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31 mayo, 2024
en Columnistas, Contracara, Humanidad Despierta, Médicos por la Verdad
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El investigador Steve Kirsch acaba de publicar los resultados de una investigación tendiente a establecer si las banderillas influyen en la orientación sensual, la identidad de género y la disforia de género. “La respuesta sí: cuanto más banderillada esté una persona, más probabilidades tendrá de presentar cada uno de estos rasgos”, afirma Kirsch. Lo demuestra con un análisis estadístico de una encuesta de más de 1.300 respuestas de sus lectores de todo el mundo. Con un agregado: hay antecedentes médicos y científicos que avalan esa hipótesis.
La investigación tendiente a establecer si las banderillas están vinculadas con el trangenderismo es un desprendimiento de sus trabajos anteriores. Esta tendencia ya se pudo notar en encuestas previas.
Steve Kirsch, millonario, filántropo e investigador independiente.
Steve Kirsch durante su camino como investigador independiente de los efectos de las banderillas, se convirtió también en un experto en cuestiones científicas y académicas relacionadas con el tema. Por eso agrega, para reforzar su análisis de que el nivel de banderillación está vinculado con el tras*genderismo, que en este caso existe “plausibilidad biológica“, una condición que que se requiere para realizar una evaluación de causalidad utilizando los criterios de Bradford Hill.
“Los datos que recopilé muestran de forma clara e inequívoca que las banderillas son la causa principal (79 % de la fracción atribuible) de desviación de las normas tradicionales en relación con:
Hace falta puntualizar que las personas tras*género (que se han multiplicado en las últimas décadas) se diferencian de las gays/gayses (que siempre ha existido), en aspectos muy importantes:
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Estadísticamente comprobado: El tras*genderismo está vinculado con la banderillación • Noticias de Puerto Vallarta y Bahía de Banderas
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Estadísticamente comprobado: El tras*genderismo está vinculado con la banderillación
Una encuesta de alcance mundial ratifica la hipótesis de estudios previos. Los cambios en la orientación sensual, la identidad de género y la disforia de género están vinculadas con la banderillación. El 80% de las desviaciones de las normas tradicionales pueden atribuirse a las inyecciones, dice el investigador Steve Kirsch.
Claudio Fabián Guevara31 mayo, 2024
en Columnistas, Contracara, Humanidad Despierta, Médicos por la Verdad
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El investigador Steve Kirsch acaba de publicar los resultados de una investigación tendiente a establecer si las banderillas influyen en la orientación sensual, la identidad de género y la disforia de género. “La respuesta sí: cuanto más banderillada esté una persona, más probabilidades tendrá de presentar cada uno de estos rasgos”, afirma Kirsch. Lo demuestra con un análisis estadístico de una encuesta de más de 1.300 respuestas de sus lectores de todo el mundo. Con un agregado: hay antecedentes médicos y científicos que avalan esa hipótesis.
Un investigador en batalla contra las banderillas
Steve Kirsch es un millonario norteamericano que saltó a la notoriedad internacional como investigador de los efectos de las banderillas en el marco de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo. Tuvo una dramática experiencia personal con las inyecciones el bichito: varios de sus amigos cercanos murieron, y él mismo se enfermó, luego de inocularse con las terapias génicas experimentales. Entonces, creó una fundación para estudiar el fenómeno de las banderillas el bichito, y en una larga serie de artículos, demostró varias veces su toxicidad y letalidad. Luego la emprendió con las banderillas del calendario, y expuso su vínculo con el autismo, la fin súbita infantil y una larga lista de enfermedades crónicas.La investigación tendiente a establecer si las banderillas están vinculadas con el trangenderismo es un desprendimiento de sus trabajos anteriores. Esta tendencia ya se pudo notar en encuestas previas.
Datos de origen
Análisis de los datos
Las razones de probabilidades
Kirsch es un experto en estadística, y lo refleja en sus análisis. En su último artículo, ofrece la relación de probabilidades entre personas completamente banderilladas y no banderilladas. Los odds ratios >2 se asocian tradicionalmente con causalidad:- Orientación sensual: 4,78
- Identidad de género: 4,81
- Disforia de género: 5,54
Steve Kirsch durante su camino como investigador independiente de los efectos de las banderillas, se convirtió también en un experto en cuestiones científicas y académicas relacionadas con el tema. Por eso agrega, para reforzar su análisis de que el nivel de banderillación está vinculado con el tras*genderismo, que en este caso existe “plausibilidad biológica“, una condición que que se requiere para realizar una evaluación de causalidad utilizando los criterios de Bradford Hill.
