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Madmaxista
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Palestinos acusan al ejército Israelí de robar órganos de sus hijos
Donald Boström
PressTV - Swedish author clarifies article on stolen organs
Israel secuestra palestinos para robar sus órganos
“Soy lo que podríais llamar un ‘casamentero' dijo Levy Izhak Rosenbaum de Brooklyn, EE.UU., en una grabación secreta con un agente del FBI, que pretendió ser un cliente. Diez días después, a fines de julio de este año, Rosenbaum fue arrestado en conexión con una amplia red de corrupción descubierta en Nueva Jersey: rabinos, funcionarios elegidos y de confianza se habían involucrado durante años en el lavado de dinero y en tráfico ilegal de órganos, que operaba como una red al estilo Soprano.
Las acusaciones han estremecido la industria estadounidense de los trasplantes. Si es verdad, es el primer tráfico de órganos documentado en EE.UU., dijeron expertos en el New Jersey Real-Time News.
Países muy conocidos por esta actividad ilegal son Pakistán, las Filipinas y China, donde se cree que órganos han sido tomados de prisioneros ejecutados. Pero los palestinos tienen fuertes sospechas de que sus jóvenes han sido capturados (...) . Una sospecha muy seria que plantea suficientes dudas como para que el TPI, Tribunal Penal Internacional, debiera definitivamente abrir una investigación de si se trata de un caso de crímenes de guerra israelíes.
Israel ha estado repetidamente en dificultades por su manera poco ética de ocuparse de órganos y trasplantes. Países que incluyen a Francia ya interrumpieron la cooperación al respecto con Israel en los años noventa, y el Jerusalem Post escribió que “se espera que otros países en Europa sigan pronto el ejemplo de Francia.”
La mitad de los nuevos riñones que los israelíes han implantado desde comienzos de la década del 2000 han sido comprados ilegalmente de Turquía, Europa Oriental o Latinoamérica. Las autoridades sanitarias israelíes están perfectamente informadas del negocio, pero no hacen nada por detenerlo. En 2003 se reveló en una conferencia que Israel es el único país occidental en el que la profesión médica no condena el tráfico ilegal de órganos o emprende alguna acción contra los doctores involucrados en ese comercio criminal. Al contrario, importantes médicos en los principales hospitales participan en la mayoría de los trasplantes ilegales, según
Dagens Nyheter (5 de diciembre de 2003).
(...) durante esa campaña por órganos, desaparecieron jóvenes palestinos y fueron devueltos de noche a sus aldeas cinco días después, muertos y hendidos.
Las noticias sobre los cuerpos mutilados aterrorizaron a la población en Cisjordania y Gaza. Se habló de un aumento dramático en la cantidad de jóvenes desaparecidos con los subsiguientes funerales nocturnos de cuerpos autopsiados.
Yo estaba en el área trabajando en la preparación de un libro cuando personal de la ONU, preocupado por los acontecimientos, se puso varias veces en contacto conmigo. Los que lo hicieron pensaban que realmente había tenido lugar el robo de órganos, pero no estaban en condiciones de hacer algo. Por cuenta de una compañía de televisión, anduve por ahí y hablé con una gran cantidad de familias palestinas en Cisjordania y Gaza, que dijeron que a sus hijos les habían robado órganos antes de ser asesinados. Uno de los ejemplos que vi en ese espeluznante viaje fue el de un joven lanzador de piedras, Bilal Achmed Ghanan.
