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Será en Octubre
LA OTRA CARA DE LA SALUD
Ignacio Guerrero, el Spiriman de los médicos privados: "Sí, queremos ganar 5.000€ al mes"
Este oftalmólogo sevillano lidera la batalla legal que los médicos autónomos que trabajan en la privada preparan contra las aseguradoras. La falta de profesionales actual, asegura, decantará la balanza
Por
Antonio Villarreal
03/12/2022 - 05:00
Aunque aparentemente tienen muy poco que ver, hay un hilo que une al oftalmólogo sevillano Ignacio Guerrero con Jesús Candel, el médico de familia más conocido como Spiriman que logró sacar a la calle a 50.000 personas en protesta por la fusión de dos hospitales en Granada. Spiriman, fallecido hace unos meses por cáncer de pulmón a los 46 años de edad, se atrevió a enfrentarse a un enemigo gigantesco como el Servicio Andaluz de Salud y, en última instancia, la entonces presidenta Susana Díaz. Los contrincantes que se ha buscado Guerrero no son menos intimidantes: el poderoso grupo de empresas aseguradoras que manejan la sanidad privada en España.
Guerrero reconoce que los profesionales como él, médicos autónomos que prestan sus servicios a hospitales y clínicas privadas, aún pueden ganar mucho dinero, pero hace años que han perdido el control de sus pacientes en favor de Adeslas, Sanitas, Asisa, Mapfre, DKV, Caser, AXA o Vivaz. "Nosotros no sabemos cuánto están pagando ellos por su seguro, los tratamos a todos igual, y ellos no saben que nosotros estamos cobrando 16 euros por la visita; si no aceptamos esas condiciones, nos sacan del cuadro y adiós".
"Hay 5 millones de españoles en lista de espera": el futuro sin la ayuda de la sanidad privada
Alimente
Sus compañeros le encargaron hace unos años la tarea de montar una patronal para médicos como ellos, de ejercicio libre, y así nació la Unión Médica Profesional (Unipromel) que, según este oftalmólogo, ha reclutado ya a un 15% de los galenos que han optado por esta opción para ejercer en España. Son unos pocos cientos, a simple vista no parece un problema en un país con casi 300.000 médicos colegiados, pero en un contexto donde el sistema público está cada vez más estresado y el privado empieza a ver cómo muchos clientes se están dando de baja ante el aumento de sus tiempos de espera, este pequeño colectivo ha tomado un protagonismo inesperado. En un sector como el médico, donde las huelgas suelen estar muy limitadas, la posibilidad de negociar mejoras es infrecuente. Sin embargo, Guerrero parece determinado a hacer honor a su apellido. En enero, asegura, sus representados pondrán el pie en pared y mandarán a abogados especialistas en derecho de consumo a querellarse contra las aseguradoras. No pararán hasta aumentar unos honorarios que, según denuncian, están congelados desde los años 90.
El médico autónomo e itinerante
Guerrero se desempeña de forma itinerante entre cuatro centros de Sevilla y alrededores. Del Hospital Sagrado Corazón a una clínica en Dos Hermanas, de Mairena del Aljarafe a la consulta de un compañero que le contrata por las tardes. Así va sumando pacientes hasta que las cuentas le cuadran.
"No puedes permitirte el lujo de estar en un solo centro, se trata de rellenar agendas por la mañana y por la tarde", me explica. "Oye, ¿puedes pasar la tarde en Mairena, cuántos pacientes son, 25? Venga. ¿Una mañana en tal sitio? Venga".
Ignacio Guerrero, presidente de la patronal de la sanidad privada. (Cedida)
PREGUNTA. Usted va a trabajar cada día echando cuentas: cuántos pacientes tiene que ver, cuánto tiempo puede estar con cada uno...
RESPUESTA. Cuando eres autónomo es lo que te queda, echar horas e intentar rentabilizar las horas que trabajas. Ahora mismo, para rentabilizar una hora de trabajo y hacer en torno a 100 euros brutos —le hablo de oftalmología eh, si hablamos de especialidades más difíciles y más lentas, pues no se puede— tenemos que ver mínimo siete pacientes por hora. Un dermatólogo o un otorrino puede ver seis o siete por hora, o nosotros corriendo mucho y si son pacientes conocidos, pero cuando llega un neurólogo, un reumatólogo, un endocrino, un médico de medicina interna... por mucho que quieran te echan 20 minutos y a 16 euros por 20 minutos, el tío termina la tarde, le han citado a ocho o diez enfermos, y por estar ahí cinco horas se lleva 140 euros. Insisto, que si tu a un chapu... a un profesional, un fontanero o un albañil, le dices "jefe, me echa usted un trabajito de cinco horas por la tarde". El tío te mira y te dice "¿cinco horas? esto con los materiales y todo son 350 euros, ¿eh?" Claro, porque un artista de estos te mete 80 euros la hora.
P. ¿Hubo alguna gota que colmara el vaso de su paciencia? Cuándo dijo usted "esto no puede seguir así".
R. Un poquito después de la crisis económica del 2008 nos dimos cuenta de que teníamos una cierta inquietud. Bajó muchísimo el paciente privado, porque entonces las compañías eran una especie de complemento que teníamos para llenar la consulta. Tenías cinco o seis pacientes privados y ocho o diez de compañías.
Pero de repente nos desaparece el privado porque las compañías hacen unas campañas en la crisis económica muy agresivas para captar pólizas por poco dinero. Y tú empiezas a sospechar "oye, me están quitando incluso a mi clientela, el día que todo el mundo tenga una compañía... se acabó".
P. Y ese día, para muchos, ha llegado ya.
R. Claro, el paciente privado nos lo quitan. El notario, el autónomo, el profesional que antes venía pagando por consulta, con el miedo a la crisis esa gente se ha pasado a un seguro. Te haces a la idea de que es una cuota, que con eso lo tienes todo incluido y que te ahorras dinero, porque es verdad. Pagas un seguro y al principio te crees que te estás ahorrando dinero. El problema es cuando pasan los años y estás pagando 180 euros todos los meses del seguro. Ahí es cuando nos dimos cuenta de que las compañías iban a por nuestra clientela.
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