Yo he fotocopiado libros para llevar a clase de inglés y no he tenido ningún problema. He pagado el curso, no he firmado ningún papel que me obligue a comprar el material recomendado. Lo adquiriré, por tanto, como yo estime oportuno.
En la educación los papeles están invertidos. Yo soy el cliente y pago por obtener un servicio, no son ellos los que me están haciendo a mí un favor.