El Pionero
Alcalde y presidente de Fútbol Paco premium
"Me han negado el acceso a los probadores", afirman varios clientes de tiendas de Inditex. ¿El motivo? Que los cambiadores no eran adecuados para el género que los dependientes han creído que les corresponden. Las firmas textiles dividen sus probadores entre 'hombres' y 'mujeres', siguiendo los estereotipos de género y considerando sólo como tales a quienes nacen con ese mismo sesso. Desde Público, hemos podido hablar con varias personas de identidades de género distintas que han confirmado que les han impedido pasar a los vestuarios.
Uno de ellos es el sociólogo Lucas Platero que denunció por redes sociales esta discriminación del Zara de la calle Carretas de Madrid. "Me regalaron una camiseta que me quedaba algo pequeña y fui a cambiarla por otra. Entré una vez a probarme una y no me convenció así que me fui a por otra. En esta segunda vez, me vio la dependienta y me dijo que no podía pasar: debía ir a una planta más apropiada a mi sesso", cuenta a Público Platero. "Yo les dije que estaban locos. Te hacen sentir como un delincuente por hacer una compra. Pedí el número de reclamaciones y al principio ni me lo querían dar. Al final lo conseguí y puse una queja".
"La dependienta decía que era política de la empresa, aunque la empresa después me dijo que esa política no existe y que respetan todas las diversidades", explica Platero. De hecho, cuando leyó el Community Manager de Zara la denuncia por Twitter le escribió de forma pública dejando claro que había sido un hecho aislado y que revisarían el caso.
Otro cliente de Bershka, que se identifica con el "género fluido" y prefiere mantener su anonimato, también cuenta una experiencia parecida. "Quería probarme unos pantalones de la sección de 'hombres', pero no me dejaron porque mi aspecto no corresponde al de un 'hombre'. Tampoco podía probarme los pantalones de 'hombre' en la sección de 'mujer', así que me tuve que ir sin hacer la compra”, cuenta. Cuando se quejó, la dependienta que le atendió también le dijo que era política de empresa.
Desde Inditex, como también le dijeron a Platero, han negado a Público que esa "política de probadores" de la empresa exista. Además, han afirmado que están revisando los casos publicados en este artículo. "Hay aquí una gran contradicción entre el marketing y lo que hacen en realidad", denuncia Platero.
Contradicciones de las firmas que llegan hasta el punto de chocar con hacer una propia colección ungendered (sin género) en Zara y que tampoco puedan probarse esas prendas en cambiadores distintos al género que corresponde con el sesso con el que naces. Mara Mariño lo denunció en su blog Mara viste y calza, en el que contó que no dejaron que un hombre entrara a probarse ropa de esta colección en un cambiador de 'mujeres'. Además, señaló que las prendas de la colección no eran más que "dos percheros: un modelo de vaqueros, dos modelos de camisetas con y sin tirantes, una especie de jersey de manga larga y pantalones de algodón chandaleros. Todo liso, sin estampados ni diseños, ni cortes originales. ni nada". En palabras de Mariño, "por lo visto para Zara, si no te identificas con un género no te identificas con nada más en esta vida que un chándal y ropa sin ningún tipo de atractivo".
Reflejo de la tras*fobia y del sexismo de nuestra sociedad
"¿Qué problema puede haber en que me pruebe una camiseta que está a la venta para hombres?", lanzaba hace unos días otra de las clientes de Bershka por Facebook, Marisa Robles. Quería comprarse una camiseta de la sección de hombres en el Bershka de Gran Vía, de la planta de arriba. Pero no le dejaban probarse la camiseta en el probador de esta planta porque sólo es para hombres. Tampoco le dejaban bajar a la parte de mujeres con ropa de hombres. "El problema no es que yo me haya sentido mal por esto. El problema es que, si yo, una persona cisgénero, me he sentido mal y avergonzada por querer comprarme una simple camiseta, no quiero saber como se puede llegar a sentir una persona tras*, género fluido, queer o cualquiera ante un tipo de discriminación tan clara", denunciaba por la red social.