Era casi medianoche cuando se escuchó el ruido de motores de una columna militar israelí en los alrededores de la aldea Imatin en el norte de Cisjordania. Los dos mil habitantes de la aldea permanecieron despiertos y se quedaron como sombras silenciosas en la oscuridad. Algunos estaban sobre los techos, otros detrás de cortinas, casas o árboles, que los protegían en las tinieblas durante el toque de queda, pero les permitían ver claramente lo que se convertiría en un cementerio para el primer mártir de la aldea. Los militares habían cortado toda la electricidad alrededor de la aldea y el lugar fue convertido en un área de exclusión militar – ni un gato podía moverse al aire libre sin arriesgar su vida. El ensordecedor silencio de la oscuridad sólo era interrumpido por sollozos quedos y no puedo recordar si lo que nos hacía estremecer era el frío o la excitación. Cinco días antes, el 13 de mayo de 1992, una fuerza especial israelí había organizado una emboscada en la carpintería de la aldea. Su objetivo era Bilal Achmed Ghanan, de 19 años, uno de los activos jóvenes palestinos que lanzaban piedras y dificultaban la vida de la potencia ocupante.
Bilal Ghanan era uno de los principales lanzadores de piedras, y los israelíes lo habían buscado durante un par de años. Eso significó que él, junto con otros chicos que lanzaban piedras, vivía al aire libre en los cerros de Nablus. Ser capturado significaba la fin, y las historias sobre la tortura no mejoraban las cosas (...)
(...)Cuando Bilal estuvo suficientemente cerca, sólo tuvieron que apretar el gatillo. El primer tiro dio en su pecho. Según aldeanos que presenciaron el incidente, luego le dispararon en cada pierna. Entonces dos soldados salieron corriendo de la carpintería y le dispararon una vez más en el estómago. Finalmente, lo tomaron por los pies y lo arrastraron por los 20 peldaños de la escalera de piedra de la carpintería. Los aldeanos dicen que personal de la ONU y de la Media Luna Roja que estaba cerca y oyó los tiros llegó para atender a los heridos. La discusión sobre quién se ocuparía de la víctima terminó cuando la fuerza israelí cargó al gravemente herido Bilal en un jeep y lo condujo hacia el exterior de la aldea. Allí los esperaba un helicóptero militar que se llevó a Bilal con destino desconocido.
Cinco días después lo devolvieron en la oscuridad, muerto y envuelto en tejido verde del hospital. Cuando la columna militar que había recogido a Bilal del centro de autopsia Abu Kabir en las afueras de Tel Aviv se detuvo en el lugar de su sepultura, alguien reconoció al jefe militar israelí como capitán Yahya. “El más difícil de todos ellos,” murmuró en mi oído la persona en la oscuridad. Cuando los hombres del capitán Yahya cargaron el cuerpo y cambiaron el tejido verde por uno de algodón ligero, unos pocos parientes varones fueron escogidos para hacer el trabajo: excavar el suelo y mezclar cemento.
(...) Cuando bajaron a Bilal a la tumba, se descubrió su pecho y los pocos presentes repentinamente vieron el abuso al que había sido sometido. Bilal no era el primero en ser enterrado con un corte desde el abdomen hasta el mentón y la especulación sobre la intención había sido incontrolada.
Las familias palestinas afectadas en Cisjordania y Gaza estaban seguras de lo que había ocurrido a sus hijos. “Nuestros hijos fueron utilizados como donantes forzados de órganos,” me dijeron parientes de Khaled de Nablus, así como la progenitora de Raed de Jenin y los tíos de Mahmod y Nafes de Gaza, todos los cuales desaparecieron durante varios días y volvieron tarde de noche, muertos y hendidos.
¿Por qué tuvieron los cuerpos hasta cinco días antes de que los pudiéramos enterrar? ¿Qué sucedió con los cuerpos mientras tanto? ¿Y para qué la autopsia si la causa de fin es obvia, y en todos los casos contra nuestra voluntad? ¿Y por qué devuelven los cuerpos durante la noche? ¿Y por qué con una escolta militar? ¿Y por qué clausuran el área para el funeral? ¿Y por qué cortan la electricidad? Las preguntas del tío de Nafes son muchas e indignadas.
Las familias de los palestinos asesinados ya no tenían preguntas al respecto.
