urano
Madmaxista
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Las mujeres jóvenes empiezan a dejar atrás a los hombres.
El déficit educativo de los hombres se está convirtiendo cada vez más en una brecha laboral, salarial y de resultados, con importantes repercusiones:
“En el mundo desarrollado, la proporción de hombres jóvenes que ni estudian, ni trabajan, ni buscan empleo no ha dejado de aumentar desde hace décadas. En países como el Reino Unido, Francia, España y Canadá, por primera vez en la historia hay más hombres jóvenes que mujeres en activo al margen de la economía. A diferencia de las mujeres jóvenes, estos hombres tampoco suelen ocuparse del cuidado de otros miembros de la familia. Están a la deriva y es probable que sean ellos mismos quienes necesiten cuidados. Más del 80% de este grupo en el Reino Unido declara tener problemas de salud de larga duración.”
“Quizá lo más sorprendente de todo es que en 2022 fue la primera vez que la mujer joven media del Reino Unido tuvo unos ingresos superiores a los de su homólogo masculino. Esto se debe en gran parte a que las mujeres tienen cada vez más probabilidades de tener un título y el salario de graduado que conlleva, pero también al deterioro de la suerte de los hombres no graduados, que han pasado de ganar un 57% más que las mujeres no graduadas en 1991, a un 10% menos en 2022.
La situación es similar en EE.UU., donde los ingresos de las mujeres jóvenes sin estudios universitarios y de las personas con estudios universitarios de ambos sexos se han mantenido o han aumentado, pero los de los hombres sin estudios universitarios han caído en picado en la distribución de los ingresos.”
“Con trayectorias socioeconómicas que van en direcciones diferentes, una creciente minoría de hombres y mujeres jóvenes no se ponen de acuerdo. El apoyo de los hombres jóvenes a los partidos populistas de derechas va en aumento, sobre todo entre los que carecen de empleo y titulación. Los disturbios violentos son más probables con un grupo cada vez mayor de hombres jóvenes con poco interés en la sociedad o en su futuro.
Y la propia formación de relaciones se está viendo afectada, ya que un número creciente de mujeres licenciadas descubren una escasez de homólogos socioeconómicos masculinos y, al mismo tiempo, tienen menos necesidad que nunca de emparejarse con un hombre para recibir apoyo financiero.
Invertir la tendencia entre los hombres no licenciados no será fácil, ni debe convertirse en un juego de suma cero con las mujeres jóvenes, pero es un reto esencial para las próximas décadas y tendrá repercusiones positivas mucho más allá de los directamente afectados.”
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