el Parlamento italiano aprueba las leyes está a la vista de todos". Una frase que alimenta la polémica por el difícil encaje entre las decisiones del Gobierno italiano a usar excesivamente los decretos leyes y el Parlamento después del caso Englaro.
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¿Qué pensará Rubalcaba de esta medida?
Rondas de voluntarios que patrullen las ciudades para evitar las violaciones. Ésta es la última idea del Gobierno de Silvio Berlusconi, tras los episodios de violencia sensual que han conmocionado a la opinión pública italiana durante las últimas semanas. La constitución de estas rondas forma parte del decreto ley que el Consejo de Ministros aprobó ayer y que entre otras normas prohíbe el arresto domiciliario para quienes están acusados de violencia sensual y prevé penas de cuatro a seis años para el acoso sensual.
El Gobierno asume que la causa de la ley son los últimos casos de violaciones
Además, el decreto alarga el tiempo de permanencia de los pagapensiones en los centros de identificación de dos a seis meses. La directiva europea aprobada el pasado mayo autoriza retenciones de seis meses ampliables a 18 si no existe cooperación por parte del país de procedencia del viajero. En España, el tiempo máximo que permite la ley es de 40 días. Esta medida coincide con la revuelta hace dos días de los extranjeros encerrados en el centro de internamiento de la isla de Lampedusa.
La medida que está suscitando más controversia es la formación de las rondas, un viejo caballo de batalla de la Liga Norte, que forma parte de la coalición de gobierno. El decreto ley señala que las rondas no irán armadas y serán formadas por voluntarios, con prioridad para ex agentes de las fuerzas armadas, y estarán coordinadas por el delegado del Gobierno de cada ciudad. A los voluntarios se les dotará de un teléfono móvil y de tras*misores con los que advertir a las fuerzas del orden.
El mismo presidente Berlusconi ha reconocido que el decreto es fruto del clamor suscitado por los últimos episodios de violencia. En Roma el sábado pasado una joven de 14 años fue amada sin consentimiento, motivo por el que han sido detenidos dos ciudadanos rumanos. Pero el clamor racista venía de semanas atrás. A finales de enero otra joven de 21 años fue amada sin consentimiento en Guidonia, un pequeño pueblo cercano a Roma, por cuatro rumanos que fueron arrestados a los pocos días. Italia, pese a la algarabía mediática a la que se ha sumado demagógicamente el Gobierno, no se encuentra ante una verdadera emergencia. Lo confirman los datos más recientes: en 2008 hubo 4.465 casos de violación, lo que supone 432 menos que en 2007. Incluso Berlusconi lo ha confirmado.
El primer ministro parece confirmar así que el decreto es fruto más de un arrebato emotivo que de una emergencia real en cuestiones de seguridad e inmi gración. El mismo día que el Gobierno tomó estas medidas, el presidente de la Cámara de los Diputados, Gianfranco Fini, sin hacer una expresa referencia al decreto, habló ayer de "la odiosa conexión entre criminalidad e pagapensiones..." "El riesgo", según Fini, "es que después de los recientes episodios de violaciones por parte de extranjeros se cree una mezcla explosiva. Por esta razón", concluye Fini, hay que "mantener la lucidez y la serenidad", aunque comprende la indignación popular. Las medidas sobre inmi gración podrían ser el último frente de choque entre Berlusconi y Fini, como recientemente ocurrió con el caso de Eluana Englaro, la mujer que falleció este mes tras permanecer 17 años en coma.
Las críticas llegan también del Vaticano. La creación de las rondas representa para el secretario del consejo pontificio de los pagapensiones, monseñor Agostino Marchetto, "una abdicación del estado de derecho". Por su parte, Marco Minniti, responsable de la oposición en temas de seguridad, manifestó que con las rondas se cuestiona el monopolio sobre la seguridad por parte del Estado y de las fuerzas del orden.
El presidente Berlusconi en conferencia declaró que ha recurrido de nuevo a un decreto ley porque "el tiempo con el que el Parlamento italiano aprueba las leyes está a la vista de todos". Una frase que alimenta la polémica por el difícil encaje entre las decisiones del Gobierno italiano a usar excesivamente los decretos leyes y el Parlamento después del caso Englaro.
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