El portavoz del ejército israelí, por su parte, dijo que las afirmaciones sobre robos de órganos eran inventos de los palestinos. Todos los palestinos que fueron muertos fueron sometidos rutinariamente a autopsias, dijo.
Bilal Achmed Ghanem fue uno de 133 palestinos muertos de diversas maneras ese año. Según estadísticas palestinas, las causas de las muertes fueron: tiroteos callejeros, explosiones, golpizas, gas lacrimógeno, atropellos intencionales, ahorcamientos en prisión, disparos en escuelas, muertos en casa, etc. De las 133 personas muertas desde cuatro meses hasta 88 años, 69 fueron autopsiadas, es decir sólo la mitad de los muertos. La autopsia rutinaria de los palestinos muertos mencionada por el vocero del ejército no es la realidad en los Territorios Ocupados. Las preguntas siguen existiendo.
Sabemos que la necesidad de órganos en Israel es grande, que desde hace tiempo existe un amplio tráfico ilegal de órganos; que es realizado con el beneplácito de las autoridades, que hay doctores importantes involucrados en los principales hospitales, así como funcionarios a diferentes niveles. Y sabemos que los jóvenes palestinos desaparecieron, y que fueron devueltos cinco días después en secreto, durante la noche, hendidos y vueltos a coser.
Es hora de hacer la luz sobre esta macabra actividad y de lo que sucede y ha estado sucediendo en los territorios ocupados por Israel desde que comenzó la Intifada.
…….
Donald Boström es periodista, fotógrafo y autor, entre otras obras, del libro “Inshallah” (Ordfront förlag 2003).
Altos cargos y portavoces israelíes han estado clamando contra un importante periódico sueco por haber publicado un reportaje en el que se afirmaba que el ejército de ocupación israelí asesina a palestinos para trasplantar sus órganos a pacientes judíos.
Bostrom cita a un testigo palestino que describe un caso en que el ejército de ocupación israelí mató de un disparo a un joven palestino de un pueblo de Cisjordania y después le extirpó los órganos. La víctima palestina ha sido identificada como Bilal Ahmed Ghniyan. “Se lo llevó un helicóptero militar y el ejército lo trajo cinco días después, muerto. Cuando su familia lo enterró vio una larga costura desde el estómago a la barbilla”.
El portavoz israelí Yigal Palmor afirmó que el periódico sueco “había convertido la demonización de Israel en una causa sagrada”.
Otros altos cargos israelíes amenazaron con denunciar al periódico sueco por calumnias y afirmaron que el reportaje era una expresión de antisemitismo.
Precedente
En enero de 2002 un ministro israelí admitió tácitamente que órganos extirpados de cuerpos de víctimas palestinas podían haber sido utilizados para ser trasplantados a pacientes judíos sin que lo supieran las familias de las víctimas palestinas.
En respuesta a la pregunta de un miembro árabe del Knesset [parlamento israelí] el ministro, Nessim Dahan, afirmó que no podía negar o confirmar que el ejército hubiera extirpado los órganos de jóvenes y niños palestinos para trasplantes o para investigación científica: “No podría afirmar con seguridad que no ocurriera algo de eso”.
Se cree que el miembro árabe del Knesset que hizo la pregunta a Dahan es Ahmed Teibi, quien señaló que había recibido “pruebas creíbles” que demostraban que médicos israelíes del instituto forense de Abu Kabir habían extraído órganos vitales como el corazón, los riñones y el hígado de los cuerpos de jóvenes y niños palestinos a los que había apiolado el ejército israelí en Gaza y Cisjordania.
En una entrevista de la televisión al-Jazeera en 2002 el difunto dirigente palestino Yasser Arafat acusó al régimen de apartheid israelí de asesinar bebés, niños y jóvenes palestinos y de quitarles sus órganos para trasplantes: “Asesinan a nuestros niños y utilizan sus órganos como piezas de recambio. ¿Por qué calla el mundo entero? Israel se aprovecha de este silencio para intensificar su opresión y terror contra nuestro pueblo”, afirmó un enfadado presidente Arafat.