“Los datos que recopilé muestran de forma clara e inequívoca que las banderillas son la causa principal (79 % de la fracción atribuible) de desviación de las normas tradicionales en relación con:
- orientación sensual
- Identidad de género
- disforia sensual”
Más evidencias vinculan la banderillación con el tras*genderismo
La encuesta de Steve Kirsch es un dato más en una larga lista de indicios que señalan a las inyecciones del calendario banderillal como un factor de fuerte influencia en el auge del tras*genderismo. Algunos de ellos:- Kirsch pudo identificar una consulta pediátrica con más de 5.000 pacientes no medicados. Halló 0 casos de disforia de género en su población de pacientes. Sin embargo, que dado que la disforia de género ocurre en al menos el 0,5% de la población adolescente (otras estimaciones son mucho más altas), debería haber habido al menos 25 casos en su población. 0 casos de disforia de género en la muestra analizada es un resultado estadísticamente imposible que no puede explicarse por la simple casualidad, especialmente si se tiene en cuenta que el número esperado de casos probablemente sea muy superior a 25
- Una persona que había realizado un extenso trabajo para defender la seguridad de las banderillas le dijo a Kirsch que durante mucho tiempo creyó que la banderilla contra la hepatitis A es responsable del aumento de la disforia de género femenina que comenzó a observarse 12 años después de su entrada en el mercado. Antes de 2016, las tras*iciones de hombre a mujer eran entre 6 y 7 veces más frecuentes que las de mujer a hombre, pero ahora son igual de comunes. A su vez, argumentó que esto podría deberse a que la banderilla se cultiva en células pulmonares masculinas y, por lo tanto, inserta dos veces ADN masculino en una niña en desarrollo al comienzo de su vida. Esto podría provocar que manifieste rasgos masculinos en la pubertad.
- Hay pistas muy concretas en torno a los mecanismos químicos que pueden operan en las banderillas para alterar la identidad de género de hombres y mujeres. Pero existe un fuerte tabú institucional. En un artículo muy extenso “Cómo las banderillas alteran las relaciones íntimas y la identidad de género“, un investigador protegido con el seudónimo “A Midwestern Doctor” hace un repaso por todos los antecedentes del problema. Reconoce que ha habido un aumento masivo en la disforia de género en la última década. “Según una encuesta reciente, el 1,9% de los nacidos entre 1997 y 2004 se identifican como tras*, para los millennials el 1,0% lo hace, para los nacidos entre 1965 y 1980, el 0,3%, para los nacidos entre 1946 y 1964 el 0,2% , para los nacidos entre 1928 y 1945 menos del 0,05 por ciento lo hacen”. Luego de enumerar los posibles mecanismos de acción de las banderillas sobre la identidad de género, afirma: “Es posible posible que las banderillas crearan daños neurológicos que hicieran a los individuos más susceptibles a otros factores (por ejemplo, la presión social) que causan confusión de género”.
Conclusión: El auge del tras*genderismo ingenierizado
Si también los trastornos de identidad de género están vinculados con la banderillación (además del autismo, la fin súbita en bebés, enfermedades crónicas, etc), la sociedad asiste a una revelación: hace décadas que asistimos a la paradójica creación de una sociedad medicada, a través del suministro de fármacos supuestamente diseñados para prevenir enfermedades! Esta situación ha llevado a muchos a argumentar que el modelo de negocio real (o adicional) detrás de las banderillas, es vender medicamentos, cirugías y tratamientos para todos los demás problemas crónicos que crean.Hace falta puntualizar que las personas tras*género (que se han multiplicado en las últimas décadas) se diferencian de las gays/gayses (que siempre ha existido), en aspectos muy importantes:
- Los gays/gayses son personas atraídas por su mismo sesso, pero no pretenden ser ni convertirse en lo que no son.
- Los tras*género, en cambio, son hombres o mujeres que desean cambiar su sesso (hombres que quieren convertirse en mujeres, o viceversa), y asumir otra identidad (incluso, cambiarse de nombre). Esta condición requiere una intervención quirúrgica y un tratamiento farmacológico de por vida.
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