" Lo que hacen es una vigilancia sobre quiénes somos según el género. Es extraño porque estas tiendas tienen todos tipos de ropa para todo el mundo: hay chicas muy delgadas que se ponen ropa de niña y no dicen nada, pero aquí sí", denuncia Platero. Por esto, se señala como una discriminación tránsfoba, sexista y clasista: "Tengo la sensación de que a estas tiendas que están en sitios tan señalados algunas personas les hacemos 'feos' y rompemos con sus políticas de mujeres y hombres completamente definidos, cuando no todos los hombres son peludos o fuertes, ni todas las mujeres delgadas ni les gusta el rosa o determinado tipo de ropa".
La denunciada hipocresía de la empresa
No es la primera vez que las marcas de Inditex suscitan una polémica y es denunciada por "sexista" o "hipócrita". El pasado marzo las redes sociales se llenaron de quejas ante la campaña de Zara “Love your curves (Ama tus curvas)” con dos modelos muy delgadas.
Grupos de mujeres denunciaron mensajes de Inditex con frases como “Tu feminismo explota a las mujeres”
Lo mismo ocurrió cuando las firmas textiles del grupo propiedad de Amancio Ortega comenzaron a vender camisetas con mensajes 'feministas'. Muchos grupos denunciaron que estas empresas lancen mensajes de empoderamiento femenino, mientras en las tiendas no existe igualdad salarial o se mantienen los estereotipos y cánones de belleza. Grupos como Scum Girls lanzaron pegatinas como "Camisetas feministas, pero sólo hasta la talla 38" o "Tu 'feminismo' explota a las mujeres en Bangladesh".
Tampoco se puede olvidar la lucha de las propias trabajadoras que han denunciado la desigualdad y precariedad laboral de muchas de las empleadas de las firmas. Tras nueve jornadas de huelga, las trabajadoras consiguieron que el grupo Inditex extendiera al personal de sus tiendas las mejoras salariales en las provincias de Lugo y Ourense que habían obtenido las trabajadoras en las tiendas de Bershka de Pontevedra. Esto supone una "conquista" en palabras de las empleadas porque, como cuentan, "su política laboral se basa en buena parte en mantener condiciones salariales y laborales completamente distintas", provocando grandes desigualdades entre grupos de misma actividad y mismo trabajo.
DISCRIMINACIÓN: Sexismo y tras*fobia en las tiendas de Inditex | Diario Público
Uno de ellos es el sociólogo Lucas Platero que denunció por redes sociales esta discriminación del Zara de la calle Carretas de Madrid. "Me regalaron una camiseta que me quedaba algo pequeña y fui a cambiarla por otra. Entré una vez a probarme una y no me convenció así que me fui a por otra. En esta segunda vez, me vio la dependienta y me dijo que no podía pasar: debía ir a una planta más apropiada a mi sesso", cuenta a Público Platero. "Yo les dije que estaban locos. Te hacen sentir como un delincuente por hacer una compra. Pedí el número de reclamaciones y al principio ni me lo querían dar. Al final lo conseguí y puse una queja".
"La dependienta decía que era política de la empresa, aunque la empresa después me dijo que esa política no existe y que respetan todas las diversidades", explica Platero. De hecho, cuando leyó el Community Manager de Zara la denuncia por Twitter le escribió de forma pública dejando claro que había sido un hecho aislado y que revisarían el caso.
Otro cliente de Bershka, que se identifica con el "género fluido" y prefiere mantener su anonimato, también cuenta una experiencia parecida. "Quería probarme unos pantalones de la sección de 'hombres', pero no me dejaron porque mi aspecto no corresponde al de un 'hombre'. Tampoco podía probarme los pantalones de 'hombre' en la sección de 'mujer', así que me tuve que ir sin hacer la compra”, cuenta. Cuando se quejó, la dependienta que le atendió también le dijo que era política de empresa.
Desde Inditex, como también le dijeron a Platero, han negado a Público que esa "política de probadores" de la empresa exista. Además, han afirmado que están revisando los casos publicados en este artículo. "Hay aquí una gran contradicción entre el marketing y lo que hacen en realidad", denuncia Platero.