Durante la entrevista, que tuvo lugar el 14 de enero de 2002, Arafat mostró fotos de los cuerpos mutilados de los niños.
“No estoy preocupado por mí mismo”, afirmó el presidente cuando estaba bajo arresto domiciliario, “estoy preocupado por el pueblo palestino que está bajo asedio desde hace quince meses”.
Israel había admitido que médicos del Instituto L. Greenberg de medicina forense en Abu Kabir habían extirpado los órganos de tres jóvenes palestinos a los que había apiolado el ejército israelí cerca de Khan Younis. Diez días después los cuerpos fueron devueltos a sus familias para que los enterraran, pero les habían extirpado los órganos y los ojos.
Israel nunca llevó a cabo una investigación seria sobre éste y otros incidentes relacionados con la extirpación de órganos vitales de los cuerpos de víctimas palestinas asesinadas por las fuerzas de ocupación israelíes.
Según la periodista Saira Soufan, la extirpación ilegal de órganos de soldados y combatientes palestinos está documentado desde antes de los años noventa. “Una vez que los cuerpos de los soldados [palestinos] se devolvían a las familias en duelo, se descubría el robo de sus órganos durante el proceso del entierro. Las cavidades vacías habían sido rellenadas con materiales de desecho, como algodón, mangueras de jardinería y palos de escoba, y después cosidas a consecuencia de la llamada ‘autopsia’”.
De manera esporádica, las autoridades israelíes han robado los órganos de turistas muertos en Israel. Un caso al que no se dio publicidad ocurrió en 1998 cuando un escocés, Alistair Sinclair, murió en circunstancias misteriosas en un calabozo del aeropuerto de Ben-Gurion [en Tel Avivi]. Su familia denunció a las autoridades israelíes cuando descubrió que faltaban el corazón de su hijo y otros órganos. A su progenitora le enviaron otro corazón y otros órganos, pero ella nunca creyó que fueran los de su hijo.
Donald Boström
PressTV - Swedish author clarifies article on stolen organs
Israel secuestra palestinos para robar sus órganos
“Soy lo que podríais llamar un ‘casamentero' dijo Levy Izhak Rosenbaum de Brooklyn, EE.UU., en una grabación secreta con un agente del FBI, que pretendió ser un cliente. Diez días después, a fines de julio de este año, Rosenbaum fue arrestado en conexión con una amplia red de corrupción descubierta en Nueva Jersey: rabinos, funcionarios elegidos y de confianza se habían involucrado durante años en el lavado de dinero y en tráfico ilegal de órganos, que operaba como una red al estilo Soprano.
Las acusaciones han estremecido la industria estadounidense de los trasplantes. Si es verdad, es el primer tráfico de órganos documentado en EE.UU., dijeron expertos en el New Jersey Real-Time News.
Países muy conocidos por esta actividad ilegal son Pakistán, las Filipinas y China, donde se cree que órganos han sido tomados de prisioneros ejecutados. Pero los palestinos tienen fuertes sospechas de que sus jóvenes han sido capturados (...) . Una sospecha muy seria que plantea suficientes dudas como para que el TPI, Tribunal Penal Internacional, debiera definitivamente abrir una investigación de si se trata de un caso de crímenes de guerra israelíes.
Israel ha estado repetidamente en dificultades por su manera poco ética de ocuparse de órganos y trasplantes. Países que incluyen a Francia ya interrumpieron la cooperación al respecto con Israel en los años noventa, y el Jerusalem Post escribió que “se espera que otros países en Europa sigan pronto el ejemplo de Francia.”
