Burbujo II
Madmaxista
- Desde
- 29 Abr 2019
- Mensajes
- 49.724
- Reputación
- 57.559
La Policía Nacional ha detenido a tres personas de 39, 59 y 60 años, encargadas de controlar a los empleados de un restaurante de Escorca, por un presunto delito contra los derechos de los trabajadores y por amenazas, al obligar a sus empleados a trabajar entre 12 y 14 horas diarias por 40 euros al día.
El establecimiento en cuestión es el restaurante Es Port, ubicado en Sa Calobra, donde ya hace un par de años se llevó a cabo una actuación similar, que obligaría a su propietario a pasar algunas noches en prisión preventiva.
Esta vez, las indagaciones se iniciaron hace unas semanas, cuando se recibió una denuncia en la Policía y en la Delegación de Trabajo de la Seguridad Social por un posible delito contra el derecho de los trabajadores.
Según fuentes policiales, los extranjeros eran los sometidos a unas condiciones laborales especialmente abusivas, en un régimen de «semiesclavitud».
Además de estar obligados a realizar jornadas laborales de entre 12 y 14 horas, percibiendo solo 40 euros al día, se incumplían las vacaciones anuales de manera sistemática, sin disfrutar del periodo vacacional ni de la compensación correspondiente por vacaciones no disfrutadas, bajo la amenaza de ser despedidos.
Los trabajadores realizaban funciones de camareros, cocineros, limpieza o bien labores de mantenimiento, si bien la mayoría de ellos no tenían ningún tipo de contrato laboral, y percibían el mismo salario fuera cual fuera su puesto de trabajo.
Sin embargo, los que disponían de ello, eran obligados a firmar su nómina aunque no percibían las cantidades económicas que allí constaban mediante «amenazas que si no lo hacían en ese mismo instante se quedaban en la calle y sin trabajo».
Las víctimas eran obligadas a trabajar seis días semanales, librando únicamente un día por semana y nunca en fin de semana. Igualmente, si estaban enfermos y no podían acudir a su puesto de trabajo no percibían ningún tipo de salario.
Además, en caso de accidente laboral, el dueño de la empresa obligaba a los trabajadores a manifestar que el accidente no había sido laboral y en caso contrario eran despedidos, no cobrando durante el tiempo de baja.
Al finalizar la temporada, los empleados no percibían ningún tipo de finiquito correspondiente a su tiempo cotizado en la empresa.
Las víctimas, siete en total, se veían según la Policía obligadas a aceptar las condiciones laborales impuestas por el conocido empresario de la zona y la encargada.
Desde Escorca, su alcalde, Antoni Solivellas, definía ayer como «una vergüenza» que el nombre del municipio «se tenga que seguir vinculando a empresarios tan poco ejemplares» como el ahora detenido, quien «es conocido por su modus operandi habitual».
Esclavos en un restaurante turístico de Mallorca: 14 horas diarias por 40 euros
El establecimiento en cuestión es el restaurante Es Port, ubicado en Sa Calobra, donde ya hace un par de años se llevó a cabo una actuación similar, que obligaría a su propietario a pasar algunas noches en prisión preventiva.
Esta vez, las indagaciones se iniciaron hace unas semanas, cuando se recibió una denuncia en la Policía y en la Delegación de Trabajo de la Seguridad Social por un posible delito contra el derecho de los trabajadores.
Según fuentes policiales, los extranjeros eran los sometidos a unas condiciones laborales especialmente abusivas, en un régimen de «semiesclavitud».
Además de estar obligados a realizar jornadas laborales de entre 12 y 14 horas, percibiendo solo 40 euros al día, se incumplían las vacaciones anuales de manera sistemática, sin disfrutar del periodo vacacional ni de la compensación correspondiente por vacaciones no disfrutadas, bajo la amenaza de ser despedidos.
Los trabajadores realizaban funciones de camareros, cocineros, limpieza o bien labores de mantenimiento, si bien la mayoría de ellos no tenían ningún tipo de contrato laboral, y percibían el mismo salario fuera cual fuera su puesto de trabajo.
Sin embargo, los que disponían de ello, eran obligados a firmar su nómina aunque no percibían las cantidades económicas que allí constaban mediante «amenazas que si no lo hacían en ese mismo instante se quedaban en la calle y sin trabajo».
Las víctimas eran obligadas a trabajar seis días semanales, librando únicamente un día por semana y nunca en fin de semana. Igualmente, si estaban enfermos y no podían acudir a su puesto de trabajo no percibían ningún tipo de salario.
Además, en caso de accidente laboral, el dueño de la empresa obligaba a los trabajadores a manifestar que el accidente no había sido laboral y en caso contrario eran despedidos, no cobrando durante el tiempo de baja.
Al finalizar la temporada, los empleados no percibían ningún tipo de finiquito correspondiente a su tiempo cotizado en la empresa.
Las víctimas, siete en total, se veían según la Policía obligadas a aceptar las condiciones laborales impuestas por el conocido empresario de la zona y la encargada.
Desde Escorca, su alcalde, Antoni Solivellas, definía ayer como «una vergüenza» que el nombre del municipio «se tenga que seguir vinculando a empresarios tan poco ejemplares» como el ahora detenido, quien «es conocido por su modus operandi habitual».
Esclavos en un restaurante turístico de Mallorca: 14 horas diarias por 40 euros
