KUTRONIO
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Las pensiones las subes con el dinero que tienes, no con el que no tienes. Si no tienes dinero para subir las pensiones no las subes. Si diera lo mismo subir las pensiones teniendo o no teniendo el dinero para pagarlas, todo el mundo lo haría. Lo que provoca alguien al subir las pensiones con un dinero que no tiene es llevar a medio plazo el sistema de pensiones a la quiebra. Naturalmente lo mismo que se aplica a las pensiones resulta aplicable a cualquier otro gasto, sean las subidas de los sueldos de los empleados públicos, las subvenciones, los subsidios, los cheques, las rentas, los bonos sociales y cualquier tipo de ayudas.
Es decir, no es que sea implanteable subir las pensiones, o los gastos de personal de las administraciones, o repartir ayudas, subvenciones, rentas, subsidios y bonos. Lógicamente este tipo de planteamientos serán los que proponga en general un socialista y a los que en general se oponga un libertario, pero hay que distinguir forzosamente entre un socialista y un manirroto.
Cuando puedes pagar algo, se puede discutir si hay que pagarlo o no, cuales son los efectos positivos y los efectos colaterales negativos, lo que se gana y lo que se pierde, la teoría del cristal roto, y un socialdemócrata y un liberal discuten entre ellos si el estado debe o no debe pagar cosas que el estado puede pagar. Si la discusión es si el estado tiene que pagar cosas que no tiene recursos para pagar, el debate ya no es entre un socialdemócrata y un liberal sino entre un liberal y un loco, o incluso entre un socialdemócrata y un loco. Pedro Sánchez no es un socialdemócrata, es un kamikaze.
Proponer un aumento de gasto cuando existe un déficit entre los gastos y los ingresos debería ser algo implanteable. No se pueden subir los salarios públicos o las pensiones cuando ya falta el dinero para pagar los salarios públicos y las pensiones actuales. Esta forma de actuar no es ni de izquierdas ni de derechas, ni liberal ni socialista: ser un irresponsable y un manirroto no es una ideología. Y por supuesto todas las subidas populistas no avaladas por unas cuentas ajustadas son un engaño y una mentira al electorado.
Naturalmente quien gasta más de lo que tiene y todavía aumenta más el gasto no es un defensor del estado, de lo público y del estado del bienestar, sino su enemigo mortal. El que gasta más de lo que ingresa es el cáncer del estado del bienestar, no el promotor de su salud. Un cubo del que sale más agua de la que entra es un cubo que se vacía. El que agranda el agujero del cubo es lo contrario del que garantiza que haya agua en el cubo. ¿Quieres gastar más? Consigue entonces antes que el país produzca más. Nos dijeron que España no tenía un problema de gastos sino de ingresos, pero lo que se ha demostrado es que, por más que aumente la recaudación, los gastos con los gobiernos de progreso siempre suben más que la recaudación. Deberemos llamar gobierno socialruinoso a cualquier gobierno de cualquier signo con el que las cuentas públicas sigan estando en desequilibrio.
Estamos calificando de manirroto, kamikaze, irresponsable o enemigo encubierto del estado del bienestar a quien gasta más de lo que puede ingresar, pero en realidad se trata en general de alguien al que le da igual el estado del bienestar y su sostenibilidad. Lo que persigue el político que gasta más de lo que ingresa es su popularidad. Convertir el gasto en apoyos y votos. Su horizonte son las próximas elecciones, en el fondo le da igual la sostenibilidad del estado del bienestar.
Cuando se habla de que quien recorta el gasto es un enemigo de lo público y quien aumenta el gasto su defensor, debería antes observarse la situación de las cuentas del estado. O sea, si estando las cuentas equilibradas o incluso habiendo superávit alguien recorta el gasto público, entonces a lo mejor se le puede llamar liberal. Si, por el contrario, las cuentas están en números gente de izquierdas porque se gasta más de lo que se ingresa y como consecuencia del déficit crece el endeudamiento, recortar el gasto no es optativo, es una necesidad que tiene afrontar el gobernante aunque sea socialista o precisamente por ser socialista, para salvaguardar los servicios públicos no sólo hasta las próximas elecciones, sino indefinidamente. Un barco con un agujero en el casco es un barco que se está hundiendo. Un estado con déficit es un barco con un agujero en el casco.
Si no hiciera falta cuadrar las cuentas del estado, si fuera optativo hacerlo, no habría estados pobres ni ricos, ni buenos y malos gobernantes. En realidad tampoco harían falta impuestos ni recaudar dinero. El problema de España, puede que no sólo de España, es que los dirigentes que tenemos no es que sean socialistas, o ultraizquierdistas, sino que no entienden conceptos básicos como que las cosas hay que pagarlas, que las cosas no se pueden pagar con la riqueza que no se crea, que el tamaño del estado no puede estar desproporcionado respecto al tamaño de la economía, que ajustar las cuentas públicas no es opcional y que gastar más de lo que se tiene no es ser socialista y un defensor de lo público, sino ser un suicida y llevar el estado hacia la ruina.