La mitad de los nuevos riñones que los israelíes han implantado desde comienzos de la década del 2000 han sido comprados ilegalmente de Turquía, Europa Oriental o Latinoamérica. Las autoridades sanitarias israelíes están perfectamente informadas del negocio, pero no hacen nada por detenerlo. En 2003 se reveló en una conferencia que Israel es el único país occidental en el que la profesión médica no condena el tráfico ilegal de órganos o emprende alguna acción contra los doctores involucrados en ese comercio criminal. Al contrario, importantes médicos en los principales hospitales participan en la mayoría de los trasplantes ilegales, según
Dagens Nyheter (5 de diciembre de 2003).
(...) durante esa campaña por órganos, desaparecieron jóvenes palestinos y fueron devueltos de noche a sus aldeas cinco días después, muertos y hendidos.
Las noticias sobre los cuerpos mutilados aterrorizaron a la población en Cisjordania y Gaza. Se habló de un aumento dramático en la cantidad de jóvenes desaparecidos con los subsiguientes funerales nocturnos de cuerpos autopsiados.
Yo estaba en el área trabajando en la preparación de un libro cuando personal de la ONU, preocupado por los acontecimientos, se puso varias veces en contacto conmigo. Los que lo hicieron pensaban que realmente había tenido lugar el robo de órganos, pero no estaban en condiciones de hacer algo. Por cuenta de una compañía de televisión, anduve por ahí y hablé con una gran cantidad de familias palestinas en Cisjordania y Gaza, que dijeron que a sus hijos les habían robado órganos antes de ser asesinados. Uno de los ejemplos que vi en ese espeluznante viaje fue el de un joven lanzador de piedras, Bilal Achmed Ghanan.
Era casi medianoche cuando se escuchó el ruido de motores de una columna militar israelí en los alrededores de la aldea Imatin en el norte de Cisjordania. Los dos mil habitantes de la aldea permanecieron despiertos y se quedaron como sombras silenciosas en la oscuridad. Algunos estaban sobre los techos, otros detrás de cortinas, casas o árboles, que los protegían en las tinieblas durante el toque de queda, pero les permitían ver claramente lo que se convertiría en un cementerio para el primer mártir de la aldea. Los militares habían cortado toda la electricidad alrededor de la aldea y el lugar fue convertido en un área de exclusión militar – ni un gato podía moverse al aire libre sin arriesgar su vida. El ensordecedor silencio de la oscuridad sólo era interrumpido por sollozos quedos y no puedo recordar si lo que nos hacía estremecer era el frío o la excitación. Cinco días antes, el 13 de mayo de 1992, una fuerza especial israelí había organizado una emboscada en la carpintería de la aldea. Su objetivo era Bilal Achmed Ghanan, de 19 años, uno de los activos jóvenes palestinos que lanzaban piedras y dificultaban la vida de la potencia ocupante.
Bilal Ghanan era uno de los principales lanzadores de piedras, y los israelíes lo habían buscado durante un par de años. Eso significó que él, junto con otros chicos que lanzaban piedras, vivía al aire libre en los cerros de Nablus. Ser capturado significaba la fin, y las historias sobre la tortura no mejoraban las cosas (...)
(...)Cuando Bilal estuvo suficientemente cerca, sólo tuvieron que apretar el gatillo. El primer tiro dio en su pecho. Según aldeanos que presenciaron el incidente, luego le dispararon en cada pierna. Entonces dos soldados salieron corriendo de la carpintería y le dispararon una vez más en el estómago. Finalmente, lo tomaron por los pies y lo arrastraron por los 20 peldaños de la escalera de piedra de la carpintería. Los aldeanos dicen que personal de la ONU y de la Media Luna Roja que estaba cerca y oyó los tiros llegó para atender a los heridos. La discusión sobre quién se ocuparía de la víctima terminó cuando la fuerza israelí cargó al gravemente herido Bilal en un jeep y lo condujo hacia el exterior de la aldea. Allí los esperaba un helicóptero militar que se llevó a Bilal con destino desconocido.
