Intolerancias Alimenticias ¿Cómo tratarlas) - YouTube
¿CÓMO TRATAR LAS INTOLERANCIAS ALIMENTARIAS?
Cada vez son más los niños y adultos que acuden a mi consulta aquejándose de problemas digestivos, muchos de ellos por presentar intolerancias a ciertos alimentos.
Según la British Allergy Foundation, 45% de la población en Europa y Estados Unidos podría padecer una intolerancia o hipersensibilidad alimentaria.
La intolerancia alimentaria es una reacción que suele estar causada por reacciones inmunitarias, por los efectos farmacológicos o tóxicos de otros compuestos presentes en alimentos o aditivos, por infecciones de diversos tipos o por defectos enzimáticos en el sistema digestivo. Actualmente existen numerosos test para diagnosticar estar intolerancias. El test que realizo normalmente a mis pacientes nos ayuda a encontrar las posibles causas asociadas, sobre todo en lo que se refiere a infecciones asociadas, permeabilidad intestinal y ciertas intolerancias, las más comunes.
Existen personas que tienen especial susceptibilidad a reaccionar frente a determinadas sustancias contenidas en algunos alimentos. Pero ¿cuál es la diferencia entre una intolerancia y una alergia a un alimento? Intolerancia: Es una reacción frente a un determinado alimento que no está mediada por un mecanismo inmunológico. Puede deberse a: Un defecto de alguna enzima que está encargada de metabolizar ese alimento. Muchas veces las barreras intestinales aún no están lo suficientemente formadas en el niño permitiendo que las sustancias del alimento entren en la sangre y se produzca una reacción). Una alteración farmacológica o de causa desconocida. Los síntomas suelen ser de tipo general: dolor abdominal, nauseas, vómitos y diarrea. Algunas de estas intolerancias desaparecen al crecer el niño, probablemente porque ya existe una madurez de la mucosa intestinal suficiente para tolerar el alimento. En cambio la alergia es una reacción mediada por un mecanismo inmunológico. Solamente les sucede a aquellas personas que se han sensibilizado previamente al alimento, por lo que pueden haberlo ingerido en otras ocasiones sin haber padecido ningún tipo de reacción. La predisposición genética es el factor más importante en este tipo de enfermedades. Por eso suele ir asociada a otro tipo de alergias cutáneas, respiratorias… Los síntomas suelen ser de tipo alérgico: cutánea (picor, habones) y respiratoria (rinitis, broncoespasmo, lagrimeo).
Un desequilibrio de la flora o de la pared intestinal puede acarrear el paso, a través de la misma pared, de moléculas no reconocidas y no toleradas (por ejemplo fragmentos de proteínas alimentarias). Al estar en contacto con estas moléculas “intrusas”, el sistema inmunitario intestinal empieza a producir anticuerpos específicos para destruir los fragmentos de alimentos implicados. Es lo que llamamos la hiperpermeabilidad intestinal. ¿Cómo reconocer una intolerancia alimentaria? Los síntomas pueden aparecer entre 24h y varios días después de la ingesta. Por ello es imposible diagnosticar clínicamente cuáles son los alimentos responsables. Los síntomas son primero intestinales: diarreas, dolores de tripa, enfermedades inflamatorias del colon, etc. Sin embargo, la reacción inmunitaria y la inflamación que conllevan pueden también acarrear síntomas muy diversos, más allá del intestino: migrañas, asma, estrés crónico, dolores musculares o articulares inexplicados, eczema, psoriasis, fatiga crónica, etc.
Las más frecuentes son las intolerancias a la leche de vaca, al gluten, a los bemoles, a la soja, etc. Sin embargo cualquier alimento puede causarla. Gracias a un análisis de sangre, es posible identificar los anticuerpos específicos que revelan las intolerancias alimentarias. Tu médico te podrá acompañar en el diagnóstico de posibles intolerancias alimentarias.
El tratamiento de las intolerancias alimentarias consiste en la supresión temporal (6 a 12 meses) de todos los alimentos implicados, tiempo que necesita la pared intestinal para cicatrizar y la flora intestinal para reconstituirse.
Los nutrientes biológicos que más utilizamos son:
LOS PROBIÓTICOS: micro-organismos vivos que tienen efectos benéficos sobre la salud. Según las cepas, ayudan a reforzar la flora intestinal, proteger la pared de las agresiones virales o bacterianas, y regular el sistema inmunitario.
LOS PREBIÓTICOS, como arabinogalactanos, que mejoran la calidad de nuestra flora y defensas
Enzimas digestivas, como la papaína, la bromelaína, amilasas, peptidasas, lipasas… según las necesidades de cada individuo.
LA GLUTAMINA: principal fuente de energía para los enterocitos, las células intestinales, necesaria para la cicatrización de la pared intestinal.
LA CLOROFILA MAGNESIANA: protege las células intestinales, ayuda a reducir la producción de gases digestivos y mejora el equilibrio de la flora intestinal.
ANTIINFLAMATORIOS NATURALES: (cúrcuma, romero, omega 3, jengibre) disminuyen la inflamación y protegen la pared intestinal.
COFACTORES DEL SISTEMA INMUNITARIO: (zinc, vitamina D) favorecen el buen funcionamiento de las células inmunitarias del intestino.
Cada caso debe ser estudiado individualmente ya que como siempre os digo, cada paciente es un distinto.
