Millones de niños perecerán bajo el infierno del holocausto nuclear.
Llegarán en breve hambrunas, ruina económica, desabastecimiento generalizado de comida y suministros, atentados terroristas, ataques nucleares, incendios que arrasan cultivos y pueblos, más plandemias, terremotos y tsunamis, estados de sitio y de excepción, guerras y revueltas civiles, miedo, sufrimiento, desesperanza, angustia, desaparición de familias enteras por las ponzoñas, incertidumbre, depresión, fuego, fin, caos y destrucción.
Bienvenido al Apocalipsis.