Cinco días después lo devolvieron en la oscuridad, muerto y envuelto en tejido verde del hospital. Cuando la columna militar que había recogido a Bilal del centro de autopsia Abu Kabir en las afueras de Tel Aviv se detuvo en el lugar de su sepultura, alguien reconoció al jefe militar israelí como capitán Yahya. “El más difícil de todos ellos,” murmuró en mi oído la persona en la oscuridad. Cuando los hombres del capitán Yahya cargaron el cuerpo y cambiaron el tejido verde por uno de algodón ligero, unos pocos parientes varones fueron escogidos para hacer el trabajo: excavar el suelo y mezclar cemento.
(...) Cuando bajaron a Bilal a la tumba, se descubrió su pecho y los pocos presentes repentinamente vieron el abuso al que había sido sometido. Bilal no era el primero en ser enterrado con un corte desde el abdomen hasta el mentón y la especulación sobre la intención había sido incontrolada.
Las familias palestinas afectadas en Cisjordania y Gaza estaban seguras de lo que había ocurrido a sus hijos. “Nuestros hijos fueron utilizados como donantes forzados de órganos,” me dijeron parientes de Khaled de Nablus, así como la progenitora de Raed de Jenin y los tíos de Mahmod y Nafes de Gaza, todos los cuales desaparecieron durante varios días y volvieron tarde de noche, muertos y hendidos.
¿Por qué tuvieron los cuerpos hasta cinco días antes de que los pudiéramos enterrar? ¿Qué sucedió con los cuerpos mientras tanto? ¿Y para qué la autopsia si la causa de fin es obvia, y en todos los casos contra nuestra voluntad? ¿Y por qué devuelven los cuerpos durante la noche? ¿Y por qué con una escolta militar? ¿Y por qué clausuran el área para el funeral? ¿Y por qué cortan la electricidad? Las preguntas del tío de Nafes son muchas e indignadas.
Las familias de los palestinos asesinados ya no tenían preguntas al respecto.
El portavoz del ejército israelí, por su parte, dijo que las afirmaciones sobre robos de órganos eran inventos de los palestinos. Todos los palestinos que fueron muertos fueron sometidos rutinariamente a autopsias, dijo.
Bilal Achmed Ghanem fue uno de 133 palestinos muertos de diversas maneras ese año. Según estadísticas palestinas, las causas de las muertes fueron: tiroteos callejeros, explosiones, golpizas, gas lacrimógeno, atropellos intencionales, ahorcamientos en prisión, disparos en escuelas, muertos en casa, etc. De las 133 personas muertas desde cuatro meses hasta 88 años, 69 fueron autopsiadas, es decir sólo la mitad de los muertos. La autopsia rutinaria de los palestinos muertos mencionada por el vocero del ejército no es la realidad en los Territorios Ocupados. Las preguntas siguen existiendo.
Sabemos que la necesidad de órganos en Israel es grande, que desde hace tiempo existe un amplio tráfico ilegal de órganos; que es realizado con el beneplácito de las autoridades, que hay doctores importantes involucrados en los principales hospitales, así como funcionarios a diferentes niveles. Y sabemos que los jóvenes palestinos desaparecieron, y que fueron devueltos cinco días después en secreto, durante la noche, hendidos y vueltos a coser.
Es hora de hacer la luz sobre esta macabra actividad y de lo que sucede y ha estado sucediendo en los territorios ocupados por Israel desde que comenzó la Intifada.
…….
Donald Boström es periodista, fotógrafo y autor, entre otras obras, del libro “Inshallah” (Ordfront förlag 2003).
Altos cargos y portavoces israelíes han estado clamando contra un importante periódico sueco por haber publicado un reportaje en el que se afirmaba que el ejército de ocupación israelí asesina a palestinos para trasplantar sus órganos a pacientes judíos.
Bostrom cita a un testigo palestino que describe un caso en que el ejército de ocupación israelí mató de un disparo a un joven palestino de un pueblo de Cisjordania y después le extirpó los órganos. La víctima palestina ha sido identificada como Bilal Ahmed Ghniyan. “Se lo llevó un helicóptero militar y el ejército lo trajo cinco días después, muerto. Cuando su familia lo enterró vio una larga costura desde el estómago a la barbilla”.