ROSA LÓPEZ MONÍS
¿CÓMO TRATAR LAS INTOLERANCIAS ALIMENTARIAS? | masquedietas.es
¿CÓMO TRATAR LAS INTOLERANCIAS ALIMENTARIAS?
Cada vez son más los niños y adultos que acuden a mi consulta aquejándose de problemas digestivos, muchos de ellos por presentar intolerancias a ciertos alimentos.
Según la British Allergy Foundation, 45% de la población en Europa y Estados Unidos podría padecer una intolerancia o hipersensibilidad alimentaria.
La intolerancia alimentaria es una reacción que suele estar causada por reacciones inmunitarias, por los efectos farmacológicos o tóxicos de otros compuestos presentes en alimentos o aditivos, por infecciones de diversos tipos o por defectos enzimáticos en el sistema digestivo. Actualmente existen numerosos test para diagnosticar estar intolerancias. El test que realizo normalmente a mis pacientes nos ayuda a encontrar las posibles causas asociadas, sobre todo en lo que se refiere a infecciones asociadas, permeabilidad intestinal y ciertas intolerancias, las más comunes.
Existen personas que tienen especial susceptibilidad a reaccionar frente a determinadas sustancias contenidas en algunos alimentos. Pero ¿cuál es la diferencia entre una intolerancia y una alergia a un alimento? Intolerancia: Es una reacción frente a un determinado alimento que no está mediada por un mecanismo inmunológico. Puede deberse a: Un defecto de alguna enzima que está encargada de metabolizar ese alimento. Muchas veces las barreras intestinales aún no están lo suficientemente formadas en el niño permitiendo que las sustancias del alimento entren en la sangre y se produzca una reacción). Una alteración farmacológica o de causa desconocida. Los síntomas suelen ser de tipo general: dolor abdominal, nauseas, vómitos y diarrea. Algunas de estas intolerancias desaparecen al crecer el niño, probablemente porque ya existe una madurez de la mucosa intestinal suficiente para tolerar el alimento. En cambio la alergia es una reacción mediada por un mecanismo inmunológico. Solamente les sucede a aquellas personas que se han sensibilizado previamente al alimento, por lo que pueden haberlo ingerido en otras ocasiones sin haber padecido ningún tipo de reacción. La predisposición genética es el factor más importante en este tipo de enfermedades. Por eso suele ir asociada a otro tipo de alergias cutáneas, respiratorias… Los síntomas suelen ser de tipo alérgico: cutánea (picor, habones) y respiratoria (rinitis, broncoespasmo, lagrimeo).
Un desequilibrio de la flora o de la pared intestinal puede acarrear el paso, a través de la misma pared, de moléculas no reconocidas y no toleradas (por ejemplo fragmentos de proteínas alimentarias). Al estar en contacto con estas moléculas “intrusas”, el sistema inmunitario intestinal empieza a producir anticuerpos específicos para destruir los fragmentos de alimentos implicados. Es lo que llamamos la hiperpermeabilidad intestinal. ¿Cómo reconocer una intolerancia alimentaria? Los síntomas pueden aparecer entre 24h y varios días después de la ingesta. Por ello es imposible diagnosticar clínicamente cuáles son los alimentos responsables. Los síntomas son primero intestinales: diarreas, dolores de tripa, enfermedades inflamatorias del colon, etc. Sin embargo, la reacción inmunitaria y la inflamación que conllevan pueden también acarrear síntomas muy diversos, más allá del intestino: migrañas, asma, estrés crónico, dolores musculares o articulares inexplicados, eczema, psoriasis, fatiga crónica, etc.
Las más frecuentes son las intolerancias a la leche de vaca, al gluten, a los bemoles, a la soja, etc. Sin embargo cualquier alimento puede causarla. Gracias a un análisis de sangre, es posible identificar los anticuerpos específicos que revelan las intolerancias alimentarias. Tu médico te podrá acompañar en el diagnóstico de posibles intolerancias alimentarias.
El tratamiento de las intolerancias alimentarias consiste en la supresión temporal (6 a 12 meses) de todos los alimentos implicados, tiempo que necesita la pared intestinal para cicatrizar y la flora intestinal para reconstituirse.
Los nutrientes biológicos que más utilizamos son:
LOS PROBIÓTICOS: micro-organismos vivos que tienen efectos benéficos sobre la salud. Según las cepas, ayudan a reforzar la flora intestinal, proteger la pared de las agresiones virales o bacterianas, y regular el sistema inmunitario.
LOS PREBIÓTICOS, como arabinogalactanos, que mejoran la calidad de nuestra flora y defensas
Enzimas digestivas, como la papaína, la bromelaína, amilasas, peptidasas, lipasas… según las necesidades de cada individuo.
LA GLUTAMINA: principal fuente de energía para los enterocitos, las células intestinales, necesaria para la cicatrización de la pared intestinal.
LA CLOROFILA MAGNESIANA: protege las células intestinales, ayuda a reducir la producción de gases digestivos y mejora el equilibrio de la flora intestinal.
ANTIINFLAMATORIOS NATURALES: (cúrcuma, romero, omega 3, jengibre) disminuyen la inflamación y protegen la pared intestinal.
COFACTORES DEL SISTEMA INMUNITARIO: (zinc, vitamina D) favorecen el buen funcionamiento de las células inmunitarias del intestino.
Cada caso debe ser estudiado individualmente ya que como siempre os digo, cada paciente es un distinto.
ROSA LÓPEZ MONÍS
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