Contradicciones de las firmas que llegan hasta el punto de chocar con hacer una propia colección ungendered (sin género) en Zara y que tampoco puedan probarse esas prendas en cambiadores distintos al género que corresponde con el sesso con el que naces. Mara Mariño lo denunció en su blog Mara viste y calza, en el que contó que no dejaron que un hombre entrara a probarse ropa de esta colección en un cambiador de 'mujeres'. Además, señaló que las prendas de la colección no eran más que "dos percheros: un modelo de vaqueros, dos modelos de camisetas con y sin tirantes, una especie de jersey de manga larga y pantalones de algodón chandaleros. Todo liso, sin estampados ni diseños, ni cortes originales. ni nada". En palabras de Mariño, "por lo visto para Zara, si no te identificas con un género no te identificas con nada más en esta vida que un chándal y ropa sin ningún tipo de atractivo".
Reflejo de la tras*fobia y del sexismo de nuestra sociedad
"¿Qué problema puede haber en que me pruebe una camiseta que está a la venta para hombres?", lanzaba hace unos días otra de las clientes de Bershka por Facebook, Marisa Robles. Quería comprarse una camiseta de la sección de hombres en el Bershka de Gran Vía, de la planta de arriba. Pero no le dejaban probarse la camiseta en el probador de esta planta porque sólo es para hombres. Tampoco le dejaban bajar a la parte de mujeres con ropa de hombres. "El problema no es que yo me haya sentido mal por esto. El problema es que, si yo, una persona cisgénero, me he sentido mal y avergonzada por querer comprarme una simple camiseta, no quiero saber como se puede llegar a sentir una persona tras*, género fluido, queer o cualquiera ante un tipo de discriminación tan clara", denunciaba por la red social.
" Lo que hacen es una vigilancia sobre quiénes somos según el género. Es extraño porque estas tiendas tienen todos tipos de ropa para todo el mundo: hay chicas muy delgadas que se ponen ropa de niña y no dicen nada, pero aquí sí", denuncia Platero. Por esto, se señala como una discriminación tránsfoba, sexista y clasista: "Tengo la sensación de que a estas tiendas que están en sitios tan señalados algunas personas les hacemos 'feos' y rompemos con sus políticas de mujeres y hombres completamente definidos, cuando no todos los hombres son peludos o fuertes, ni todas las mujeres delgadas ni les gusta el rosa o determinado tipo de ropa".
La denunciada hipocresía de la empresa
No es la primera vez que las marcas de Inditex suscitan una polémica y es denunciada por "sexista" o "hipócrita". El pasado marzo las redes sociales se llenaron de quejas ante la campaña de Zara “Love your curves (Ama tus curvas)” con dos modelos muy delgadas.
Grupos de mujeres denunciaron mensajes de Inditex con frases como “Tu feminismo explota a las mujeres”
Lo mismo ocurrió cuando las firmas textiles del grupo propiedad de Amancio Ortega comenzaron a vender camisetas con mensajes 'feministas'. Muchos grupos denunciaron que estas empresas lancen mensajes de empoderamiento femenino, mientras en las tiendas no existe igualdad salarial o se mantienen los estereotipos y cánones de belleza. Grupos como Scum Girls lanzaron pegatinas como "Camisetas feministas, pero sólo hasta la talla 38" o "Tu 'feminismo' explota a las mujeres en Bangladesh".
Tampoco se puede olvidar la lucha de las propias trabajadoras que han denunciado la desigualdad y precariedad laboral de muchas de las empleadas de las firmas. Tras nueve jornadas de huelga, las trabajadoras consiguieron que el grupo Inditex extendiera al personal de sus tiendas las mejoras salariales en las provincias de Lugo y Ourense que habían obtenido las trabajadoras en las tiendas de Bershka de Pontevedra. Esto supone una "conquista" en palabras de las empleadas porque, como cuentan, "su política laboral se basa en buena parte en mantener condiciones salariales y laborales completamente distintas", provocando grandes desigualdades entre grupos de misma actividad y mismo trabajo.
DISCRIMINACIÓN: Sexismo y tras*fobia en las tiendas de Inditex | Diario Público