El portavoz israelí Yigal Palmor afirmó que el periódico sueco “había convertido la demonización de Israel en una causa sagrada”.
Otros altos cargos israelíes amenazaron con denunciar al periódico sueco por calumnias y afirmaron que el reportaje era una expresión de antisemitismo.
Precedente
En enero de 2002 un ministro israelí admitió tácitamente que órganos extirpados de cuerpos de víctimas palestinas podían haber sido utilizados para ser trasplantados a pacientes judíos sin que lo supieran las familias de las víctimas palestinas.
En respuesta a la pregunta de un miembro árabe del Knesset [parlamento israelí] el ministro, Nessim Dahan, afirmó que no podía negar o confirmar que el ejército hubiera extirpado los órganos de jóvenes y niños palestinos para trasplantes o para investigación científica: “No podría afirmar con seguridad que no ocurriera algo de eso”.
Se cree que el miembro árabe del Knesset que hizo la pregunta a Dahan es Ahmed Teibi, quien señaló que había recibido “pruebas creíbles” que demostraban que médicos israelíes del instituto forense de Abu Kabir habían extraído órganos vitales como el corazón, los riñones y el hígado de los cuerpos de jóvenes y niños palestinos a los que había apiolado el ejército israelí en Gaza y Cisjordania.
En una entrevista de la televisión al-Jazeera en 2002 el difunto dirigente palestino Yasser Arafat acusó al régimen de apartheid israelí de asesinar bebés, niños y jóvenes palestinos y de quitarles sus órganos para trasplantes: “Asesinan a nuestros niños y utilizan sus órganos como piezas de recambio. ¿Por qué calla el mundo entero? Israel se aprovecha de este silencio para intensificar su opresión y terror contra nuestro pueblo”, afirmó un enfadado presidente Arafat.
Durante la entrevista, que tuvo lugar el 14 de enero de 2002, Arafat mostró fotos de los cuerpos mutilados de los niños.
“No estoy preocupado por mí mismo”, afirmó el presidente cuando estaba bajo arresto domiciliario, “estoy preocupado por el pueblo palestino que está bajo asedio desde hace quince meses”.
Israel había admitido que médicos del Instituto L. Greenberg de medicina forense en Abu Kabir habían extirpado los órganos de tres jóvenes palestinos a los que había apiolado el ejército israelí cerca de Khan Younis. Diez días después los cuerpos fueron devueltos a sus familias para que los enterraran, pero les habían extirpado los órganos y los ojos.
Israel nunca llevó a cabo una investigación seria sobre éste y otros incidentes relacionados con la extirpación de órganos vitales de los cuerpos de víctimas palestinas asesinadas por las fuerzas de ocupación israelíes.
Según la periodista Saira Soufan, la extirpación ilegal de órganos de soldados y combatientes palestinos está documentado desde antes de los años noventa. “Una vez que los cuerpos de los soldados [palestinos] se devolvían a las familias en duelo, se descubría el robo de sus órganos durante el proceso del entierro. Las cavidades vacías habían sido rellenadas con materiales de desecho, como algodón, mangueras de jardinería y palos de escoba, y después cosidas a consecuencia de la llamada ‘autopsia’”.
De manera esporádica, las autoridades israelíes han robado los órganos de turistas muertos en Israel. Un caso al que no se dio publicidad ocurrió en 1998 cuando un escocés, Alistair Sinclair, murió en circunstancias misteriosas en un calabozo del aeropuerto de Ben-Gurion [en Tel Avivi]. Su familia denunció a las autoridades israelíes cuando descubrió que faltaban el corazón de su hijo y otros órganos. A su progenitora le enviaron otro corazón y otros órganos, pero ella nunca creyó que fueran los de su hijo.